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Etiqueta: ASADAS

Asadas de León Cortés y frailes se organizan contra proyectos de gasificación de residuos

Las Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales, o mejor conocidas como ASADAS, de las comunidades de Santa Cruz, La Angostura, La Cuesta y San Antonio del cantón de León Cortés en conjunto con miembros de la ASADA de Frailes de Desamparados, se pronunciaron contra el proyecto que pretende instalar una planta gasificadora de residuos sólidos en León Cortés, proyecto que alcanzó cierto grado de formalización en 2011 bajo la administración del alcalde Leonardo Quesada.

Según Sandra Mora, quien forma parte de la ASADA de Frailes, este proyecto podría poner en riesgo las tomas de agua de Frailes y Bustamante las cuales están ubicadas en Cerro Abejonal, cerca de donde se desarrollaría la planta de gasificación.

“Los mantos acuíferos, las zonas de recarga de las ASADAS de San Antonio, San Pablo, La Angostura y La Cuesta, nos contaminan mucho el agua, los mantos acuíferos. También el aire, nos lo van a contaminar con tanta cosa que van a hacer. Nosotros de antemano estamos queriendo que esta planta no se realice y no llegue a la zona» mencionó Víctor Picado, vicepresidente de la ASADA de La Cuesta de León Cortés.

Roberto Padilla de la ASADA de La Angostura dijo que han mantenido reuniones desde años atrás con las ASADAS mencionadas anteriormente, e incluso menciona que se han reunido con Guillermo Aguilar, representante de la empresa Agropecuaria Setenta Cuarenta y ocho SA, la cuál sería la encargada de desarrollar la planta gasificadora, para manifestar su oposición a que este proyecto se desarrolle en el cantón.

La Secretaría Técnica Nacional Ambiental SETENA, recibió el documento de Evaluación Ambiental a Proyecto De Residuo a Energía León Cortes el día 22 de diciembre de 2020 para su respectiva revisión. En una resolución emitida el 12 de mayo de 2021, SETENA ordena, entre otras cosas (tema de una próxima nota), a la empresa Agropecuaria 70-48:

“…Ubicar en un mapa, con la escala adecuada a la magnitud del proyecto, la ubicación de la naciente y el respectivo cuerpo de agua que se forma debido este afloramiento de agua superficial. En el mapa debe estar incluido la ubicación de la infraestructura que requiere el proyecto. Además, se debe trazar en el mapa el respectivo radio de protección de la naciente…”

Además, SETENA señala que la empresa deberá adjuntar un mapa de susceptibilidad ambiental integral vs. componentes del proyecto que indiquen «los impactos y potencialización de amenazas entre el proyecto, obra o actividad y el medio ambiente». A su vez, la resolución solicita a la empresa adjuntar: «…impactos ambientales que producirá el proyecto y sus opciones: Se debe incluir todo lo relacionado a la calidad del agua, ya que el Ap se encuentran cuerpos de agua (nacientes, quebrada) …».

Dentro del factor de ambiente socio económico del proyecto de gasificación, SETENA señala a la empresa la falta de «una breve caracterización de las organizaciones sociales con incidencia en la zona, así como las estructuras de organización social predominantes en la zona, identificando y analizando grupos de interés alrededor del proyecto, sus intereses, necesidades, posición sobre el proyecto. Deberá presentarse, además, un análisis de las fuerzas impulsoras y obstructoras del proyecto, así como de la combinación de varios grupos, que pudieran interactuar simultáneamente en la ejecución del proyecto.

Para comprender en que consiste gasificar residuos sólidos, se puede consultar la definición que da la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) al decir:

«…proceso en el que los materiales combustibles, como la biomasa son parcialmente oxidados o parcialmente quemados en presencia de un agente gasificante (por ejemplo: aire, oxígeno, vapor, CO2, o mezclas de estos componentes), presentando un cambio en la estructura química. El producto es un combustible llamado gas de síntesis, o syngas. El gas de síntesis puede ser usado para generar calor y energía…»

Otra manera de comprenderlo es la definición estipulada en un acuerdo de la Municipalidad de León Cortés, del año 2012, respecto a este proyecto, donde definen que la gasificación busca: «transformar los residuos sólidos en un gas combustible y con este gas generar energía eléctrica»

Desde años anteriores diversos colectivos de León Cortés han manifestado oponerse al proyecto de planta gasificadora. Ejemplo de ello se encuentra en la página de Facebook: «No a la gasificación de basura en León Cortés»

En próximas entregas le estaremos ampliando más acerca de las diferentes aristas de este proyecto. Siga www.lossantosdigital.com para más contenido.

 

Compartido con SURCOS por Jefry Naranjo.

Afectados con arsénico no pagarán facturas al AyA

Gracias a una gestión realizada por la CONFRATERNIDAD GUANACASTECA la Intendencia de Aguas de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos ARESEP le informó al AyA que: 

“Debido a los incumplimientos con arsénico detectados:

Los abonados del servicio de acueducto que reciben agua que incumple las normas y principios de calidad establecidas, siempre y cuando dicho incumplimiento no sea atribuible a, caso fortuito, fuerza mayor o daño a terceros; sino atribuible al prestador, durante el período de incumplimiento pagarán únicamente el cargo fijo, en el caso de que no exista cargo fijo, pagarán el 50% de la factura del servicio.”

Es decir, que, por ser el agua no potable por contaminación con arsénico, los abonados de AyA afectados no pagaran lo que marca el medidor de caudal de consumo, en aplicación del artículo 97 del Reglamento Técnico “Prestación de los Servicios de Acueducto, Alcantarillado Sanitario e Hidrantes”

En el caso del agua con arsénico, declarado emergencia sanitaria por Decreto Ejecutivo N°38524-S, desde 2014, no puede alegar el AyA ninguna excusa válida. Son tortas de la administración de Yamileth Astorga.

Velar por el debido y justo abastecimiento de Agua Potable a la población por parte de ASADAS y de AyA, la protección del recurso hídrico y su apropiado y planificado uso en el desarrollo sostenible de Costa Rica, ha sido, es y será el deseo y el esfuerzo de nuestra Asociación Confraternidad Guanacasteca.

Se adjunta oficio la-ARESEP

Compartido con SURCOS por Asociación Confraternidad Guanacasteca.

Día Mundial del Agua: UCR apoya a gestores comunitarios

La Escuela de Ingeniería Química acompaña a gestores comunitarios en la gestión del recurso hídrico

La Escuela de Ingeniería Química se suma a los esfuerzos de la UCR para apoyar las comunidades en la gestión sostenible del recurso hídrico administrado por los acueductos comunitarios. Foto ED-3507

Uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, incluidos en la Agenda 2030, es lograr que la humanidad encuentre caminos para resolver la crisis mundial del agua y encontrar mecanismos para garantizar su disponibilidad, su gestión sostenible y el saneamiento para todas las comunidades. Además de este esfuerzo global, cada 22 de marzo la Organización de Naciones Unidas promueve que todos los países realicen jornadas de reflexión con motivo del Día Mundial del Agua.

