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Etiqueta: guerra

Mambrú se va a Palestina

Por Carlos Meneses Reyes

Palestina hoy, significa pueblo en resistencia,
es valentía que se niega a ser dominada por el amo impuesto;
es el corazón de una nación que puja por liberarse de las cadenas del invasor.
(Tomado del poema “Palestina Grita” de Ángel Ricardo Barriga Ibáñez).

Transitamos por un ejercicio de diplomacia y política internacional de nuevo tipo, bajo la conducción del presidente G. Petro. Inocultable su buen desempeño en el desarrollo de la agenda internacional y diplomática, en varios aspectos y en temas álgidos de ambiente especial en tratándose del mundo diplomático. Distintos medios alternativos mundiales califican de valerosa la postura del señor presidente G. Petro, al condenar el genocidio que a diario ejecuta el Estado de Israel, con su ejército y concepción política expansionista, racista, discriminadora, asesina y genocida contra la población palestina. Una cosa es el pueblo judío y otra el gobierno violador, terrorista de Estado, que derogó todo el sistema normativo y consuetudinario internacional de respeto al ser humano. El sistema sionista, que es modelo expansionista imperialista, agrede impunemente a la Humanidad y se colude con la indiferencia, apoyo directo y tácito de las potencias y Estados-parte de la organización de las Naciones Unidas. Indigna el asesinato de niños y de población civil desarmada. Trasciende fronteras el grito, el dolor de inocente niños elevados inertes por los brazos de sus padres, que rasgan el cielo, que atormentan la vista, que erizan la piel, sin escucharse llantos, sino el ruido ensordecedor de las bombas, en el pasaje más oscuro que registra la historia de la Humanidad.

El concepto de guerra está proscrito en la terminología del Derecho Internacional. Hoy se habla de agresión militar de un Estado a otro (Conflicto externo) y de agresión militar de una fuerza beligerante a un Estado-parte (Conflicto interno). El Estado de Israel no ataca al Estado Palestino, puesto que tiene la totalidad de su territorio ocupado militarmente. Israel ataca militarmente a la población civil palestina, sin distinción de edad, con el único objetivo de exterminarlos, de borrarlos de la faz de la tierra, en forma aleve y voraz que supera la crueldad selectiva del régimen nazi contra los judíos.

Desde antes del 07 de octubre del corriente año, el Estado colombiano había definido la creación de una Embajada ante el Estado palestino. El gobierno progresista adelanta las gestiones para la apertura de esa representación internacional y diplomática de Colombia en Palestina. Corresponde al señor presidente de la Republica en ejercicio y como gobierno nacional, evaluar las calidades humanas, profesionales y políticas de la persona en quien recaiga ese nombramiento. En este caso-in si tu- no caben requisitos de carrera, ni de atestados; ni mucho menos de ajustes de conveniencia de “gobernabilidad”. Corresponde explorar en la cantera de activistas de izquierda, de defensores de derechos humanos, de calificado profesional en Derecho, en Ciencias Políticas y Sociales, con experiencia en el trabajo político de masas. Expongo así, que sea experto (a) analista en el sistema de vida de una sociedad conflictiva; que asimile el escenario de las relaciones entre los ciudadanos y el poder público, en un Estado informal, por carecer de un territorio autónomo y demás aspectos relevantes del funcionamiento administrativo. Así lo destaco pues no se trata de instalar un(a) burócrata, ajeno(a) a una población en un medio natural agresivo, de comportamientos y sistema de vida inusuales. El funcionamiento de una Embajada como la de Colombia en Palestina, estará signada de dificultades. Para un blando o mamerto, no untado de calor y sensibilidad humana y solidaria; no arropado con las necesidades de una población con carencia de necesidades, resultaría no solo un embuchado, sino un fracaso de gestión diplomática.

Para que la titularidad de la Embajada de Colombia en Palestina no resulte una decepción e inoperancia resalto la directriz constitucional a observase. Cito el artículo 189-2 de la CP91, extractando el carácter de agente diplomático que califica como quien obra y tiene capacidad de hacerlo. En desarrollo de las relaciones internacionales puede darse tratados provisionales de carácter económico y cultural mediante ejecución provisional del presidente y a posteriori aceptar la decisión del Congreso de aceptarlo, es decir, ratificarlos o no. El presupuesto del principio de reciprocidad, entre ambos Estados, va a ser de difícil aplicación. En principio un embajador (a) debe actuar en beneficio a los connacionales residentes en el país de representación. La promoción de internacionalización de las relaciones económicas y políticas con el Estado Palestino, sobre bases de equidad, reciprocidad y conveniencia nacional, obedece u obedecerá al mandato constitucional que fundamenta las relaciones exteriores del Estado en la soberanía que emana del pueblo colombiano, el respeto a la autodeterminación del pueblo palestino y el reconocimiento y aplicación de los principios del derecho internacional aceptados por Colombia. Como agente diplomático de Colombia en Palestina debe manejar con organismos supranacionales y ser docto conocedor de la normativa internacional y consuetudinaria del Derecho Internacional (DI), el Derecho Internacional Humanitario (DIH), el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIH) y la llamada jurisdicción internacional. Es en ese campo esencialmente donde primará la asesoría y trabajo de beneficio al Estado Palestino. Por lo mismo, han de ser taxativas las tareas que señale el señor presidente, como jefe de la diplomacia y las relaciones internacionales, acorde con la Cancillería. Ese Agente diplomático, allá destacado, reviste una actuación poco usual, o mejor, inusual e infrecuente. Por eso ha de ser un embajador(a) también de Nuevo Tipo, quien ejerza esa exigente y seguramente controvertida gestión; pero en modo alguna ilegal ni inconstitucional.

La masacre israelí contra la niñez palestina que pare. La tierra de palestina la arrebataron. No se las dio Dios. Yabe, es el dios criminal, conforme he leído. Esa tierra se la dio la banca sionista financiera de Inglaterra. En tanto subsista el sionismo, no sobrevivirá el pueblo palestino y judío en armonía humanitaria y civilizada.

¿Tierra de Israel o de Palestina? ¿Paz o el fin de la humanidad?

Martín Rodríguez E.

Los mapas más antiguos de la humanidad muestran que Palestina ya existía cuando llegaron los judíos.

No fue problema para los palestinos que llegaran los migrantes judíos, les abrieron las puertas de su casa, les dieron refugio, techo y comida.

Fueron llegando en pequeñas oleadas, año tras año, desde 1881 a tierra de Palestina, pero en 1933 llegaron aún más, prueba de ello es este documento emitido por el Estado de Palestina para los refugiados que entraban. Así convivieron muchos años en la tierra santa para muchas religiones.

Conformado el poder político de Israel, el sionismo, empezó el problema para Palestina.

