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Etiqueta: Freddy Pacheco León

Agenda 2030: “Un importante signo de esperanza”

Freddy Pacheco León

“Una esperanza que se realizará si la Agenda se implementa de manera verdadera, justa y efectiva”, dijo alzando su voz. Aunque, indicó (ya les diremos quién) que solo será posible cumplir sus 17 objetivos, si se implementa de manera verdadera, justa y efectiva. Tarea complicada pues, los objetivos, como señaló el señor secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, requieren que “La ambición a nivel mundial debe traducirse en actuaciones de todas las comunidades y naciones, basadas en estrategias de aplicación que se perciban como propias a nivel local”. “Hemos llegado a un momento decisivo en la historia de la humanidad”, dijo el líder de la ONU”, donde los Objetivos constituyen una agenda “para las personas y el planeta”, así como “para la prosperidad, la paz y la asociación compartidas”.

Después de más de dos años de reuniones, foros, conferencias, con amplia participación de las naciones preocupadas, por el camino hacia la destrucción que está siguiendo el planeta, sucedió algo inédito en la reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, realizada el 25 de setiembre del 2015, en Nueva York. Fue tal el avance logrado hacia alcanzar el consenso entre las naciones parte de la ONU, que, musulmanes, católicos, cristianos protestantes, judíos, ateos, agnósticos, budistas, islamistas, hindúes, tradicionales africanos…, no tuvieron reparos en darse las manos en pro del desarrollo sostenible. Los representantes de Haití se unieron a los de Francia y Argelia; igual, sucedió con los de Gran Bretaña, Jamaica, Pakistán, Irán, Israel y los de Emiratos Árabes; y los de Costa Rica, Brasil, España, Portugal, Grecia, Turquía, Chipre, China, Rusia, Lituania y Polonia, compartieron la satisfacción de estar presentes en ese día histórico para el planeta. Y no seguimos anotando nombres de naciones, pues la lista es larga. Lo resumimos anotando, que los representantes de Oceanía, Asia, África, América y Europa, de las 193 naciones que conforman la ONU, por UNANIMIDAD, acogieron, sin reparos, los 17 objetivos que integran la AGENDA 2030 para el Desarrollo Sostenible. Algo imposible de haberse logrado, si en los textos que la sustentan, hubiera, al menos uno de ellos, percibido algo por lo cual no podrían estar de acuerdo en firmar. 

Agenda, que compromete a todos los países y partes interesadas a 1) poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo; 2) poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible; 3) garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades; 4) garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos; 5) lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas; 6) garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos; 7) garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos; 8) promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos; 9) construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación; 10) reducir la desigualdad en los países y entre ellos; 11) lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; 12) garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles; 13) adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; 14) conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible; 15) proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad; 16) promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas; y, por último, 17) fortalecer los medios de implementación y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. Objetivos acompañados de 169 metas, que, aunque ambiciosas, muy ambiciosas, señalan un camino planetario que la Humanidad, por su misma supervivencia, ha de seguir.

Ha de destacarse la participación activa de quien quiso estar presente en tan memorable asamblea. El Papa Francisco, por cuya presencia la bandera del Vaticano fue izada por vez primera, en 70 años, en la sede de las Naciones Unidas. Francisco resumió su pensamiento manifestando: «Alzo mi voz junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas. La adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial, es una importante señal de esperanza”. Garantía de que, no se equivocaron las 193 naciones que, en forma unánime, acogieron tan trascendental declaración. Propio a su forma de involucrarse en las tareas en pro de la Humanidad, el Sumo Pontífice del catolicismo llamó la atención, en el sentido de que se debe actuar según lo suscrito. Francisco advirtió a la comunidad internacional sobre el peligro de caer en «un nominalismo que se quede en declaraciones«, cual práctica de «apaciguar las conciencias» con declaraciones solemnes y agradables, en lugar de hacer «verdaderamente efectiva la lucha contra todos los flagelos«.

La Santa Sede, por ejemplo, expresó su esperanza de que el indicador actual de pobreza extrema, aproximadamente un dólar al día pueda ir acompañado o sustituido, por indicadores más ambiciosos y más amplios, al tiempo que alertó a la comunidad internacional, sobre el peligro de pensar que «una sola solución teórica y apriorística proporcionará una respuesta a todos los desafíos». Y, para que no quedara duda alguna de la transparencia del texto de la declaración, también acogido por el Vaticano, se enfatizó en que, cualquier referencia a “género”, “igualdad de género” y empoderamiento de mujeres y niñas”, se entiende de acuerdo con el uso común y generalmente aceptado de la palabra “género” basado en el criterio biológico. Identidad masculina y femenina, que a su vez se ve reforzada por las numerosas referencias en la Agenda 2030 a ambos sexos”, dice el Vaticano. Se trata, pues, de un texto de consenso, que no produjera división alguna, entre las naciones y las creencias predominantes en el mundo, y que no se prestara, para segundas interpretaciones.

Asimismo, la declaración reconoce la independencia de todas y cada una de las naciones, en busca de su cumplimiento según sus legislaciones internas. Se fue parte de su creación y aprobación (ello para todas las naciones) pero, aun así, en cada país se puso en práctica según su derecho interno. En Costa Rica, por ejemplo, en un acto público realizado el 9 de setiembre del 2016, con la participación oficial de los presidentes de los tres poderes de la República (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), acompañados por el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, los rectores de las universidades estatales, junto a representantes de gobiernos locales, del sector privado y de la sociedad civil, se firmó el «Pacto Nacional por el Avance de los ODS en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en Costa Rica». De esa forma, se asumió un compromiso, formal y público, para la consecución de la declaración de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, que conforman la Agenda 2030, cuya propuesta, de acuerdo a decreto ejecutivo posterior, no contiene trámites y requerimientos, como se aplican a los convenios internacionales. El artículo 1, determina que “Este decreto tiene como objetivo establecer una estructura organizacional para planificar, implementar y dar seguimiento en Costa Rica a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, en adelante «los ODS», y sus 169 metas conexas y a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, en adelante «la Agenda 2030».

