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Etiqueta: COVID-19

Sin participación de las comunidades se desbordará la pandemia

Miguel Sobrado

Hasta el momento la pandemia ha sido enfrentada centralmente, con éxito, por el Ministro de Salud y el presidente de la CCSS, pero ya ha empezado a salirse de control. Por una parte, el enclaustramiento con desempleo y sin recursos básicos no puede prolongarse, y por otra el centralismo en condiciones de la democracia costarricense tiene límites, que no los tiene por ejemplo en China con otra cultura, recursos y disciplina militar.

En cuanto a lo primero, la población expuesta al dilema del hambre o al Covid-19 en la calle, no tendrá alternativa más que salir a buscar ingresos en la informalidad.

En cuanto a lo segundo o sea la organización vertical desde casa Presidencial, esta ha dado síntomas de estarse agotando. La propuesta del presidente de la CCSS, de contratar “informantes” que algunos llamaron espías en las comunidades, denota, no solo falta de información operativa a nivel de comunidades, sino de conocimiento de las funciones, que la reforma del sector salud, a principios de los noventa del siglo pasado, le asignó a los EBAIS una relación estrecha con la comunidad.

La organización centralizada es insuficiente, como se está haciendo cada vez más evidente, para educar y gestionar la salud en las comunidades. Hace falta que la organización descienda en cascada hasta las comunidades aprovechando las ventajas del programa EDUS, pero con una participación efectiva de las comunidades y aquí es donde está el problema de fondo. Hay una interpretación de participación implícita en el quehacer institucional, esto es que las comunidades atiendan y ejecuten las directrices que se les transmite desde arriba, que a menudo se limita a ejecutar labores de apoyo como utilizar los recursos del Estado o conseguir recursos adicionales. Esta forma de “participación” que el profesor Raff Carmen de la Universidad de Manchester llama “participulación” no genera entusiasmo ni el necesario involucramiento de las comunidades en las tareas de prevención y apoyo a los trabajos ejecutados en el área de salud.

La participación que sí involucra a las comunidades, es aquella descrita por la antropóloga norteamericana Lynn M. Morgan, en su libro “La política de atención primaria en Costa Rica” como el modelo seguido, en esencia, por la experiencia del Hospital sin Paredes. Este modelo perfila la participación por 1) Un proceso en que la comunidad participa en el diagnóstico de la salud, donde la salud no se limita a lo médico preventivo o curativo, sino que abarca las condiciones de vida e ingreso; 2) Una planificación de las medidas a tomar; 3) Una implementación del Plan; 4) Un control continuo sobre los avances; 5) evaluación de resultados; y 6) reformulación y adecuación de las actividades.

Los logros alcanzados por la experiencia de San Ramón merecieron premios de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud y su impulsor el Dr. Juan Guillermo Ortiz Guier ha sido declarado por su trabajo como Benemérito de la Patria.

Lamentablemente, como bien lo describe la doctora Lynn Morgan, el concepto de participación tomó connotaciones políticas y provocó el rechazo de muchos técnicos acostumbrados a que se obedecieran sus órdenes y “Conforme se hicieron más aparentes estas contradicciones, la participación fue redefinida y eventualmente eliminada de la lista de iniciativas estatales”.

La actual pandemia, por sus alcances y consecuencias nos está obligando a desechar viejos paradigmas que nos conducen a callejones sin salida y abrirnos a reconsiderar las mejores prácticas democráticas del pasado reciente.

Las finanzas públicas no están en condiciones de atender por muchos meses más, sin ingresos frescos, la atención del desempleo y la pobreza creciente. En el horizonte se perfilan negros nubarrones y desequilibrios sociales y políticos. La organización vertical está llegando a sus límites y sus rendimientos tenderán a ser decrecientes.

Descentralizar involucrando a las comunidades, no solo en el diagnóstico y puesta en marcha de la política sanitaria y de atención a los financiamientos que contribuyan a encadenar las economías locales es fundamental, aunque no pueda realizarse de un día para otro. Debemos empezar cuanto antes aprovechando la experiencia que nos dejó el Hospital sin Paredes, es una buena oportunidad para una buena práctica cívica que abra un sendero a la reforma institucional urgente que requiere nuestro país.

Con esto no se resuelve el problema de los ingresos, pero se generan condiciones para utilizar mejor los que existen y las condiciones para estimular que cada uno tribute en esto momentos cruciales de acuerdo con sus ingresos y las oportunidades que se abran en una nueva economía más encadenada. Cosmopolita, pero enraizada profundamente en nuestro medio.

Golpe de timón

Alejandra Espinoza

Les cuento amigos que ayer di un golpe de timón a “Ale” (mi barco se salía de rumbo, me di cuenta porque me empezaba a costar dormir).

Después de auto analizarme decidí hacer unos pequeños cambios que se los comparto porque el budismo afirma que “para que un propósito se vuelva un compromiso, debe de auto definirse y compartirse en un entorno seguro.”

Así que les cuento:

Decidí no ver todo lo que sale sobre la pandemia, me roba la paz. (no me voy a informar por canales sensacionalistas, pondré el informe oficial en el canal 13).

También leí que el ejercicio hace descansar, entonces voy a pasar mi rutina para la noche antes de una bebida caliente y una relajante ducha.

