Vladimir de la Cruz
Entró Fernando Coto Martén a la Universidad en 1970, justo el año en que estábamos dando, en el movimiento estudiantil, una gran lucha popular, la lucha contra la aprobación del Contrato Ley de la ALCOA. Esta lucha se había iniciado en el movimiento estudiantil universitario en el Congreso de marzo, de 1969, por iniciativa de los dirigentes que éramos del Frente de Acción Universitaria, FAU.
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica, FEUCR, asumió esa tarea de lucha, integró una Comisión de Estudio del Contrato que fue preparando la lucha contra su aprobación.
Terminaba el Gobierno de José Joaquín Trejos Fernández, 1966-1970, cuando el Presidente Fernández envió a las sesiones extraordinarias, diciembre 1969 abril 1970, de la Asamblea Legislativa el expediente para esa aprobación, cuando habían elecciones nacionales en febrero de 1970.
Ello hizo que la lucha del movimiento estudiantil y de la FEUCR se mantuviera desde diciembre hasta abril, cuando había vacaciones académicas. Se mantuvo un piquete permanente en los predios y jardines exteriores de la Asamblea Legislativa, que en esos días no tenía los muros que después le construyeron. José Figueres quien ganó las elecciones en febrero de 1970, desde España se pronunció por la aprobación del Contrato con la ALCOA, dándole apoyo al Gobierno de Trejos Fernández.
En 1969 se acaba de ilegalizar al Partido Bloque de Obreros, Campesinos e Intelectuales, pero por las gestiones que le habían solicitado a Manuel Mora Valverde de actuar como agente de gobierno, colocando café, y luego azúcar, en los mercados de los países socialistas, facilitaron la negociación política por la cual autorizaron, para esa misma elección, la inscripción del Partido Acción Socialista, con el cual fueron electos diputados Manuel Mora y Marcial Aguiluz Orellana a la Asamblea Legislativa para el período 1970-1974, facilitando las luchas contra el segundo párrafo del Artículo 98 de la Constitución Política, que se logró en las Legislaturas 1974 y 1975.
Eran tiempos también de ascenso de la izquierda continental, a pesar de la muerte del Che, en 1967. La FEUCR se había afiliado a la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes, OCLAE, con sede en Cuba, en 1964, luego en 1968 a la Unión Internacional de Estudiantes, UIE, con sede en Praga. Eran los tiempos de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS, y de la Tricontinental, así como de la lucha de los pueblos de Indochina, donde la figura de Ho Chi Minh, particularmente, era un referente también de las luchas y manifestaciones estudiantiles, por la protesta contra la guerra en Viet Nam, y por el impacto de los sucesos de mayo 1968 en Europa, de la Plaza de las Tres Culturas, ese mismo año, en México, y de las protestas del estudiantado universitario norteamericano contra la guerra en Viet Nam, de los hippies, de figuras como Casius Clay, de la cantante Joan Baez, de los filósofos Noam Chomsky y Angela Davis, del triunfo, 1970, y la derrota por el Golpe de Estado, 1973, del Gobierno de Salvador Allende en Chile, del ascenso de las guerrillas en Centroamérica y del auge de las dictaduras en el continente.
Era también el período de las luchas por los derechos civiles en Estados Unidos. Eran tiempos muy agitados políticamente los inicios de la década de 1970, que se mantuvieron hasta el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en Nicaragua, en julio de 1979.
Este fue en síntesis el entorno que le permitió a Fernando Coto Martén desarrollarse en el movimiento estudiantil, donde él forjó su figura, su imagen emblemática, que aunque la llevó a estadios y otros espacios públicos no logró desarrollar un movimiento político importante alrededor de su figura, fuera de la Universidad, ni en otras universidades públicas o privadas, que empezaron a aparecer en esos mismos años, que no fueran la Universidad de Costa Rica. En cierta forma Cotico y su Cuas Cuás fue un fenómeno y una expresión solo de la Universidad de Costa Rica, que en ese momento era la más importante.
Los meses de marzo y abril de 1970 fueron de intensa agitación y movilizaciones de estudiantes, ya no solo universitarios hacia la Asamblea Legislativa, también de secundaria y sectores populares.
Esa fue la puerta de entrada y de recibimiento de la generación de estudiantes de Estudios Generales de 1970, donde estaba Fernando Coto Martén, proveniente del Colegio Lincoln, donde había sido Presidente estudiantil, y también de Alberto Salom Echeverría, quien había sido Presidente estudiantil del Saint Francis College, a quienes menciono porque los años siguientes ellos van a destacar en el movimiento estudiantil universitario, de distintas maneras. En la Escuela de Estudios Generales se estudiaba el siglo XIX y con ello el socialismo y el marxismo entre otros temas.
Yo era un dirigente estudiantil del Frente de Acción Universitaria, organización a quien se le debían las más importantes luchas académicas, estudiantiles y universitarias de esos días, 1967-1973, voto directo para elegir las autoridades estudiantiles, becas, residencias y comedores estudiantiles, contra CRECES, que fue la intención de convertir las becas en créditos para la educación, las luchas que se dieron desde 1967, en Estudios Generales, por el estudio del marxismo en la Universidad, la lucha y la gran huelga por el 6% del Presupuesto Nacional para la Universidad de Costa Rica y muchas otras, que no es el caso de análisis de esta reflexión.
Fernando Coto Martén no participó de nuestras luchas directamente. De ellas estuvo marginal, pero se vinculó a otras organizaciones estudiantiles existentes en la Universidad. Ni siquiera participó activamente del movimiento estudiantil de izquierda de la Asociación de Estudiantes de Estudios Generales, en 1970, durante esos días de lucha contra la ALCOA.
Más tarde fue mi alumno de uno de los cursos que empecé a impartir en la Universidad en el primer lustro de la década de 1970. Era brillante, inteligente, con muchas inquietudes intelectuales. Así empecé a conocerlo. Mantuvimos siempre una buena relación personal, respetuosa y afectuosa. Discutíamos bastante sobre sus prácticas políticas que empezó a desarrollar bajo el manto del Cuas Cuás. No solo con él sino también con Rodrigo Cordero, también buen amigo mío, uno de sus compañeros de esas faenas y quizá el que más contenido filosófico procuraba darle a ese movimiento.
