No deseamos una Costa Rica violenta

José Luis Pacheco Murillo

El que hayamos llegado a contabilizar en lo que va del año 606 homicidios en el país, superando todas las estadísticas anteriores, nos demuestra la inseguridad en la que vivimos y la violencia que padecemos, dos situaciones que a todas luces afecta la calidad de vida que tenemos.

Cuatro provincias concentran la mayoría de esos homicidios: San José, Limón, Alajuela y Puntarenas. Hemos llegado a la cifra de 16 homicidios por cada cien mil habitantes, lo que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, vivimos una epidemia, lo que nos convierte en un país violento, máxime si le sumamos a eso la cantidad de muertes por accidentes de tránsito y la consumación de otros delitos como violaciones y delitos contra la propiedad.

Esta no es la Costa Rica que deseamos y es necesario que se tomen acciones para disminuir estos niveles de criminalidad y violencia. Deben sumar esfuerzos el Ministerio de Seguridad Pública, el Organismo de Investigación Judicial y el Poder Judicial; coordinar acciones para que se prevengan los delitos y se castigue adecuadamente y ejemplarizante a los delincuentes. No es posible que ante detenciones de posibles delincuentes que cometieron incluso homicidios no se les den prisión preventiva y vemos cómo vuelven a las calles incluso volviendo a cometer acciones violentas.

La ciudadanía vive con mucho temor y eso lógicamente afecta las actividades que desarrollamos diariamente.

Y es que no son solo temas de cantidad sino también de la violencia con que se cometen los homicidios lo que refleja el aumento en el grado de violencia que tenemos.

Tiene una enorme tarea que enfrentar el actual gobierno y las instituciones que tienen que ver con la prevención, lo que significa educación. Dios quiera que asuman el compromiso de disminuir estos niveles de violencia y que podamos vivir en la paz y tranquilidad que todos deseamos.