Relacionado con esa meta, la Universidad de Costa Rica (UCR) mediante la ejecución de decenas de proyectos de Acción Social, Investigación y Docencia impulsa proyectos para el adecuado manejo de cuencas hidrográficas, acueductos comunitarios y la gestión de los recursos hídricos en el territorio nacional.

Al menos 30 proyectos de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) trabajan directamente en el apoyo de comunidades para el manejo sostenible de los recursos hídricos destinados al consumo humano, la agricultura y la protección de los ecosistemas.

Uno de ellos es el liderado por la Escuela de Ingeniería Química, que mediante su proyecto “Fortalecimiento de la Gestión Comunitaria del Agua en la Región Caraigres” (ED-3507) se dio a la tarea de facilitar las habilidades y herramientas para la aplicación de un Plan de Mejora y Eficacia, que permitió identificar las mayores deficiencias dentro de los acueductos comunitarios de esa región. Y posteriormente, crear recursos virtuales dirigidos a la autogestión exitosa. Esa región la conforman tres cantones de San José, incluidos en el Plan de Desarrollo Rural Territorial de Acosta-Desamparados-Aserrí 2016-2021.

En la Región de Caraigres existen 41 acueductos administrados por asociaciones administradoras de los sistemas de acueductos y alcantarillados comunales, popularmente conocidas como Asadas. Estas están integradas por juntas de vecinos que se encargan de todos los aspectos técnicos y administrativos.

Según la Ing. Adriana Araya Díaz, docente coordinadora del proyecto, “el trabajo dentro de las Asadas es desarrollado en su mayoría por personas voluntarias que día a día hacen su mayor esfuerzo por permitir que miles de personas tengan acceso a agua potable, y a pesar del apoyo de diversas instituciones, existen grandes deficiencias y dificultades técnicas, administrativas y financieras a las que se enfrentan una gran cantidad de ASADAs a nivel nacional. Adicionalmente, existen vacíos de información sobre la situación de algunos acueductos comunales, lo cual dificulta la generación de rutas de acción por parte de instituciones”.

Araya explicó que originalmente esta iniciativa de Acción Social surgió como un proyecto ganador de Fondos Concursables de la VAS. Posteriormente se diseñó una estrategia de apoyo formativo al personal vinculado con las asadas de Caraigres, y contó con el apoyo de estudiantes del trabajo comunal “Adaptación y mitigación del cambio climático hacia un desarrollo sostenible” (TC-724). Este proyecto tiene como objetivo el desarrollo de talleres educativos en comunidades y la realización de inventarios de gases de efecto invernadero.

En total, 12 estudiantes del TC-724 se vincularon a este proyecto y participaron activamente en la elaboración de material informativo -diseño de infografías-, búsqueda de información, lectura de documentos, entre otros. Además, participaron en algunas reuniones con representantes de instituciones públicas, de manera que con la información recabada se avanzó en la sistematización de información. Desde el año 2019 los estudiantes han colaborado con las Asadas de Poás y Barrio Corazón de Jesús, ambas en Aserrí.

ENTREGA DE RESULTADOS

Si bien la ejecución del proyecto concluyó en diciembre del año 2020, la entrega de resultados se realizará en los primeros días de abril. A partir de ahora, las Asadas tendrán a su disposición una serie de materiales gráficos y videos tutoriales sobre aspectos técnicos y administrativos que facilitarán el trabajo para las personas que cada día asumen la tarea de la gestión del recurso hídrico en sus comunidades.

No obstante, explicó Araya, dado que las falencias técnicas son similares en otras regiones del país, estos recursos serán de gran valor para todas las personas interesadas que realizan este trabajo en todo el país.

Para María José Bermúdez, vecina del barrio Corazón de Jesús de Aserrí, e integrante de la Comisión de Recurso Hídrico del Consejo Territorial de Caraigres, este proyecto facilitó la asociatividad entre las diferentes Asadas de la zona. Bermúdez reiteró que la administración está a cargo de personas de los vecindarios bajo criterios populares, sin el apoyo de profesionales. “Las falencias en conocimientos técnicos, la existencia de sistemas obsoletos, y la ausencia de mapas de las tuberías en funcionamientos y bitácoras sobre los procedimientos ejecutados son los problemas comunes en todas las Asadas”.

Según Bermúdez, en la mayoría de Asadas se requieren generar capacidades para fortalecer la gestión del recurso hídrico, incluso de aspectos tan cotidianos como la correcta facturación y administración del aspecto financiero.

La gestora comunitaria acotó que desde las Asadas los apoyos institucionales se han visto desde un rol punitivo del Ministerio de Salud o el mismo Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AYA). Por eso, prosiguió, la mediación de la UCR para la aplicación de la herramienta de Plan de Mejora y Eficacia, diseñada por el AYA es una oportunidad para aplicar mejoras sustantivas, lo que permitirá optar por recursos de inversión en las Asadas de Caraigres.

Aunque la pandemia sanitaria del año 2020 obligó a cambiar la estrategia del proyecto, se adaptaron las actividades a la virtualidad y se lograron los objetivos, explicó la Ing. Araya. “Tras la conclusión del proyecto, la idea siempre fue la sostenibilidad del proyecto en el ámbito comunitario y que fueran las propias personas de esas comunidades las que lo ejecuten a partir de ahora”, agregó.

APRENDIZAJE COMPARTIDO

“La principal lección aprendida fue que la gestión del agua es un proceso muy complejo que requiere de un compromiso institucional y de trabajo con las comunidades. No solo a nivel institucional, sino también la comprensión de que solo el manejo de una Asada es todo un reto, ya que se necesita saber mucha información, lo cual lo convierte en un trabajo complejo”, dijo Andrés Romero Méndez, estudiante de la Escuela de Geografía y uno de los que apoyó este proceso.

De acuerdo con la Ing. Araya, para la ejecución de este proyecto se partió del criterio que “todos los saberes son válidos y fue un reto lograr un lenguaje accesible para que los contenidos que se produjeron se entendieran”.

En ese sentido, Lucía Rodríguez, estudiante de Ingeniería Química, afirmó que “tener este acercamiento con las comunidades es muy distinto a lo que se aprende en las aulas, porque la realidad de muchas Asadas es que no tienen plantas de tratamientos o procedimientos que aprendemos en los cursos de Ingeniería Química”.

Rodríguez comentó que para el resto de estudiantes fue una experiencia sumamente reveladora ya que lo aprendido es muy ajeno a sus carreras y fue muy valioso conocer de primera mano cómo es que funcionan las instituciones públicas.

Finalmente y como último aprendizaje se visualiza el valor que tiene la creatividad en los procesos de acción social para enfrentar las situaciones adversas. Si el equipo gestor hubiera decidido no continuar con el proyecto debido a que la gran mayoría de actividades planteadas eran presenciales, los recursos disponibles hubieran sido desaprovechados. Aun así, la creatividad permitió encontrar una nueva idea que además de sostener la esencia de la iniciativa, amplió el alcance del proyecto en materia de población beneficiaria y en sostenibilidad en el tiempo”, concluyó Araya.