Salí del movimiento estudiantil, empecé como docente en la Universidad y desde allí también le seguí el pulso a las manifestaciones y presencias de Cotico, como empezaba a conocerse Fernando Coto Martén entre los estudiantes, principalmente de Estudios Generales, y de la explanadita que está a frente de ese edificio, que también se conoce como el Pretil de Estudios Generales, donde Cotico hacía su escenario principal de actuación. Allí en medio de las luchas estudiantiles y de las elecciones estudiantiles Cotico empezó a hacer su cauce.
La izquierda estudiantil no supo en esos momentos canalizar su figura, sus actuaciones, a pesar de que él en mucho giraba alrededor de las propuestas de los grupos de izquierda estudiantil, que al no tomarlo en cuenta y enfrentarlo también, hizo que Fernando Coto tomara distancia y hasta un lenguaje misógino, racista y anticomunista contra dirigentes de la izquierda estudiantil militante.
En 1975 el movimiento estudiantil universitario de izquierda logró ganar la Presidencia de la Federación de Estudiantil, con Alberto Salom, dirigente estudiantil socialista. Empezó una nueva etapa para el estudiantado organizado. Error de ese gobierno de Salom, y el que le siguió, de Manuel Delgado, dirigente estudiantil vanguardista, fue eliminar la celebración tradicional de la Semana Universitaria, y de eliminar las becas estudiantiles de cultura y deportivas, entre otros errores, lo que facilitó la mayor presencia de Fernando Coto, que ya aparecía como Cotico, con su figura, bailando en tanga, semidesnudo prácticamente, con su caracol, con su combo musical y con su mensaje del Cuas Cuás.
La debilidad política del gobierno estudiantil de Manuel Delgado, especialmente, provocó que electoralmente la izquierda fuera derrotada por Cotico en las elecciones, quien sucedió a Manuel Delgado, y llegó a la FEUCR para el período 1976-1977. Mientras la Presidencia de la FEUCR la ganó Cotico, los representantes del movimiento estudiantil, en ese mismo período, ante el Consejo Universitario, los ganó la izquierda, provocando distanciamiento y contradicción más que unidad de acción en la representación estudiantil.
La gente que rodeaba a Cotico, y sus prácticas sociales, hicieron que la Federación de Estudiantes se convirtiera en un antro marihuanero, que las mismas autoridades universitarias se vieron obligadas a intervenir. En una ocasión, con una actividad festiva, se rumoró que había habido una muerte de una estudiante. Ello provocó, junto con otras cosas que se procediera a aplicar el Reglamento Estudiantil de la FEUCR para destituir a Cotico de su presidencia. Se procedió a convocar a las asambleas estudiantiles. Había que ganar 24 de ellas, y se ganaron 23. Entonces fue el Consejo Superior de la Federación que creó un Gobierno Provisional, provocando una dualidad de gobiernos, uno con Cotico, otro con una Junta integrada por varios representantes estudiantiles, hasta que en octubre, de 1977, en nuevas elecciones, llegó a la Presidencia de la Federación Gerardo Contreras, por la unidad de las izquierdas universitarias, iniciando desde entonces un nuevo rumbo.
Cotico por su parte, poco a poco fue desapareciendo del movimiento estudiantil, aunque no del todo de la vida universitaria y popular, manteniéndose casi como leyenda urbana, como mito muy especial de la vida estudiantil, universitaria y en cierta manera popular, porque su figura y su movimiento era usado contra la izquierda estudiantil.
A finales de 1976 y a principios de 1977, con motivo de estas situaciones, escribí una serie de cinco artículos en el Semanario Universidad, tratando de interpretar el significado de lo que era Cotico y su Cuas Cuás, para el movimiento estudiantil y universitario.
Con su muerte, recientemente acaecida, se selló un capítulo de la memoria estudiantil y universitaria, que difícilmente vuelva a escribirse con personajes similares.
Cotico ocupó su espacio, se distinguió en él y se le reconoce su figura. Profesionalmente se desarrolló en el campo de la sociología, con el que trabajó en instituciones públicas e internacionales. Nos dejó un libro con sus memorias, “Cotico en ruta”, de una parte de su vida.
Los artículos que escribí los reproduzco de seguido de estas notas, que dan una idea de análisis del momento activo de Cotico.
Una interpretación ideológica de la filosofía del Cuas-Cuas
Vladimir de la Cruz
I PARTE
Introducción
Nadie puede negar que el movimiento estudiantil revolucionario ha sufrido un serio revés. Dicho contratiempo se ha manifestado no solo en la pérdida del Gobierno Estudiantil, de manos de la Unidad para Avanzar (UPA) al Partido Acción y Cambio (PAC), sino también en el reflujo teórico ideológico que ha significado el avance de una corriente que popularmente conocemos como el CUAS CUÁS.
Sobre el primer aspecto hablaremos al final de este ensayo. Sobre el segundo aspecto partimos de que este fenómeno ideológico que revestía la forma de la charanga, el vacilón y el carnaval encarnado en la figura de COTICO no fue atendido a tiempo y con seriedad por quienes dirigían el movimiento estudiantil organizado y por las organizaciones políticas de los estudiantes, en cuyo seno recae la responsabilidad del revés electoral recién pasado. Esta responsabilidad es mayor cuando pensamos que es la conciencia y la organización de los estudiantes los que han recibido el golpe más duro, más certero y, ¡cuidado!, más hábilmente planeado.
No bastaba, a nuestro criterio, decir que Cotico o el Partido Acción y Cambio eran la reacción, la derecha, la caverna o la irresponsabilidad porque, aún en este caso, tampoco se ubicó políticamente y de manera clara esta posición práctica en el PAC o en el mensaje oculto que transmitía Cotico.
