Ensayo sobre la Humanidad Observable: la alimentación y su desinterés laboral

Macv Chávez

 

Después del don de la vida el ser humano necesita alimentarse para poder continuar con su desarrollo natural; por ello, en el conjunto de prioridades humanas para el desarrollo personal, se encuentra como prioridad la alimentación.

En los últimos tiempos, con la tendencia de modernidad que el ser humano y el sistema de gobierno ha adoptado, se puede observar que la agricultura ha ido perdiendo su valor, los jóvenes del campo ya no aspiran a seguir el ejemplo de sus padres por ese amor a la tierra, por ese cariño de tener la dedicación profesional de labrar la tierra para que puedan llegar los alimentos a otros hogares y así poder preservar la existencia humana, a través de la satisfacción de esta necesidad primaria y de forma tan natural y no científica.

De este modo es que pienso que con el tiempo, los jóvenes o próximas generaciones han perdido este amor por la tierra; y no porque sus padres no fueran grandes ejemplos de lo que es ser un agricultor sino porque el sistema financiero para un agricultor no es satisfactorio, es decir, no sabe valorar la importancia del trabajo agrícola para la existencia humana.

Esta falta de valorización del trabajo del agricultor ha conllevado a que con el pasar del tiempo y la modernidad el hombre vaya viendo nuevos campos de desarrollo, donde pueda ganar más dinero y ocupando menos tiempo que en la agricultura, sin siquiera caer en la cuenta que este abandono del trabajo agrícola ha conllevado a que las empresas dedicadas a ella empiecen a producir productos transgénicos o –para términos más sencillos- de laboratorios, algo que tarde o temprano termina atentando contra nuestra salud por aquellas composiciones químicas que alteran la naturaleza de los productos y por ende la biología del hombre.

Creo que no necesito una explicación científica de lo que implica comer un producto adulterado o alterado por el laboratorio, ya que su efecto es similar a la que producen los minerales cuando son extraídos de su habitad natural, es decir, simplemente es contaminante de por sí, con la única diferencia que los alimentos transgénicos se consumen, ingresan al interior del hombre como alimento para la subsistencia de su cuerpo y los minerales solo a través de un acto de vida, la respiración y su contacto directo con ellos en bruto.

Quien ha tenido la suficiente capacidad como para detener los procesos de su vida cotidiana para empezar a trascender del dejarse llevar, animal, al análisis o la observación de la vida a través de la contemplación de los sucesos por medio de la razón, humana, es capaz de darse cuenta aquella diferencia abismal que existe en la producción de los alimentos naturales y transgénicos, uno tienen un tiempo determinado de producción natural, porque su desarrollo depende de ciertos climas y ambientes, y el otro constante o continua, porque su producción se puede dar en cualquier momento del año o por todo el año sin interrupciones, gracias a que las alteraciones de laboratorio que sufren los productos para adecuarse a ambientes o climas que naturalmente no contribuyen para su desarrollo.

Para comprobar la diferencia entre un producto natural y un transgénico o de laboratorio, yo aconsejaría que busquen la forma de visitar a algún amigo, conocido o granjero y puedan probar un huevo de gallina y luego otro huevo del mercado, freírlo o cocinarlo y contemplar la diferencia de la textura y consistencia de uno y otro, para poder darse cuenta de la diferencia alimentaria que existen entre uno y otro. Aunque, si bien es cierto que con esta contemplación no podrían comprobar científicamente la deficiencia alimentaria del transgénico ni la consistencia alimentaria del natural, creo que el conocer la naturaleza de las cosas ayuda a saber distinguir entre lo bueno y lo malo, por no decir, entre lo excelente y lo pésimo, entre lo que es en sí y lo que aparenta ser sin ser en sí mismo.

Por otro lado, me preocupa mucho la política de gobierno actual, aunque ni es tan actual, porque es un problema que se viene dando a lo largo de la historia, pues, el hombre con el pasar del tiempo ha ido restando a la importancia del cultivo de los alimentos debido a que las ambiciones sociales se han visto envuelto de los lujos de la modernidad, de las piedras preciosas, de los títulos, de las casas y cosas de última tendencia, minimizando cada vez más el valor de la alimentación, a tal punto que hemos llegado a la actualidad al boom de la comida chatarra y a la del juguete o bien llamada gourmet, y nos han infectado con tanta publicidad sobre cientos de miles de enfermedades que produce el comer, tanto que hemos cambiado nuestro sistema alimentario de tal forma que la hemos adecuado a los tiempos modernos de alimentación, al punto que cada día mueren cientos de personas infectadas de alguna enfermedad que se deriva de la mala alimentación actual.