Y es que, con la ejecución de la Agenda 2030, se busca poner fin a la pobreza y el hambre, hacer realidad los derechos humanos de todos, lograr la igualdad de género, el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, y garantizar la protección duradera del planeta y sus recursos naturales. Sobre la pobreza extrema y el hambre, las estadísticas son apabullantes. Más allá de los 15 años de vigencia de la declaración, de ese compromiso mundial acogido por consenso, que rige hasta el año 2030, habrá que luchar intensamente para que las estimaciones para dos décadas después sean menos dramáticas. En cuanto a pobreza extrema, para el año 2050, esa cifra habrá alcanzado a 6.500 millones de personas, dos tercios de la humanidad, por lo que se reconoce que   no es posible, lograr un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma en que construimos y administramos los espacios urbanos, que favorecen esa inhumana tendencia. Así, uno de los objetivos, el de las “Ciudades Sostenibles”, juega un papel especial.

El rápido crecimiento de las urbes en el mundo en desarrollo, en conjunto con el aumento de la migración del campo a la ciudad, ha provocado un incremento explosivo de ciudades desbordadas por su crecimiento. Para 1990, se contaban 10 ciudades con más de 10 millones de habitantes en el mundo. Al momento de aprobar la declaración que nos ocupa, la cifra había aumentado a 28, donde viven en total, cerca de 453 millones de personas. Aunque, usted amigo lo conoce, no es un asunto exclusivo de esas inmensas urbes, pues en naciones subdesarrolladas como la nuestra, en esperadas diferentes proporciones, también lo vivimos.

Es casi una norma, que la pobreza extrema suele concentrarse en los espacios urbanos, creando así tareas específicas para los gobiernos nacionales y municipales, que tienen la tarea fundamental de mitigar, y ojalá acabar, técnicamente, con el desorden del uso del suelo.

La sostenibilidad de las ciudades implica garantizar el acceso a viviendas seguras y asequibles y el mejoramiento de los asentamientos marginales. También incluye realizar inversiones en transporte público, creación de áreas públicas verdes y mejorar la planificación y gestión urbana, de manera que sea participativa e inclusiva, según se ha de reflejar en planes que orienten el crecimiento de las ciudades hacia la periferia, acorde con la disponibilidad de recursos, como el fundamental abastecimiento de agua potable, el acceso a la energía y el transporte.

En la Agenda 2030, es determinante, por su innegable trascendencia, que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza; que, sin lograrla, no puede haber desarrollo sostenible. Por ello, la declaración plantea objetivos y metas, de carácter integrado e indivisible, que abarcan las esferas económica, social y ambiental. Ha de reconocerse, sin embargo, que la estrategia es muy dispar en su ejecución, cuando ha pasado casi una década desde su adopción, pese a que, al adoptarla, las naciones se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación, mediante alianzas centradas, especialmente, en las necesidades de los más pobres y vulnerables.

Finalmente, la Agenda 2030, implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país se enfrenta a retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, por lo cual, cada uno fija sus propias metas nacionales de acuerdo con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Compromiso que, a nivel individual, nos invita a reafirmar el espíritu de solidaridad del pueblo para con sus semejantes miserables, teniendo muy presente el clamor del Papa Francisco, de que la AGENDA 2030, se constituya en “Un importante signo de esperanza”.

16.4.2024

Cientos de miles de millones de colones para la Caja

Dr. Freddy Pacheco León

Es innecesario recordar que la CCSS sufre de un déficit presupuestario que está teniendo terribles consecuencias, principalmente para los “Ciudadanos de Oro” que inevitablemente han de acudir a sus hospitales y clínicas. Las insuficientes camas y demás espacios de todo el sistema de salud son ocupados en más del 65% por venerables ancianitos. Se cuentan por decenas de miles, las familias que han sufrido por las condiciones en que, por escasez de recursos, los abuelitos y abuelitas han tenido que injustamente sumarse, a las inhumanas listas de espera, para un usual tratamiento médico. A veces también, pasan dos o tres días en condiciones incómodas, impropias, dolorosas, sin poder salir de inadecuadas salas de emergencia, por falta de espacio y camas en salones. Espacios, por cierto, diseñados para pacientes más jóvenes, con mayores facilidades de movilidad.

Nuestra familia, y estamos seguros muchas más, hemos sufrido mucho, al ver cómo ha habido necesidad de «amarrar» a los ancianitos a sus camas, ante la insuficiencia de personal de enfermería y asistentes, que los pudiesen atender las 24 horas. Faltan medicamentos y equipos, y hasta camas adecuadas para ellos. Ancianos, esto hay que tenerlo muy presente, que después de haber entregado amorosamente su vida a los hijos desde el instante de su nacimiento, hoy solo Dios los puede proteger de cualquier hospitalización por enfermedad grave, que los exponga a esas penalidades.

Y es que, por más amor aportado por el personal de salud, todavía NO tiene nuestro solidario sistema hospitalario, respuestas viables para enfrentar los cambios demográficos que aceleradamente han envejecido nuestra población. Cada día son más los «Ciudadanos de Oro», así como las enfermedades propias de su edad. Ciudadanos a los que llegó el momento de recibir el amor y protección que demandan y merecen.