Insistimos, faltó imaginación para combatir las posiciones ideológicas del Partido Acción y Cambio y de Cotico. Faltó discusión teórica sobre la concepción del mundo que impulsaban los nuevos dirigentes de la Federación de Estudiantes y, sobre todo, faltó un análisis correcto de las causas que desde un año atrás venía generando el desarrollo del Partido Acción y Cambio (PAC), fortaleciendo la figura de Cotico y haciendo calar en una masa considerable de estudiantes la posición vital del Cuas Cuás.
Pretendemos en este trabajo aportar algunas ideas al esclarecimiento de lo que creemos debe constituir el marco teórico correcto con el cual el movimiento estudiantil organizado debe enfrentar las posiciones ideologizantes del Cuas Cuás, del PAC y de Cotico. No es más que un avance de un trabajo más amplio, pero que estimamos debe surgir del seno de un gran debate. Si este debate no se produce, estaremos en lo cierto que el Cuas Cuás se convertirá en el alma de un estudiante atrofiado, obstruido mentalmente y ganado a las posiciones de la evasión de los problemas fundamentales de los estudiantes, de la Universidad y del pueblo costarricense y muy lejano a asumir la posición crítica frente a los principales problemas de la dependencia y el subdesarrollo que vive el país. No son casuales de esto último los Editoriales de toda la prensa diaria, que con regocijo vio el triunfo del PAC; como no son casuales de esa abulia mental la desinformación y el poco análisis crítico, que educara a las masas en la apreciación y superación de los errores, por parte de la prensa popular y de izquierda. Estamos en lo cierto al afirmar que enfrentamos el reto de despertar una juventud que se está levantando tarde…
¿Qué es el Cuas Cuás?
El Cuas Cuás según el propio Cotico es un «proceso»; esto es una serie de fases de un fenómeno. ¿De qué o cuál fenómeno? Del hecho político de ganarle la Federación a los grupos organizados de izquierda. Un proceso que duró abiertamente un año. Fue por así decirlo el instrumento por el cual se libró una batalla ideológica contra la izquierda en el movimiento estudiantil, instrumento que se despreció en la lucha política y en el combate teórico. Fue, en palabras de Cotico el «mecanismo de comunicación de ideas, objetivos y proyectos» con el cual se logró confundir la débil conciencia y organización de los estudiantes, tratando de evitar, como señaló al respecto el Editorial de Excelsior, que la Universidad fuera tomada por asalto por un grupo de fanáticos marxistas.
El Cuas Cuás es una metodología política llevada por medio de símbolos a la contramovilización del estudiantado, a su «decoloración» política, a su separación del proceso de la lucha de clases procurando una «solidaridad emotiva», policlasista o al margen de las clases sociales, impulsando a través de concepciones ideológicas subjetivas una «vocación individual de los estudiantes», que no es otra cosa que alejarlo de la unidad orgánica de las luchas con el pueblo, debilitando así el frente estudiante-pueblo.
También el Cuas Cuás es una definición del movimiento estudiantil. Es el decir de Cotico, «la oposición del movimiento estudiantil democrático PLURALISTA al movimiento estudiantil elitesco, egocéntrico», que según él caracterizó los gobiernos estudiantiles de la Unidad para Avanzar (UPA). Aquí está la esencia ideológica del Cuas Cuás. Aquí Cotico actúa como un ideólogo cuando legitima el pluralismo, el policlasismo, como un solo fenómeno: la Democracia en el movimiento estudiantil, en la Universidad y por ende en el país. Esta es su «concepción democrática y pluralista de la política».
El Cuas Cuás: una forma de la ideología burguesa en el movimiento estudiantil
Si partimos de los símbolos animales y naturales que utilizan los ideólogos del Cuas Cuás no nos equivocamos al destacar que en ello están enmarcando su concepción del mundo, están reflejando su existencia social. Por embrionaria que sea, su Conciencia social es el resultado de su actividad práctica, de su lucha por tomar el Gobierno estudiantil, que no es otra cosa, en el movimiento universitario que la lucha por la toma del poder, el problema central de toda revolución.
Hay que reconocer entonces que las condiciones materiales de origen social; de vida, de la gran masa del estudiantado permite el desarrollo de una corriente, de una concepción del mundo que se refleja en el Cuas Cuás y de manera más precisa, la particularidad de esta conciencia de los estudiantes que votaron por el Partido Acción y Cambio (PAC) se define por la particularidad de los estudiantes de Estudios Generales y dentro de éstos por aquellos que asisten a la Universidad por la mañana. Ese surgimiento de la ideología del Cuas Cuás en el seno de la Conciencia Universitaria, de esa «conciencia lúcida de la Patria» no es más que el surgimiento de la apatía a los grandes problemas estudiantiles, universitarios y nacionales.
Decimos que en el proceso del surgimiento de la conciencia social el hombre y el animal se comportan de dos maneras distintas frente a la Naturaleza. El hombre la adapta a sus necesidades, lo que presupone un conocimiento de las propiedades de las cosas, es decir de su esencia. Al animal la naturaleza lo adapta y no la percibe como una relación, fenómeno que sí ocurre en el hombre, debido a que el proceso del trabajo lo separa de la naturaleza. De esta manera podemos, por analogía, decir que quienes han diseñado el Cuas Cuás como una manera de comportarse, han calculado la separación orgánica del movimiento estudiantil (el hombre) de la problemática social que le rodea (la naturaleza) y que esta desapareción, así concebida, no es más que la aceptación tácita del hombre adaptado; el animal sometido, los estudiantes enajenados, alienados, marginados de la lucha social.
Si concebimos la Universidad como una República (La República Universitaria) podemos aceptar igualmente que ésta tiene su pueblo y que él tiene un proceso de trabajo muy específico: el proceso del trabajo intelectual.
El desarrollo de la producción permite el surgimiento del conocimiento teórico. El proceso de la producción de bienes materiales dio origen a la división del Trabajo (separación del trabajo físico e intelectual) y consecuentemente a la división de la sociedad en clases sociales con carácter antagónico; lo que igualmente generó una conciencia social y una conciencia de clase, donde se expresaron espiritualmente los distintos intereses materiales.