Si bien es cierto que la duración de la vida suele ser muy relativa y por tanto no podemos saber cuándo se puede morir una persona, también es cierto que en la actualidad las personas mueren más jóvenes que en la antigüedad. Muchos dicen que el ciclo de vida en la actualidad se ha acortado debido a los cambios climáticos y demás cuestiones que hemos logrado alterar los hombres en la naturaleza gracias a nuestro afán de endiosamiento; pero esta no es la verdad en sí sobre el acorte de la vida en los seres humanos. Yo me atrevería a decir que la vida del ser humano se ha acortado gracias a la forma de alimentación que tenemos en la actualidad, porque nuestra comida hoy en día suele tener como uno de sus ingredientes de producción la alteración genética de laboratorio o de algún producto químico para su preservación, y todo esto es gracias a que se necesita cierto número de producción para poder abastecer los diferentes mercados para que el pueblo pueda alimentarse, y como la agricultura cada vez ha ido teniendo menos feligreses, ha sido necesitado la ayuda de algún instrumento de producción en masa “rentable” para abastecer el mercado. Pero esta producción “rentable” para abastecer el mercado no es lo que necesitamos en sí, porque la alimentación cumple un papel importante en el desarrollo de las defensas genéticas que hacen frente a las enfermedades que pueda desarrollar el organismo desde lo psicológico hasta lo biológico; y si no le damos o alteramos el alimento necesario al cuerpo, no le estamos permitiendo obtener el desarrollo de sus defensas para un buen funcionamiento orgánico o biológico; llevándole así a la vulneración ante el desarrollo de ciertas enfermedades antiguas como modernas, biológicas como químicas, razón por la cual el ciclo de vida de una persona se ve alterada con el pasar del tiempo; afectando no solo a la persona en sí sino también a su generación venidera porque su producción genética se alterará y reproducirá en otra vida con ciertas características obtenidas en este ahora, donde es que consume productos naturales alterados científicamente.

Una de las soluciones modernas ante la problemática de la mala alimentación no es la preocupación de la producción de alimento saludable sino, por contrario, de promover el aumento de los salarios para que las personas puedan tener más para la atención de sus necesidades primarias, pero esta promoción del aumento de los salarios es un bello acto de magia, porque produce cierta ilusión en las personas, una ilusión que se ve atentada, golpeada, saboteada, cuando en la realidad los precios de los productos sufre un aumento, a veces similar al de los sueldos y otras por encima de ellos, al punto que el poder adquisitivo actual es solo una mera ilusión, ya que se adquiere menos cosas que antes por los mismos ingresos, solo que maquillados con algunos números más.

Yo no sé cómo pensarán los economistas ni cómo lo verán los políticos, pero la cuestión alimentaria no es un problema de monedas, es un problema de producción, de valoración; por ende, el problema de la capacidad adquisitiva no se soluciona con un aumento de salario sino con la estabilidad de los productos y con el aumento de la capacidad adquisitiva, es decir, lo que se gana debe permitirnos adquirir lo necesario para vivir dignamente, y en esta vida digna intervienen la adquisición de productos de calidad, la calidad no es la manzana roja y brillante que te venden en los supermercados y a las cuales el gusano no es capaz de invadir mientras no ha llegado a su estado de descomposición… sino aquel producto que tiene corto tiempo de duración pero que no alterará la composición orgánica del ser sino que, por contrario, lo alimentará con los nutrientes necesarios para obtener las defensas y energías para el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente.

En resumen, una de las obligaciones de una buena política de gobierno, pensado en las personas, debe velar por la salud de su pueblo, esta salud debe ser atendida desde la alimentación hasta la seguridad social, caso contrario, estamos simplemente maquillando las necesidades del ser humano con los vacíos modernos que no son más que engaños, falsedades que no hacen otra cosa más que poner en riesgo la salud del ser humano, su supervivencia y su desarrollo saludable, razón por la cual el ciclo de vida se va alterando cada vez más y más, disminuyendo así la proyección de vida a lo largo del tiempo, creando así la proliferación de las enfermedades modernas y mortales. Razón por la cual es muy importante que se revalore la importancia de la producción de alimentos saludables y, por ende, se valore la agricultura como una de las más grandes e importantes actividades humanas.

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