Trabajaré lo que pueda y como pueda sin auto presión, la idea es dar lo mejor de forma responsable para el entorno y segura para mí. “El primer objetivo en pandemia no es solo sobrevivir”.

Jamás perderé de vista que hay personas fuera de mi entorno que la están pasando mal, esta es época de ayudar (empezando por la gente más cercana) e ir abriendo el círculo hasta donde alcancen los abrazos.

La Asociación Mundial de Psicólogos califica a “las redes sociales, el wassap y el televisor como la nueva compulsión del siglo 21” y las voy a tratar como eso, al igual que el café deben de dosificarse.

Hay tantas cosas tan bellas que disfrutar y que aprender en internet que edifican, dan paz y colaboran con el entorno que es una lástima perder 15 minutos leyendo o escuchando tonterías.

Dicen nuestros hijos que uno es el reflejo de las 5 personas más cercanas en tu vida, la verdad por eso me encanta compartir con ciertos grupos, a partir de hoy no tengo tiempo para discusiones que no llevan a nada, es mucho más edificante una acción concreta por pequeña que sea que un discurso bien argumentado pero que no lleva a ningún puerto y lo que es peor que guarda dentro de sí intereses personalistas o políticos.

El Covid 19 nos está dando una lección de vida, se contagia el mendigo y el “rey” el habitante de las favelas y el presidente, el idealista y el dictador, es época de equilibrio, de familia, de amistad, de dar gracias, amar, crear, escribir, apoyar, cantar y al igual que en todas las travesías siempre es importante estar revisando el rumbo.

El neoliberalismo: la larga noche de terror que vive nuestro planeta

(A manera de respuesta a un artículo del señor Eli Feinzaig, publicado en la Nación del viernes 10 de julio).

Dr. Fernando Zúñiga*

Se necesitan menos de tres dedos de frente para saber a qué se refieren aquellos que desde sus diferentes frentes, acusa o califica de neoliberal a alguien. El autor del artículo de la Nación denominado “La larga noche neoliberal” encajona al neoliberalismo como un error de quienes perciben el proceso político de este país en los últimos años. Dejémonos de disquisiciones intelectuales, dice el autor de marras, luego de hacer un recorrido “wikipedico” por un par de autores, para alardear de su conocimiento de la materia. Si quería aprender sobre la génesis del concepto, se apuntó mal y probablemente quedó más confundido luego de escuchar las divagaciones con Otón Solís. Igual para efectos de lo que aquí planteo, hagamos a un lado el crecimiento en el aparato estatal, que no tienen que ver con el bienestar social y el desarrollo económico del país, muchos de ellos construidos a “prueba y error” y/o para satisfacer intereses específicos y tengamos presentes las grandes obras sociales que hoy la pandemia saca a relucir.

En mis estudios de economía en la Universidad de Costa Rica, siempre traté de profundizar, no con la materia económica que recibíamos en los cursos de micro, macroeconomía, comercio internacional, finanzas etcétera, por eso leí las obras de los clásicos, además de que paralelamente leía a Marx, prohibido en esa escuela. Entendía cuales profesores eran más liberales que otros que se autoproclamaban keynesianos, también me di cuenta leyendo a Keynes que él también era un liberal, solo que su teoría general era coyuntural, para una crisis depresiva, que se resolvía con la intervención del estado, pero que como Keynes lo expresa en su obra, una vez superada la crisis, la mejor alternativa es el libre mercado.

Este periodo de crisis del libre mercado, donde se evidenciaba, tal como lo señalaba Marx y muchos otros autores que han estudiado los ciclos de crisis del capitalismo, que éste era la causa de la crisis de los años veinte, eso fue lo que pudo haber trazado ese corte entre el liberalismo clásico de Smith y David Ricardo y lo que se empezó a llamar neoliberalismo, con nuevos enfoques monetaristas y fuertes críticas al Estado, por parte de economistas como Friedman, pero que no tenían nada diferente a los principios generales del liberalismo. Hasta tenían similitudes sus teóricos, Von Mises fue asesor de un presidente austriaco fascista y Friedman lo fue de un monstruo fascista en Chile.

La larga noche neoliberal, está reducida, por el autor de susodicho artículo, a un momento histórico en esta minúscula parte del mundo. En otras latitudes nadie sabe qué significa neoliberalismo, y todos los tratados sobre la temática no se han escrito y el neoliberalismo nace con los Programas de Ajuste Estructural y su capítulo final fue el TLC. ¿Qué hay de los aportes sobre el neoliberalismo de Chomsky y el premio nobel de Economía Joseph Stiglitz? ¿Por qué ellos y muchos científicos más llaman con precisión y rigurosidad científica al neoliberalismo con su nombre? Yo me siento orgulloso cuando trato a un político de neoliberal, y sé que eso lo hace sentir mal, porque en el fondo sabe que el neoliberalismo es la eterna noche de terror que vive este planeta.