En la República Universitaria este proceso siguió una línea semejante. Frente a la ciencia; frente al conocimiento teórico en abstracto, el pueblo universitario no se dividió porque el conocimiento como totalidad le sirve a los distintos sectores que componen ese pueblo universitario.
El problema radicó en cuanto ese conocimiento quiso aplicarse a los intereses concretos de los distintos grupos sociales del pueblo universitario. Fuera de la universidad: para justificar la explotación de clase o para descubrirla y contribuir a eliminarla. En su aplicación concreta en el conocimiento científico adquirió carácter de clase, por así decirlo. Ya no perteneció al género humanidad sino que pasó a servir a los intereses de las distintas clases. Esto produjo consecuentemente la necesidad de fundamentar y justificar los distintos intereses de clase. Las clases que ostentaron el poder de explotación lo legitimaron a través del proceso ideológico, donde se reflejaron los intereses de estas clases y las tareas que tenían planteadas ante la sociedad: las que estaban fuera del poder desarrollaron posición de clase, una conciencia de clase.
La ideología así es la conciencia de clase de las clases con poder de explotación, lo que hace que sea la conciencia de las clases explotadoras expresada bajo la forma de un todo estructurado por los proponentes más lúcidos de dichas clases sociales (el caso de Cotico en la Universidad) y transpuesto al resto de la sociedad (La República Universitaria) bajo la forma de un sistema de ideas (el Cuas Cuás) y sus correspondientes actitudes, (el baile, la danza, el combo) que aseguran la cohesión de los individuos en el contexto de la explotación de clase.
En la Universidad este proceso se da en la medida que el Cuas Cuás asegura la cohesión de los estudiantes en las luchas no universitarias ni nacionales, en la barra, en el estadio, en la plaza, en el combo, lo que hace de facto que el movimiento estudiantil pierda ese carácter crítico, esa capacidad de ser conciencia lúcida de la Patria, lo que igualmente significa someterlo a los intereses de la explotación de clase y a los intereses del Estado de clase por inactividad, por falta de capacidad crítica y por falta de compromiso histórico. Esta es otra parte del mensaje ideológico oculto del Cuas Cuás: acallar la Universidad; aquietar y sosegar al movimiento estudiantil.
En el pueblo universitario por estos motivos se da la lucha de clases con su propia especificidad.
Una primera etapa, en los últimos años, cubrió al ascenso vertiginoso por una toma de conciencia y un real compromiso del movimiento estudiantil con los grandes problemas del país y sus soluciones y la denuncia de los mismos. Culminó ese proceso con la llegada al gobierno estudiantil de la Unidad para Avanzar (UPA). Los grupos que perdieron el poder, el gobierno estudiantil, recularon, experimentaron un proceso electoral y organizaron el asalto al poder ganando la conciencia de los estudiantes; es decir ganar su falsa conciencia al conquistar su manera de comportarse, sus sistemas de costumbres, sus hábitos, sus actitudes. Esto frente a un vacío teórico de la UPA que permitió fácilmente llenar necesidades anímicas sentidas, a través del mensaje del Cuas Cuás, totalmente desmovilizador.
Los mecanismos de explotación ideológica que utiliza el Cuas Cuás, como categorías de sometimiento, son el uso generalizado de aprovechamiento de la conciencia común; esto es, las experiencias empíricas de los estudiantes; cierta sicología social (reglas de trato social que impulsa particularmente Cotico) y una nueva «creación artística» (las danzas de Cotico), para lo cual aprovecha con más fuerza los aspectos de la conciencia puramente individual, que serían los rasgos comunes a la conciencia social, que se tiene, pero que se reflejan individualmente en razón de la ubicación social, la educación, la carrera de estudios, la capacidad y las condiciones de vida, lo que hace, en un medio como el de Estudios Generales, ya descrito, que el mensaje del Cuas Cuás cale más profundo y lo que teóricamente pone en entredicho la misión de las Humanidades. Una segunda etapa (planteada) reconquistar el gobierno estudiantil.
(Artículo publicado en el Semanario Universidad el Lunes 6 de diciembre de 1976, Página 4)
Los símbolos del cuas cuás
Vladimir de la Cruz
II Parte
El mensaje oculto y abierto que impulsa el Cuas-Cuas se lleva a cabo a través de un lenguaje puramente simbólico que se ejecuta en cuatro niveles: 1-Símbolos Animales y Naturales; 2-Símbolos Artísticos; 3-Símbolos Lingüísticos y 4-Símbolos Políticos.
El lenguaje simbólico usado ha sido el instrumento de mayor eficacia política utilizado en toda la actividad estudiantil (política) de los últimos años; a tal punto que, en la forma, Cotico, aparentemente, se presentaba solo enfrentándose a grupos estudiantiles sólidos, de muchos años de experiencia política universitaria y, por qué no decirlo, hasta con apoyo de Partidos Políticos.
Así el simbolismo del Cuas Cuás y las formas lingüísticas de él, impulsadas por Cotico, constituyeron el lenguaje filosófico e ideológico del Cuas Cuás. El valor musical y simbólico de las palabras usadas, los matices más sutiles de las impresiones y de los estados anímicos, tratando de explicar el secreto del alma estudiantil, presentó al Cuas Cuás casi como un Movimiento poético, como una necesidad anímica de los universitarios, que gravitaban convencionalmente en el signo de la Tortuga, el Caracol y demás figuras del Cuas Cuás, así como también ideológicamente, el Cuas Cuás adquirió la forma religiosa apostólica, de los artículos de la fe de Cotico.
Los símbolos animales y naturales
No ha sido Cotico ni el Cuas Cuás quien ha usado símbolos animales para transmitir su mensaje. En años anteriores ya habían sido usados el Gallo, por el Frente de Acción Universitaria (FAU); el Toro, por la Unidad Estudiantil de la Izquierda (UNEI) y los Búhos. Sus contenidos eran distintos y no son objeto de este análisis. Respondieron a otras necesidades fundamentalmente representando el canta-claro del Gallo, las denuncias de un movimiento estudiantil organizado y de una gran actitud vigilante de la Universidad (el Frente de Acción Universitaria, FAU) y el ascenso vertiginoso de la unidad fuerte y combativa de la UNEI (Unidad Estudiantil de la Izquierda) hasta la primera campaña de la Unidad para Avanzar, UPA, (representada en el toro).