Lo cierto es que hoy no alcanza el dinero y la situación inevitablemente se agravará en menos de 30 años, cuando esa población mayor de 65 años rondará la cifra de 1.200.000, lo que permite vislumbrar una situación desesperante, dolorosa, inmerecida, que se profundizará… ¡SI NO HACEMOS LO CORRECTO HOY!  Y lo correcto es buscar cómo enfrentar con medidas concretas, ese angustiante problema social. El más importante que hemos de solucionar como proyecto país.

Pero ¿Cómo enfrentarlo si no tenemos recursos?, se estará preguntando usted; pues, para su tranquilidad, resulta que SÍ CONTAMOS CON RECURSOS FINANCIEROS suficientes para esa magna tarea. Y resulta, que los tenemos en un pequeñito espacio de nuestro territorio. En un área menor al Parque Metropolitano de La Sabana, donde tenemos un YACIMIENTO DE ORO que, según los estudios de la empresa extranjera que lo iba a explotar, puede producir unos US$228 millones anuales (¡más de ¢114.000 millones anuales!) por quizá 15 años.  Cifra real, no especulativa, sustentada en la producción moderada anual, de tres toneladas de oro en lingotes, que, por cierto, estuvimos a punto de perder producto de una mala concesión. Y podemos hacerlo ahora, sin necesidad de reformar el Código de Minería, que incluye la prohibición de otorgar concesiones, porque al ser el mismo Estado el que haría la explotación, no requiere (sería una insensatez) que se le otorgue «una concesión» cual si se tratara de un ente privado.

Por tanto, ante la urgencia, hacemos un llamado para que se valore NUESTRO ORO DE CRUCITAS, como una solución complementaria al problema financiero de la Caja.

Rogamos, suplicamos, para que la idea del sistema hospitalario integral que hemos llamado “HOSPITAL DEL ORO” sea considerada seriamente.  Se trata de que la junta directiva de la Caja Costarricense del Seguro Social diga ¡presente, aquí estamos!, y se disponga a buscar respuestas a las necesidades que le aquejan. Deficiencias conocidas no solo en los 1043 EBAIS, que han superado su capacidad de atención primaria, sino también en toda las clínicas y hospitales que, salvo excepciones, no tienen condiciones especiales para recibir a ese sector de pacientes. “Ciudadanos de Oro” que aparte de las 140 camas del magnífico Hospital Geriátrico Raúl Blanco Cervantes, han de ser atendidos, cuando se puede, bajo condiciones inadecuadas en hospitales diseñados para pacientes más jóvenes, donde no encontramos salas especializadas para los abuelitos y abuelitas, que presentan necesidades particulares y condiciones materiales, que impiden incluso, el pleno cumplimiento de la Ley Nº7600.

La idea es que nuestros expertos en salud elaboren los planes que mejor consideren, en el marco de la CCSS y el Ministerio de Salud. Para alejarnos de una concentración, que podría acarrear problemas conexos, en la de menos podrían pensar en adecuar los centros de atención primaria y hospitales de toda categoría, para que cuenten con secciones especiales para esos ciudadanos, mediante ampliaciones y limitados cambios estructurales. Y, ¡por qué no!, quizá en la construcción de otros hospitales regionales de geriatría, o incluso, en uno central especializado en enfermedades predominantes en ese sector de población. En fin, son ideas que podrían considerarse. Y es que, recordemos, que no se trata de UN hospital, sino de UN SISTEMA HOSPITALARIO, donde también se habrá de considerar, algunas residencias comunes, para familiares que, desde regiones alejadas, han de estar asistiendo a sus abuelitos internados.

Por otro lado, no es despreciable el beneficio colateral que obtendría la Caja, al dedicar esa fuente extraordinaria de recursos para atender exclusivamente a las personas de la tercera edad. Las hoy inquietantes “listas de espera” que, como consecuencia de carencias diversas, provocan desazón en miles de pacientes y sus familiares, también se verían disminuidas conforme más y más ciudadanos mayores, pasen a ser atendidos en los espacios diseñados para ellos. Así, en poco tiempo, alrededor de un 65% de los espacios, equipos, medicamentos, exámenes de laboratorio, consulta externa, cirugías, etcétera, que hoy son compartidos por todos los pacientes, se irán liberando, y, por ende, la Caja podría contar con mucho mejores condiciones sanitarias, para el cumplimiento de su abnegada labor. ¡Todos, sin duda, salimos ganando!

Por lo resumido, creemos tener la grandiosa oportunidad de dejar un legado histórico de inmensas repercusiones para los costarricenses, como lo es quizá, el de los tres grandes reformadores sociales de la Costa Rica de los años 40. Sin embargo, para alcanzar ese logro, estamos urgidos de la decisión política que no puede esperar.

Podemos asegurar, que no existe ningún otro país, donde la riqueza mineral de su subsuelo, perteneciente a toda la comunidad como bien demanial, se dedique a la atención de sus “Ciudadanos de Oro”, de los que más lo necesitan y, más importante, de los que, indiscutiblemente, lo merecen.

 ¿Acaso podría pretenderse un mejor aprovechamiento de la riqueza de ese mineral localizado en Crucitas, antes de que por azar político se le asigne otro destino menos beneficioso para Costa Rica, o se lo sigan robando?

¡Unamos pues voluntades! Hagamos realidad el formidable sistema hospitalario llamado “HOSPITAL DEL ORO” que, obviamente, se desarrollaría guardando estricta atención a las particularidades ambientales que conlleva un proyecto de minería como el que habremos de hacer realidad. Proyecto, definitivamente, urgente, razonable, único, y más importante, posible, si nos lo proponemos.

