La ciudadanía tiene que estar alerta

José Luis Pacheco Murillo

No puede pasar desapercibida la situación que está viviendo el país. No se trata de un tema trivial, se trata de la estabilidad política, social y económica del país. Por un lado, el gobierno tomando decisiones que nunca se habían tomado y por otro un sector de la prensa, al que se le suman voces desde la Asamblea Legislativa, expresidentes de la República y agremiados de diferentes corrientes. El asunto no es sencillo.

Una decisión gubernamental ha generado toda una escalada de manifestaciones por parte del medio que se ha visto afectado y con el apoyo de algunos otros que se han aliado a ellos, de forma incondicional. Sin embargo, hay que diferenciar las cosas.

La decisión del gobierno, se esté o no de acuerdo con ella, no tiene nada que ver con la libertad de expresión, con la libertad de prensa.

Son cosas muy diferentes, pero a quien le interesa enredar las cosas y propiciar situaciones de enfrentamiento para desviar la atención del tema central, ha hecho creer y se ha enfocado en un tema de libertad de expresión y libertad de prensa, lo que no tiene nada que ver con la decisión concreta de suspender temporalmente, hasta tanto cumpla con los requisitos una actividad comercial.

Parece exagerada la posición de un medio de comunicación que se ha visto afectado por la suspensión de actividades colaterales y diferente a su actividad de prensa. Y esa exageración ha venido en virtud de ligar una cosa con la otra y lo lamentable es que muchos hayan caído en el juego de ese medio de comunicación en el sentido de manifestarse contra el gobierno por haber, según ellos, “cercenado el derecho a la libertad de prensa y de libre expresión”, cuando esas libertades la están ejerciendo plenamente con ataques directos y en ocasiones infundados contra el gobierno.

La ciudadanía tiene que estar alerta. Debe estar atenta y debemos informarnos adecuadamente para, desde nuestra posición de ser simples ciudadanos, decidir quién tiene la razón. Sin apasionamientos o sin rencores, solamente sopesar las evidencias y entonces definir nuestra posición.

No se puede tapar el sol con un dedo y por ello no se puede dejar de lado la existencia de un conflicto entre el gobierno y un sector de la prensa. Precisamente por eso es que debemos de saber diferenciar. Y saber discernir sobre quién tiene la razón. De forma objetiva y transparente.

Es fácil predecir que esto es tan solo el inicio. Vendrán muchas más cosas pues las posiciones son antagónicas y el tema de lo que se dice y lo que se informa apenas comienza.

Dios quiera que todo llegue a buen puerto y que la ciudadanía aprenda que no todo resulta de la manera que pensamos. Que podamos saber que todo depende del cristal con que se mire y el mejor cristal para mirar las cosas es el de la objetividad y la transparencia.