La fe presente en la resistencia pacífica de los pueblos

Santa Misa, 15 de octubre 2023, en la resistencia pacífica de la Ciudad de Guatemala, liderada por las autoridades ancestrales de los pueblos originarios.

Texto de Mayra Rodríguez, Sector interreligioso Centinelas, Guatemala

El 2023 fue un año épico para Guatemala. Era un año electoral, en el que, a pesar de que muchas instancias sociales y civiles habían apostado por la formación ciudadana, el panorama no era halagüeño. 26 de 30 partidos políticos buscan perpetuar en el poder a las fuerzas antidemocráticas, que han vivido por años de la impunidad, la corrupción y la violencia.

Las elecciones fueron en junio y con ellas se abrió una brecha a la esperanza que se consolidó en agosto, en una segunda vuelta electoral que llevó al ejecutivo a un binomio presidencial propuesto por un partido político pequeño, nuevo, integrado en su mayoría por jóvenes bajo el liderazgo de Bernardo Arévalo, hijo de uno de los presidentes que hizo historia en Guatemala por generar nuevas rutas para el país, allá por la década de los 40’s, en el período conocido como la Primavera democrática de 1944-1954.

Dicho triunfo electoral activó todos los mecanismos de las mafias que se resisten a salir del Estado y, con el Ministerio Público (MP) como su principal operador, inició una cacería de brujas contra el binomio ganador y su partido político, que terminaron afectando a toda la población. No solamente abrían procesos penales espurios contra el partido, sino que atacaron al Tribunal Supremo Electoral, máximo órgano rector del proceso y secuestraron las urnas en las que el pueblo había emitido su decisión. Un golpe estado se gestaba, aún antes de que el binomio electo tomara posesión de sus cargos.

Frente al riesgo de perder la poca democracia de Guatemala, un actor importante -y mayoritario- se movilizó: los pueblos originarios, que bajo el liderazgo de sus autoridades ancestrales y comunitarias lideraron una gesta histórica que nos llevó a seguir respirando esperanza y creer en Otra Guatemala Posible, con el concurso de todas y todos.

Las varas de las autoridades ancestrales y comunitarias, símbolo de servicio, en el último día de resistencia en Gerona, frente al Ministerio Público.

Del 02 de octubre de 2023 al 15 de enero de 2024, los pueblos originarios de Guatemala lideraron una lucha pacífica, a la que se sumaron distintos sectores organizados y no organizados de la sociedad con plantones en diversos puntos del país, teniendo como punto central la calle frente al edificio que ocupa el Ministerio Público. La demanda: el respeto a la democracia y la renuncia de quienes habían dirigido el secuestro del voto popular: la Fiscal General y 2 de sus fiscales, así como el juez que dio la orden judicial.

Las autoridades ancestrales y comunitarias dieron cátedra y cambiaron las formas de protesta social acostumbradas en la ciudad. Las vuvuzelas se sustituyeron por discursos con contenido político; las palabras disonantes fueron excluidas de dichos discursos, en los que siempre existió un poderoso llamado a la lucha pacífica. No manchar y mucho menos dañar la infraestructura pública fue otra de las características de dicha protesta y un llamado constante a protestar con el rostro descubierto, porque cuando se defiende la democracia se hace “con la cara y las manos limpias” decían.

Nos enseñaron que todas y todos podemos ser parte activa de la lucha y defensa de la democracia, de diversas formas. Saliendo a las calles con carteles y discursos, si, pero para aquellos que no podían, también era importante llevar un plato de comida, un poco de música, algo de arte, en los momentos que pudieras. A esta lucha aportaron incluso quienes tuvieron que abandonar el país, migrantes guatemaltecos en todo el mundo fueron parte de la lucha por la democracia.

Voluntarias y voluntarios en la Cocina Solidaria, preparando y sirviendo alimentos para los pueblos en resistencia.

En esa gesta histórica la fe jamás hizo falta. La oración y los servicios religiosos acompañaron cada día, los distintos plantones que defendieron la democracia del país. Enfrente del MP por ejemplo, no hubo domingo que hiciera falta la Santa Eucaristía, como tampoco hizo falta el culto evangélico.

Fueron 106 días en que las comunidades indígenas nos enseñaron la dimensión de la fe y de cómo se vive de manera colectiva. Fueron 106 días en los que los pueblos compartieron sobre organización comunitaria, sobre solidaridad, sobre resistencia, digna resistencia. 106 días en que las autoridades ancestrales y comunitarias movilizaron dignidad y reconocimiento. 106 días que hoy nos permiten escribir una nueva historia para Guatemala, con el protagonismo y liderazgo de las autoridades ancestrales y comunitarias.

Notas:

  1. La Mesa Ecuménica Regional (MER) es un espacio de encuentro y trabajo colectivo entre diferentes organizaciones ecuménicas de México, el Caribe y Centroamérica que busca fortalecer las redes de colaboración e incidencia de nuestras organizaciones generando espacios para la reflexión y el análisis, la planificación y la incidencia en los países de la región ante la creciente amenaza y vulneración de los derechos humanos y de la tierra. Está conformada por:
    • MujerEs – El Salvador
    • Credho- Honduras
    • Centinelas – Guatemala
    • DEI – Costa Rica
    • CMMLK – Cuba 
    • Centro de Estudios Ecuménicos – México

  2. Fotografías y pie de foto: TV Paisaje Sololá.

Fuente: https://www.deicr.org/la-fe-presente-en-la-resistencia-pacifica-de-los-pueblos

Compartido con SURCOS por Carlos Tamez.