11.4.2024

Quieren comprar FANAL

Freddy Pacheco León

Hace tan solo un poco más de dos años, el ministro de Agricultura de entonces, don Renato Alvarado, informaba que en los últimos cuatro años, la Fábrica Nacional de Licores, mediante la transformación en sus inversiones y en su giro de negocios, había generado más de ¢100 mil millones, de los cuales ¢50 mil millones se habían destinado a instituciones que permiten desarrollo social y oportunidades, como el Instituto de Fomento y Asuntos Municipales (IFAM), el Instituto de Desarrollo Rural (INDER), el Ministerio de Hacienda, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), así como a la Municipalidad de Grecia.

Así que, amigos, quedó evidenciado que, con una competente administración, la histórica empresa del Estado es un buen negocio para los costarricenses.

¿Será por eso que un grupito de comerciantes la quieren comprar?

Aún así lo quieren «vender»

Freddy Pacheco León

Gracias a su eficiente administración, que le permite ganancias netas anuales, superiores a US$80 MILLONES, en cuatro años, nuestro Banco de Costa Rica ha aportado ₡64.184 millones en CONTRIBUCIONES PARAFISCALES, dirigidas a la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (CONAPE), Comisión Nacional de Emergencias (CNE), el Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM-CCSS) y el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (INFOCOOP) y pagó más de  ₡59.000 millones por concepto de impuesto sobre la renta. Cifras del 2021 que hoy superan los ¢115.000 MILLONES. Realidad de la cual no quieren hablar, ni Chaves, ni Acosta, ni los ávidos por comprar el BCR, pues se les podría caer el negocio, ya que NO proponen fuentes alternativas de financiamiento, mientras que es conocido, que ciertos grandes empresarios privados, «son tan buenos evadiendo impuestos», que ¡la evasión supera la deuda del Estado!

O sea, si la «doñita de Purral» vende su buena pulpería, para pagar al usurero del barrio, tal vez saldría momentáneamente de esa deuda, pero «se quedaría sin el santo», que le da sustento diario y le permite a sus hijos, por ejemplo, continuar estudios en la Universidad.

¿Tropezar con la misma piedra?

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Cuando se tropieza con una piedra, se tiene especial cuidado, para no tropezar nuevamente con ella. Si sucede, sería por torpeza, descuido, o por andar viendo pa’l ciprés.

Pues amigos, a eso se encamina, en estos días, el gobierno y unos diputados. Hablamos del proyecto de ley que destroza la LEY ORGÁNICA DEL AMBIENTE que, entre otros, elimina la Comisión Plenaria de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena). Órgano jerárquico, multidisciplinario, regido por criterios técnicos y científicos, responsable de otorgar las viabilidades ambientales de proyectos de desarrollo, capaces de impactar significativamente el ecosistema.

Sin embargo, cual si se tratare de funciones irrelevantes, con el proyecto de ley, se trasladan TODAS las funciones de ese órgano colegiado, hacia UN FUNCIONARIO, dependiente directo del ministro de Ambiente de turno. Con ello, serían criterios SUBJETIVOS y POLÍTICOS, por definición, los que privarían a la hora de aprobar o improbar, todos los estudios de impacto ambiental. ¡Nada menos!

¡Pero volvamos al asunto de la piedra de los tropiezos!

Resulta que el proyecto presentado por Chaves en una de sus reuniones con periodistas amigos fue indebidamente tramitado y aprobado, en la Comisión legislativa de REFORMA DEL ESTADO, y no, como debió haber sido, en la Comisión ESPECIAL DE AMBIENTE, burlándose así, el deber de procesarlo en la comisión especializada en la materia ambiental, como dicta la normativa legislativa y la jurisprudencia constitucional.

Con ello, los defensores del proyecto están olvidando lo sucedido muy recientemente en la Sala IV, con el proyecto de ley de las jornadas laborales de 12 horas por cuatro días. Proyecto que, al ser detenido por el alto tribunal de la Corte Suprema de Justicia, éste comunicó que «este expediente contiene un vicio sustancial de constitucionalidad en el procedimiento legislativo al haberse reasignado el proyecto de ley a otra comisión legislativa con violación al principio de especialidad y al de interdicción de la arbitrariedad. De esta forma se cometió un vicio sustancial en el procedimiento, toda vez que la asignación de expedientes a las comisiones, lo que incluye su traslado, solo procede con estricto apego a la especialidad de la materia y según las funciones y atribuciones señaladas para cada una de ellas, lo que en este caso se incumplió de manera evidente y manifiesta».

Así que, después de un tropezón tan doloroso, cuesta entender que Eli Feinzaig, Pilar Cisneros, y otros diputados, piensen que basta con dialogar con los diputados de los partidos Frente Amplio y Liberación Nacional, para que retiren las 400 mociones presentadas para evitar su aprobación, por la que podría ser una mayoría desinformada.

“Ciudad gobierno”: La gran chambonada

Freddy Pacheco León

Lo que hace una década, parecía un buen proyecto, hoy, en las manos del gobierno de Chaves, se convirtió en una CHAMBONADA.

¡Veamos!