El símbolo más importante usado por el Cuas Cuás fue la tortuga, que es un animal pesado, lento, sin boca, con un pico como el de las aves; de cuerpo corto encerrado en una envoltura o carapacho muy resistente, que produce la concha. Es en el caso del Cuas Cuás un reptil de tierra, por lo menos así lo representan. Como reptil que es, se arrastra; de sangre fría. Su piel está reforzada por láminas dérmicas (la concha) muy fuertes. Son de movimientos vivaces, es decir animados, de rápido actuar, sobre todo en el agua.
El otro símbolo usado fue el caracol, que es una concha en espiral cuyo significado fue usado musicalmente como bocina, que sirve para llamar de lejos, para avisar la presencia de Cotico y para reunir a los estudiantes en la plaza. Religiosamente explota la misma atracción que produce el sonido de las campañas para ir a la iglesia o a la Misa.
¿Qué desea representar realmente Cotico con la tortuga?
La tortuga fue usada como una droga, como un estimulante para una «juventud desorientada, desorganizada y con falta de identificación social e individual». En este mismo sentido, ha sido usado todo su lenguaje y todo su simbolismo. Pero también podría ser la visión que Cotico tiene de la Universidad: yuxtaposición de las Unidades Académicas como yuxtapuestas están las láminas del carapacho, solo que él las ve divididas entre sí y consecuentemente dividido el movimiento estudiantil, al que hay que darle cohesión; unidad. Desde este punto de vista el carapacho representa para él la capacidad receptiva y refractaria de la solidaridad universitaria.
También alegóricamente podría representarse la muerte del movimiento estudiantil en la medida que la cabeza de la tortuga representa la tumba y que en tierra significa igualmente gran lentitud y debilidad de movimientos, en tanto en el agua representa virtuosidad, pujanza y fortaleza, además de una larga longevidad.
También podría representar la Tortuga su propia protección de cualquier ataque social, familiar o individual así como su interés de demostrar públicamente que es diferente de los demás. Tiene para él una acepción, el uso de la tortuga que es la participación consciente de los estudiantes, a través del carapacho (unidades académicas) donde se cohesionan por el llamado proceso del pacho que conduce (jaleas) a superar las dificultades (de los estudiantes).
Así las cosas la tortuga expresa, en el Cuas Cuás, un movimiento estudiantil no crítico, que está representado por falta de una boca bien estructurada en la tortuga, lo que es igual a una falta de capacidad para emitir vocablos (para eso está el caracol y los ruidos que de él emanan al soplarlo). Si no hay vocablo no hay comunicación. La comunicación, la solidaridad que busca el Partido Acción y Cambio y el Cuas Cuás es a un nivel puramente emotivo, instintivo, como los animales, sin ningún mensaje de compromiso con la realidad social y con la realidad universitaria. También podría representar un movimiento estudiantil vil, rastrero; que se arrastra, sin capacidad crítica, protegido de una concha, muy resistente, capaz de enfrentar su abúlica participación política.
El rastrerismo del movimiento estudiantil iniciado por el Cuas Cuás es en la práctica el sometimiento de los intereses del movimiento estudiantil, de la Universidad vinculada al pueblo, a los intereses de las clases dominantes y consecuentemente la apatía política de la organización estudiantil Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR).
Desde el punto de vista de la Heráldica (tratado o ciencia que enseña a conocer todo lo referente a los blasones o escudos), cuando aparecen conchas en un escudo con la convexidad hacia afuera (como en la tortuga) se simboliza un espíritu joven, estudioso, para producir glorias a su patria y a su familia, o de un general cuerdo que no expone su persona a las contingencias de la guerra, para evitar los graves males que podrían causar su muerte o su prisión; en fin es símbolo de un caballero que aspira a adquirir buen nombre en regiones extranjeras.
En obvio, entonces, si esta concha se coloca sobre una tortuga que a su vez significa el Partido, éste se refugiará en la concha ante el acecho de peligros que produzcan su exterminio. Se simboliza aquí también un avance lento del Partido (Acción y Cambio), pero un avance seguro (que duró); por un camino ya fijado (con la metodología del Cuas Cuás); vigilante (con la cabeza de la tortuga hacia un lado, tal y como la representan); hacia una meta ya definida y estudiada (ganar el gobierno estudiantil a la izquierda y la destrucción de la organización consciente, no emotiva, de los estudiantes). Simbólicamente la tortuga no va a ciegas porque hay un sol que le ilumina el camino (los ideólogos y los políticos prácticos del Cuas Cuás, que evidentemente no son Cotico, son quienes en términos reales conducen la tortuga y su actividad práctica política: Rodrigo Cordero, Echeverría y Compañía).
Igualmente el Partido Acción y Cambio (PAC) se autorepresenta como humanista, según dice Rodrigo Cordero (!), y naturalista en la medida que tiene por símbolo, pensamos nosotros, elementos naturales y simples y no cosas fabricadas por la técnica. Sobre el Humanismo religioso del Cuas Cuás nos referiremos al final.
(Artículo publicado en el Semanario Universidad el 20 de diciembre de 1976, Página 5)
La gelatina evasiva del Cuas Cuás
Vladimir de la Cruz
III Parte
El lenguaje «artístico» y la lexicografía del Cuas Cuás han sido los instrumentos de mayor fuerza de la actividad del Partido Acción y Cambio; es decir del Cuas Cuás.
El lenguaje que llamamos «artístico» se reduce a la actividad práctica de danza, baile y canto que ejecuta Fernando Coto Martén (Cotico).
Para este análisis partimos de que el arte está íntimamente vinculado a una determinada concepción del mundo; que como tal refleja la realidad; que a través de él se pueden conocer la propiedad estética de la misma y que no sólo refleja la realidad sino que valora lo representado (afirmándolo o negándolo).
