La visita al hombre de corazón rojo
El Padre sin cabeza.
Upé upé upé……
El Hombre de corazón rojo
Pase, pase adelante.
Estoy haciendo la cena.
Aquí es una finca revolucionaria, usted va a ser un privilegiado, aquí se come sano, seguro y soberano.
Va a comer gallina achiotada, acompañada con frijoles nuevos y tortillas de maíz criollo.
Se le hizo tarde, pero se puede quedar a dormir, ahí está el rancho, es cómodo., en la noche lo único que se oye es tik tok tocando la puerta, ¿usted no les tiene miedo a las ánimas en pena?
Le comentaba que su persona es un privilegiado en este lugar.
Aquí ningún presidente de la república tenido el mérito suficiente para comerse una gallina criolla. Solamente se acercan el 25 de julio a echarse el discurso y luego desaparecen.
Ya está esto. Comamos y vamos hablando.
Entonces usted es el de la entrevista, es Cartago, ¿Verdad? Así les decimos a los que no son de aquí. Ja ja ja.
Miré no se preocupe; aquí no podemos quedar hablando toda la noche, por estos lados hay más tiempo que vida. ¡Me parece que a usted lo ha visto antes!
El padre sin cabeza.
Lo observé cuidadosamente: sus rasgos de indígenas chorotegas: pelo encrespado, mediana estatura y una nariz larga y ancha, con porte ilustre, cordial, heredero de su estirpe.
¿Por qué le dicen el comandante? Usted se muestra un hombre amable y apacible.
El hombre de corazón rojo
Sonrió.
La gente de por aquí es muy tranquila, tiene un ritmo de vida diferente a ustedes los cartagos, sangre fría y cabeza caliente. A veces hay que orientar a la gente para que las cosas se muevan, me imagino que es por eso. También he liderado muchas luchas y marchas los 25 de julio y ahí uno tiene que hacerse fuerte, para que las cosas salgan como deben de ser.
La lucha de Comunidades y Territorios Costeros un 25 de julio movilizamos 5000 personas, la policía nos bloqueó el paso, tomé la decisión de romper el bloqueo y nos pusimos adelante; nuestro diputado y yo y rompimos el cerco, la gente se abalanzo. Una vez en el parque de la Anexión, el premio Nobel de la Paz no quería recibirnos el pliego de peticiones, sabíamos que él tenía una única salida, ahí le entregamos el pliego de peticiones. Lo, recibió a regañadientes, con enojo, hasta le temblaba el pulso.
Una vez más, cono sus antecesores, huyó, sin poderse comer gallina achiotada.
Las campesina e indígenas corrieron atrás de su vehículo y nosotros explotamos en carcajadas.
Mi mamá y mis tías nos criaron: mujeres fuertes, trabajadoras, campesinas todas ellas. Pude estudiar gracias al esfuerzo de mamá, a Dios y a la virgen del Carmen.
Me gradué de secundaria en La Anexión y seguidito me dieron una beca para estudiar en Cuba, cuna y escuela de revolucionarios. Vas a creer, que no tenía ni zapatos para viajar a allá y una tía me los regaló, viajé con una sola mudada de ropa.
Estudié economía política, con estudiantes de diferentes países de Latinoamérica: obreros, zapateros, campesinos. Algunos de ellos se curtieron y llegaron hasta ser presidentes de sus países. Yo lideraba un grupo de estudio y el otro grupo el compa Nicolas. Sin embargo, nuestro grupo obtuvo mejore desempeño, no fue fácil, había gente a quienes les costaba mucho leer y escribir.
El padre sin cabeza.
¡Parece que el tiempo vuela!
El hombre de corazón rojo.
Sigamos hablando mientras hago el desayuno., ¿Le gusta comer pinto, cuajada, un huevo y patacón frito?
Todo lo que se come aquí es producido por nosotros, producimos aprovechando lo que da la madre tierra y la bendición de a virgen del Carmen, sin venenos. A, aquí todos se siembra mezclador, rescatando la sabiduría de mis abuelos mayas; aquí, hacemos Milpa.