 

Autoría:
Eduardo Muñoz Sequeira (Vicerrectoría de Acción Social)

La UCR apoya a gestores comunitarios del agua

Día Mundial del Agua

Mediante proyectos de Acción Social apoya a comunidades en el manejo de los recursos hídricos

En la gestión comunitaria del recurso hídrico, la UCR ejecuta decenas de proyectos de Acción Social para apoyar a personas gestoras, involucrando al personal docente y de investigación, estudiantes universitarios y líderes locales para que cada comunidad se convierta en defensora de los ecosistemas que permiten llevar agua potable de calidad a los hogares. Foto ED-3507

Uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, incluidos en la Agenda 2030, es lograr que la humanidad encuentre caminos para resolver la crisis mundial del agua y encontrar mecanismos para garantizar su disponibilidad, su gestión sostenible y el saneamiento para todas las comunidades. Además de este esfuerzo global, cada 22 de marzo la Organización de Naciones Unidas promueve que todos los países realicen jornadas de reflexión con motivo del Día Mundial del Agua.

Relacionado con esa meta, la Universidad de Costa Rica (UCR) mediante la ejecución de decenas de proyectos de Acción Social, Investigación y Docencia impulsa proyectos para el adecuado manejo de cuencas hidrográficas, acueductos comunitarios y la gestión de los recursos hídricos en el territorio nacional.

Al menos 30 proyectos de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) trabajan directamente en el apoyo de comunidades para el manejo sostenible de los recursos hídricos destinados al consumo humano, la agricultura y la protección de los ecosistemas.

Uno de ellos es el liderado por la Escuela de Ingeniería Química, que mediante su proyecto “Fortalecimiento de la Gestión Comunitaria del Agua en la Región Caraigres” (ED-3507) se dio a la tarea de facilitar las habilidades y herramientas para la aplicación de un Plan de Mejora y Eficacia, que permitió identificar las mayores deficiencias dentro de los acueductos comunitarios de esa región. Y posteriormente, crear recursos virtuales dirigidos a la autogestión exitosa. Esa región la conforman tres cantones de San José, incluidos en el Plan de Desarrollo Rural Territorial de Acosta-Desamparados-Aserrí 2016-2021.

En la Región de Caraigres existen 41 acueductos administrados por asociaciones administradoras de los sistemas de acueductos y alcantarillados comunales, popularmente conocidas como Asadas. Estas están integradas por juntas de vecinos que se encargan de todos los aspectos técnicos y administrativos.

Según la Ing. Adriana Araya Díaz, docente coordinadora del proyecto, “el trabajo dentro de las Asadas es desarrollado en su mayoría por personas voluntarias que día a día hacen su mayor esfuerzo por permitir que miles de personas tengan acceso a agua potable, y a pesar del apoyo de diversas instituciones, existen grandes deficiencias y dificultades técnicas, administrativas y financieras a las que se enfrentan una gran cantidad de ASADAs a nivel nacional. Adicionalmente, existen vacíos de información sobre la situación de algunos acueductos comunales, lo cual dificulta la generación de rutas de acción por parte de instituciones”.

Araya explicó que originalmente esta iniciativa de Acción Social surgió como un proyecto ganador de Fondos Concursables de la VAS. Posteriormente se diseñó una estrategia de apoyo formativo al personal vinculado con las asadas de Caraigres, y contó con el apoyo de estudiantes del trabajo comunal “Adaptación y mitigación del cambio climático hacia un desarrollo sostenible” (TC-724). Este proyecto tiene como objetivo el desarrollo de talleres educativos en comunidades y la realización de inventarios de gases de efecto invernadero.

En total, 12 estudiantes del TC-724 se vincularon a este proyecto y participaron activamente en la elaboración de material informativo -diseño de infografías-, búsqueda de información, lectura de documentos, entre otros. Además, participaron en algunas reuniones con representantes de instituciones públicas, de manera que con la información recabada se avanzó en la sistematización de información. Desde el año 2019 los estudiantes han colaborado con las Asadas de Poás y Barrio Corazón de Jesús, ambas en Aserrí.

La Escuela de Ingeniería Química se suma a los esfuerzos de la UCR para apoyar las comunidades en la gestión sostenible del recurso hídrico administrado por los acueductos comunitarios. Foto ED-ED-3507

Entrega de resultados

Si bien la ejecución del proyecto concluyó en diciembre del año 2020, la entrega de resultados se realizará en los primeros días de abril. A partir de ahora, las Asadas tendrán a su disposición una serie de materiales gráficos y videos tutoriales sobre aspectos técnicos y administrativos que facilitarán el trabajo para las personas que cada día asumen la tarea de la gestión del recurso hídrico en sus comunidades.

No obstante, explicó Araya, dado que las falencias técnicas son similares en otras regiones del país, estos recursos serán de gran valor para todas las personas interesadas que realizan este trabajo en todo el país.

Para María José Bermúdez, vecina del barrio Corazón de Jesús de Aserrí, e integrante de la Comisión de Recurso Hídrico del Consejo Territorial de Caraigres, este proyecto facilitó la asociatividad entre las diferentes Asadas de la zona. Bermúdez reiteró que la administración está a cargo de personas de los vecindarios bajo criterios populares, sin el apoyo de profesionales. “Las falencias en conocimientos técnicos, la existencia de sistemas obsoletos, y la ausencia de mapas de las tuberías en funcionamientos y bitácoras sobre los procedimientos ejecutados son los problemas comunes en todas las Asadas”.

Según Bermúdez, en la mayoría de Asadas se requieren generar capacidades para fortalecer la gestión del recurso hídrico, incluso de aspectos tan cotidianos como la correcta facturación y administración del aspecto financiero.

La gestora comunitaria acotó que desde las Asadas los apoyos institucionales se han visto desde un rol punitivo del Ministerio de Salud o el mismo Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AYA). Por eso, prosiguió, la mediación de la UCR para la aplicación de la herramienta de Plan de Mejora y Eficacia, diseñada por el AYA es una oportunidad para aplicar mejoras sustantivas, lo que permitirá optar por recursos de inversión en las Asadas de Caraigres.

Aunque la pandemia sanitaria del año 2020 obligó a cambiar la estrategia del proyecto, se adaptaron las actividades a la virtualidad y se lograron los objetivos, explicó la Ing. Araya. “Tras la conclusión del proyecto, la idea siempre fue la sostenibilidad del proyecto en el ámbito comunitario y que fueran las propias personas de esas comunidades las que lo ejecuten a partir de ahora”, agregó.

