Testimonio de enfermera hondureña que labora en medio de la pandemia

Reflexión de una enfermera del Hospital Escuela: Lo que la pandemia sacó a la luz

Osiris Rovelo

Para mí salir a trabajar significa ponerme en una situación de peligro inminente, es ir a una guerra desarmada, cansada y frustrada por el desolador panorama. Gente tirada en el piso, familiares buscando sus parientes, heridos sin opción a una camilla porque las que hay están ocupadas, quirófanos cerrados por solo haber un anestesista de guardia, máquinas y equipos funcionando a medio vapor por falta de reparación desde hace mucho tiempo y, así muchas cosas que no se han resuelto por décadas ya que no ha existido voluntad política para resolver.

Les escribe una enfermera, una profesional de salud con muchos años de experiencia, les escribo desde nuestro querido Hospital Escuela en Tegucigalpa donde me desempeño como Supervisora de Enfermería desde el año 2015. Les escribo no sólo a título personal, si no cómo vocera de este sentimiento colectivo que existe en el silencio de las que nunca dejamos de trabajar, las que sólo escuchamos a la distancia los debates en la televisión sobre los insumos y los corruptos. Las que no nos vemos en la pantalla, ni en los periódicos, ni se nos escucha en la radio y que se nos conoce hasta que la desgracia ha llegado y los y las pacientes les toca experimentar de primera mano está desgracia que nosotras vivimos todos los días.

Esto ya era un desastre, pero este desastre con la pandemia se convirtió en una calamidad. La carpa que se instaló en el hospital, y que ahora es un lugar de atención donde a diario hay más de 40 personas hospitalizadas en condiciones deplorables y otras decenas más haciendo fila paras ser atendidas, se ha convertido en un centro de batalla para las enfermeras que cada día somos testigos de la inequidad social y de la falta de interés de este gobierno para mitigar el sufrimiento de un pueblo empobrecido por corruptos. Es lamentable que lo único nuevo de todo esto es la cantidad de pacientes que hoy demandan atención médica.

Atrasos

Se atrasaron en todo: en contratar personal, en hacer hospitales, en comprar hospitales provisionales, en comprar insumos, en arreglar el equipo, en pagar los salarios, en definir más espacios de atención, en mantener a la gente restringida, en mantener cerrada los sectores no esenciales de la economía. Se atrasaron en todo, menos en gastarse el dinero. Y se vienen atrasando no desde marzo, si no desde hace muchos años. La pandemia sólo saco a flote la podredumbre que cubría un río que ya se secó.

Lo irónico es que la Organización Mundial de la Salud declaró el 2020 como el año Internacional de Enfermería, considerando que desempeñamos una función crucial en el cuidado de la salud de los pueblos en todos los niveles asistenciales de los sistemas sanitarios del mundo. “El personal de enfermería y partería son la columna vertebral de todos los sistemas de salud: en 2020 alentaremos a todos los países a que inviertan en el personal de enfermería y partería como parte de su compromiso con la salud para todos¬” mencionó el Dr. Tedros Adhanom G, Director General de la OMS.

Aunque fue alentador el que se reconociera nuestro esfuerzo y dedicación a nivel mundial, y a una la emocionen esas campañas en las que nos aplauden y se nos reconoce, bastante rápido regresamos a una realidad que nos golpea la cara.

Por la emergencia sanitaria se nos fueron quitados feriados que por ley nos corresponden y que los demás centros de atención sanitaria e instituciones públicas gozaron aun haciendo trabajo desde casa, tampoco tenemos otros beneficios ni garantías.

Para nosotras no es nada nuevo la falta de insumos, equipos médicos de atención hospitalaria, personal de enfermería suficiente para atender a los miles de pacientes que llegan a este centro de atención médica a diario, ni siquiera los actos de corrupción, tráfico de plazas y contratos, compras amañadas, en fin, todo lo que se ha escuchado en los medios de comunicación y que mucha gente con poder hizo caso omiso pensando que no le afectaría.

Lo nuevo aquí es la pandemia y la cantidad de hondureños necesitando asistencia médica y para los cuales no hay respuesta sanitaria, y entre ellos nosotras las enfermeras y enfermeros que dedicamos nuestras vidas al cuidado de los pacientes, hoy necesitamos de esos cuidados, también sumamos a las cifras entre los positivos y las defunciones por Covid 19 que anuncia SINAGER cada día en Cadena Nacional.

El 60 por ciento estamos enfermos o hemos estado, y no paramos. Mientras sigue el debate de quienes son o no los culpables, sigue también nuestro trabajo. Porque la vida depende de ello.

 

Foto: https://proceso.hn

Compartido con SURCOS por Marlin Óscar Ávila.