Covid-19 en Costa Rica: carta abierta al presidente del Colegio de Ciencias Económicas

17 de abril de 2020

Dr. Ennio Rodríguez
Presidente
Colegio de Ciencias Económicas

Estimado don Ennio:

Con nuestros cordiales saludos, queremos por este medio referirnos a su nota del pasado 8 de abril, dirigida al presidente de la Asamblea Legislativa, diputado Carlos Ricardo Benavides.

Compartimos con usted la que, según podemos interpretar, es su preocupación básica: la ausencia, por parte del gobierno de Carlos Alvarado, de una propuesta de políticas integrales en materia económica, que trascienda las urgencias de la atención de la crisis sanitaria asociada al covid-19, y que anticipe los esfuerzos de recuperación de la economía –más que de simple reactivación– que deberán emprenderse tan pronto como se pueda, y al menos una vez la situación sanitaria se haya estabilizado.

La situación planteada es de una magnitud excepcional, por lo cual, el esfuerzo que ello nos demanda como país, ha de ser asimismo extraordinario. Es algo que ya estamos haciendo en el frente sanitario, bajo el liderazgo del Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social, con el fin de frenar el contagio y proteger la salud y la vida de las personas. Pero, en cambio, es mucho más limitado el esfuerzo que se hace para auxiliar a las familias en situación de pobreza y a toda esa enorme cantidad de personas que repentinamente se quedaron sin trabajo, o ven reducidas sus jornadas laborales y sus ingresos. Menos aún –en eso coincidimos con usted– hay claridad sobre la “hoja de ruta” para la recuperación de la economía, una vez superada la crisis sanitaria.

Es cierto que esta crisis implicará un aumento, posiblemente muy significativo, en el déficit fiscal y en la deuda pública. No solo es inevitable, sino, y sobre todo, es necesario. Porque debemos combatir y frenar la crisis sanitaria; porque debemos tratar de minimizar sus efectos sobre el empleo; porque debemos ayudar a las personas cuya ocupación e ingresos están siendo golpeados por la crisis; porque debemos auxiliar a las empresas que enfrentan problemas. Todo ello es necesario, y todo ello repercutirá en los balances fiscales.

Eludir tales responsabilidades a fin de evitar un mayor deterioro de las finanzas públicas, es una falsa solución, que no solo agravará la crisis sanitaria y los impactos humanos y sociales que ésta trae consigo, sino que profundizará la crisis económica y dificultará la posterior recuperación, lo que, de nueva cuenta, repercutirá negativamente sobre la situación fiscal.

La opción aquí no es entre menor o mayor desequilibrio fiscal, sino entre minimizar los impactos de la crisis, o permitir que esos impactos se desplieguen sin atenuante y sin alivio. Y siendo claro que estamos ante una coyuntura de alcances excepcionales, bueno sería que los y las economistas, estemos dispuestos a innovar en materia de política económica, en vez de seguir aferrados a fórmulas ortodoxas, de dudosa eficacia incluso en tiempos “normales”, las cuales devienen un grillete que inmoviliza frente a una crisis que exige creatividad e imaginación, así como capacidad de respuesta inmediata. Por ello, no deja de sorprendernos su preocupación por los presuntos efectos “desestabilizadoras” que, a su juicio, podría tener la intervención del Banco Central en la crisis. Cuando la economía se desploma y los empleos se pulverizan ¿en serio a usted le preocupa la inflación?

Teniendo esto claro, también debe decirse con toda claridad, que enfrentar la crisis pasa por dar satisfacción a un compromiso ético y moral, que los y las economistas de Costa Rica  debemos asumir de forma explícita, lo cual se resume en lo siguiente: los costos de la crisis deben distribuirse de la forma más equitativa posible, y las condiciones de vida de las poblaciones más débiles y vulnerables deben ser protegidas.