El sionismo es una ideología política que defiende la necesidad de crear un Estado para el pueblo judío, a cualquier costo, aunque sea masacrando a quienes abrieron sus puertas, les recibieron y dieron alimento.

El sionismo es una corriente político-ideológica de poder. NADA tiene que ver con el judaísmo, incluso hoy millones de judíos israelíes están en contra de la acción militar contra Palestina, y son reprimidos, golpeados y encarcelados por manifestarse en contra.

Así que ser anti sionista no es ser antijudío, eso sería simplemente racismo, como son los sionistas contra los palestinos.

El 14 de mayo de 1948, luego de concluida la II Guerra Mundial y el triunfo de los pueblos soviéticos sobre Hitler, los judíos son liberados por estos, de los campos de concentración, y David Ben-Gurión proclamó la «independencia» de Israel, aunque ya existía entonces una población que había vivido en esa tierra, Palestina, durante siglos.

Su objetivo hoy, el de los criminales sionistas, es exterminar por completo a la población que una vez los recibió en su tierra y declararla suya.

No soy un experto, pero me preocupo por leer y analizar, conocer y aprender, para tener criterio propio, y tratar, basado en principios de humanidad, justicia, solidaridad, de identificar donde está la verdad de una determinada situación. Palestina, así como Yemen, como Siria, o como la República Árabe Saharaui Democrática, por poner algunos ejemplos, son invadidos y ven su tierra tomada por externos.

En el 75º Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, debemos retomar sus principios, hoy mancillados por Israel, los Estados Unidos de América y Europa. Debemos promover y proteger estos derechos y luchar colectivamente por un futuro basado en la dignidad humana, la libertad y la justicia social.

La humanidad se encuentra cada vez más cerca de su propio exterminio, el afán de poder del imperialismo estadounidense nos pone al filo de una guerra mundial de proporciones inimaginables y el fin de la vida en la tierra.

7 diciembre 2023

En el Mundo habrá paz, o no habrá mundo

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales

Octubre, 2023

Poner énfasis en la paz, implica poner énfasis en lo que está en su contra: en este caso la violencia, la guerra.

Todas las agresiones a la población civil, fundamentalmente contra niñas, niños y personas con alguna discapacidad, vengan de dónde vengan, son condenables y debe lucharse por evitarlas.

Hay muchas “razones” para “justificar” acciones de guerra: económicas, políticas, culturales, religiosas, étnicas.

Los bonos de Estados Unidos, las simpatías internas de Nethanyahu y el Likud, o que Zelensky ya no se justifica. Ninguna es válida. Hasta a la miseria humana pretende acudirse.

En esta línea de pensamiento, hay cuestiones causales, que por sus consecuencias inmediatas; y porque sus justificaciones no se sostienen, no puede dejar de ponérseles la atención debida.

Integrando voces

Compartimos las palabras de la señora Ione Belarra Urteaga, ministra de derechos sociales de España:

“No somos indiferentes al atroz sufrimiento que el pueblo palestino lleva viviendo durante décadas.

Hoy queremos alzar nuestra voz, para denunciar que el Estado de Israel está llevando a cabo un genocidio planificado en la franja de Gaza; dejando sin luz, sin comida y sin agua a cientos de miles de personas y llevando a cabo bombardeos sobre población civil que, son un castigo colectivo; incumplen gravemente el derecho internacional y pueden considerarse crímenes de guerra.

Ante esto, Estados Unidos y la Unión Europea, no es sólo que miren hacia otro lado; es que están jaleando al Estado de Israel en su política de apartheid y de ocupación que, vulnera gravemente los derechos Humanos.

Usar los terribles asesinatos de civiles israelíes, por parte de las facciones armadas palestinas, como excusa para justificar los crímenes de Israel en general y la masacre en gaza en particular, es algo absolutamente inaceptable.

El Estado de Israel, su primer ministro y su partido, han reconocido en numerosas ocasiones que promocionaron a Hamás para debilitar a los sectores laicos de la resistencia palestina.

Usar a Hamás como una excusa para asesinar millares de civiles palestinos, incluidos niños y niñas, es de una hipocresía incalificable, tanto por parte de Israel, como de los países que le justifican.

Solicitamos a nuestro socio, el Partido Socialista que trabajemos juntos, para presentar desde el gobierno de España, una petición ante la fiscalía de la Corte Penal Internacional, para que se investiguen los crímenes de guerra cometidos en Palestina por Netanyahu, así como los perpetrados por Hamás en Israel y los territorios ocupados contra población civil.

La Unión Europea debe dejar de ser cómplice de un criminal de guerra como Netanyahu, actuar con autonomía y cambiar sus discursos y sus acciones. Para ello es urgente reconocer públicamente que lo que estamos viendo en Gaza, son crímenes de guerra y que las vidas de los palestinos y las palestinas importan.

Israel tiene que sentir la presión internacional, para que ponga fin a los bombardeos, mediante todas las medidas que estén a nuestro alcance, como el embargo de armas o las sanciones a los responsables de los ataques.

La Unión Europea debe desplegar todos sus esfuerzos diplomáticos para terminar con la ocupación y el apartheid por parte de Israel sobre Palestina, que es la causa profunda del conflicto que se expresa en el día de hoy.

La Unión Europea puede y debe buscar la complicidad de países que tengan capacidad de interlocución con todos los actores del conflicto, para promover una salida negociada que asegure una paz justa, duradera y estable en la Región. Solo así, vamos a poder proteger todas las vidas a ambos lados”.

El testimonio de un judío:

“Porque somos judíos nos oponemos al sionismo, al Estado de Israel y a la totalidad de la ocupación.

Es directamente contrario a cada concepto, a cada ley de la Torá, del judaísmo. (Canal red)

Formidable la maquinaria de la guerra, “es un monstruo grande y piza fuerte”, máxime cuando los que suenan ya no son “tambores” sino portaviones de guerra; videojuegos de la guerra; productos hollywoodenses de guerra; y peor aún premios Nóbel ¿de la paz? que más bien son premios a los traficantes de la guerra; como el que le dieron a Kissinger en su momento y a Obama en el respectivo.

Construir el camino de la paz es impostergable. La paz sólo llegará cuando la promoción de la paz y sus actos tenga más acogida y asiento que, la propaganda y el abrazo a la guerra.

Causalidad de una guerra

Por José Luis Callaci

Con la intención de justificar lo injustificable se está difundiendo en las redes un escrito en el cual se describe, con extrema minuciosidad, las diversas presencias a lo largo de la historia de Estados e Imperios en Palestina.

Termina esa larga descripción con la falaz aseveración de que nunca existió un Estado Palestino como tal, y por tanto pone en entredicho el justo reclamo de libertad y soberanía de un pueblo con identidad propia, que desde siempre ha ocupado esas tierras.