Pero no es necesario tal discusión en este momento, podríamos hacer un ejercicio sencillo para explicar quién es un neoliberal. Se juzgan por sus actos. Es aquel político que ofrece “beemesdobleu” para que un pueblo ignorante vote por un tratado de apertura desigual entre nuestro pequeño país y el imperio. Es neoliberal quien desde su puesto de poder se esfuerza por defender la usura y se opone a un proyecto que quiere pone límites a las tasas de interés. También lo es quien quiere desmantelar el Estado y trasladar actividades lucrativas a las grandes empresas, es neoliberal quien destruye el bosque y extrae madera de manera indiscriminada, quien contamina porque lo considera un libre derecho a ejercer la actividad privada, quien está en contra de las leyes contra la especulación, contra el salario mínimo, contra los servicios gratuitos de salud y así hasta el infinito. No es necesario una definición, bastan los actos para identificar al neoliberal. Y lo es también quien quiere un estado grande fuera necesariamente ineficiente, mientras que la grandeza de las empresas gigantes fueran sinónimos de eficiencia. También son neoliberales, los economistas que se ponen al servicio de estas causas, buscando justificaciones científicas que rayan en el vulgarismo económico. Convirtiéndose así en mercenarios disfrazados de académicos.

A nivel mundial el neoliberalismo es la filosofía que cubre el terrorismo imperial, el militarismo, los genocidios de los israelitas y del ejercito gringo unido a los sangrientos ejércitos de la OTAN y por supuesto la salvaje explotación a nivel económico, origen de la enorme desigualdad que estaba a punto de quebrar el sistema cuando para deleite de muchos neoliberales cayó la pandemia.

* Miembro de la Directiva del Colectivo Político Semilla

Imagen: https://www.eldiario.es/

Nicaragua: la lucha contra la pandemia y el desgobierno

*Es justo aclarar que vivo fuera de Nicaragua y escribo esto auspiciándome en datos y notas de medios oficialistas e independientes, así como del Ministerio de Salud (MINSA) del país*

Joel Herrera

En la actualidad, como ya todas las personas estamos enteradas, la población global se encuentra enfrentándose a una pandemia. Un virus relativamente nuevo que ha cobrado una cantidad muy significativa de vidas alrededor del mundo, que ha logrado colapsar los sistemas de salud de todos los países y que paralizó a una sociedad que desde hace mucho tiempo estaba corriendo de una forma muy acelerada. Es cierto que todas y todos estamos aprendiendo sobre este microorganismo y el padecimiento que causa , por la simple razón de que nadie se esperaba una crisis de salud pública de esta magnitud y el paroxismo con el que apareció fue solamente un preámbulo de la velocidad de su expansión; no obstante, a pesar de este aprendizaje sobre la marcha y de estar enfrentándose a una pandemia, existen países como Nicaragua, que también enfrentan a un desgobierno que pone en peligro la vida e integridad física de la ciudadanía.

Desde el inicio de la expansión de la pandemia y las primeras recomendaciones que han brindado las organizaciones regionales y mundiales de la salud, la población Nicaragüense vislumbraba como la situación se podría tornar incluso más complicada en el país, el presidente Daniel Ortega , la vicepresidenta –quien también es primera dama y vocera del gobierno- Rosario Murillo y todo el aparataje estatal y oficialista iniciaron a emitir discursos irresponsables al tildar a esta enfermedad como un “padecimiento de ricos y burgueses” , se negaban a acatar recomendaciones mientras convocaron concentraciones masivas en las calles –la marcha llamada “amor en tiempos de covid”, es solo un ejemplo- y actividades deportivas/culturales que a la fecha se continúan realizando ; aunado a todo esto, iniciaron una campaña de comunicación para deslegitimar cualquier noticia sobre el virus, adjudicándolo a otro intento de desestabilización de la oposición.

Con el paso del tiempo y debido a que era innegable la presencia del virus en Nicaragua, el ministerio de salud encontró su escaparate al implementar un sistema de manipulación de información, elaborando actas de defunción donde la causa de muerte se adjudicaba a una “neumonía atípica” y se continuaba replicando el discurso que Nicaragua solo tenía un par de casos importados, pero que no había transmisión comunitaria; durante el tiempo transcurrido del primer caso diagnosticado el 18 de Marzo a la fecha del 12 Mayo, se contabilizaban 25 casos positivos y 8 fallecimientos, pero el último informe emitido, el día 19 de mayo, expresa que han incrementado a 254 casos, lo que representa una alza significativa en la curva de contagio; no obstante, el mandatario en su última comparecencia admite una alza de muertes por neumonía en el país, en comparativa con los datos obtenidos en los últimos 5 años.

Ante la desinformación y la falta de transparencia de las autoridades de salud y el estado de Nicaragua, la población optó por establecer mecanismos de observación y comunicación de manera independiente, surgiendo la iniciativa del “Observatorio Ciudadano COVID-19 Nicaragua”, que –como sus redes sociales indican- son un esfuerzo colaborativo para brindar información sobre el COVID-19; esta iniciativa representa solo un ejemplo de las medidas que ha tenido que implementar la población nicaragüense debido a que el gobierno no responde, no informa y no protege a sus conciudadanos, pero, a pesar de los esfuerzos individuales y colectivos que puedan llevar a cabo las y los nicas, el panorama a mediano y largo plazo se ve muy negativo, el sistema de salud –significativamente pobre- puede colapsar, las personas no pueden hacer cuarentena porque no tienen garantías para el sustento de un par de semanas o un par de meses , los precios de mascarilla, guantes y alcohol en gel se han disparado por los cielos y, como si se tratase una competencia por cual es la situación más trágica, muchas localidades del país no tienen acceso a agua potable.