Por ello es tiempo de hablar de un esquema, muy progresivo, de impuestos y subsidios, el cual, aun siendo transitorio, puede ser diseñado apropiadamente, para que tenga efectos contra-cíclicos. Si se traslada ingresos de sectores sociales con altas tasas de ahorros a sectores sociales carenciados, y si se trasladan recursos de usos suntuosos y prescindibles, hacia usos realmente urgentes (como fortalecer las finanzas de la Caja), el efecto neto para la economía y el empleo será positivo.

Y siendo innegablemente claro que los desequilibrios fiscales se agravarán, incluso de forma muy significativa, por ello mismo se hace obligatorio tener claro de qué hablamos cuando mencionamos la necesidad de un esfuerzo de reactivación económica, que, dada la magnitud de la actual crisis, debería ser más bien un esfuerzo de recuperación en el pleno sentido de la palabra.

No podemos proponerle al gobierno de Costa Rica que a la hora de buscar dialogar con organismos internacionales en busca de apoyo financiero, lo haga desde una posición perdedora, poniendo los “equilibrios macroeconómicos” por delante ¿De cuáles “equilibrios”  habla usted? Del contexto de su nota, se deduce que básicamente de los “equilibrios fiscales”.  Lo cual resultaría bastante desatinado, cuando a nivel mundial se extiende un consenso que admite que ni las deudas ni los equilibrios fiscales han de ser hoy los criterios guía a la hora de decidir y canalizar la cooperación dirigida a países del sur.

El gobierno de Carlos Alvarado tiene la responsabilidad ineludible de aplicar una enérgica política destinada a atraer fondos externos. Y esto debe ser parte de un diseño integral de políticas que, liberadas de dogmas y rigideces ideológicas, ponga por delante la recuperación del empleo y la economía, desde criterios de equidad y justicia. Priorizar lo fiscal al empleo y al restablecimiento del dinamismo económico, tal cual se ha hecho por años, ha incidido fuertemente en la persistencia de los desequilibrios fiscales, y es, a fin de cuenta, la causa principal de que la crisis del covid-19 nos haya atrapado en medio de una precaria situación fiscal.

Nos interesa, tanto como a usted, restablecer una situación fiscal sólida y saludable. Pero enfatizamos que la ruta de la austeridad fiscal es comprobadamente errónea: las finanzas públicas no se sanean con base en políticas recortistas, sino con base en políticas que promuevan el crecimiento y el empleo.

Concluimos formulado ante usted, en su calidad de presidente del Colegio de Ciencias Económicas, una respetuosa pero enfática excitativa: tome en cuenta, por favor, que nuestro colegio es pluralista, y de ninguna manera una entidad en la que prevalezca un pensamiento único. Por lo tanto, le solicitamos que promueva espacios amplios de diálogo, debate y reflexión, que permitan enriquecer las propuestas que nuestro colegio formule o que, en todo caso, y como mínimo, que visibilicen esa pluralidad teórica y epistémica que hoy enriquece el pensamiento económico en Costa Rica.

De usted, muy atentamente

Luis Paulino Vargas Solís
Director CICDE-UNED
Cédula 2-0327-0373, carné 001797

Welmer Ramos González, diputado
Cédula 5-0191-0924, carné 003628

Roxana Morales Ramos, economista
Cédula 1-1167-0990, carné 04571

Eugenio Trejos Benavides
Profesor Instituto Tecnológico
Cédula 9-0041-0880

Daniel Vartanian Alarcón, economista
Cédula 8-0051-0962, carné 018870

Osvaldo Ureña Jiménez, economista
Cédula 1-1307-0662, carné 033318

Eduardo Rosales Blandino, economista
Cédula 1-0412-1404, carné 007956

René Fonseca Cortés, economista
Cédula 9-0110-0864, carné 019088

Pablo Abarca González, economista
Cédula 1-1452-0672, carné 044325

Mario Devandas Brenes, economista
Cédula 9-0110-0864, carné 019088

Cc: Carlos Ricardo Benavides, presidente legislativo/Jefaturas de fracción/Ciudadanía costarricense

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