Pareciera ser una forma más de desacreditar y rebatir lo que se afirma como derechos a luchar contra el despojo y la humillación de un pueblo por parte de quienes, irrespetando todos los acuerdos internacionales de los Dos Estados, actúan como verdaderos invasores al expandir sus dominios por medio de la fuerza, confinando al pueblo palestino en guetos, en campos de concentración en su propia tierra.

Palestina también es de los palestinos y no se justifica bajo ningún concepto que se le continúe arrebatando con violencia sus posesiones, destruyendo las vidas de millones de personas a quienes despectivamente los extremistas sionistas acaban de llamarlos públicamente “animales humanos”.

Que los buenos deseos unidos a meditaciones y profundas reflexiones permitan que la verdad se imponga y triunfe la justicia para con un pueblo que, a pesar de todas las agresiones, aún resiste.

Revertir esta trágica historia dependerá de que se hagan cumplir los acuerdos suscritos sobre los Dos Estados y evitar así que se continúe con la confiscación de tierras, los asentamientos ilegales de colonos, y esa implacable discriminación generalizada que alimenta la violencia y le sigue infligiendo un sufrimiento inmenso a una población palestina, que ha sido despojada de sus derechos fundamentales.

Que haya paz entre palestinos e israelíes, entre israelíes y palestinos.

Los estertores de la Pax Americana: La guerra de dos potencias en Ucrania

Gilberto Lopes

San José, 18 agosto 2023

No se trata de una guerra entre Rusia y Ucrania sino de una guerra en territorio ucraniano entre dos potencia nucleares, que estiman estar defendiendo intereses estratégicos esenciales. Esa es la opinión de un destacado y veterano diplomático brasileño, Jorio Dauster, hoy consultor de empresas.

O, en palabras de Luis Cebrián, exdirector del diario español El País, no se trata de una guerra entre Rusia y Ucrania, sino de una guerra por correspondencia entre la OTAN y Rusia. Una guerra de la que ninguno puede salir como perdedor absoluto “si aspiramos a una paz duradera en Europa”, o a evitar que se desate una tercera guerra mundial.

Para Dauster, lo que estamos viendo “es la trágica evolución de un conflicto de poder que tiene muy poco o nada que ver con el disfrute de la democracia por el pueblo ucraniano”. De lo que se trata es de la imposibilidad de que Rusia aceptara la expansión de la OTAN hasta su bajo vientre. Ningún ruso –nos recuerda– olvida que Napoleón y Hitler llegaron a Moscú cruzando las vastas planicies ucranianas.

Cebrián, en un artículo publicado en El País el pasado 13 de agosto, pide analizar no solo las causas próximas de esa guerra, sino también las lejanas. Cita el auspicio de Washington al golpe de Estado en Ucrania, en 2014; la invasión rusa de Crimea y la elección de Jens Stoltenberg como secretario general de la OTAN, “que ha llevado a cabo una política oportunista de declaraciones de cooperación con Rusia y despliegue de fuerzas en los países de Europa central”.

Consecuencia inmediata de esta guerra, dijo Cebrián, ha sido la absorción de la Unión Europea por una alianza militar.

Lo que está en juego

Lo que observamos en Ucrania –resumió Dauster– “es un intento de Estados Unidos, usando la OTAN como masa de maniobra, de postergar su gradual pérdida de poder hegemónico, amenazado por la impetuosa ascensión de China”.

Estados Unidos estaba decidido a impedir que Alemania y gran parte de Europa se transformase en una “colonia energética” de Rusia. Eso explica la destrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que abastecían Alemania con el barato gas ruso, en atentados cuyos autores han permanecido en una bien iluminada sombra.

La naturaleza y la importancia de lo que estaba en juego para Washington en el conflicto de Ucrania quedó en evidencia desde el primer momento, con la rápida movilización de la OTAN y el monto de recursos asignados para esa guerra, que hoy suman cerca de 100 mil millones de dólares.

A los que se suma la solicitud de Biden al congreso, el pasado 10 de agosto, de gastos de emergencia por 40 mil millones más, de los cuales 24 son para Ucrania, incluyendo 9,5 mil millones para reponer municiones para la artillería ucraniana y otros equipos y 3,6 mil millones para apoyo militar y de inteligencia. Un paquete para atender las necesidades de esa guerra durante el próximo cuatrimestre fiscal de Estados Unidos, que comienza en octubre.

El presupuesto solicitado por Biden incluye también 12 mil millones para reponer las reservas destinadas a la atención de desastres naturales, luego del incendio que destruyó una isla de Hawai.

Pero no es solo Estados Unidos. Alemania anunció, a mediados de agosto, que otorgará una ayuda militar anual de 5,5 mil millones de dólares a Ucrania, en los próximos tres años.

Para dimensionar esos gastos se puede utilizar diversas comparaciones. Quizás sea útil, por ejemplo, hacerlo con la cifra de 33,2 mil millones que maneja en banco de desarrollo de los BRICS (la coalición que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y África del Sur, en cuya capital se reunirán en septiembre) para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible. Cuando fue creado, en 2015, el banco estableció un fondo de reserva contingente de 100 mil millones de dólares para enfrentar eventuales problemas de balanza de pagos de los países miembros.

Los estertores de la Pax Americana

Para Dauster, estamos asistiendo, “en tiempo real, los estertores de la Pax Americana”, establecida con el fin del socialismo en el este europeo y de la misma Unión Soviética.

Si Dauster tiene razón (y me parece que la tiene), hay dos escenarios a los cuales dirigir la mirada si queremos entender el estado de una partida –como las de ajedrez– que está en su medio juego.

Uno, más inmediato, es el desarrollo de la guerra, el escenario del conflicto. El otro requiere luces más largas y una mirada hacia diversos horizontes, sobre la que habremos de volver en otro artículo.

Sobre el desarrollo de la guerra, no hay más recurso que acudir a la muy abundante y diversa información pública disponible.

Samuel Charap, cientista político senior de la Rand Co., tituló un polémico artículo, publicado en Foreign Affairs el 5 de junio pasado, “An Unwinnable War”. La idea de una guerra “imposible de ganar” no le gusta a los gobernantes ni a los aliados de Ucrania. La misma Foreign Affairs promovió una discusión en torno a la propuesta de Charap y nos remitió a tres textos, que podían servir como antecedente para el debate.

Uno de ellos, publicado en octubre del año pasado, era el de Andriy Zagorodnyuk, ministro de Defensa de Ucrania entre 2019 y 2020, donde señalaba el camino para la victoria de su país. Para ganar –afirmó– “Ucrania no necesita un milagro; solo necesita que Occidente incremente el suministro de armamento sofisticado”. Para él, Putin, desesperado, tenía claro que estaba perdiendo en el campo de batalla, que no podía imponerse a Ucrania y que no tenía oportunidad contra la OTAN. Y agregaba que solo la derrota de Rusia podía poner fin a las crecientes ambiciones de Putin que, en caso de victoria, se extenderían por Europa, más allá de Ucrania.