Es cierto que el papel de la ciudadanía es llevar a cabo las medidas de prevención y protección ante el virus, pero también el estado tiene una gran responsabilidad de velar por la salud, integridad física y bienestar de la población a quienes –en teoría- representan, pero lamentablemente la tiranía y sed de poder ciega a sus gobernantes a tal punto de dejar morir a sus gobernados, incluso a sus fieles seguidores.

Testimonio de enfermera hondureña que labora en medio de la pandemia

Reflexión de una enfermera del Hospital Escuela: Lo que la pandemia sacó a la luz

Osiris Rovelo

Para mí salir a trabajar significa ponerme en una situación de peligro inminente, es ir a una guerra desarmada, cansada y frustrada por el desolador panorama. Gente tirada en el piso, familiares buscando sus parientes, heridos sin opción a una camilla porque las que hay están ocupadas, quirófanos cerrados por solo haber un anestesista de guardia, máquinas y equipos funcionando a medio vapor por falta de reparación desde hace mucho tiempo y, así muchas cosas que no se han resuelto por décadas ya que no ha existido voluntad política para resolver.

Les escribe una enfermera, una profesional de salud con muchos años de experiencia, les escribo desde nuestro querido Hospital Escuela en Tegucigalpa donde me desempeño como Supervisora de Enfermería desde el año 2015. Les escribo no sólo a título personal, si no cómo vocera de este sentimiento colectivo que existe en el silencio de las que nunca dejamos de trabajar, las que sólo escuchamos a la distancia los debates en la televisión sobre los insumos y los corruptos. Las que no nos vemos en la pantalla, ni en los periódicos, ni se nos escucha en la radio y que se nos conoce hasta que la desgracia ha llegado y los y las pacientes les toca experimentar de primera mano está desgracia que nosotras vivimos todos los días.

Esto ya era un desastre, pero este desastre con la pandemia se convirtió en una calamidad. La carpa que se instaló en el hospital, y que ahora es un lugar de atención donde a diario hay más de 40 personas hospitalizadas en condiciones deplorables y otras decenas más haciendo fila paras ser atendidas, se ha convertido en un centro de batalla para las enfermeras que cada día somos testigos de la inequidad social y de la falta de interés de este gobierno para mitigar el sufrimiento de un pueblo empobrecido por corruptos. Es lamentable que lo único nuevo de todo esto es la cantidad de pacientes que hoy demandan atención médica.

Atrasos

Se atrasaron en todo: en contratar personal, en hacer hospitales, en comprar hospitales provisionales, en comprar insumos, en arreglar el equipo, en pagar los salarios, en definir más espacios de atención, en mantener a la gente restringida, en mantener cerrada los sectores no esenciales de la economía. Se atrasaron en todo, menos en gastarse el dinero. Y se vienen atrasando no desde marzo, si no desde hace muchos años. La pandemia sólo saco a flote la podredumbre que cubría un río que ya se secó.

Lo irónico es que la Organización Mundial de la Salud declaró el 2020 como el año Internacional de Enfermería, considerando que desempeñamos una función crucial en el cuidado de la salud de los pueblos en todos los niveles asistenciales de los sistemas sanitarios del mundo. “El personal de enfermería y partería son la columna vertebral de todos los sistemas de salud: en 2020 alentaremos a todos los países a que inviertan en el personal de enfermería y partería como parte de su compromiso con la salud para todos¬” mencionó el Dr. Tedros Adhanom G, Director General de la OMS.

Aunque fue alentador el que se reconociera nuestro esfuerzo y dedicación a nivel mundial, y a una la emocionen esas campañas en las que nos aplauden y se nos reconoce, bastante rápido regresamos a una realidad que nos golpea la cara.

Por la emergencia sanitaria se nos fueron quitados feriados que por ley nos corresponden y que los demás centros de atención sanitaria e instituciones públicas gozaron aun haciendo trabajo desde casa, tampoco tenemos otros beneficios ni garantías.

Para nosotras no es nada nuevo la falta de insumos, equipos médicos de atención hospitalaria, personal de enfermería suficiente para atender a los miles de pacientes que llegan a este centro de atención médica a diario, ni siquiera los actos de corrupción, tráfico de plazas y contratos, compras amañadas, en fin, todo lo que se ha escuchado en los medios de comunicación y que mucha gente con poder hizo caso omiso pensando que no le afectaría.

Lo nuevo aquí es la pandemia y la cantidad de hondureños necesitando asistencia médica y para los cuales no hay respuesta sanitaria, y entre ellos nosotras las enfermeras y enfermeros que dedicamos nuestras vidas al cuidado de los pacientes, hoy necesitamos de esos cuidados, también sumamos a las cifras entre los positivos y las defunciones por Covid 19 que anuncia SINAGER cada día en Cadena Nacional.

El 60 por ciento estamos enfermos o hemos estado, y no paramos. Mientras sigue el debate de quienes son o no los culpables, sigue también nuestro trabajo. Porque la vida depende de ello.