  1. NO se podría construir en un terreno ajeno, en este caso, perteneciente al Liceo de Costa Rica, mas, sin embargo, ni siquiera buscan dialogar, para ver cuánto habría que pagar por expropiar la cuadra que alquilaba el MOPT al Liceo.
  2. El ministro de Hacienda, confesó que el préstamo por US$450 millones, que otorgaría el BCIE, ¡solo alcanzaría para un tercio del proyecto Ciudad Gobierno! Que habría que buscar otras fuentes de financiamiento, sin precisar cuáles.
  3. Por otro lado, los señores del BCIE informaron que ¡no tienen experiencia en este tipo de proyecto! Que están aprendiendo. Por lo que cabe la pregunta: ¿Y si sale mal?
  4. Al tratar de obviar preceptos legales firmes, como la aprobación legislativa del crédito internacional, y la eventual ejecución mediante licitaciones formales, la tal «ciudad» para 11.000 funcionarios, y varios miles más de usuarios, se encuentra al garete.
  5. Si pese a las chambonadas gubernamentales, se arreglaran ciertas cosas y se llegaran a construir los grandes edificios, en terrenos estatales, HOY todavía no hay seguridad, de que, después de pagar alquileres por 25 AÑOS al banco centroamericano (por el crédito ¡que, repetimos, no alcanza!) NO existe certeza de que el Estado pudiese recuperar la propiedad de toda esa infraestructura, pues proponen resolver algo tan delicado, al final del cuarto de siglo de estar pagando, los indefinidos montos de alquiler. Algo, obviamente inaceptable.
  6. Hay indicios de que, ni los señores diputados ni los órganos de control, conocen lo que sería «el expediente oculto», que la administración Chaves está manejando cual secreto de Estado, y que se presume, estaría lleno de ciertas sorpresas.
  7. Los constantes cambios de los jerarcas en los ministerios de Planificación, Vivienda y el MOPT, han hecho aumentar la incertidumbre, y las informaciones contradictorias, que surgen en las «conferencias de prensa» de Chaves, pues por largos períodos, el proyecto se ha quedado sin cabeza.
  8. Otro asunto sumamente importante es que, a ciencia cierta, se desconoce cuánto se pagaría de alquiler al BCIE, por los 153.000 m² de construcción que el BCIE nos arrendaría, y cuán diferentes (mayores o menores) serían los montos que se pagarían, con respecto a los actuales, por los entes públicos que tendrían que mudarse a los nuevos edificios. Los actuales jerarcas de ministerios e instituciones autónomas que tendrían que mudarse, no tienen idea de cuáles serían las previsiones presupuestarias necesarias, que tendrían que atender extraordinariamente.
  9. Finalmente, ¿seguirá siendo el «buen proyecto» que se valoró en el 2014? Pregunta pertinente, que demanda una respuesta formal, razonable, muy bien sustentada, pues ante ¡el desbarajuste que ha provocado el Poder Ejecutivo!, ha surgido, la idea que tal vez, en lugar de CONCENTRAR los servicios estatales, en ese lugar del sur de la ciudad de San José, sería más inteligente propiciar, una ordenada DESCONCENTRACIÓN, individualizada, por regiones, que no conlleve la creación de un monstruo, rígido y poco práctico, para atender eficientemente las necesidades de los habitantes de todo el país. Que, asimismo, sería mucho mejor, emular el proceso ya iniciado exitosamente, por la CCSS por medio de más de mil EBAIS, por el Poder Judicial con sus oficinas regionales, y por otros entes de servicio estatal. Ello con la finalidad de llevar hacia los habitantes, las instituciones que requieren, y no alejarlas, cada vez más, de sus vecindarios.

Objetivamente, los compatriotas residentes lejos de San José aplauden, más bien, la posibilidad de poder ser atendido cerca de sus domicilios, para no verse obligados, muchas veces sin recursos económicos y otras dificultades, a trasladarse a la muy incómoda ciudad capital, a realizar trámites que, evidentemente, podría cumplir mucho más ágilmente, en sus respectivas regiones.

Turismo y desarrollo sostenible en Guanacaste

Freddy Pacheco León

¿Quién podría afirmar que hay otro lugar en el planeta, con un ramillete de bellas playas como las que muestra el litoral guanacasteco? Las habrá más extensas, como la matancera de 21 kilómetros de Varadero, Cuba, o de arenas más blancas, como son tan usuales en el Caribe mexicano, por ejemplo, o con sitios ideales para surfear, como en el Pacífico central y sur de nuestro país. En fin, hay para muchos gustos y caprichos, pero, mis amigos, un conjunto de playas extraordinarias y diversas, donde la exuberante flora y la fauna son parte de ellas, solo en Costa Rica se pueden encontrar, y en Guanacaste en particular. Además, el litoral Pacífico, con instantes de extraordinaria e indescriptible belleza multicolor, nos ofrece las puestas del sol más deslumbrantes que alguien se podría imaginar.  Y si a ello le sumamos, como uno de sus mayores bienes, el buen trato, amabilidad y simpatía de los guanacastecos que se esmeran por atender a los turistas nacionales y extranjeros, que visitan las siempre cálidas aguas, durante los 12 meses del año, pues habrá poco que agregar.

Ya sea en temporada verde, con sus refrescantes lluvias, usualmente matinales, y en temporada seca, cuando precisamente en los Estados Unidos, Canadá y Europa, las temperaturas árticas invitan a huir hacia el país que está siempre en “primavera”, la receta está completa; pocos condimentos habría que agregar.

Sin embargo, y esto hay que anotarlo, nos atrevemos a afirmar que la mayoría de los costarricense, no somos conscientes de esta riqueza nacional. Del deber que tenemos de preservarla, de la necesidad de velar por ella constantemente. De tratar de dormir, ojalá, con un ojo abierto, como hacen nuestros delfines, para evitar que se le dañe.