Una visión que Steven Myers, un veterano de la Fuerza Aérea norteamericana, miembro del Comité Asesor en Política Económica Internacional del Departamento de Estado durante dos administraciones, no comparte. En declaraciones al periódico USA Today, en julio pasado, Myers afirma que las tácticas militares rusas eran “absolutamente inconsistentes” con la conquista de Ucrania y de otros territorios. En su opinión, ”la agenda era, es y será siempre la de mantener Ucrania fuera de la OTAN a cualquier costo”.

Con luces largas

Quizás valga la pena echar una mirada un poco más atrás. Andrei V. Kozyrev, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia entre octubre de 1990 y enero de 1996, durante el gobierno de Boris Yeltsin, hoy residente en Estados Unidos, un fuerte crítico de Putin, predecía un cambio de régimen en Rusia, en artículo publicado en el New York Times el 20 de julio del 2015. Un año antes, después del golpe de Estado en Ucrania, Rusia se había anexado Crimea, luego de un referendo ampliamente mayoritario a favor de la medida.

Kozyrev analizaba la situación y concluía que “un cambio de régimen en Rusia es inevitable, quizás inminente”. El gobierno de Rusia –agregó– “es simplemente incompatible con las reformas necesarias para un desarrollo económico sostenible, que exige liberalización y competitividad”. ¡Eso dicho en julio del 2015!

Ocho años después, en julio del 2023, Foreign Affairs puso en discusión nuevamente si Ucrania debía o no negociar con Rusia. “The debate how to end the war”, era el subtítulo del texto.

Aliba Polyakova, presidente del Center for European Policy Analysis, y Daniel Fried, exembajador de Estados Unidos en Polonia, defendieron la idea de que ”Ucrania debería buscar la victoria, no el compromiso”.

Si el objetivo es evitar que Rusia amenace las democracias alrededor del mundo, diría Dmytro Nattalukha, presidente del Comité de Asuntos Económicos del parlamento ucraniano, lograr un armisticio en Ucrania no sería de mucha ayuda. El objetivo sería lograr una Rusia menos anti Ocidente y, para eso, “Putin no puede seguir en el poder”.

Un cese al fuego en las actuales condiciones significaría “la victoria de Rusia y un triunfo personal para Putin”, diría Mikhail Podoliak, asesor de Zelensky, poco después de la “conferencia de paz” celebrada a principios de agosto en Arabia Saudita.

Solo días después Stian Jenssen, jefe de gabinete del Secretario General de la OTAN, Jens Stoltemberg, dijo en un foro en la ciudad de Arendal, en Noruega, que una posibilidad para poner fin al conflicto sería que Ucrania aceptara ceder territorio a Rusia, a cambio de su ingreso a la OTAN. La propuesta fue rechazada por Ucrania. El mismo Podoliak la calificó de “ridícula”, obligando a Jenssen a dar explicaciones sobre lo dicho.

Podoliak tuvo que salir de nuevo al debate, rechazando una propuesta del expresidente francés Nicolas Sarkozy para realizar referendos “bajo estricto control internacional” en las cuatro regiones reivindicadas por Rusia y en Crimea, como una fórmula para resolver el conflicto.

Podoliakk las calificó de “fantásticas” y “criminales” y reiteró que la única forma de terminar el conflicto es con la derrota de Rusia.

Una visión similar a la de Lawrence Freedman, profesor emérito de Estudios de Guerra, en el King’s College de Londres. Para Freedman Putin está quedando sin opciones en Ucrania, donde en todos los escenarios –el militar, el económico y el diplomático– los resultados son negativos para Moscú.

Una victoria rusa “sería una catástrofe” para la OTAN, dice Freedman, para quien lo mejor sería que fuera expulsada de Ucrania y su ejército degrado en ese proceso.

Pero las todavía muy optimistas evaluaciones sobre las posibilidades de Ucrania publicadas hasta junio, o julio, se han ido enfrentando a una realidad distinta.

Para el presidente de Bielorusia, Alexander Lukashenko, un estrecho aliado de Moscú, los objetivos de la “operación militar especial” rusa ya fueron alcanzados. Cuando esta guerra termine, Ucrania nunca más será tan agresiva contra Rusia como lo fue antes, será diferente, estimó. Y agregó: “Ucrania necesita parar la guerra e comenzar a reconstruir su Estado sobre bases más sanas, antes de que deje de existir completamente”.

Es el mismo tono de Moscú, que propuso a los militares ucranianos, el pasado viernes, 18 de agosto, derrocar el régimen de Kiev o deponer las armas.

¿Un acuerdo negociado?

No hay duda de que Ucrania enfrenta una amenaza existencial, en opinión de John Mearsheimer, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago, y uno de los “más famosos críticos de la política exterior norteamericana desde el fin de la Guerra Fría”, según la revista The Atlantic.

Mearsheimer no cree en un acuerdo negociado. Cada parte ve a la otra como una amenaza existencial, que debe ser derrotada en el campo de batalla. En esas condiciones, hay poco espacio para un acuerdo. “Los rusos van a conquistar más del 23% de territorio ucraniano que ya han conquistado”, lo que dejará a Ucrania como un estado disfuncional, incapaz de librar una gran guerra contra Rusia. “La mejor solución, por ahora, es la de un conflicto congelado”, estimó.

Pero Podoliak se preguntaba: –¿por qué proponer congelar en conflicto, como quiere Rusia, en vez de acelerar el suministro de armas para Ucrania?

A estas alturas, no parece una opción capaz de cambiar el curso de la guerra. En el frente de batalla, a mediados de agosto la evaluación de Moscú era de que los esfuerzos militares de Ucrania por romper sus líneas habían fracasado. Según el ministerio de Defensa ruso, desde junio el ejército ucraniano ha perdido más de 43 mil hombres y cerca de cinco mil piezas de equipos pesados, incluyendo decenas de tanques occidentales, norteamericanos y alemanes.

Empiezan a asomarse entonces, aunque de forma incipiente, reflexiones sobre las formas de la paz, incluyendo las relaciones de Europa con Rusia. Pero, sobre todo, sus efectos en un escenario internacional como el percibido por Dauster, con Estados Unidos tratando de postergar su gradual pérdida de poder hegemónico, con el mundo asistiendo a los estertores de la Pax Americana, establecida con el fin del socialismo en el este europeo y de la misma Unión Soviética.

En un escenario como ese, la construcción de la paz requerirá más sabiduría que la necesaria para decidir ir a la guerra.

FIN

OPPENHEIMER

Daniel Lara

Quien esté libre de pecado alguno que lance la primera piedra.
Siempre será más fácil juzgar que la disposición de comprender.
Yo soy si tu eres.