 

Foto: https://proceso.hn

Compartido con SURCOS por Marlin Óscar Ávila.

Las paradojas que evidencia la pandemia

Juan Huaylupo Alcázar[1]

Imaginar que los mercados urbanos seguirán siendo emporios para las ventas de mercancías y servicios, así como ser fuentes de fuerza de trabajo barata, son las elucubraciones de los empresarios, el gobierno y los nefastos entes internacionales, que se imaginan maltusianamente, una sociedad y un mundo con poblaciones muy inferiores a su origen manufacturero del siglo XVIII, pero dotadas de extraordinarias capacidades productivas gracias a los trabajadores que con su esfuerzo e imaginación crean nuevas tecnologías. Es comprensible un capitalismo con elevada producción y productividad para más y mayores mercados, pero nunca para reducidos mercados y poblaciones. No existe tendencia alguna que sustente una estructura productiva y distributiva para atender las necesidades ciudadanas y menos aún con tasas decrecientes de ganancias. Ello es un error de las expectativas, una visión contradictoria o una forma para eliminar a empresarios competidores.

¿Acaso estamos viviendo un proceso de concentración económica como nunca antes ha conocido la humanidad? ¿se pretende destruir a miles de productores y trabajadores, con la mediación viral pandémica, para concentrar y centralizar, en muy pocas empresas globales y en menos países, el abastecimiento de mercancías, servicios o insumos que el mundo requiere? ¿se construye un nuevo orden económico mundial? No es de orates ni es una especulación suponer la intencionalidad de estas prácticas, pues es una regularidad efectuada en toda la historia capitalista. Las guerras, invasiones, ocupaciones, los asesinatos, espionajes, expropiaciones, confiscaciones y adquisiciones han servido, en el pasado y el presente, para apoderarse de las riquezas, recursos y mercados del mundo, como tampoco es extraño, el crecimiento y expansión de las inmensas empresas que actúan en todos los mercados y espacios nacionales del planeta y menos aún, se puede desconocer la permanente destrucción de las empresas competidoras por parte de entes que anhelan el monopolio, o el control de la producción y la distribución mercancías del mundo.

El empobrecimiento generalizado de las poblaciones por los efectos económicos de la pandemia agudizados por las estructuras sociales y laborales excluyentes que, sin redistribución de los recursos generados, restringen el consumo, la educación, la sanidad pública, lo cual tienen como consecuencia la inhabilitación de las capacidades físicas e intelectuales de los trabajadores, aunque paradójicamente son imprescindibles para la valorización del capital. El capitalismo ha ampliado los mercados e integrado a todos los trabajadores del mundo en un proceso de reproducción global del capital. Es absurdo y contradictorio para el capital, atentar contra los trabajadores, porque es una evocación propia a tanatus.

La falsa conciencia y el hedonismo empresarial se embelesa en tener el poder capaz de crear una sociedad a la medida de sus intereses, sin la resistencia por parte de reducidos, supeditados y contestatarios trabajadores y sin institucionalidad alguna, para erigirse en una absolutista versión moderna del Estado de Luis XIV. Esos sueños utópicos ocultan sus pesadillas de no ser autosuficientes, de necesitar trabajadores, mercados y de un Estado que les garantice sus condiciones de existencia y vivir de los otros.

Los negociantes al imponer la reapertura productiva y mercantil, no reactiva la economía realmente, solo garantiza nuevas infecciones y muertes. Ante las evidencias, silencian sus voces, pero sin desistir ni enmendar la culpabilidad de sus acciones contra trabajadores y clientes. La vocinglería empresarial de tener la solución a las crisis, económica y pandémica, ha mostrado su incapacidad de dinamizar la economía, a la vez de ser un nefasto difusor de la pandemia en el país.

Los mercaderes creen que ofrecer mercancías, es suficiente para reactivar la economía, como si la causa de la crisis fuera por su carencia. Esa simpleza de pensamiento deriva suponer como lo hizo hace siglos Jean-Baptiste Say (1767-1832), que toda oferta crea su demanda, ignorando a John Maynard Keynes (1883-1946) que postulaba precisamente lo contrario, como si la economía fuera una relación mecánica entre dos variables. Pero, los empresarios no quieren ver ni entender que los asalariados-compradores han sido afectados por ellos, el Estado y la pandemia, en un contexto estructural inequitativo y excluyente. Esas mayorías despreciadas y pobres, son los que sustentan y garantizan la riqueza privada.

La producción capitalista no es para el autoconsumo de propietarios, no es para los millonarios, ellos no sustituyen el consumo de las poblaciones trabajadoras, a quienes no dan ninguna alternativa de consumo ni de sobrevivencia suficiente y digna. Los pobres, desempleados y enfermos, entre otros, no consumen. Tampoco los sectores medios y pobres poseen los recursos suficientes ni duraderos para afrontar un futuro inestable, incierto y crítico, no solo por el previsto colapso del sistema de salud, o un posible desabastecimiento alimentario, agravado por un medio gubernamental sin recursos y asfixiado por sus déficits y por los legisladores. Asimismo, la destrucción de la institucionalidad pública y la educación superior, compromete dramáticamente el futuro de la sociedad costarricense. La legalidad democrática costarricense, se transfigura en una dictadura ilegal.