La «expresión artística» del Presidente de la FEUCR y su Cuas Cuás tiene tres manifestaciones mezcladas entre sí (danza, baile y canto artístico) sin poder precisar a ciencia cierta cuál es el producto artístico de ellas. La función económica de su actividad «artística» radica en «vender» un producto (su trabajo (?) artístico: el baile gelatinoso del Cuas Cuás, a una masa de estudiantes y otros sectores de población (valor de uso y valor de cambio de la mercancía «Cuas Cuás») llenando necesidades de la clase social a que DON (de Origen Noble; D.O.N.; Don) Fernando Coto Martén pertenece y en la que realiza. Por ello, aquí la «expresión artística» tiene no solo una representación ideológica de clase sino también de la crisis moral en que se desenvuelve la clase social burguesa.
La función artística de «su» expresión artística radica en el modo social de comunicación. La danza, el baile y el canto, todo mezclado gelatinosamente, sirve de vehículo de ideas y de sentimientos (su valor de uso) para transmitir reflejos y reacciones del Presidente del Cuas Cuás ante la realidad burguesa que le rodea y de la cual reniega sin perder su cordón umbilical.
El análisis del baile gelatinoso del cuas cuás, lo confesamos, nos planteó los siguientes problemas: 1.- el análisis del arte y del artista como una mercancía peculiar; el papel que ellos desempeñan en la sociedad y, digámoslo también, en la división social del trabajo; 2.- el estudio de las estructuras del lenguaje artístico: las reglas y normas de uso del material; la simbología implícita y explícita; los métodos de comunicación hacia el público y 3.- la expresión de la conciencia de clase y de la época en el «arte» del Cuas Cuás.
En primer término concluimos que el Cuas Cuás no es un arte específico. Es, eso sí, una caricatura de arte. Por tanto tampoco Fernando Coto Martén es un artista sino un joven al que le gusta la expresión artística del baile. En segundo lugar concluimos que como artista no desempeña ningún lugar en la sociedad costarricense pero que si lo desempeña ideológicamente por el papel que cumple: como habanero del Cuas Cuás.
En tercer lugar tampoco desempeña un papel en la división social del trabajo como hacedor del Cuas Cuás.
En cuarto lugar concluimos que el Cuas Cuás si bien no es un producto artístico determinado, sí llena estas necesidades y se vende como tal. Esto en parte motivado por la ausencia de una política artística y cultural de parte de las Federaciones Estudiantiles anteriores a la del Cuas Cuás y por la ausencia de una verdadera Semana Universitaria que llena masivamente, en estos aspectos, a los estudiantes; además de la poca preocupación que a esto le han prestado los grupos políticos dentro de la Universidad.
En quinto lugar la gelatina del Cuas Cuás se realiza sin ningún apego a normas y reglas artísticas más que a los impulsos y gritos del habanero Cotico.
En sexto lugar que lo único que se realiza con arte es el conjunto de movimientos de cuerpo, brazos y piernas de manera más o menos ordenada y a compás. De aquí que la forma dominante de la gelatina sea el baile y no la danza.
En séptimo lugar si hay una carga simbólica implícita en todos los movimientos de baile de Fernando Coto Martén que son a su vez los medios que lo comunican con el público.
Por último que en toda esa charanga, baile familiar de Cotico, está reflejada no solo su conciencia social (como él ve el mundo); sino también su conciencia de clase (la necesidad de apartar a los estudiantes de la lucha revolucionaria) y la época que le toca vivir en donde él cede frente a la escalada y violencia fascista en todos los órdenes de la vida social con una política de «no violencia», de «paz social», de «no compromiso» haciendo de hecho la política del fascismo, del anticomunismo, de la violencia institucionalizada, y relegando a los sectores estudiantiles a una pasividad y conformidad frente a la sociedad violenta, que enmarca la concepción filosófica reaccionaria del Cuas Cuás.
(Artículo publicado en el Semanario Universidad el 17 de enero de 1977, Página 5)
El canto anticomunista del pájaro mamador del Cuas Cuás
Vladimir de la Cruz
IV PARTE
La carga simbólica implícita y explícita de la gelatina bailable del Cuas Cuás gira alrededor de tres bailes: 1- La mal llamada Danza de la Revolución Cubana; 2- La Danza del pájaro mamador y 3- el resto de bailes realizados por el Presidente del Cuas Cuás.
La Danza de la Revolución Cubana pretendió ser un canto a la Revolución, donde el Presidente del Cuas Cuás hablaba del cambio revolucionario operado en la Isla de la Libertad. Señalaba muy débilmente, un compromiso con la lucha antiimperialista de los pueblos latinoamericanos. Proviniendo de quien venía no dejaba de ser atractivo y hasta innovador la forma como Fernando Coto Martén se vinculaba a la Revolución Cubana. Pero no era una vinculación sincera. Era una forma de hablar de la Revolución que terminaba hablando mal de ella, es decir, criticándola con buena dosis de profundo resentimiento anticomunista; se exaltaba la necesidad de la Revolución, del cambio y a renglón seguido se decía que no era necesario el contenido revolucionario de la misma; exaltaba la formación de una sociedad nueva y decía sobre la pérdida de libertades del hombre de la nueva sociedad cubana (las libertades burguesas).