El 20 de julio se estrenó a nivel mundial la última película de Christopher Nolan. En Costa Rica se exhibe en el Cine Magaly y desde semanas atrás se había creado una gran expectativa sobre este primer acercamiento biográfico, por parte del guionista, productor y director inglés-norteamericano sobre Robert Oppenheimer, físico cocreador de la primera bomba atómica. Trinity, así fue bautizada la criatura atómica, el primer engendro de muerte de dimensiones apocalípticas que abriría la carrera armamentística que ha puesto al mundo entero en vilo desde entonces. Las fechas coinciden en el mes de julio, tanto del estreno de la obra de Nolan como de la primera explosión de prueba, un día 16 de julio de 1945 en Nuevo México, en el suroeste de los EEUU.

Pocos días después, el 6 y 9 de agosto de 1945, se bombardearían, con hermanas de Trinity, las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón, en el Imperio del Sol Naciente, causando la muerte de cerca de un cuarto de millón de personas, civiles, niños, ancianos, gente común como usted y yo. Ha sido hasta la fecha la única vez que se ha utilizado el arma atómica. Un acto de terrorismo de estado injustificado desde todo punto de vista, tanto moral como militar. Recién la Alemania nazi había sido vencida y Japón se encontraba en los estertores de su derrota. Harry Truman, a la fecha presidente de los EEUU, fue el responsable superior político que dio luz verde a la detonación genocida. Hasta el presente los anglosajones americanos se han negado a pedir disculpas al pueblo japonés por el error y el horror cometido. Más bien los mismos genocidas de antaño ahora empujan a Japón hacia una confrontación con China, copatrocinada por la OTAN. Algo lejos está el Atlántico Norte de Japón, pero así son los intereses estúpidos de la geopolítica unipolar. Nuevamente y setenta y ocho años después Hiroshima se blande la posibilidad del uso del arma nuclear. Sí, nuclear y de hidrógeno para peores. De suceder ya no habrá ningún Nolan, ningún actor ni nadie en el planeta que pueda reflexionar sobre lo que hicimos. De momento nos ofrecen el edulcorado Barbie como si no pasara nada y todo fuera banalidad rosa.

Como antecedentes a los dos hongos atómicos asesinos sobre Japón, se había producido el bombardeo de la ciudad alemana de Dresde, también injustificado e innecesario desde el estricto juicio militar. Dresde ardió los días 13 y 15 de febrero del mismo año cuando la derrota de Hitler era inminente. Ingleses y norteamericanos descargaron miles de toneladas de bombas sobre una ciudad que no tenía ninguna importancia estratégica matando a más de 40 mil civiles desarmados. Churchill, el viejo gordo, borracho y fumador empedernido, había provocado en 1943 la hambruna en India, a la sazón colonia del Imperio del wiski, borrando de la faz de la tierra a más de dos millones de sus habitantes. Los nazis fueron unos asesinos despiadados, los japoneses también hicieron horrores en China, en Corea y en países cercanos. Los anglosajones de ambos lados del Atlántico los emularon, solamente que la historia la escribieron ellos como ganadores y la manipulación les lavo un poco la cara.

Nolan nos ha traído esta joya fílmica y tiene a su haber una saga de más de quince producciones. Dunkerque, es por su género, la más cercana y las anteriores cintas se enfilan en rasgos que tocan la distopía y las valoraciones de orden moral. Oppenheimer es su primer trabajo que se acerca a lo que se da en llamar un biopic, algo así como una cartografía de un personaje de la historia. Impresiona la habilidad narrativa y el sostenimiento dramático que logra mantener viva la atención a lo largo de los 180 minutos de metraje, acompañada de un elenco de lujo además de la propia excelente actuación de Cillian Murphy. Acompañan al irlandés de 47 años, músico también, actores como Kenneth Branagh, Emily Blunt, Rami Malek, Robert Downey Jr., Matt Demon, Gary Oldman, en fin gente probada y laureada por sus trabajos anteriores. Nolan se ha lucido en el tratamiento de la historia basada en la investigación sobre Oppenheimer, “American Prometheus”, una biografía de Oppenheimer escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin. Christopher Nolan echa mano, como en anteriores trabajos, a una narración no lineal, los flashbacks y el intercalado en blanco y negro suman para darle mayor verosimilitud y cercanía a la historia que nos vende con summa maestría.

Oppenheimer fue un ffísico teórico norteamericano, hijo de migrantes judíos alemanes adinerados, que tuvo en suerte una materia gris privilegiada logrando estudiar en las mejores universidades de su país y de Europa. Se codeó con los mejores físicos de su época, Einstein, Heisenberg, Bohr, Lawrence, Fermi y otros destacados académicos e investigadores. Además de la física teórica mantuvo intereses diversos en literatura, arte, política y se defendía como políglota. Le acompañó un espíritu abierto a los diversos saberes y la mecánica cuántica – estar y no estar en más de un lugar a la vez – parecía que también le animaba en sus disquisiciones morales y juicios éticos. Enamorado de dos mujeres a la vez, algo ególatra pero también empático, determinado y obstinado en su trabajo, pero débil en su propia defensa cuando le acusaron falsamente. Patriota norteamericano convencido, al calor de la Segunda Guerra Mundial, preocupado por el adelanto nazi en la investigación física que posibilitaría a Hitler poseer primero el arma atómica. Pero también algo iluso y cándido como Alfred Nobel con su dinamita. Ambos creyeron que el poder de sus invenciones conllevaría a la contención de la paz y al no uso de tan mortíferas posibilidades de exterminio. Erró Oppenheimer, luego de la fisión atómica nos sobrevino la fusión, algo así como sentar un cilindro de gas en el fogón de la abuela. Para matar la creatividad y la imaginación parecieran infinitas. Hoy día el mundo alberga una cifra de 12,700 ojivas nucleares, sucedáneas de Trinity, suficientes para quemar por completo el mundo entero varias veces. No es tema baladí, importa, y mucho.

Activista pacifista luego del horror de Hiroshima y Nagasaki, fue perseguido, acusado y humillado por personajes siniestros como Edgar Hoover, director del FBI y del Senador MacCarthy, incendiarios anticomunistas de la Guerra Fría que pusieron a muchos como Charles Chaplin contra la espada y la pared o haciendo maletas al exilio vergonzoso.

La historia de Oppenheimer bajo la lupa de Christopher Nolan tiene la virtud de llamarnos a la reflexión, no solo sobre la guerra, las armas atómicas y la destrucción masiva del mono sapiens. Es un campanazo brutal sobre el cómo proceder en la vida, ya sea como físico, como político o como el más simple y común de los habitantes pensantes de esta Tierra adolorida.