Los parlamentarios contrarios a los intereses de la colectividad, son aliados y cómplices de demandas empresariales, inviables e imposibles para nuestra sociedad, además de que sus intereses electoreros los empuja a boicotear los presupuestos públicos requeridos para la asistencia a los desempleados formales e informales que ha provocado la pérdida de puestos laborales durante la actual coyuntura. Son los intocables amigos, no por enfermos, sino porque enferman y matan a los otros, con su inmunidad e impunidad económica y política, son los mismos que impiden la devolución total de los salarios acumulados para supuestas pensiones obligatorias, que nutren las finanzas privadas, con argumentos falaces que ocultan los desfalcos financieros y administrativos de los mismos, a pesar de la agudización de la pobreza y del hambre que comienza a azotar a los sectores vulnerables de nuestra sociedad.

Asimismo, uno de los entes generadores de miedo, el poder judicial, se ha convertido en un espectador de las tragicomedias de las transgresiones constitucionales, del derecho público y de la institucionalidad estatal.

Costa Rica en la actual coyuntura vive momentos contradictorios, sin alternativas económicas viables ni razonables, enfrentada a una frustrada omnipotencia o impotencia empresarial y legislativa de instaurar regresivamente el absolutismo totalitario, mientras que el Gobierno, ambigua y contradictoriamente, se ocupa y relativamente se sostiene políticamente por el sistema de salud existente, mientras que, por otro lado, destruye institucionalidad pública y liquida conquistas alcanzadas históricamente por la ciudadanía y su Estado Social, especialmente en materia de derechos y reivindicaciones laborales.

Los que se aprovechan de sus influencias para hacer negocios privados y contratos de obra pública, han multiplicado muchas veces sus riquezas y adquirido un saber que no emana de la ciencia, sino de procesos políticos corruptos del quehacer estatal y judicial. La ciencia y la investigación no les interesa ni forman parte de sus decisiones y prácticas, como tampoco les importa el ejercicio de la justicia social y la moralidad pública. Sin embargo, pretenden ser dictaminadores y fiscalizadores de la sociedad costarricense, del aparato estatal y de los intereses, necesidades y anhelos ciudadanos. Así, las visiones y prácticas de esos sectores privilegiados de la sociedad, ignoran la complejidad de los procesos sociales y también de la economía. Los negociantes creen que solo la reproducción del ciclo comprar, producir y vender, es suficiente y que ellos son los actores fundamentales, pero están muy equivocados. A ese economicismo, basta señalar que los “ticos” radicados y trabajadores en otros espacios nacionales, que regresan al país, no lo hacen porque carecen de trabajo y son pobres, sino porque Costa Rica es su espacio de vida con sus familias, en su sociedad y cultura, que les garantiza sobrevivencia social, más allá, del trabajo y situación económica. Este fenómeno también ocurre con los ciudadanos de otros países que vuelven a sus países y a sus pueblos para convivir y compartir solidariamente. El economicismo es una visión ideológica que emana de la preeminencia económica capitalista que impide comprender la complejidad de las realidades y la significación cultural, social, política e histórica de las relaciones económicas.

Las visiones simplificadas de las realidades suelen ser dogmáticas y creen que el devenir de las personas y sus contextos, están determinadas absoluta e inevitablemente, como ocurre con la economía y sus pretendidas leyes universales, pero también con la pandemia, a la cual le atribuyen cualidades de transformación de economías y sociedades. No obstante, son las relaciones sociales, políticas y económicas hegemonizadas con poderes concretos y tangibles que, encubriéndose en la pandemia, imponen sus intereses, intenciones y nuevas condiciones sobre las personas y pueblos de la aldea global. Tampoco los poderes sociales que dominan y sentencian son omnipotentes, son de barro en su vulnerabilidad y miedo ante los trabajadores-compradores en la pandemia.

[1] Catedrático en Administración Pública en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica.

Imagen: https://concepto.de/mercantilismo/

Unas cuantas sugerencias

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Comparto, con espíritu constructivo, algunas ideas.

1-   EQUIPO DE MANEJO SANITARIO Y ECONÓMICO COORDINADOS. Pueda ser que dentro del Gobierno estén muy coordinados.  Pero lo cierto es que, desde afuera, no dan esa sensación. Más bien, a ratos pareciera que existen tensiones. Aclarar esa imagen cuanto antes es de gran conveniencia nacional.

2-   PRESENTAR PLAN ECONÓMICO DE MEDIANO ALIENTO. Lo más cierto hoy es que el futuro es incierto. No hay conocimiento seguro y claro sobre cómo va a evolucionar la situación, tanto en lo sanitario, como en lo económico. No obstante, en lo sanitario se ha definido una ruta, y cada uno de nosotros sabe a qué atenerse. Quédate en casa, baile y martillo, burbuja social, distanciamiento social, nos lo han explicado permanentemente.