María José Bermúdez, vecina de Aserrí, destacó que la mediación de la UCR en la aplicación de la herramienta de Plan de Mejora y Eficacia, diseñada por el AYA es una oportunidad para aplicar mejoras sustantivas, lo que permitirá optar por recursos de inversión en las Asadas de la Región Caraigres. Foto ED-3507

Aprendizaje compartido

“La principal lección aprendida fue que la gestión del agua es un proceso muy complejo que requiere de un compromiso institucional y de trabajo con las comunidades. No solo a nivel institucional, sino también la comprensión de que solo el manejo de una Asada es todo un reto, ya que se necesita saber mucha información, lo cual lo convierte en un trabajo complejo”, dijo Andrés Romero Méndez, estudiante de la Escuela de Geografía y uno de los que apoyó este proceso.

De acuerdo con la Ing. Araya, para la ejecución de este proyecto se partió del criterio que “todos los saberes son válidos y fue un reto lograr un lenguaje accesible para que los contenidos que se produjeron se entendieran”.

En ese sentido, Lucía Rodríguez, estudiante de Ingeniería Química, afirmó que “tener este acercamiento con las comunidades es muy distinto a lo que se aprende en las aulas, porque la realidad de muchas Asadas es que no tienen plantas de tratamientos o procedimientos que aprendemos en los cursos de Ingeniería Química”.

Rodríguez comentó que para el resto de estudiantes fue una experiencia sumamente reveladora ya que lo aprendido es muy ajeno a sus carreras y fue muy valioso conocer de primera mano cómo es que funcionan las instituciones públicas.

Finalmente y como último aprendizaje se visualiza el valor que tiene la creatividad en los procesos de acción social para enfrentar las situación adversas. Si el equipo gestor hubiera decidido no continuar con el proyecto debido a que la gran mayoría de actividades planteadas eran presenciales, los recursos disponibles hubieran sido desaprovechados. Aun así, la creatividad permitió encontrar una nueva idea que además de sostener la esencia de la iniciativa, amplió el alcance del proyecto en materia de población beneficiaria y en sostenibilidad en el tiempo”, concluyó Araya.

 

Eduardo Muñoz Sequeira
Periodista, Vicerrectoría de Acción Social

Peores escenarios se avecinan para el agua

Osvaldo Durán-Castro/Sociólogo-ITCR

Hoy, 15 de diciembre 2020, el proyecto “Ley para la gestión integrada del recurso hídrico”, Expediente 20.212, podría ser archivado. Se discute en un momento crucial de ataque a la humanidad y a los ecosistemas por parte del sistema corporativo mundial, ya que están consumando sus aspiraciones de mercantilizar el agua en la Bolsa de New York/Wall Street. Llegamos al momento aciago que el poeta Silvio Rodríguez cantara hace años: “Me pregunto qué negocio es este, en el que hasta el deseo es un consumo, qué me haré cuando facturen el sol”. En ese pantanoso escenario, es más que indispensable y de primerísimo orden que Costa Rica asegure las más estrictas medidas de protección del agua y evite su explotación comercial sobrepasando los ya perniciosos márgenes que tenemos hoy día.

Son muchísimos los aspectos por analizar pero ahora hago un resumen sobre lo público-privado y ausencia de participación. El texto como tal no reza que se vaya a privatizar el agua, pero sí contempla mecanismos que consolidan prácticas de explotación privada y crea otras que la propician. Las experiencias de control y manejo del agua con participación y privilegio del sector privado nunca han generado resultados positivos para lo pueblos. En 2003 analizamos los caminos diversos del agua privada y aunque no nos ocuparemos de este gran tema ahora, si debemos reiterar que lo público y lo privado no se dibujan en blanco y negro, ni como opuestos dado que la privatización es un ejercicio normado desde los Estados neoliberales como parte de las estrategias corporativas para trasladar servicios públicos al sector privado (ver Agua: Lucha mundial entre capital privado y justicia https://doi.org/10.15359/rca.25-1.5 y otros textos del autor relacionados). Privatizar no consiste únicamente en entregar la operación de sistemas de distribución de agua a empresas privadas de manera directa, como ocurrió en Bolivia, Argentina, Chile, México, Canadá, etc. Las alianzas público-privadas y las concesiones, que ocupan un lugar del privilegio en esta propuesta de ley, son una de las vías principales usadas en todo el mundo para estimular la competencia entre lo público y lo privado, en detrimento de lo social, colectivo y solidario.

El proyecto 20.212 no se acerca a la aspiración de regular en favor de lo público, justo y solidario. La sola y contundente propuesta de convertir a las ASADAs en concesionarias y colocarlas como competidoras por el agua, es suficiente para advertir el sesgo anti-público del proyecto. La propuesta crea todo un abanico de riesgos mediante múltiples propuestas como las concesiones (ver Capítulo III. Concesiones), las “sociedades de usuarios” (artículos 102-104), el “Uso colectivo de las aguas en condominio” (artículo 105), la posible consolidación del negocio privado de exportación de agua (artículo 57) y la reconcentración de poder en la DINA para la toma de desiciones técnicas y políticas sobre el agua (múltiples artículos).

El Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, en su “Informe de desarrollo humano 2006. Más allá de la escazes: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua”, fue contundente al advertir sobre los riesgos de crear espacios de control del agua por parte del sector privado: “La característica distintiva del agua reside en su rol fundamental en los medios de sustento de los individuos y el medio ambiente de un país. Esta propiedad excepcional señala la necesidad de implementar sistemas de normas e instituciones altamente desarrollados que permitan garantizar que los objetivos de política pública fundamentales como la justicia social y la sostenibilidad ecológica no estén subordinados a la búsqueda de beneficios privados”.

Lo público debe primar en una legislación que a futuro procure blindar el agua ante los riesgos que desde hace años advirtió el PNUD, y repetimos, sobre todo ahora que llegamos al extremo previsible y ansiado del mundo privado de tranzar el agua en Wall Street. Sobre este particular podemos adelantar que Costa Rica debería contar una política pública que prohiba elevar los niveles actuales de lucro con el agua y, de manera absoluta, evitar la exportación de agua incluso a nivel de rango constitucional. Si el agua sale del país debería ser únicamente por fines humanitarios y nunca para negocios públicos ni mucho menos privados. La realidad actual de Costa Rica enseña que el agua ya es un elemento sujeto a la explotación y lucro privados. Ante eso lo que se esperaría de una nueva ley es que estableciera regulaciones que limiten, inhiban y prohíban los usos y explotación privada del agua y aseguraran una visión o nuevo paradigma orientado sin ambigüedades al bien común. Pero esa no es la visión del proyecto.

Si reconocemos, como debe ser, que la privatización no es sólo transferir directamente a entes privados la operación de un servicio o empresa, si no entregarlo por concesión o mediante la creación nuevos entes operadores, aunque sea para segmentos reducidos que los aprovechan en beneficio privado, este proyecto apunta a fortalecer los espacios de control no públicos del agua. Ese debate sobre las vías para disminuir lo público, entendido como el control demanial, social, colectivo, solidario y justo en precio y acceso del agua, que se ejerce desde el Estado y desde lo social-comunitario a través de organizaciones de base, como las ASADAS, seguirá pendiente más allá de lo que ocurra con este proyecto.