¿Quién no ha tomado una decisión en la vida que no haya comprometido la paz, la integridad, la tranquilidad, la salud, la buena estima de otra u otras personas? ¿Quién no se ha equivocado nunca con sus juicios creyéndose impoluto o al menos actuando de buena fe?

Max Weber, un brillante sociólogo y pensador, nos ofreció en su trabajo El científico y el político una aguda reflexión sobre los linderos y coincidencias de las acciones y omisiones del quehacer de las personas que se dedican a la ciencia y a la política. Ambos tienen una cuota de responsabilidad sobre lo que hacen por las consecuencias de sus descubrimientos y acciones que modifican para bien o para mal la vida de sus pares. Hoy el debate se centra sobre los peligros de la inteligencia artificial, de igual manera tenemos la papa caliente de las modificaciones e intromisiones genéticas, la misilística nuclear augura el Armagedón, el desarrollo científico técnico inundó el mundo de basura y ha destruido de manera irreparable la biodiversidad, ha provocado el cambio climático y como nunca antes esta fase histórica, bautizada como el Antropoceno, nos pone al borde de la desaparición como especie, llevándonos entre las patas todas las otras formas de vida. ¿Y el político? El político no se queda atrás. Truman, ejemplo, recreado por Nolan e interpretado por Gary Oldman es uno de los tantos miserables que han segado la vida de millones inocentes. En la Casa Blanca, en la escena en la que recibe en su despacho a Oppenheimer, Harry saca su pañuelo para que se enjugue las lágrimas el llorón del físico, se ufana el Presi de haber tomado la decisión de asesinar a un cuarto de millón de almas. Cuántos políticos no han conducido a sus pueblos y a otros pueblos allende sus fronteras a las hambrunas, a la miseria, a la inequidad y a la muerte en nombre del poder que ostentan. ¿Dónde queda la responsabilidad de sus acciones? ¿Quiénes pagan los platos rotos? ¿Basta el juicio histórico? ¿Hemos aprendido la lección?

Soy la muerte, el destructor de mundos… así se reconoce el propio Robert Oppenheimer y así deberíamos asumir la responsabilidad sobre nuestros actos, a la escala que sea, privada o pública, por cuanto seres sociales, los otros también nos deben importar. Hace pocos días nos dejó un brillante pensador, Franz Hinkelammert, alemán asentado en Costa Rica desde los años setenta, y entre sus advertencias teológicas, filosóficas y éticas nos resumía el asunto en: yo soy si tu eres.

Las reacciones en cadena de los balances entre partículas atómicas tienen su corolario en las relaciones entre las distintas personas que habitamos el planeta tierra, todo se conecta, todo tiene consecuencias y nadie queda indemne.

Robert Oppenheimer y su tortura por lo que hizo tiene dentro del mismo episodio histórico otra alma atormentada. Claude Eatherly, el piloto del bombardero Boing B-29 bautizado como Enola Gay, con su acción Claude abrió el vientre de donde saltó la bomba que cocinó a miles de japoneses. La cadena de relaciones vincula a Oppenheimer con Eatherly.

El piloto y su asalto ético provocó que le confinaran como loco, lo trataron tan mal como hicieran con el físico de la película de Nolan. Bien merece otra película este otro antihéroe que supo recibir la solidaridad epistolar del filósofo Gunther Anders. Precisamente G. Anders es de los primeros en reflexionar sobre el giro histórico que representa para la humanidad el tener la capacidad técnica de terminar con la vida y el planeta Tierra por completo. Luego del 16 de julio de 1945 la política y su extensión la guerra nos conmina a reflexionar y actuar. De ahí las responsabilidades de nuestros actos sobre la vida de los otros.

Oppenheimer, Eatherly, Snowden, y pilotos de los drones actuales pueden sufrir por sus actos mientras otros reciben medallas y suben al altar del patrioterismo.

Einstein, el genio de la relatividad advirtió a Oppenheimer: primero te utilizan y luego te desechan.

Los ciento ochenta minutos valen mucho la pena, tal vez a usted le haga tan bien como a mí. Puede sugerirle a su vecino que no saque la basura el día que no pasa el camión de la municipalidad. Sus actos tienen consecuencias. No se la pierda.

Costa Rica, la importancia de la geopolítica… sin perder de vista potencial de sus regiones

Miguel Sobrado

Nuestro país se ha caracterizado por ser relativamente pacífico en una región tradicionalmente convulsa. Esto obedece en gran medida a su historia y capacidades en organización regional, social, económica y política interna que han creado un clima propicio para la democracia.

No obstante, la posición geopolítica del país lo hace vulnerable al entorno regional. De hecho, los grandes conflictos históricos han estado ligadas a los intereses e intervenciones externas. Así fue en el siglo XIX en la guerra contra los filibusteros donde nuestro país tuvo el talento y visión para establecer alianzas con Inglaterra, la potencia dominante entonces que se sentía amenazada por la expansión de los Estados Unidos y con Cornelius Vanderbilt millonario norteamericano propietario de la compañía del Tránsito que trasladaba por el rio San Juan a los colonos que atraídos por la fiebre el oro viajaban a California, cuyos vapores habían sido expropiados por Walker. Amén de la incorporación posterior de las otras naciones centroamericanas a la guerra y la solidaridad financiera latinoamericana de países como Perú, crearon condiciones; que junto con la visión y preparación de nuestro gobierno de entonces para que se diera el triunfo contra los invasores. También en el pasado siglo XX siglo, cuando la guerra en Centro América amenazaba la paz regional, y la estabilidad de nuestro país en las décadas de los 70s y 80s pudimos actuar con el apoyo de alianzas externas, por una parte de los demócratas norteamericanos y social demócratas europeos y por otra con la URSS de Gorbachov para llevar a buen puerto el Plan de Paz centroamericano y hacer callar los cañones de la guerra.

Actualmente con la emergencia de un mundo multipolar y la revolución tecnológica se mueven con fuerza las “placas” políticas y económicas. Por una parte, están los intereses de las potencias emergentes en posicionarse económica y políticamente en la región. Especialmente China que además del estadio, ofreció a nuestro país la construcción de una zona económica especial que abarcaba Limón, Puntarenas y San Carlos que nos hubiera permitido paliar los problemas de estas regiones, si no metemos su propuesta al congelador por presiones externas.  Por otra parte, está la fuerte irrupción del narco tráfico con un poder inédito por su capacidad económica y de terror que utiliza nuestro territorio para consolidar el envío de la droga hacia el norte del continente y Europa.  Ya que tienen cada vez más dificultades para hacerlo por aire o por mar por el control en el aire y el mar de la armada norteamericana.

