“Nuestra vida es insegura, aun en nuestra propia casa, aun en nuestro propio pueblo, de parte de estos terratenientes que día con día nos acosan, que nos pasan tirando balas. La policía no atiende a tiempo las llamadas por tiroteos en las montañas, que las hacen para amedrentarnos”.
En Salitre
la ignominia impunemente arrasa,
se pavonea,
tala y hace pedazos las mañanas,
las sonrisas, los árboles, las siembras,
la cotidianidad de un pueblo que no cede
ante siglos y siglo de abandono.
En Salitre
la muerte y sus secuaces,
el gobierno y sus frases desinfladas,
la retórica oscura,
las excusas…
En Salitre
la ira recorre los caminos,
el miedo tomar atajos,
la rabia hace buen rato que no encuentra razón de seguir ocultándose.
Gerardo Cascante V.
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