No pasa lo mismo en el campo económico. Los anuncios son parciales. El Gobierno insiste en avanzar en la negociación con el FMI, pero no se ha explicado con claridad si ya hay compromisos y, si los hay, en qué consisten. Parece ser un secreto que no quieren compartir. Se rumora, porque ese es el nivel, que vienen impuestos, mayores recortes de gasto, venta de activos. El exministro Chaves ya hasta hizo un cálculo “personal” (así lo llamó) de lo que valdrían algunos de esos negocios públicos. No llega al 10% de la deuda.

3-   SE DEBEN FORMULAR OTRAS INICIATIVAS MÁS ALLÁ DE LA MACROECONOMÍA. La discusión macroeconómica con facilidad deriva en un pulso por recortar gasto, reducir planilla pública, bajar salarios, las exenciones o a quién poner impuestos.  Si no hay un espacio de negociación real, inclusivo y con propósito, las discusiones serán estériles, los esfuerzos se diluyen y la desesperanza crece.

Por ello, también se tiene que trabajar sobre las necesidades particulares de los sectores productivos. En especial con aquellas actividades que han sido soporte del desarrollo económico y hoy están amenazadas. ¿Cómo acercar capital de trabajo a esas empresas que han demostrado viabilidad a lo largo del tiempo, pero que hoy están sofocadas por la caída de sus ingresos? Mecanismos existen, y se han presentado. Pero no se observa una definición concreta del Gobierno en este campo. Esto se debe abordar con urgencia.

Los bancos tienen plata. Ha habido renegociaciones de las deudas bancarias. Pero no todos son sujetos de crédito. Aquí surge la necesidad de crear un mecanismo especial de garantías para empresas nacionales, que hoy sufren, y que han sido exitosas. Pero este esquema debe también considerar a los emprendimientos no formales, que son muchos y están creciendo. Sería una forma de empezar a formalizar esas iniciativas. El desempleo es mucho, la transformación hacia la informalidad es acelerada, y hay que ir previendo estos impactos para después de la pandemia.

4-   LOS FONDOS PARA EL BONO PROTEGER HAY QUE AUTORIZARLOS RÁPIDO. Es urgente aprobar cuanto antes el uso de los recursos disponibles. Y el Gobierno debe calibrar si va a necesitar más apoyo para estos programas. Es una buena idea no mezclar esta aprobación con otros temas presupuestarios.

5-   EL GOBIERNO DEBE RETOMAR SU INICIATIVA SOBRE MEJORES CONDICIONES EN EL FINANCIAMIENTO en estos días de crisis sanitaria. Y este debe ser un punto central para tratar con los organismos financieros internacionales. Rebeca Gryspan ha complementado esta idea, señalando que los alivios que se dieron a los países más pobres deben extenderse a los de “ingreso medio”, como es Costa Rica. Agrego que, de otra forma, podemos quedar en un “limbo financiero” y expuestos a la codicia del mercado financiero internacional.

CONCLUYO.  Entre más claro se tengan las propuestas, más fácil es llegar a los acuerdos, que posibiliten apoyos amplios. Esta es una condición necesaria para avanzar. La macroeconomía hay que manejarla, pero es igualmente importante tener claridad sobre los programas de apoyo a los sectores productivos y al empresariado nacional. Es la mejor forma de resguardar empleos y mitigar impactos sociales. Siendo que los intereses nos están comiendo las finanzas públicas, trabajar sobre esquemas diferentes de endeudamiento, es urgente.

Texto publicado en el blog http://notasaltema.blogspot.com/ y compartido con SURCOS por el autor.

PANDEMIA: LA PEOR – poema

Un dolor
más grande que
la luna de esta noche
orbita sin rumbo sus pasos
pisoteando mi mundo. Hay
tristeza en mi corazón y cero
resignación en mi Alma. Se
resiste mi sangre a bajar la
guardia y darle ese triunfo
fácil que desea la ignominia
que le demos. Estamos en
guerra y esta se gana
peleando cada palmo
en todas las batallas.

Se van llenando las
nubes de un cardumen
de escualos que como
jauría rabiosa está lista
para desprenderse sobre
la yugular del pueblo como
lluvia malvada. Sentados
sobre sus caudales reunidos
explotando a los pobres,
aprueban sus planes de hambre
y más miseria para todos aquellos
que le han surtido sus riquezas
soportando puñales
camuflados de beatificadas
plumas. Pandemia peor son
ellos: corazones de estiércol
enchapados con el oro que
usurparon evadiendo al fisco
y chupando el alimento que
quitaron al pobre. Pandemia
son ellos, y Pandemia también
los Gobernantes que olvidaron
la Historia y sumisos apagan
la tea gloriosa que nos dio
dignidad y Patria para todos.

Pandemia son esos que
comiendo caviar y tomando
champaña comulgan gustosos
con el diablo del Fondo
sentado en sus regazos.

Pandemia lo fueron y
Pandemia son. Pandemia
insensible de fieras rabiosas
pelando sus fauces y garras
en ristre para seguir robando.

Hoy me disculpo con la Luna
y le pido que aguarde por mí
hasta otro momento: yo le
aseguro que mi amor por ella
me palpita en la sangre como
un lucero abierto.

ClaMo
Toyopán, ZURQUÍ

Honduras en desgracia

Marlin Óscar Ávila

Es fácil concluir que los daños causados a la población hondureña han sido por la desorganización, ausencia de un plan estratégico, improvisación, ineficiencia y la ignorancia sobre los conocimientos de la ciencia médica con respecto al Covid-19, además, de la manipulación de los medios en crear pánico general.