Esta nueva coyuntura sin embargo, nos ha tomado desprevenidos, el narco ya se ha instalado en nuestro país en las zonas costeras y fronterizas aprovechando la exclusión y falta de oportunidades de la población local. Los sicarios actúan cada vez con mayor impunidad luchando por el control de territorios mientras el narco penetra progresivamente la institucionalidad de nuestro país y avanza hacia el centro del país. Al que encuentra con un aparato institucional del siglo XX entrabado e incapaz de hacer frente a los retos emergentes.

Hay que cambiar el rumbo institucional, pero ha hecho falta, ante todo una visión que ajuste la nueva institucionalidad articulándola de acuerdo los procesos de cambio mundiales y a nuestras necesidades actuales. Especialmente sacando provecho de nuestra posición geopolítica que es nuestra fortaleza y al mismo tiempo generadora de conflictos. Procurando siempre mantener buenas relaciones con todas las potencias desde una política de neutralidad y respeto al ordenamiento internacional sin ceder a presiones indebidas como de las que fue objeto la zona económica especial china. En este sentido tomar conciencia que la multipolaridad va a exigir cambios de los Estados Unidos para atraer el apoyo de América Latina y verse así menos afectados por las migraciones masivas. En este sentido, no puede mantener, a contrapelo del derecho internacional la política de sanciones unilaterales que promueven la emigración masiva y deberá asociarse con los países de la región para proteger el medio ambiente y centrar el control y combate de las drogas en los consumidores y no tanto en los productores.

Hacia lo interno retomar nuestra historia para ver los orígenes de nuestras fortalezas regionales y actualizar nuestro conocimiento sobre nuestro potencial como nación, aprendiendo de las mejores prácticas.

El tema de lo geopolítico, que ha sido vital en la historia toda la región centroamericana y Caribe por su posición estratégica, lo he tocado en otros artículos en este diario, pero además ha sido destacado don Armando Vargas Araya y por la Academia Morista; e incluso le ha mereció el premio Nobel al expresidente Arias por sus intervenciones por la paz durante el siglo pasado.

Mientras que el tema de las regiones del país: conocer sus fortalezas, posibilidades y debilidades no ha tenido el estudio ni el aprendizaje que se merece. Sin embargo, su análisis es clave para poder configurar así no solo las reformas institucionales que se requieren sino las políticas públicas que puedan dinamizar el potencial y la participación activa de las comunidades en las diversas regiones del país. Conocer sus logros, así como sus limitaciones, es fundamental para aprovechar su experiencia en la configuración de modelos y senderos de desarrollo que nos permitan ajustar las políticas públicas con firmeza.

En un próximo articulo dirigiremos la atención hacia las regiones históricas del país sus fortalezas, limitaciones y enseñanzas perfilando las enseñanzas para el país de una sociología regional.

El Pez por la boca muere

José Luis Callaci

Agradezco la invitación a participar en este conversatorio sobre un nuevo orden internacional denominado Multipolar en el que se replanteen las relaciones entre países basadas en equilibrios reales de poderes. Un nuevo esquema de relaciones internacionales que reemplace el existente conocido como Unipolar.

Creemos en la importancia, la necesidad y hasta el imperativo de ese posible cambio basado no solo en planteamientos meramente teóricos sino en hechos concretos que tienen que ver con las actuales actitudes y perniciosas conductas por parte de los responsables que persisten en sostener ese mundo sumiéndolo a un sinnúmero de situaciones que ponen en riesgo la propia paz mundial, al real peligro de una devastadora guerra que amenaza la propia supervivencia humana.

Hechos que sería largo enumerar pero que pasan por ignominiosas imposiciones de ese poder Unipolar cuyas manifestaciones más concretas han sido las invasiones de países, los golpes de estado, los bloqueos económicos, las sanciones de todo tipo, la provocación de guerras argumentado inventadas amenazas, la instalación de cientos de bases militares a través de una Alianza Militar falsamente defensiva, y las provocaciones contra la seguridad de otros Estados como lo ha sido el Golpe de Estado del Maidan que le dio inicio a una nueva guerra fratricida. La constante continúa siendo vencer toda resistencia a lo que se presenta como una especie de omnímodo destino, para imponerle al resto, en lo económico, lo militar y hasta lo cultural, los modos de vivir, de pensar, de creer, y hasta de comer y amar. Este es ese Mundo globalizado Unipolar de claro origen que pareciera estar llegando a su fin.

De nada sirven los acuerdos entre partes o los suscritos ante los propios organismos internacionales, de los cuales se es signatario. Todo se vulnera o se vale sin dar explicaciones, o cuando debido a las circunstancias se considera necesario hacerlo se esputan las razones de tales burdas actuaciones con total desparpajo que ofende la inteligencia, y sin siquiera medir que debido a ello se arriesga que se aplique aquello de que El pez por la boca muere.

Las falsas noticias recorren el mundo gracias a ese poder que controla las hegemónicas y masivas baterías mediáticas convertidas como nunca antes en simples bastiones de propaganda, mientras se censuran o prohíben la divulgación de medios informativos no proclives o alineados y se silencian las voces de prestigiosos comunicadores mediante acciones punitivas cuya principal falta ha sido hablar con la verdad. Ni que decir sobre la reciente arbitraria medida de impedirle el ingreso para asistir a una sesión de Naciones Unidas a periodistas de un país soberano.

Todo sucede no solo en el propio poder situado al norte del Rio Bravo o Grande sino también, salvo algunas honrosas excepciones, en una Europa hoy sumisa con líderes que más que auténticos gobernantes de países independientes se comportan como simples vasallos de un temporal poder imperial. Los grandes viejos gobernantes europeos, se estarán probablemente revolcando en sus tumbas al observar tanta mediocridad sin rumbo, tanta insensatez y tanta vileza en algunos de los actuales gobernantes europeos. Pero felizmente las verdades que se demoran cuando llegan suelen ser demoledoras y cada vez es mayor el número de quienes en los distintos estamentos del poder mundial, incluso entre miembros del propio establishment del país de las barras y las estrellas en uso de la razón y del propio sentido común y por encima de las grandes y probables insalvables diferencias, alzan sus voces para defender los necesarios equilibrios que deben prevalecer en una Multipolaridad que mejor garantice el respeto a los Derechos de todos los Estados y un mundo más seguro, alejado de confrontaciones que amenazan la propia existencia humana. Los ciudadanos que gustan de estar bien informados y por consiguiente tener opiniones propias se sienten indignados por tantas mentiras vestidas de verdades pero que ya se van desnudando, y por esas historias contadas al revés. Yo también. Yo también.

La guerra como síntoma de locura y de mentes muy poco evolucionadas

José Luis Pacheco Murillo

Por aquello de que se les haya olvidado a algunos, hoy se cumplen 429 días del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Nadie podía predecir que este conflicto se extendiera por tanto tiempo. Se consideró desde el principio que Rusia arrasaría con Ucrania y dominaría el conflicto a su antojo. No ha sido así y todos sabemos que esta guerra dejó de ser entre Rusia y Ucrania y se convirtió en una guerra entre Rusia, Ucrania, la OTAN como organización, pero además con Estados Unidos, Francia, España, Alemania y muchos países más.