Más exclusión y menos participación social-comunitaria

Si hubiera que evaluar este proyecto de ley con un criterio básico y fundamental como la participación efectiva y la garantía de inclusión real de las personas a través de sus organizaciones de base comunitaria en la gestión del agua; habría que rechazarlo.

Desde que el 31 de marzo del 2014 a media noche y con extraño sigilo fue aprobado en primer debate este proyecto, sabíamos que se había liquidado cualquier vestigio de participación incluida en la iniciativa popular, contenida en el Expediente legislativo 17.742. Un segundo debate y aprobación sellaría el ataúd con el cadáver de la participación efectiva de la ciudadanía en el manejo democrático del agua (el proceso del proyecto de iniciativa popular del agua puede consultarse en trabajo de Barquero Mata, Sofía. (s.f.). Leyes de Aguas: análisis completo. Sobre el procedimiento de la iniciativa popular).

En el texto del proyecto que circulaba antes del 3 de diciembre 2020 ni siquiera se mencionaba a las ASADAS, y posiblemente por tan desmesurado error, fue que en la versión que empezó a circular ese día ahora fueron incorporadas en el artículo 5 indicando que el “sector hídrico del Estado…está constituido por la Administración Pública centralizada, descentralizada, autónoma, semiautónoma, las municipalidades, las empresas públicas y del Estado y las asociaciones administradoras de acueductos comunales (ASADAS), que tengan dentro de sus competencias la gestión sectorial y multisectorial del agua”.

Los mecanismos mediante los cuales se podría hacer efectiva la participación de las comunidades, no son claros y más bien podemos decir que no existen como tal en el proyecto. El artículo 2 “Principios generales” indica “l) Participación: el sector hídrico del Estado promoverá la participación de todos los sectores vinculados en la gestión integrada del recurso hídrico, en el ámbito nacional”. Esa es una generalidad que puede interpretarse como sea, y es claro que por vía reglamentaria no se asegurará esa participación. “Todos los sectores” es un postulado que coloca en igualdad de condiciones a todos los potenciales concesionarios que pretendan usar el agua para cualquier uso. No se podría augurar nada positivo si retomamos la competencia desproporcionada a la que someten, por ejemplo, los agronegocios y las hidroeléctricas a las comunidades, y las dificultades extremas de estas últimas para tener al menos acceso al diálogo con instituciones como el MINAE y particularmente con la Dirección de aguas y SETENA, que sistemáticamente las ignoran o anulan. De ninguna manera resulta suficiente la promesa contenida en ese artículo 2. Una legislación que verdaderamente busque garantizar el agua como derecho humano, de consumo humano y resguardada por el Estado en cualquier circunstancia o amenaza, debe establecerlo con claridad.

Lo más cercano a participación que el proyecto propone es el artículo 22 “Información y consulta pública”. Según el texto “Las propuestas del Plan Hídrico Nacional, el balance hídrico nacional y los planes hídricos de unidad hidrológica se someterán a consulta pública, a fin de que la población pueda formular observaciones, aclarar dudas y presentar modificaciones a dichas propuestas”. Esa limitadísima participación es contradictoria con el optimismo que desde el 2017 había expresado la Directora de AyA Yamilet Astorga, quien “asegura que ley de aguas mantiene la esencia de la Iniciativa Popular”. La funcionaria se contenta con que la población “pueda formular observaciones, aclarar dudas o presentar modificaciones a dichas propuestas”. Para ella es suficiente que “podemos llegar a crear los Consejos de Unidades Hidrológicas, mediante decreto ejecutivo, como una forma de operacionalizar esta ley”, https://www.informa-tico.com/8-11-2017/presidenta-aya-asegura-ley-aguas-mantiene-esencia-iniciativa-popular) lo cual no pasa de ser una laxa promesa que no asegura, de ninguna manera la participación efectiva de las organizaciones sociales de base, como las ASADAS.

Es evidente que las decisiones técnicas, financieras y políticas seguirán siendo un ejercicio centralizado y controlado desde la nueva DINA, si se aprobara el proyecto. Limitar la participación a “Información y consulta pública”, es una debilidad absoluta e insalvable que desde la aprobación del proyecto en 2014 habíamos señalado como gravísima y suficiente por sí misma para rechazar el proyecto en su totalidad. Esa exclusión revela que el “lobby” local del agua que promueve el proyecto concilió con las presiones e intereses del sector empresarial, además de resellar un desprecio total por la participación democrática y efectiva de la gente en los procesos de diálogo, generación de consensos, negociación y decisiones colegiadas sobre el agua.

En el proyecto no hay una sola frase que busque fortalecer a las ASADAS como entidades que aseguren el manejo comunitario y democrático del agua. Tampoco nada que procure que el Estado asegure espacios oficialmente reconocidos y vinculantes en la definición de políticas públicas y mecanismos de control del agua, con inclusión efectiva de las comunidades por medio de sus organizaciones. Ese aspecto está directamente asociado con principios como que la institucionalidad involucrada con el agua esté comprometida y obligada a respetar su condición de bien demanial y público y que genere confianza y seguridad de que los intereses colectivos primen frente a los particulares y privados.

La exclusión de las ASADAS y los riesgos asociados con la reducción de su perfil en el manejo del agua, valga decir en contraposición con la creación de espacios para entidades privadas, fue expuesta con claridad por el Colegio de Geólogos de Costa Rica (2020) que en su oficio 2020 CGCR 267-2020 dirigido a los y las diputadas, expresan: “Acerca de las ASADAS. Lejos de regular y fortalecer la situación actual de las ASADAS el proyecto de ley las excluye, les obliga a solicitar concesiones y pagar por ellas a pesar de ser entes que prestan el servicio mediante un Convenio de Delegación de Administración con el AyA (Art. 5 y Art. 58). Las ASADAS deben ser consideradas en cualquier legislación sobre el recurso hídrico debido a la importancia de la labor que realizan, ya que cubren un 33% de la población del país”.

Otro aspecto que no se puede dejar de lado es que el consumo humano es una prioridad cuestionable e incierta en el proyecto. Las definiciones son tan generales que abren la puerta para que cualquiera, sea público o privado, proponga, compita y obtenga concesiones. En el artículo 61, que como en muchos otros se norma el otorgamiento de concesiones, se indica: “Requisitos y procedimiento para otorgar concesiones. Toda solicitud de concesión para el aprovechamiento del recurso hídrico deberá cumplir los requisitos generales y específicos propios para cada tipo de aprovechamiento que se establecerán en el reglamento de esta ley; además, cumplir con el procedimiento aplicable para el otorgamiento”. Ni en este ni en otros artículos se enfatiza ni especifica el uso público, solidario y equitativo del agua, del tal manera que los concesionarios, de cualquier tipo, tendrán que “pujar” de acuerdo a sus intereses. Además, los requisitos quedan sujetos a nuevos reglamentos en cuya creación no está prevista ninguna forma de participación ciudadana. Como dijo una impulsora del proyecto, la Diputada Paola Vega, “se necesita una concesión independientemente de quien la pida”.