La posición cuascuasiana frente a la Revolución Cubana posiblemente se originó en la escasa militancia política de don Fernando Coto Martén, no sólo escasa sino desordenada ideológica y teóricamente. Se vinculó a los movimientos políticos (!) como Presidente de los estudiantes del Colegio Lincoln (donde estudia lo más rancio de la burguesía nacional y extranjera). Esta fue su primera militancia: en una lucha estudiantil, que es una militancia política. No conocemos actividades desarrolladas en este sentido ni por los estudiantes de la Lincoln ni por el que fuera su Presidente. En todo caso lo cierto es que dicho puesto en el mencionado colegio posiblemente, en su época, no dejaría de ser así un puesto de figurón. Luego sufre el impacto de la lucha antiimperialista contra la ALCOA y se vincula a la Juventud Revolucionaria Demócrata Cristiana (JURDEC), la organización juvenil del Partido Demócrata Cristiano donde fortalece sus sentimientos y prejuicios anticomunistas, de los cuales no ha logrado desembarazarse. Llegó a ser presidente de la JURDEC. En 1970 ingresó al llamado Movimiento Universidad Joven, que reunía una serie de jóvenes que habían participado en las luchas contra la contratación de ALCOA. Aquí, según su decir, adquirió sentimientos «anarquistas románticos» que no solo lo llevaron a votar y a medio participar por grupos de izquierda como la UNEI sino que también lo llevaron a crear el llamado Movimiento Escalante Revolucionario, organización que reunió un grupo de los amigos de su barrio, con el fin de protestar contra los bailes de «debutantes» que se realizaban en el Club Unión, alegando que frente a ellos el «pueblo tenía hambre» y rechazando anímicamente esa tradición aristocrática.
Para 1973 unió sus sentimientos a la admiración que sentía por Alberto Salom, candidato de la izquierda universitaria y en el canto a la Revolución Cubana terminaba con una alegoría a Salom, al que llamaba el «Comandante Salom».
Alberto Salom había sido Presidente del Saint Francis a la vez que Fernando Coto Martén lo era de la Lincoln. La diferencia era que Salom desde esa época se había vinculado con mayor compromiso que Cotico con las luchas políticas de los estudiantes. De aquí que Cotico lo admirara (su deseo intrínseco de realizarse tan plenamente como lo hacía Salom a diferencia de él) y lo rechazara simultáneamente (la crítica al compromiso revolucionario de Salom y lo que Salom, generacional y socialmente podía representarle).
Así su danza a la Revolución Cubana terminaba con «un Comandante Salom» altamente criticado y no resaltaba en Salom aquellos elementos políticos con los cuales se estaba proyectando al seno del movimiento estudiantil sino que destacaba otras cualidades de Salom: que era excelente basquetbolista; que era muy admirado, según él, por las «niñas», a las cuales él «sentía una ansia de amar y de andar con alguna».
Para 1974, según él, ofreció su actividad bailable a Salom y a los grupos de izquierda, en la Danza de la Revolución Cubana, que a su decir era un análisis del materialismo histórico (¿?), análisis que culminaba en la llamada Danza del Pájaro Mamador. Su concepción del materialismo histórico radicaba en dudar si era el «Estado» o el hombre el que debía cambiar, y concluyó que era el corazón del hombre el que debía operar el cambio.
Cuando los grupos de izquierda rechazaron el ofrecimiento de bailes de Cotico consideró que Salom se había vuelto dogmático y empezó no solo a criticar a Salom, en sus bailes, sino a oponerse a la Revolución Cubana en la medida que estimaba que él no podía estar de acuerdo con la dictadura del proletariado (lo que implícitamente quiere decir que está de acuerdo con la dictadura de la clase de la burguesía).
Su crítica a la Revolución Cubana lo llevó junto con Rodrigo Cordero el domingo 16 de enero último a decir, en el Parque Central de San José, que la Revolución Cubana era una «dictadura asesina» y a pregonar la libertad de Hubert Matos, haciendo CORO con Pinochet, los cubanos anticastristas, con la gusanera y con todo el anticomunismo internacional.
Ese ha sido su compromiso con la Revolución Cubana. Esa la esencia de su danza a la Revolución, la esencia de la clase social en la cual él se realiza espectacularmente para deleite de su público, que no participa más que fantasmagóricamente, es decir, sintiendo que con el show de Cotico ellos están participando de lo que Cotico les está enseñando. Ese es también el grado de participación que él da en la «plaza».
El compromiso con la lucha antiimperialista de los pueblos latinoamericanos la resume a: 1- criticar al Partido Comunista por cuanto en su existencia no ha sabido, según él, hablar, comunicarse con el pueblo y además porque Partido Comunista es, para él, presencia del «imperialismo ruso», de los esquemas rusos y prorusos. Hacer anticomunismo es hacer antiimperialismo al estilo del Cuas Cuás. Esto es no tocar las verdaderas raíces del imperialismo como un fenómeno del desarrollo intrínseco del capitalismo y evadir conscientemente la verdadera problemática de la situación de subdesarrollo y dependencia que sufren nuestros países de los consorcios imperialistas; amén de la dependencia tecnológica, científica y cultural (de la cual el Cuas Cuás es una expresión refinada de ella), que tiene el imperialismo sometido a nuestros pueblos e instituciones. Pero es, además, eliminar los verdaderos amigos de los pueblos en su justa lucha de liberación nacional, utilizando esquemas que operan en un estado de contrainsurgencia anticomunista; es jugar con el anticomunismo como una forma de distraer las fuerzas antiimperialistas haciendo ver que el socialismo y el capitalismo son esencialmente iguales. 2- identificarse con la petición fascista de Pinochet de canje de prisioneros políticos chilenos por prisioneros de la Revolución, sin entender que la justicia revolucionaria de Cuba no se comercia y, además, sin entender la justicia de la Revolución Cubana, que logra redimir un pueblo entero, por lo que no puede tener una situación de injusticia en los términos que Pinochet quiere igualar su represión fascista y la situación a que tiene sometidos los presos políticos de ese país, con la vida de Cuba y la situación de los presos en la Isla. 3- pedir a Carter, por boca de Rodrigo Cordero, que intervenga en la lucha del pueblo panameño en su justa demanda de rescatar la soberanía panameña en el Canal a efecto de evitar «guerrillas» alentadas por Cuba y que a su decir operarían en Talamanca. Esa es su lucha antiimperialista: anticomunismo, identificación con los intereses fascistas de Pinochet y mantenimiento del enclave canalero.
