La UCR ofrece espacios socioeducativos a poblaciones jóvenes de comunidades en riesgo social

Los talleres y espacios socioeducativos aplicados por el PRIDENA, en comunidades vulnerables, tienen el propósito de identificar problemáticas que afectan a las niñas, niños y personas adolescentes, para la implementación de estrategias de mejoramiento y así resguardar los derechos de estas poblaciones. (Fotografía proporcionada por PRIDENA).

Desde hace 20 años, PRIDENA promueve el estudio y el resguardo de los derechos de las personas jóvenes.

Por medio de talleres y procesos socioeducativos dirigidos a niñas, niños y adolescentes, el Programa Interdisciplinario de Estudios y Acción Social de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (PRIDENA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) se acerca a las comunidades de mayor riesgo en el país para implementar estrategias de acción social en favor de las diversas poblaciones. 

El PRIDENA cumple este mes de noviembre 20 años de existencia en la promoción y el resguardo de las poblaciones jóvenes, en apego al Código de la Niñez y la Adolescencia (1998), con base en la Convención de los Derechos del Niño que data de 1989.

Más que una festividad, la conmemoración de este año pretende hacer hincapié en las líneas de acción que ha implementado el programa, así como proponer un replanteamiento en función de la nueva realidad de la coyuntura nacional e internacional. Desde esta perspectiva se presta atención a situaciones como el conflicto bélico entre Rusia-Ucrania y los efectos en la salud mental producto de la pandemia, por tratarse de acontecimientos que inciden en las condiciones y los derechos de la niñez y las personas adolescentes.

La coordinadora del PRIDENA, Grace Hernández Rojas, señaló la relevancia que tiene para la academia encaminar esfuerzos hacia los grupos sociales más jóvenes del país, no sólo porque son parte importante de la población costarricense, sino porque existe la necesidad de respetar, dirigir y promover el cumplimiento de sus derechos y garantías.

“Ellas y ellos son el presente de la sociedad costarricense y también a futuro, en ellos y ellas va a estar la responsabilidad y el país como tal. Además forman parte del desarrollo social, económico, ambiental y sostenible del país;y por ende, el asegurar las condiciones y la calidad de ellos y ellas hoy, implica asegurar el cumplimiento de los derechos humanos a futuro”, declaró la académica.

El PRIDENA se acerca a las zonas más vulnerables del país para generar espacios de socialización y educación, que permitan un contacto y atención de las niñas, niños y personas adolescentes en las situaciones de mayor riesgo y desigualdad social. Actualmente, el programa se ha enfocado en las regiones Brunca y Caribe, las cuales corresponde a las zonas del país con mayor afectaciones de salud mental y socioambiental, respectivamente.

La nueva coordinadora del PRIDENA, Grace Hernández Vargas, buscará con su trabajo fortalecer las líneas de acción del programa y garantizar la permanencia en la generación de políticas públicas orientadas a la niñez y las personas adolescente del país. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

De acuerdo con Floribeth Salazar Vargas, docente encargada de la aplicación de los espacios socioeducativos del PRIDENA,  el trabajo desarrollado en las comunidades, busca la inclusión y acompañamiento de las niñas, niños y adolescentes, mediante un trabajo inmerso directamente en las comunidad más vulnerabilizadas y excluidas socialmente, para potenciar el reconocimiento de sus derechos como sujetos sociales.

“Por medio de un diagnóstico en el Caribe Norte específicamente, se consideró importante trabajar conjuntamente con una área geográfica del corredor biológico del Río Parismina, donde se identificaron una serie de desafíos y problemáticas sociales y ecológicas. Por lo que se trabajó en un taller con un enfoque ecosocial, para conocer el impacto de estas condiciones en la vida de la niñez y las personas adolescentes y de sus familias”, manifestó la investigadora.

“De esta forma vamos conociendo y construyendo en conjunto que otras necesidades afectan a estas poblaciones, además de abordar el tema de la contaminación, la caza de animales o la tala de árboles con esta población en concreto, se descubren otras cuestiones como la violencia intrafamiliar, abusos y violencia dentro de los centro educativos, por lo que vamos viendo con las escuelas y el MEP estrategias de abordaje, en articulación con otras instituciones, con el propósito de promover entretejer las relaciones a nivel comunal” agregó. 

La Escuela de Lomas de Camaroncito y el Centro Educativo de Santa María en El Distrito de Río Jiménez de Guácimo, Limón son parte de las instituciones donde el PRIDENA ha implementado estudios y espacios socioeducativos, para conocer necesidades, problemáticas y aplicar líneas o medidas de abordaje institucionales.

“Estos talleres socioeducativos permiten un acercamiento con los niños y niñas y conocer más de cerca las necesidades que estos presentan y, a partir de esto, poder ejecutar un proceso y un proyecto más estructurado, que pueda tener una continuidad en el tiempo y que nos permitan atender todas esas cuestiones que las poblaciones nos van manifestando”, concluyó Salazar.

Después de dos décadas de existencia del PRIDENA, las académicas reconocieron que la iniciativa debe mantenerse vigente de los derechos de las niñas, niños y adolescentes para 2023, así como continuar siendo un aliado estratégico en la generación de políticas públicas que respondan a los cambios sociales y políticos que se suscitan en el país.

 

Gustavo Martínez Solís
Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información, UCR