Llamado a la sensatez y al fortalecimiento de la confianza en la democracia

Manifestamos nuestra preocupación por el ambiente de crispación política que se ha generado como resultado de la publicación del Decreto Ejecutivo de creación de la Unidad Presidencial de Datos (UPAD), su posterior derogatoria y la proliferación de comentaristas con argumentos desproporcionados, tendenciosos y falaces que anteponen el oportunismo interesado a la justa y conveniente crítica ciudadana para generar desconfianza, caos y deterioro de la institucionalidad democrática.

Esta situación de agitación se ha visto amplificada con el enorme despliegue de agentes judiciales y medios de prensa que caracterizó el operativo llevado a cabo por la Fiscalía General de la República en el allanamiento a la Casa Presidencial y otras instituciones, así como por las manifestaciones imprecisas y contradictorias de la jerarca de la Defensoría de los Habitantes al referirse a las bases de datos del Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (SINIRUBE).

El acto jurídico que llevó a cabo la Fiscalía es legal y es derivado de denuncias presentadas. Sin embargo, ello no impide que nos cause preocupación la forma en que se realizaron los allanamientos: un despliegue excesivo y llamativo que también lesiona la imagen de la Fiscalía al dar pie a que surgieran voces y criterios que desconfían del procedimiento y la intencionalidad de este órgano judicial.

En un escenario internacional y regional de entronización de fuerzas políticas antidemocráticas apalancadas por militares, organizaciones y dirigentes políticos ultraconservadores e irrespetuosos del Estado de Derecho, es necesario que, en nuestra nación, ante un problema político e institucional, se extreme el cuidado por parte de los actores públicos por conservar la necesaria coherencia con nuestra historia democrática, respetuosa del derecho y la vida republicana.

Como mujeres comprometidas activamente con el bienestar de nuestras familias, la convivencia social pacífica y democrática en Costa Rica, manifestamos nuestra preocupación por los acontecimientos de los últimos días.

Las voces altisonantes y la pérdida de las proporciones de actos como los descritos, nos alejan como sociedad de la posibilidad de la crítica política constructiva, de la investigación apegada a protocolos y evidencias; en contraposición nos pone en la ruta de la confrontación, el rumor, el encono y la opacidad.

Consideramos que el debate, el diálogo, la rendición de cuentas de los actores públicos y el adecuado funcionamiento de los pesos y contrapesos entre los distintos poderes de la República, deben fortalecerse como ruta para las condiciones complejas que nuestro país (y el mundo) debe enfrentar con urgencia y acierto de manera cohesionada y concertada.

Mujeres por Costa Rica une su voz a las crecientes manifestaciones de llamado a la cordura, la sensatez, el respeto por la investidura presidencial y a colocar de primero el interés de Costa Rica.

Nuestra tradición civilista nos guía para encontrar salidas mediante el camino del respeto a la institucionalidad y en el marco de la independencia de poderes que nos ha caracterizado.

 

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