LA UPAD: ¿CAJITA BLANCA?

Héctor Solano, politólogo

Advertimos la vez pasada sobre no caer en la finta. Pero desgraciadamente, la deriva que terminó tomando el «debate» sobre la UPAD es cualquier cosa, excepto favorable para los intereses populares.

Por lo pronto, pareciera, que en pro de la gran cruzada nacional que impulsamos en contra del «espionaje» gubernamental, quedó enterrada la tentativa de levantar el secreto bancario a través de una ley.

Ese debate, por lo pronto, quedó cerrado. El ambiente político no es el propicio para avanzar ni esa, ni ninguna otra ley que ayude a optimizar las herramientas a disposición del Estado frente flagelos como la evasión fiscal, el lavado de capitales y el narcotráfico.

Tremendo favor hicimos a esos espurios intereses. Así de funcionales son los principismos.

Pero lo más grave, más allá de lo inmediato -que no es cosa menor-, es que terminó fortaleciéndose una matriz que estigmatiza, como tal, el uso de datos a la hora de gobernar y de hacer política.

Sí, el uso de datos. ¡En plena «era de la información!

Demonizar en plena «era de la información» el uso de datos en la toma de decisiones sobre política, ni más ni menos, es algo así como hacer un llamado a volver a la Edad Media.

El camino a Roma está lleno de buenas intenciones: para el poder real que contribuye a demonizar el uso de datos a la hora de hacer política, lo que está mal es que los datos estén a disposición del Estado. Pero si los datos están a mano del sector privado, como efectivamente lo están en nuestro tiempo, por el contrario, está todo bien.

En conclusión, así de ingenuos hemos sido: Facebook, Google y demás conglomerados económico-informacionales, saben más de nosotros que nosotros mismos. Y, por ende, la CIA. Eso simplemente es así, ni siquiera está en discusión.

Pero eso no escandaliza a nadie. Lo que sí escandaliza que un tal Madrigal, que no lo conoce nadie, que no existe políticamente, que es irrelevante políticamente hablando, trabaje en una oficina cruzando variables con un software en una computadora.

A ese nivel de absurdo terminamos haciendo la discusión. Cajita blanca.

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.