El único artículo del proyecto de ley que establece con claridad cuáles son los usos prioritarios del agua, es el 95 referido a la “Declaratoria de déficit temporal del recurso hídrico”. Esa condición se declarará “cuando (la Dirección de aguas) haya constatado técnicamente la disminución atípica de la disponibilidad del recurso; valorará, entre otras, las condiciones meteorológicas, hidrológicas, hidrogeológicas, hidrobiológicas, agrícolas, geográficas, sociales, ambientales, económicas y de calidad del recurso”. La realidad es que hasta hoy día muchísimas comunidades se han quedado sin agua y las autoridades no han hecho, por la razón que sea, los estudios pertinentes, ni mucho menos han declarado emergencia como corresponde. Esto ha sido así porque se han protegido los intereses privados sobre lo público y comunitario, y obviamente sobre los derechos de los ecosistemas, que más bien quedan desprotegidos con las definiciones y usos de los “caudal ambiental”.

Una legislación verdaderamente orientada a la protección integral y ecosistémica del agua, lo mismo que a usos justos y solidarios desde lo público y comunitario, debe icluir algunos principios que este proyecto no contiene. Algunos de los principios son:

  • que el Estado, como garante de los derechos colectivos del pueblo, ejerza soberanía total para asegurar el control del agua para su uso en favor del bien común,
  • que la población tenga seguridad de que el agua será considerada efectivamente y sin manipulaciones, controles políticos ni económicos, en las decisiones sobre los usos prioritarios y su protección ecosistémica,
  • que el Estado asegure espacios oficialmente reconocidos y vinculantes en la definición de políticas públicas y mecanismos de control del agua, con inclusión efectiva de las comunidades por medio de sus organizaciones,
  • que se tenga garantía de que por ser un derecho humano no esté sujeta de ninguna manera a la competencia comercial; mucho menos cuando se comprometan la salud de los ecosistemas y el acceso de la población,
  • que sea distribuida con equidad, solidaridad y hasta entregada de gratis a la gente más pobre que no pueda pagarla,
  • que haya seguridad absoluta de que será protegida frente a cualquier forma de explotación lucrativa y privada (esto sabiendo que en Costa Rica operan múltiples mecanismos de lucro con el agua),
  • que los usos prioritarios estén explícitamente estipulados y que no existan opciones, como las concesiones, sociedades de usuarios, etc, para que los usos públicos y colectivos tengan que competir con los negocios privados de cualquier tipo, como sucede ahora mismo en Costa Rica,
  • que la institucionalidad involucrada con el agua esté comprometida y obligada a respetar su condición de bien demanial y público, y en ese tanto no facilite su explotación privada,
  • que la institucionalidad genere confianza y seguridad de que los intereses colectivos primen frente a los particulares, y que respete y escuche a los actores sociales comunitarios,
  • que el Estado garantice los recursos económicos necesarios para que el sistema jurídico y operativo, la investigación científica y el seguimiento, permitan la efectiva protección ecosistémica del agua y su distribución equitativa.

¿Se cumplen esos atributos fundamentales en el proyecto de ley de agua número 20.212? Definitivamente no.

Imagen: Juan Pablo Ugalde

El agua, accesibilidad universal y derecho humano

Dra. Daniela Astorga M./ dastorga75@gmail.com

Como profesional de la salud, soy una persona muy preocupada por el tema ambiental, en general, y por el agua y la importancia capital que tiene este vital líquido en la vida y en la salud de las personas, en particular.

Con respecto al tema ambiental, estoy convencida de que lo que hagamos hoy para preservar el medio y cuidarlo, sin duda, será la mejor herencia para las futuras generaciones. Ya lo dijo, con mucha claridad el Papa Francisco: Este planeta es la casa donde vivimos y, por ello, debemos cuidarla.

Considero que las y los costarricenses debemos contribuir en todos los frentes posibles (reciclaje y control adecuado de los desechos, son dos de ellos), para asegurar la reducción de la contaminación del medio.

Sin embargo, hay una batalla que considero que es fundamental, en el presente, dentro de la agenda ambiental. Es la de asegurar agua pública y de calidad para todos, ahora y de cara al futuro.

Hemos visto con gran preocupación como hay sectores que quieren privatizar este valioso y vital líquido. Hay países que tomaron esta medida y eso hace que hoy, muchos de sus habitantes o no cuenten con agua potable o para contar con ella, tengan que pagar precios inaccesibles e inasequibles, a empresas que lucran con el recurso hidríco.

Algunas empresas privadas, en sus propósitos en el control del “negocio” del agua, fueron tan lejos que en el convenio con un gobierno sudamericano, pretendían que una claúsula, prohibiera expresamente que las personas recolectaran el agua de lluvia. Esto sucedió en Bolivia hace pocos años.

La preocupación que deseo expresar tiene que ver con el dictamen positivo que dio la Comisión Legislativa de Ambiente, el día miércoles, 1 de julio del año en curso, al proyecto de Ley para la Gestión Integrada del Recurso Hídrico, contenido en el expediente N°20.212.

Realmente, es muy preocupante que se emitiera tal dictamen sin considerar y menos incorporar, ni uno solo de los 21 puntos que las organizaciones ecologistas, ASADAS, las comunidades y varias personas expertas en la materia, recomendaron. Valga destacar que sobre estos puntos hubo consenso tanto con funcionarios del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA) como con representantes de la misma Asamblea Legislativa.

Coincido con las organizaciones y personas que señalan que el proyecto afirmativamente disctaminado, contiene graves omisiones  y ambigüedades que amenazan el ejercicio del dominio público sobre el agua. Con ello, se contradice en forma flagrante la norma recientemente incorporada en nuestra Carta Magna que fija al agua como un derecho humano, cuyo acceso universal y cuidado corresponde garantizar al Estado. Este derecho se diluye y no está asegurado en el texto que aprobó la mencionada comisión legislativa.

De esta manera, este pequeño grupo de diputadas y diputados, dictaminó un texto diferente al que se construyó a lo largo de una década, a partir del consenso laborioso de varios sectores.

Entre sus graves omisiones, el proyecto desconoce a las ASADAS, que han sido y son las organizaciones comunitarias que gestionan el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos de sus localidades. Asimismo no incorpora regulaciones ni sanciones por la contaminación de fuentes de agua con agroquímicos. Este es un serio delito ambiental que algunas empresas agroindustriales, repiten y que le cuesta muy caro al AyA y al país.

En un momento tan duro como el que vivimos como consecuencia de la pandemia de la covid-19, las diputadas y diputados de esta comisión y de la Asamblea Legislativa, en general, deben tomar consciencia de que este recurso es fundamental para la salud y para combatir la pandemia del presente y las futuras, que con seguridad, se presentarán en los años venideros.