Ha sido noticia que, un solo cantón, con 94 km de costa, como es Santa Cruz, se está mostrando un crecimiento urbano muy significativo, como nunca antes había sucedido. Por lo resumido al inicio, es muy comprensible que ello esté sucediendo, pues sin desmerecer en lo más mínimo e injustamente, el resto de litoral guanacasteco (y costarricense en general), en los 289 km2 de Santa Cruz, se concentran varios de los más valorados atributos humanos y ambientales de nuestra querida provincia.

Sobre ello, cabe una observación de especial relevancia. Todas las muchas construcciones que se están desarrollando en el cantón, un récord nacional, tienen aprobadas las correspondientes viabilidades ambientales, por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena). Así lo ordena la Ley Orgánica del Ambiente aprobada en 1995 (Ley Nº 7554) que, por cerca de 29 años, se ha constituido en la columna vertebral de la conservación ambiental de Costa Rica. Legislación visionaria, que vino a regular muy oportunamente, el desarrollo que se vislumbraba hace más de tres décadas, después de que nuestro país había mostrado, vergonzosamente al mundo, la más alta tasa de deforestación del planeta, y una sobrepesca que había hecho descender las poblaciones marinas a niveles irracionales. Legislación que determinó la creación de la Setena y otros organismos especializados en la preservación ambiental, que evitaron, cual si fuesen “vacunas”, fundamentales para enfrentar virus dañinos como el del Covid-19, el avance de la destrucción ambiental que ya hacía notar sus consecuencias. Aunque, paradójicamente, el liberiano ministro de Ambiente en ese entonces, René Castro, se opuso a su aprobación y luego a su ejecútese, éste se logró y por eso valoramos grandemente sus virtudes. Tanto que, muy seguramente, sin ella, hoy quizá estaríamos lamentando la destrucción de ese “ramillete de playas” que nos enorgullece y muchos otros ecosistemas.

Pues bien, resulta que informa la prensa, el año pasado cerca de 950 mil metros cuadrados de construcción, equivalentes a más del 10% de todos los proyectos de desarrollo en el país, se asentaron en Santa Cruz. Y como acotamos, en su totalidad con sus correspondientes estudios de evaluación ambiental, diseñados precisamente, para prevenir, controlar, mitigar y compensar, si así fuere posible, los impactos negativos sobre el ambiente, inherentes a todo proyecto de desarrollo. Sin esos instrumentos, no cuesta imaginar lo que habría sucedido en Costa Rica y su ambiente, durante los últimos 30 años.

Es pues incorrecto argumentar que las normas de la Ley Orgánica del Ambiente, sean un obstáculo para el progreso; que no son más que zancadillas para el desarrollo; que es algo que impide la inversión en proyectos; que hasta para hacer una casita, “a la señora de Purral le exigen así tanate de papeles”, como dijo Chaves, para justificar la presentación de un proyecto de ley (¡que no firmara su ministro de Ambiente!), donde se desplaza al principal órgano multidisciplinario, técnico – científico, que dirige la Setena, sustituyéndolo por un único funcionario de tinte político. Proyecto que, insólita e inconstitucionalmente, fue visto y aprobado, en la comisión legislativa de “Reforma del Estado” (presidida por el diputado Eli Feinzaig), cuyas funciones ¡no tienen nada que ver con los asuntos ambientales!, como sí lo es la Comisión Especial de Ambiente, de la Asamblea Legislativa, donde debió de haberse tramitado.

Legislación ambiental que, se sabe ampliamente, es parte del desarrollo sostenible que busca garantizar la sostenibilidad ambiental, y en el caso particular que provoca este comentario, la salud ambiental de nuestras playas y el resto del litoral guanacasteco.

Finalmente, los ticos todos, pero particularmente los jóvenes, han de reafirmar su compromiso con la preservación ambiental. Y los guanacastecos, en particular, el deber de velar porque su tierra siga siendo asiento de la belleza natural que la caracteriza, para lo cual es imprescindible, que el nuevo proyecto de la Ley Orgánica del Ambiente jamás sea aprobado en el plenario de la Asamblea Legislativa.

Escasez y desperdicio de agua. La paradoja que afecta a Hatillo

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Una de las pocas cosas buenas, que se podrían rescatar de la gestión por ocho años de «gente PAC» en el AyA, era el proyecto para mitigar, al menos, el gran DESPERDICIO de agua que se vive en el balneario de Ojo de Agua. Agua cristalina que brota desde el acuífero Barva, y que desciende por la «catarata», para después de fluir por las piscinas recreativas, antes de pasar al laguito artificial, donde se produce significativa infiltración y evaporación. Del laguito, el agua drena hacia la pequeña quebrada La Fuente, de pequeña cuenca tributaria, y mucho desarrollo urbano, por lo cual transfiere un muy bajo caudal. Leemos en el estudio de impacto ambiental realizado para la carretera San José – San Ramón, que el riachuelo juega un papel importante como receptor de agua de lluvia, pues en la región se muestran altos niveles de precipitación (de 146 a 148 mm/h), que provocan altos valores de escorrentía superficial en tiempo muy corto. Asimismo, e Inevitablemente, producto del desarrollo urbano poco ordenado, la quebrada es receptora de contaminantes aguas servidas, antes de terminar su corto recorrido en el río Segundo, que a su vez desemboca en el río Virilla.

Recordemos que en 1937, los estadistas el presidente León Cortés y su ministro de Fomento, Ricardo Jiménez, ante las necesidades de poblaciones de la vertiente del Pacífico, entregaron concluida una cañería de 80 kilómetros, desde donde brota esa riqueza natural, hasta Puntarenas, pues comprendieron que era irracional que, mientras donde hoy está el balneario, se estaba derrochando el líquido vital, muchos compatriotas, a lo largo de la línea del tren a vapor que corría de San José al puerto, no tenían agua suficiente para satisfacer sus necesidades familiares. Muy importante fue el que no se evidenciara mezquindad alguna, en contra del presidente y su ministro, por tomar agua de ese sitio para satisfacer la sed de compatriotas que la necesitaban.

