Estamos a punto de cumplir cuatro años del asesinato del hermano Sergio Rojas. Un asesinato que sigue en la impunidad, un asesinato que el Estado-gobierno de Costa Rica no ha querido ratificar, no ha querido investigar a profundidad. Es para nosotros los pueblos indígenas un problema grave de que realmente este proceso de este asesinato no se logre identificar a los culpables. Realmente hay cosas muy claras que dicen, sin embargo, las investigaciones no se han querido llevar por el lado que se deberían de hacer.
Nosotros igual en la finca Crun Shurin estamos cumpliendo cinco años de una recuperación de 1000 hectáreas, donde estamos ubicados 16 familias y cerca de 80 personas viven acá, donde se trabaja, donde se cultiva, donde hay una esperanza de vida y un nuevo renacer.
Esas recuperaciones son vida, son el sueño que tenemos donde podemos cultivar nuestra cultura, nuestra espiritualidad y todo el proceso. Dentro de esto es que las recuperaciones tienen que continuar, no podemos aceptar que el gobierno de Costa Rica desde el gobierno de Chávez diga que las recuperaciones no van, que nos meterá a la cárcel. ¡Pues tendrá que meternos a la cárcel!
Porque las recuperaciones continuarán siempre y cuando el gobierno no cumpla con los derechos legales establecidos que tenemos los pueblos indígenas sobre la tierra. Esta tierra nos pertenece, esta tierra es vida y esperanza para las nuevas generaciones que vienen. Desde ahí es que tenemos que trabajar e impulsar este proceso de lucha para que la tierra quede realmente en manos de esas futuras generaciones. Que no les pase lo que nos pasó a nosotros que no teníamos ni siquiera donde sembrar una yuca.
Hoy estas recuperaciones cambian, en esta recuperación (Crun Shurin) hay una vida diferenciada, hoy no hay ganado en la intensidad que había, hoy hay venados, saínos, tepezcuintes, miles de pajaritos que están en esta recuperación y que son lo que generan la recuperación, esperanza y vida.
Pablo Sibar es un defensor de los derechos indígenas y de la tierra de Costa Rica, que trabaja desde hace más de 40 años en la defensa de los derechos de los indígenas y en las últimas décadas para recuperar pacíficamente tierras indígenas que fueron arrebatadas ilegalmente. Es miembro del Consejo de mayores del pueblo indígena Brörán. Su labor en materia de derechos humanos empezó en 1980, junto al defensor Sergio Rojas y conformaron el Frente Nacional de Pueblos Indígenas (FRENAPI).
Sibar ha sido atacado en múltiples ocasiones y recibido múltiples amenazas de muerto, de la misma forma que sucedió con Sergio Rojas y Jerhy Rivera. “Si a Sergio lo hubieran protegido, por lo menos les hubiera costado más matarlo. Nosotros sabemos que estamos en peligro, que nuestras familias estamos en peligro, que en nuestras propias tierras estamos en peligro, y eso no lo quiere asumir el Gobierno”, dijo Sibar.
Por ejemplo, en mayo 2012 sufrió dos ataques uno cuando tres personas no indígenas se le acercaron y la emprendieron contra él a golpes, patadas y hasta mordiscos causándole heridas en todo el cuerpo, por lo que fue trasladado de emergencia a la Clínica del Seguro en Buenos Aires de Puntarenas. Una semana en la comunidad de Macho de Monte, fue atacado nuevamente por 2 personas -uno de las mismo de la semana pasada. “Esta vez fueron más allá” dice el comunicado de los Térraba, “lo persiguieron por la Carretera Interamericana y a la altura de la catarata lo insultaron y cuchillo en mano intentó cortar a Pablo que conducía su carro con niños, niñas y familias de la comunidad de Macho de Monte”.
El 2020 en los procesos de recuperación en el sitio de Cancha Rayada, liderado Elides Rivera y su hermana, tías de Jehry Rivera, y que culminaron con el asesinato de Jehry una turba de cerca de 400 personas, quienes llegaron con machetes, incluyendo el asesino de Jehry. En esa oportunidad relato Elides Rivera, se encontraba con ellas Pablo Sibar, y “le gritaban que lo iban a matar, que lo iban a tasajear”. Fue por suerte que logró escapar y resguardar su vida ante la inacción policial.
Uno días después el 3 de marzo de 2020, personas no identificadas incendiaron la finca de Pablo Sibar. Al día siguiente, hubo ataques incendiarios en otros dos lugares de la finca. Tres casas de familias indígenas fueron parcialmente quemadas, y muchas hectáreas de cultivos y pastos fueron completamente destruidas.
Fuente: Programa Kioscos Socioambientales para la Organización Comunitaria VAS-UCR, Proyecto Geografía y Diálogo de Saberes de la Escuela de Geografía y Proyecto Pueblos Originarios y Universidades (CONARE)