Por último, genera molestia e indignación que la gestión legislativa se aproveche de la imposibilidad de llevar justos reclamos y protestas como ésta, a Cuesta de Moras, por las  imprescindibles restricciones impuestas ante la creciente y preocupante propagación del coronavirus. Por ahora, tendremos que fijar nuestro rechazo a este dictamen por este medio y todos los que tengamos a nuestro alcance.

 

*Imagen ilustrativa, UCR.

Enviado por Luis Fernando Astorga Gatjens.

ARESEP se alía a la UNED para capacitar ASADAS

La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) inició esta semana una capacitación técnica a los acueductos rurales en temas tarifarios, aspectos legales, protección del recurso hídrico y regulación. Esta capacitación sobre “Aspectos básicos de regulación en la prestación de los servicios públicos de agua» se realiza virtualmente con el apoyo académico de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).

“La interacción ARESEP – UNED, busca brindar herramientas en los aspectos básicos de la regulación del agua, mediante la implementación de una metodología de modelo tarifario de protección del recurso hídrico desde los operadores, y así, mejorar la prestación de los servicios de acueducto, alcantarillado sanitario, e hidrantes en cada región del país”, comentó el rector de la UNED, Rodrigo Arias Camacho, al agregar que el curso es facilitado por el Programa de Gestión Local de la UNED.

El seminario tiene jornadas programadas para el 12, 14, 16 y 19 de octubre, tiempo en el que se abordará la organización del Estado en el tema de agua, elementos generales de regulación, los programas de la calidad, la metodología de protección del recurso hídrico y contabilidad regulatoria.

El regulador general, Roberto Jiménez Gómez, indicó que “este seminario es un esfuerzo por ampliar y fortalecer la presencia y el trabajo territorial que se viene realizando, donde la ARESEP deja su edificio para incorporarse activamente en las comunidades. Así damos herramientas a las ASADAS para mejorar la prestación de los servicios que brindan en sus comunidades y se atiendan las necesidades de las personas usuarias”.

En este Seminario se han inscrito más de 220 personas, provenientes principalmente de las áreas de administración y gestión de los acueductos rurales, de todas las regiones del país.

El regulador general enfatizó en la importancia de involucrar a los prestadores en los procesos regulatorios y mejorar sus capacidades para incidir en la calidad del servicio público.

La ARESEP firmó un convenio de cooperación con la UNED con el fin de brindar capacitación técnica a diversos operadores y grupos de población que requieren conocer las herramientas de regulación, como metodologías y reglamentos técnicos, y su aplicación.

Esta capacitación se enmarca dentro de las acciones que la institución ha venido realizando desde el 2016 para el fortalecimiento de las Asadas y forma parte de la Política Regulatoria sobre el acceso al agua potable y saneamiento de las aguas residuales, que emitió la Junta Directiva de la ARESEP y se publicó el 9 de octubre de 2020 en el Alcance N°268 de la Gaceta.

En esta Política se establecen objetivos para mejorar la participación de las Asociaciones Administradoras de Acueductos y Alcantarillados Comunales (ASADAS) como prestadores; brindar soporte para la consolidación de la contabilidad regulatoria. Estas acciones contribuyen a asegurar la cantidad y calidad del agua recibida por la ciudadanía, promover una mayor cobertura para la recolección y tratamiento de aguas residuales, reducir las pérdidas y definir consumidores con prioridad de abastecimiento.

Para más información, puede comunicarse con:
T +506 2506.3266
F +506 2215.6052
Correo electrónico
cmora@aresep.go.cr
www.aresep.go.cr
T +506 8340 1788
Correo electrónico
kramirezc@uned.ac.cr
www.uned.ac.cr

 

Foto: Prensa, Casa Presidencial.

Capacitación para las Asadas en Planes de Seguridad del Agua

La Escuela de Formación Socio Ambiental de Caraigres, en conjunto con Observatorios Ciudadanos del Agua, la Universidad Nacional y la Alianza de Ríos y Cuencas inicia este 15 de octubre su primer ciclo de capacitación para las Asadas de la Región en Planes de Seguridad del Agua.

Para esta actividad la Escuela cuenta con la valiosa colaboración de los gestores ambientales de las Municipalidades de los cantones, la importante ayuda voluntaria de los gestores locales comunitarios de Aserrí y Acosta, junto con el liderazgo comunal de la región.

Se estará invitando a fontaneros y directivos de las 65 Asadas de los cantones de Desamparados, Aserrí y Acosta.

La Escuela de Formación y Capacitación Socio Ambiental para Líderes Ambientales de Observatorios Ciudadanos del Agua, ofrece los siguientes temas para capacitación virtual:

  • Formación e inscripción de un Observatorio (Delimitan trayecto de algún cuerpo de agua, sea quebrada, río, laguna, etc…).
  • Brigadas de limpieza y observación.
  • Toma de muestras para análisis del agua.
  • Estrategias y técnicas de comunicación y manejo de grupos.

Puede solicitar la colaboración y coordinar acciones conjuntas en la siguiente dirección de correo: iferacr@gmail.com

 

Imagen ilustrativa, UCR.

Enviado por Ítalo Fera Fallas.

Proyecto de Ley de Aguas presenta serios vacíos

-Contaminación con agroquímicos quedaría sin castigo;
-No se reconoce a las ASADAS como entes jurídicos

(FECON, 01-07-2020). La Comisión de Ambiente en la Asamblea Legislativa dictaminó el día de hoy el proyecto de ley #20.212 denominado: «Ley para la Gestión Integrada del Recurso Hídrico» sin incorporar las 21 observaciones planteadas por las organizaciones ambientales mediante documentos y audiencias.

El proyecto de ley presenta ambigüedades que amenazan el ejercicio del dominio público sobre el agua; carece de avances sustantivos en la protección de fuentes y cuerpos de agua que erradiquen las acciones de sobreexplotación, acaparamiento, contaminación; genera un significativo retroceso en de la participación social en la fiscalización del dominio público; además la propuesta legislativa contiene regresiones importantes en términos ambientales.

En el texto se observaron vacíos de redacción para garantizar el dominio público e interés social en el manejo del recurso hídrico como objetivo de la Ley, ya que carece de mecanismos de participación social en la planificación.

Así mismo, la ley carece de herramientas para aumentar la gobernabilidad del agua. Por ejemplo: no existe en la ley para evitar la perpetuación de personas en cargos como de la Dirección Nacional de Aguas, que en la actualidad genera gestiones inoperantes y con poca transparencia.

La propuesta legislativa le niega el reconocimiento jurídico de las ASADAS. Estas organizaciones están totalmente ausentes dejándolas con inseguridad jurídica. Además, es urgente incluir el Principio Precautorio en las definiciones y artículos para su aplicación oportuna por parte de la administración pública.

En el tema de contaminación, es un error sacar de la ley un término importante como la “contaminación difusa” que permitiría la sanción apropiada ante daños, por la complejidad de las dinámicas ambientales y la necesidad de proteger el interés común en los casos de contaminación con agroquímicos por parte de empresas agroindustriales.