Pasaron los años, y aparte de un aporte a los pobladores de San Rafael de Alajuela, el resto del agua se siguió utilizando para el hermoso y popular balneario, que tantas historias encierra para los ticos. Balneario que, a diferencia de la inmensa mayoría de las piscinas en el mundo, sus aguas, muy frías, por cierto, fluyen constantemente, a una velocidad de más de 350 litros por segundo. Agua, de gran pureza, que no se recircula, no se filtra, no se clora, y que ahorita, mientras usted nos honra con su lectura, está fluyendo desde el ojo de agua hasta el río Virilla, sin ningún aprovechamiento. Agua con capacidad de saciar la sed y satisfacer otras necesidades, de unas 140 mil personas, que, en el AyA, después de mucho «pensarlo», concluyeron que ese desperdicio irracional debía, al menos, mitigarse. Así surgió el proyecto «Ampliación de la Producción en los Sistemas GAM a través de la Captación del Manantial de Ojo de Agua”, con el que se podría captar, ¡durante las noches!, hasta aproximadamente, el 40% del caudal (150 L/s), cuidándose de que el laguito artificial y la quebrada que lo drena, mantuviera su caudal ecológico durante esas horas nocturnas. Por lo dicho, ha de aclararse, que, como se ha descrito, ni las piscinas recreativas, ni el laguito, ni la quebrada La Fuente, se irían a quedar sin agua suficiente para lo que se necesitare.

Como parte de dicho racional proyecto, se propuso construir una mini-cañería de tan solo 1,4 km (si se le compara con la magna obra construida hasta el bello puerto hace casi 90 años), que, desde el cercano Puente de Mulas, abastecería de agua potable, a las comunidades de Hatillo, Alajuelita, y otras comunidades sedientas del sur de San José, a las que se les incumple, impunemente, el precepto constitucional de que el acceso al agua, en calidad y cantidad suficientes, es un derecho humano.

Pero, como también con el tiempo, ha cambiado el comportamiento de algunos compatriotas, antes solidarios y siempre prestos a tender la mano a sus semejantes necesitados, no faltaron los que se opusieron a tan loable y digno proyecto. Así, mostrando poca solidaridad con los niños, ancianos y demás habitantes de las citadas poblaciones, ante la oposición de un comité, formado para defender «el balneario y el «gran» río», que se forma con las aguas que salen del laguito artificial, el presidente Chaves ordenó a los jerarcas del AyA (a los que estaban hace año y medio), que archivaran el proyecto, que se olvidaran de él, que buscaran otra solución a la escasez de agua en el sur de San José, pues él, en atención “al clamor popular” que escuchaba desde «las comunidades de Belén y San Rafael de Alajuela», tenía que escuchar al pueblo…

Sumado a ese pretexto populista, se alegó que había que obtenerse la casi imposible viabilidad ambiental de las autoridades ambientales, cual, si en la Setena fueren a rechazar un proyecto semejante, así porque así.

Ahora que la situación de escasez de agua, principalmente en Hatillo, es insostenible, por inhumana e irracional, los culpables de haber obstaculizado la solución concreta al gravísimo problema, ¡que sí fueron escuchados por Chaves!, guardan incómodo silencio, pues prefieren que nadie hable de la pírrica victoria obtenida, supuestamente en defensa de un importante “río”, que falsamente afirmaron, iría a secarse, al tiempo que se destruiría el querido balneario, dijeron.

25.3.2024

La gran Batalla de Santa Rosa

Freddy Pacheco León

Un giro histórico que hemos de valorar, y fortalecer cotidianamente, es la huella de la trascendental Batalla de Santa Rosa. Quince minutos que, a la postre, se hicieron eternos; que todavía resuenan en lo más profundo del alma nacional.

Patriotas soldados que, inspirados por las convincentes y muy sentidas palabras de su gran presidente, marcharon valientemente en defensa de nuestra libertad y la de los hermanos centroamericanos.

Así, todos los 20 de marzo, hemos de honrar a los hombres que escenificaron la Batalla de Santa Rosa. La memorable, la de mayor trascendencia histórica, la que permitió expulsar del país, a los militares invasores que actuaban bajo las órdenes del esclavista estadounidense William Walker, que, con sus mugrosas botas, ensuciaban el sagrado suelo Patrio; a los que pretendían arrebatarnos la preciada libertad, que sucumbieron ante el patriotismo de don Juan Rafael Mora y los héroes que no dudaron en ofrendar sus vidas, en defensa de sus seres queridos y de Costa Rica.

Invitamos a reflexionar sobre cuál habría sido nuestro destino, si no se hubiese derrotado a las huestes del maldito William Walker, en ese histórico lugar de Guanacaste.

Urge aprobar el proyecto anti petrolero

Freddy Pacheco León

El proyecto de «Ley para declarar Costa Rica como país libre de exploración y explotación de petróleo y gas» (expediente N° 23.579), demanda ser aprobado urgentemente, para cortar de raíz la grave amenaza que hoy se cierne sobre nuestra Patria.