Es decir, casi una guerra mundial solapada.

En los últimos días quienes han aparecido en escena han sido los chinos. El presidente, Xi Jinping visitó a Vladímir Putin y también tuvo una conversación telefónica de una hora con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

Estas intervenciones de China han sido aplaudidas por la OTAN y hasta por Estados Unidos, lo que le ha agradado muchísimo al presiente Jinping y a China en general pues si algún país puede hacer que esto acabe es China. Las condiciones económicas que puede imponer no solo a Rusia sino también a la OTAN pueden llevar a que los involucrados depongan las armas antes de recibir sanciones chinas que no serán tan suaves como las que se han impuesto a Rusia.

Es decir, China, sin meterse en la guerra, sin enviar armamento, sin arriesgarse a nada puede salir ganándolo todo y quedar como la triunfante en la diplomacia y en la consecución de la paz.

Se avizora una pronta solución porque el gigante asiático tomó iniciativa y cuando este “dragón” se levanta los demás deben calmarse o recibirán su dosis de castigo, o al menos, de indiferencia y eso viniendo de China es grave en estos tiempos.

Mientras tanto la guerra sigue y los muertos siguen sumándose, así como los desterrados por la condición de guerra. Aunque para el mundo ya eso se convirtió en costumbre y ya no es noticia.

Pero como la guerra es un negocio muy suculento ante la posible paz entre Rusia y Ucrania, en Sudán el conflicto se agrava y centenares de muertes ya se registran y se suman a los que en cinco años superan el millón, a causa del enfrentamiento.

Dios quiera que nuestra sociedad y la humanidad entiendan que la guerra es un síntoma de locura y de unas mentes muy poco evolucionadas.

Mensaje de Adolfo Pérez Esquivel Premio Nobel de la Paz (1980) a la Conferencia del Instituto Schiller

Adolfo Pérez Esquivel.

Lo que puedo aportar a la presente Conferencia del Instituto Schiller es mi llamamiento para que la ONU se ponga de pie con coraje y convoque a los pueblos a la resistencia para poner fin a la guerra, dejando de ser un títere de las grandes potencias.

El mundo está al borde de la locura por unos gobernantes que anteponen a la vida sus propios intereses políticos, económicos y estratégicos de dominación.

Estamos en un punto de inflexión, de dramáticos y decisivos cambios en el mundo, con un alto costo en vidas, hambrunas, pestes y destrucción de la Madre Tierra.

Muchos son los llamamientos para construir la Paz: desde la voz del papa Francisco a la de personalidades y gobiernos, así como el clamor de los pueblos. Todos los días sumamos nuestras voces a esas voces que reclaman la Paz.

Debemos llegar a una solución política, pero fundamentalmente humanitaria, para poner fin a las múltiples guerras desatadas en el mundo. Muchas de ellas silenciadas. Como las que, entre otras, ocurren en Israel y Palestina, Armenia y en diversos países de África.

En cuanto a la guerra en Ucrania, tan peligrosa para toda la humanidad, hay varias propuestas para poder llegar a un diálogo constructivo y ponerle fin.

Pero, lamentablemente, los señores de la guerra no quieren oír nada y continúan incrementando el envío de armas y dinero a Ucrania, incentivando el conflicto.

Es una guerra provocada por las grandes potencias como EEUU, por la OTAN y por los intereses estratégicos y políticos para asegurar la hegemonía mundial.

El mundo está cambiando y, si queremos sobrevivir y salvar nuestro Planeta Tierra, nuestra casa común, se necesita un nuevo Pacto Social de convivencia entre los pueblos y la Madre Tierra.

Para lograrlo es necesario restablecer el equilibrio que hoy no existe y que somete a la humanidad a la violencia social.

Se perdió el equilibrio, las relaciones entre los pueblos, la espiritualidad… Estamos frente al destierro de Dios, frente a su exilio.

Las Naciones Unidas son una caja sin resonancia manejada por los EEUU. Y la OEA es una organización colonial. Europa perdió su voz y se transformó en un enclave colonial de los EEUU.

Para reclamar una salida negociada a las guerras es necesario y urgente que las religiones, iglesias, templos, mezquitas, sinagogas, monasterios… llamen a jornadas de oración y acción. Que los sindicatos y organizaciones sociales propongan acciones.

La UNESCO, los educadores, los científicos y los profesionales de la comunicación deben estar presentes en la rebelión de las conciencias contra la guerra y reclamar la PAZ.

Todos debemos sumar nuestras voces y acciones a otras que están en el mismo camino, antes de que sea demasiado tarde.

Tenemos que hacer memoria para iluminar el presente. Hiroshima y Nagasaki no son el pasado. Aún le duelen a la humanidad los horrores de los campos de concentración, el Holocausto, las masacres.

Las potencias amenazan con utilizar las armas nucleares. ¿Qué podemos hacer? ¿Gritar a quienes no quieren oír, gritar allí donde los teléfonos y todas las comunicaciones están cortadas? Sólo se escuchan a sí mismos.

Pero no podemos perder la esperanza en que otro mundo es posible si sumamos esfuerzos y voluntades para lograr la Paz. No una paz como mera ausencia de guerras y conflictos, sino como fruto de la Justica en las relaciones fraternales entre las personas y los Pueblos.

Parar detener la guerra se necesita de la rebeldía de los pueblos. Los gobiernos involucrados en la guerra tienen otros objetivos y parámetros para fortalecer el poder de dominación. Para sus intereses personales, el ser humano no cuenta.

Hay que reclamar una jornada mundial de rebeldía y exigir que se ponga fin a las guerras, que se transformen las armas en arados, como lo proclamó el profeta Isaías hace miles de años.

Las Naciones Unidas deben rebelarse al totalitarismo imperante y convocar una Asamblea General de los Pueblos que quieran la Paz. Deben terminar con las guerras y con la hipocresía de los gobernantes. Deben hacer suyo su propio Preámbulo: “Nosotros los Pueblos del Mundo queremos la Paz”.

Salvemos la vida del Planeta, nuestra casa común. No podemos continuar siendo espectadores, debemos asumir la rebeldía de los valores y del espíritu para transformar esta realidad que agobia a toda la humanidad.

Toda la solidaridad y apoyo en este desafío común para alcanzar la Paz junto a tantos hermanos y hermanas en el mundo. Les deseo a todos los participantes en la Conferencia mucha fuerza y esperanza. Sumo mi voz a la de toda la humanidad.”

Adolfo Pérez Esquivel – Buenos Aires, 11 de abril 2023

 

Compartido con SURCOS por Pablo Hernández Arias.