Esto, añadido al robo, sin precedentes, de los recursos (más de 3 mil millones de dólares) destinados al equipamiento de los centros hospitalarios y medios de bioprotección, medicamentos, además de un hospital decente, producen una especie de catástrofe humanitaria.

En cualquier país del mundo, es el gobierno quien debe responder por la salud, estableciendo políticas para salvaguardar la salud de la sociedad a la que se debe. Sí se trata de un gobierno como el de Honduras, los resultados que se observan son como de una película de terror, excepto que, lamentablemente, no se trata de una película de miedo. Lo que apreciamos es dolor, impotencia, indefensión, llanto, clamores al cielo, enojo, frustración y cólera, frente a esta tragedia donde el causante tiene un ejército dispuesto a hacer más trágica la vida del humilde pueblo, hambriento, enfermo y desempleado.

La otra desgracia es que los organismos multilaterales y bilaterales se escudan en la diplomacia para no actuar ante las violaciones permanente de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y demás convenios suscritos por el Estado de Honduras. Un Estado disfuncional, amparado en la fuerza del poder militar para mantener su gran negocio de estupefacientes, blanqueo bancario y del crimen organizado.

La gran pena es que, por más que se clama y ora hacia el cielo, tampoco aparece una fuerza sobrenatural que ayude a 9 millones de habitantes, con 28, 090 contagios y 774 decesos, hasta este domingo.

Es un país controlado, tras bastidores, por una oligarquía indolente, casi medieval en su estilo y ambición de acumular capital a cualquier costo, utilizando los medios que le permita el contexto, sin el menor respeto a las normas del mercado y las leyes existentes. Su principal preocupación actual, es abrir lo antes posible toda la actividad comercial y, si los medicamentos, insumos y equipos para combatir el Covid-19, incluso, el invertir en funerarias, pueden generar un cien o doscientos por ciento de ganancia, en hora buena. De todas maneras, no hay institución que controle la especulación, excepto como distractivo.

La Pandemia, una reflexión obligada

German Masís Morales

El virus covid-19 o SARS 2 está entre nosotros y no sabemos qué tan cerca.

Esa enfermedad que podría no ser más que un nuevo tipo de gripe pudo haberse modificado con respecto al que surgió en el continente asiático, pero se ha diseminado por el mundo con la certeza de la letalidad y el poder de contagio.

En un momento nos pareció lejano, luego “lo hemos visto” recorrer los países como una peste que no reconoce fronteras, ni origen étnico o social, llevando muerte y desolación a lugares inimaginables, ciudades y poblaciones notables que parecían inmunes, generando imágenes dantescas propias de una película de terror.

Los medios de comunicación informan en crudo tiempo real y hemos aprendido a recibir listados de enfermos y de muertes como si un escenario de guerra hubiera regresado, no han sido suficientes los sistemas, equipos y personal de salud tampoco los cuantiosos recursos económicos de algunos países.

De pronto un virus invisible nos ha igualado y nos ha mostrado la fragilidad de la vida, la vulnerabilidad de las poblaciones humanas y la debilidad de las sociedades y de los sistemas políticos.

Un virus ha paralizado lenta y progresivamente el mundo, ha detenido sorprendentemente las actividades económicas, ha suspendido la desenfrenada dinámica comercial, ha dejado desoladas las calles, los parques, los estadios y las iglesias.

Como por arte de magia o como en una obra de teatro la tragedia, la ficción y la realidad se reunieron, lo impredecible e inimaginable sucedió, la libertad de movimiento y de desplazamiento dejo de ser útil, dejó de ser importante.

Por el contrario, el confinamiento ha sido la estrategia de sobrevivencia, el distanciamiento social la recomendación, las medidas de prevención y protección la obligación, el hogar y la familia es la trinchera.

La convivencia social se ha transformado, la salud y la vida han vuelto a ser prioritarias, los hospitales vuelven a ser lugares esenciales, el personal médico el recurso más valioso.

La solidaridad humana ha despertado escenas del pasado, vuelven a ser presente, el trabajo dejó de ser obligatoriamente presencial, la comunicación electrónica y virtual surge como la solución profundizando el abandono de la relación interpersonal.

El comercio exprés dejó ver sus bondades, el comercio minorista resultó ser el gran ganador y las empresas que elaboran las vacunas lo serán aún más.

Los gobiernos siguen buscando diversas formas de ayuda a los desempleados y desplazados, pero también a las empresas, han recordado las dimensiones de la pobreza y la indigencia y han constado que hay condiciones que favorecen el contagio.

Las ciudades y pueblos ahora se diferencian por cuál tiene más o menos contagios o muertes, pero también por cuáles tienen centros de salud adecuados.

Las familias se han convertido en burbujas, algunas reales y otras forzadas, unas satisfactorias otras complicadas, la gente podría morir del virus o de hambre, ciertos sectores sociales no podrán escoger.

El dilema entre la salud y la economía está presente, algunos países ya han definido cuál de las dos privilegian.

Una nueva normalidad vendrá … pero nada volverá a ser igual.