(Artículo publicado en el Semanario Universidad el 31 de enero de 1977, Página 6)
El amor del conchudo pájaro mamador del Cuas Cuás
Vladimir de la Cruz
V PARTE
La Danza del Pájaro Mamador es el segundo baile evasivo del presidente del Cuas Cuás. En él pretendía rescatar la situación angustiosa que vive el campesino costarricense (el CONCHO). Según don Fernando Coto Martén, ésta era una alegoría de la danza de Stravinski. El Pájaro Mamador representa al «campesino tapis» que con el licor, drogado por él, regresa al seno materno, por cuanto la borrachera le produce al campesino un estado de seguridad, que a su vez es un estado de enajenación (!): «es como el niño que mama la leche de su madre», según su propia expresión.
La Danza del Pájaro Mamador tiene una carga simbólica sexual muy fuerte y una crítica a la sociedad de consumo de alimentos y a las dietas de engorde.
El CONCHO, el campesino nuestro, está muy débilmente representado en la Danza, la que pretendiendo rescatarlo de su medio social enajenante, el licor y las dietas de engorde, lo mantienen fijado en su medio social como el niño a la madre, a su trabajo y sus relaciones sociales.
En todo el baile o danza no hay ninguna alusión a la organización de clase del campesinado ni a la transformación de las relaciones de producción en el campo y, mucho menos, critica al régimen de tenencia de tierra y de propiedad latifundista o al acaparamiento de tierras por parte de terratenientes, ni hay tampoco un canto al recuperador de tierras, al precarista y, menos aún, su defensa.
Implícitamente, la Danza del Pájaro Mamador es el canto al campesino, al CONCHO, para que se quede como está pero sin tomar licor y sin comer azúcares y harinas; que no cambie sus relaciones de producción; que no transforme su realidad social; que no haga revolución. Es, en resumen, el canto no al CONCHO sino al CONCHUDO, al hombre pasivo que poco le importa su situación social, el compromiso político. Es un canto al enajenado político para mantenerlo alejado de las posibilidades reales de romper su alienación ideológica, la que se manifiesta en el conchudo, preocupado de las dietas de engorde, de las llamadas «culturas del Quequito» y «del Azúcar» y del sexo (la cultura sexual).
La carga simbólica sexual está en que las comidas también sustituyen al sexo, lo que produce según Cotico «una gran miseria sexual», oralidad sexual manifiesta. Así la Danza del Pájaro Mamador se convierte, según su decir, en «sexo sublimado», canalizado por las posiciones del baile, o de los bailes, que realiza superando ansias e infelicidades reprimidas.
Esto lo expresa don Fernando Coto Martén cuando en plenos bailes reparte frutas bailando en tanga o cuando en tanga persigue, con una culebra no venenosa en la mano, a alguna muchacha. La misma participación bailable en tanga o casi desnudo es parte de la crisis sexual que se lo come; es siquiátricamente hablando, su necesidad de enseñar, es una especie de «desnudo fugaz» pero en tanga.
Es, en Cotico, el baile de la Tanga, la evasión concreta de la realización sexual; es como una vedette que produce en la imaginación de quienes lo ven, ya enajenados sexuales, la satisfacción sublimada del sexo que no se realiza.
Por ello, en la Danza del Pájaro Mamador también se manifiesta la carga ideológica de la evasión, del compromiso real y concreto, solo que en este caso en el campo del amor, del amor sexual y de aquí también se evade el amor social, el compromiso político por la transformación de la sociedad.
La evasión de la realización sexual concreta culmina en el canto al «semen, energía espiritual profunda», lo que quiere decir en términos prácticos negar la capacidad reproductora (inhibición sexual) pero además, en términos políticos, no realizar actividad política; ver la política como una religión en cuanto realización espiritual; declamar en una sociedad violenta la «no violencia»; es lo no reproductor; la no organización de los estudiantes para luchas concretas, para luchas nacionales y para luchas patrióticas y políticas.
La impotencia sexual manifiesta en la Danza del Pájaro Mamador es la expresión sexual de la impotencia política de la actual Federación de Estudiantes y de quienes contribuimos, en mayor o menor grado, a que se llegara a ese estado de cosas.
La Danza del Pájaro Mamador, por último, podría tener otra acepción (lo que ayudaría en parte a explicar el éxito de su atención en el estudiantado que la sigue); en ciertas familias burguesas y pequeño burguesas los niveles de comunicación entre padres e hijos no solo se rompen sino que se tornan muy violentos, sobre todo cuando los padres desean la realización de los hijos al estilo que ellos lo hicieron. Los hijos rechazan violentamente esta realización. Comprenden que sus padres están realizados a otro nivel y que no necesariamente deben seguirlos; por el contrario deben realizarse en su nivel. Luchan las dos fuerzas, la que fija al seno materno, a la familia; la que libera desarrollando una personalidad vigorosa, independiente, autónoma, con nuevas concepciones sin rechazar la escala de valores ni las normas de aprendizaje, solo que aplicándola de acuerdo a las relaciones de las distintas conductas que van emergiendo. Cuando esto no es aceptado por los padres, se rompe todo tipo de comunicación y se produce el rechazo a toda la escala de valores y reglas morales aprendidas y la creación de un nuevo código de comportamiento, tan violento como el que le impusieron a uno pero que opera contra los padres que se niegan a aceptarlo más que por la fuerza. Es la afirmación y el triunfo de una individualidad invertida, en función de los padres; del super ego (en todas sus manifestaciones), en donde los hijos ya no se realizan igual que los padres y, no solo eso, sino que lo hacen de la manera más opuesta y diferente y donde los niveles de comunicación también se invierten: no son ya los hijos que no entienden a sus padres sino los padres que no entienden a sus hijos. Esto es muy propio en sectores de la burguesía, clase media alta e hijos de profesionales, la base social no solo en general de la Universidad sino de manera concreta de los Estudios Generales. Esto es lo que Cotico llamaría «excretar la concha», lo «que sirve para desvelizar el inconsciente que sirve, a su vez, para transformar la sociedad sobre la verdad y la justicia», totalmente idealizada y alejada de la realidad misma; aceptada conchudamente con CASCARA, con CARAPACHO. Así el Cuas Cuás es reflejo de la crisis de la sociedad inmoral.
(Artículo publicado en el Semanario Universidad el 14 de febrero de 1977, Página 4).