Como dice usted: el tiempo ha pasado. Tenemos dos hijos, una hija y hasta una nieta. Los hijos, profesionales, somos gente de familia y comunidad y por ellos damos hasta la vida.
Hemos tenido que sacrificarnos todos, son30 años de trabajo para conseguir un mundo diferente. Ya contamos con un proyecto de turismo rural comunitario, Aquí en mi querido pueblo del Pozo.
El padre sin cabeza
¿Por qué me mira cómo sorprendido?
El hombre de corazón rojo.
¡Ahora sí, ya me acuerdo donde lo conocí a usted!
Si claro. Recuerda en los 80s luchando contra la privatización de la Universidades públicas.
Yo era el presidente de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES), con 15 años ya militaba en el Partido.
Me acuerdo de dos consignas. No a la escuela que la Tierra USA y, no queremos palomitas de maíz.
Esa ley fue promovida por la Fundación Kellogg en el gobierno del presidente perpetuamente neutral.
Entre uno de los puntos de la ley, solamente se les permitía estudiar a estudiantes extranjeros y no a nacionales.
Ja Ja Ja, lo que son los años.
Ahora hasta hacemos convenios juntos con esa universidad en beneficio de los agricultores de la región, rescatando y sembrando el maíz criollo.
Mientras yo me echaba un discurso frente a la asamblea legislativa, ahí estaba usted agitando los universitarios, con un megáfono.
Si éramos estudiantes de las tres universidades públicas organizados en contra de este proyecto de Ley, que al final se convirtió en la ley, en el Gobierno del presidente neutral, iniciando o la privatización de la educación universitaria.
El hombre de corazón rojo.
Ahora estoy más curioso ¿Que más lo trae por territorio liberado?
El padre sin cabeza.
Me dicen que ustedes han organizado varios grupos comunitarios, de mujeres, hombres, jóvenes y que ustedes cuentan con grupos de campesinos y campesinas que trabajan la tierra, que hacen MILPAS, sin usar venenos y cultivando todas las plantas mezcladas. Nosotros queremos que se sumen a un colectivo a que le hemos llamado: Red de agricultura sostenible, que trabajamos promoviendo el aprendizaje de campesino a campesino, dialogando y produciendo nuevo conocimiento entre iguales.
El hombre de corazón rojo.
Nosotros tenemos una forma de trabajo que llamamos Madre Tierra. Podemos intercambiar las experiencias y saberes entre grupos campesinos e indígenas.
Mirá, este territorio cuenta con muchos “proyectos que son “la gallina de los huevos de oro “es cuestión de organizarse y unir todas las experiencias existentes en una Red, ya la Ruta de la Leche está hecha, ahora es un asunto de “trabajar, carajo”.
La única regla que existe es que, si te equivocáis, que sea con el pueblo, que él te perdonará. Si te equívocas solo, solo quedarás.
El padre sin cabeza.
Pero también hay que influir en la política pública
El hombre de corazón rojo.
Miren a quién les traje aquí.
El diputado del pueblo exclamo: ¡la gente campesina e indígena!
El diputado del pueblo.
Le agradezco a este chorotega amigo el haberme invitado a la asamblea anual de ustedes aquí en el pueblo de las brujas y brujos, a la organización que protege sus cerros sagrados, me han contado muchos que ustedes practican, la agricultura que aprendieron de sus ancestros y que aspiran que la renueven las actuales generaciones. Luego de escucharlos y dialogar con nosotros tamaño rato, nos indica, en nuestro frente de lucha popular, necesitamos gente como ustedes, necesitamos impulsar una alianza, Que ustedes con su experiencia promuevan una ley de Soberanía Alimentaria y Agricultura Sostenible, nosotros nos comprometemos a luchar juntos y que nuestro frente respetará la autonomía de su colectivo.
Por Juan Arguedas Chaverri
Educador popular y agroecología
Segunda Versión, 23 de mayo 2024
Juan Arguedas Chaverri, La visita al hombre de corazón rojo, literatura, relato