Igual de preocupante es que en el campo de la evaluación del impacto ambiental, se limita la posibilidad de proteger el líquido vital. La propuesta legislativa mantiene al agua apenas con un insignificante 8% del puntaje dentro del análisis del impacto los proyectos, impidiéndose proteger efectivamente las fuentes, por lo que se plantea análisis directo del impacto extractivo con base en el criterio de caudal ambiental.

Existe preocupaciones por elementos ambiguos o riesgosos para la gestión ambiental sostenible del agua y el dominio público efectivo, como lo son la inclusión de las fincas ganaderas dentro del uso doméstico, los injustificados “usos especiales del agua” que evaden el pago de canon, los reconocimientos por inversiones que traspasan funciones públicas a actores privados y desfinancian la gestión pública, además de la polémica figura de autoabastecimiento en condominios que sobrepone intereses particulares sobre el interés común.

En un contexto de conflictividad creciente por temas de protección y acceso al agua, y la incapacidad actual de las instituciones de responder y resolver adecuadamente estas situaciones, este proyecto de ley no representa un avance suficiente para tutelar un efectivo derecho al agua.

Contacto: Dany Villalobos, teléfonos: 8420 9643

*Imagen ilustrativa.

La ruta del agua: en el corazón de las nacientes

Byron Barillas y Luis Bonilla: Académicos de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de la UNED

Costa Rica, agosto de 2018

 

En el marco del proyecto de investigación sobre el tema del recurso hídrico y conflicto social en Costa Rica, de la Cátedra de Sociología, Escuela de Ciencias Sociales Humanidades, UNED, a mediados de febrero del 2018 se realizó una gira de observación con directivos de la Asada de Dulce Nombre de Naranjo, Alajuela. La gira tenía por objeto conocer las nacientes de donde se extrae el agua que abastece a los habitantes de la comunidad antes citada.

En una larga caminata por laderas, bajando y subiendo cerros pertenecientes a la montaña El Chayote, Naranjo, se visitó dos sitios específicos en las partes altas de la montaña, hasta que hicimos contacto con las nacientes en donde inicia el recorrido y desde donde la Asada, capta el líquido y la conduce a los aforos (especie de cajas de cemento cerca de las nacientes), que sirve para almacenar el agua de varias nacientes, cual pequeñas “venas” naturales que brotan de los paredones húmedos. Luego, a partir de estas cajas se ha instalado la tubería que hace un largo recorrido por laderas y terrenos sinuosos hasta llegar al tanque ubicado en Dulce Nombre, desde el cual se conduce el agua por otras tuberías hacia las viviendas de la localidad.

La distancia que recorre dicha tubería es de unos 8 a 10 kilómetros aproximadamente en el caso del primer sitio visitado; y de unos 11 kilómetros en el segundo sitio de captación.

Nos parece importante compartir las apreciaciones e impresiones que surgen de esta experiencia.

No puede obviarse en primer término, el esfuerzo humano y la inversión económica que requiere tal infraestructura. Pero en términos de ese esfuerzo, cuando nos tocó bajar casi resbalados 300 y 400 mts., es difícil imaginar el traslado estrictamente a lomo y brazo partido del material (cemento, tubería, cedazo, hierro y herramienta) que no tiene otra forma más de traslado que la tracción humana. Tal determinación, solo se explica por la experiencia de los directivos que se ensucian las botas junto al fontanero móvil, por la férrea voluntad y compromiso de cumplir de la mejor manera con el abastecimiento del líquido potable hacia las familias beneficiarias y cierta mística que alimenta la satisfacción del deber cumplido.

Valga decir también, que esta constatación provee al proceso investigativo de una mayor sensibilidad y reconocimiento al trabajo realizado por las Asadas como organizaciones sociales de la comunidad que contribuyen de forma relevante a proteger y cuidar el agua, actitud ésta, que se manifiesta como un elemento distintivo de quienes cohabitan territorios hídricos y hemos convenido en llamar “conciencia hídrica”.

En el plano más subjetivo, como investigadores, además de permitirnos una verificación empírica del escenario natural, el recorrido factual nos puso a pensar en ese instante, cómo esa agua que brota de la tierra de una manera tan simple y a la vez sublime, es el vital recurso que nos ofrenda la naturaleza, pero de cuyo significado biosocial y su fragilidad ecológica no terminamos de tomar clara conciencia, quizás por nuestro extrañamiento colectivo de sentirnos ajenos, erróneamente autónomos o por encima del mundo natural. Podría decirse que, es inevitable estar en un territorio que pareciera bajo “dominio del agua” sin conectarse con la existencia misma. Y, cuando se está en el corazón de una naciente y hay conciencia de ese hecho, se cruzan fugazmente ideas como: “literalmente aquí nace la vida”, y la sensación es que “ese líquido y nosotros nos pertenecemos mutuamente, es nuestra propia esencia, no hay duda en ese momento”. La duda es externa, producto de la enajenación, es decir, de la inconciencia del potencial hídrico, así como la vulnerabilidad de ese mundo material en donde florece la vida. Sin duda, el Estado está obligado a proteger este recurso que es un bien colectivo, pero las comunidades y la sociedad en general también, porque en esos cerros y nacientes se juega nuestro futuro.

También nos ha quedado claro de esta experiencia, que el hecho de disponer domiciliarmente agua de calidad, las veinticuatro horas diarias y a bajo costo, demanda de un arduo y planificado trabajo organizativo de quienes proveen este servicio con sentido social, que en el caso de Dulce Nombre, pasa por mantener activa su Asamblea de miembros a la cual pertenecen, que aprueba o reprueba las propuestas de proyectos de inversión con visión estratégica, aquellas medidas que garanticen la distribución y lo relativo a resguardo de la ética como representantes comunales. No se obvia así mismo, el sostenimiento de una política adecuada de relacionamiento e incidencia hacia las instituciones públicas.

Valga decir entonces, desde un punto de vista operativo y técnico, las ASADAS son garantía de ese futuro con disponibilidad de agua. Asadas como Dulce Nombre de Naranjo y la Federación que aglutina 14 de ellas, fungen como organismos comunitarios que desarrollan un trabajo esmerado en capacitación técnica y administrativa para aumentar las competencias de su reducido personal y mantenerse a derecho con todas las obligaciones legales derivadas del Convenio de Delegación que le otorga el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA). A ello se suma, la rendición de cuentas transparente y estricta que es otra herramienta de control que tiene esta Asada. Dicha labor incluye un ejercicio permanente de participación comunitaria que valida el quehacer de este ente que administra el recurso hídrico para la distribución colectiva y una clara orientación de uso domiciliar. En este sentido, la Asada Dulce Nombre culmina la ruta del agua desde sus nacientes y se inscribe en el historial de gestión comunitaria, como una de las experiencias exitosas de democracia participativa.

 

Enviado por Byron Barillas.

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