Y es que no es cuento, el peligro está latente, mientras se puedan otorgar PERMISOS y CONCESIONES, para que el mismo Estado (vía permisos) o empresas privadas, presumiblemente extranjeras, con o sin testaferros (vía concesiones), pudiesen lanzarse a diestra y siniestra, a buscar hidrocarburos en el subsuelo costarricense. Cabe resaltar el detallazo de prohibir el otorgamiento de «permisos», pues con ello se evita que el Poder Ejecutivo, con el impulso de un ministro cualquiera de Obras Públicas y Transportes, o de Ambiente, ¡como sucediera con ambos!, se impusieran como tarea medular, la tan destructiva tarea de buscar yacimientos, con la ocurrencia de hacerlo por medio del ICE que se encargaría de las perforaciones, como lo propuso el presidente ejecutivo de Recope, ahora a cargo del abastecimiento eficiente del agua potable. Cuando se prohibió la explotación minera a cielo abierto, solo se incluyó la prohibición de otorgar concesiones (obviamente a privados), pero no el otorgamiento de permisos, por lo que el Estado no tiene impedimento legal para, por ejemplo, explotar el oro de la mina en Crucitas, para aprovecharlo en el marco de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Gracias a esa redacción, tenemos la feliz oportunidad de dedicar más de US$120 millones anuales, para la atención médica de la creciente población de adultos mayores, en lo que hemos propuesto, sería un hermoso sistema hospitalario que hemos denominado “Hospital del Oro”. Pero bueno, volvamos al petróleo.

Reconocemos, que, algunas personas, gobernantes o no, después de estar escuchando por años a ciertos personajes, afirmar sin sonrojarse siquiera, que nuestro país esconde en el subsuelo gigantescas reservas de petróleo y gas metano, que nos permitirían saltar al grupo selecto de riquísimas naciones petroleras, se han creído ese cuento. Y ha sido así, pues, se han atrevido incluso, a dar cifras en centenares de miles de millones de dólares, que como no se podrían invertir sino en muchos años, se podrían ofrecer en Wall Street… por lo que no faltan quiénes se han frotado las manos, viéndose como ciudadanos del país más rico del continente.

Todo ello, sobra decir, sin poder mostrar ni un barril lleno de ese supuesto petróleo, que haría ricos a los promotores nacionales, gracias a las jugosas comisiones que, ellos esperan, pagarían los consorcios extranjeros, a los que, brindando “asesorías”, logren eliminar de la legislación tica, los conocidos impedimentos, que al lograrlo gracias a sus “contactos” a los más altos niveles gubernamentales y empresariales, les pudieren abrir, de par en par, las puertas que les permitan formalizar con el Estado costarricense, los respectivos contratos de exploración y contratación, sin tener que hacer sustanciosas inversiones financieras. Y todo bajo la sombrilla de una entreguista Ley de Hidrocarburos, que determina beneficios económicos extraordinarios a favor de las petroleras extranjeras.

Los que han venido pujando desde Zapote, unos pocos gremios de profesionales, organizaciones empresariales y algunos individuos «dispuestos a sacrificarse», ocultan que, detrás de esas iniciativas se esconde algo realmente tenebroso para Costa Rica, al enfrentarnos al dilema de escoger, entre un desarrollo turístico sustentado en nuestra riqueza ambiental, o entre un amenazante e imprevisible, «desarrollo» a partir de un supuesto «oro negro», que, reiteramos, NADIE podría afirmar con certeza, existe en nuestro pequeño y vulnerable país. Y es que hay que tener presente, que, pese a la «tecnología de última generación«, que siempre ofrecen sería utilizada, múltiples ejemplos tenemos de desastres ambientales, intrínsecos a la industria petrolera.

Por ello, el solo anuncio de esa posibilidad, acabaría inmediatamente, con potenciales inversiones en infraestructura turística, y provocaría comprensible desazón, entre los que hoy luchan por sacar adelante sus, mayoritariamente, pequeños proyectos hoteleros. La degradación instantánea del prestigio ambiental de Costa Rica, además de la vergüenza que nos provocaría como Estado, no es algo menor. Asimismo, los compromisos adquiridos formalmente, ante la comunidad de las naciones, en pro de mitigar los efectos del cambio climático, comprometiéndonos con los principios del desarrollo sostenible, se irían al carajo.  Y todo para que, como es muy posible, sean vanos los intentos, por encontrar cantidades comerciales de petróleo de calidad, que pudiesen llenar las expectativas, de los amantes de los hidrocarburos causantes del desastre climático que ya el planeta está sufriendo.

Finalmente, invitamos a reflexionar a los amigos lectores, sobre lo que piensan sería el modelo de desarrollo de la Costa Rica actual, si en los años 80, durante el gobierno de don Luis Alberto Monge, se hubiese aprobado y construido un gigantesco oleoducto interoceánico, desde Limón a Guanacaste. Resulta que la terminal en la costa del Pacífico, infraestructura para la recepción de inmensos petroleros, con su correspondientes muelles y gigantescos tanques de almacenamiento, para bombear 1.200.000 barriles de petróleo diarios de costa a costa, se habría ubicado donde hoy, en tierras del Estado, se levanta el proyecto turístico Golfo de Papagayo, motor indiscutible del desarrollo turístico de Costa Rica, o sea, en la península de Nacascolo y sus magníficas playas, en playa Panamá y en bahía Culebra. ¿Se habría constituido el turismo en la principal fuente de empleo y divisas extranjeras, de haberse levantado ese complejo petrolero en ese vital centro de turismo? ¿Cuánto habríamos perdido, como nación, si tal fuente constante de contaminación hubiera evitado el empuje turístico que hoy conocemos?

Pues amigos, es conveniente que esa lucha realizada hace 40 años, fuertemente criticada entonces por los que soñaban con falsos beneficios económicos, sirva de ejemplo para reflexionar, repetimos, acerca de la trascendencia del proyecto de ley que hoy apoyamos con entusiasmo, pues, sin duda, es de significativa importancia para la Patria.

17.3.2024