Costa Rica, la importancia de la geopolítica… sin perder de vista potencial de sus regiones

Miguel Sobrado

Nuestro país se ha caracterizado por ser relativamente pacífico en una región tradicionalmente convulsa. Esto obedece en gran medida a su historia y capacidades en organización regional, social, económica y política interna que han creado un clima propicio para la democracia.

No obstante, la posición geopolítica del país lo hace vulnerable al entorno regional. De hecho, los grandes conflictos históricos han estado ligadas a los intereses e intervenciones externas. Así fue en el siglo XIX en la guerra contra los filibusteros donde nuestro país tuvo el talento y visión para establecer alianzas con Inglaterra, la potencia dominante entonces que se sentía amenazada por la expansión de los Estados Unidos y con Cornelius Vanderbilt millonario norteamericano propietario de la compañía del Tránsito que trasladaba por el rio San Juan a los colonos que atraídos por la fiebre el oro viajaban a California, cuyos vapores habían sido expropiados por Walker. Amén de la incorporación posterior de las otras naciones centroamericanas a la guerra y la solidaridad financiera latinoamericana de países como Perú, crearon condiciones; que junto con la visión y preparación de nuestro gobierno de entonces para que se diera el triunfo contra los invasores. También en el pasado siglo XX siglo, cuando la guerra en Centro América amenazaba la paz regional, y la estabilidad de nuestro país en las décadas de los 70s y 80s pudimos actuar con el apoyo de alianzas externas, por una parte de los demócratas norteamericanos y social demócratas europeos y por otra con la URSS de Gorbachov para llevar a buen puerto el Plan de Paz centroamericano y hacer callar los cañones de la guerra.

Actualmente con la emergencia de un mundo multipolar y la revolución tecnológica se mueven con fuerza las “placas” políticas y económicas. Por una parte, están los intereses de las potencias emergentes en posicionarse económica y políticamente en la región. Especialmente China que además del estadio, ofreció a nuestro país la construcción de una zona económica especial que abarcaba Limón, Puntarenas y San Carlos que nos hubiera permitido paliar los problemas de estas regiones, si no metemos su propuesta al congelador por presiones externas.  Por otra parte, está la fuerte irrupción del narco tráfico con un poder inédito por su capacidad económica y de terror que utiliza nuestro territorio para consolidar el envío de la droga hacia el norte del continente y Europa.  Ya que tienen cada vez más dificultades para hacerlo por aire o por mar por el control en el aire y el mar de la armada norteamericana.

Esta nueva coyuntura sin embargo, nos ha tomado desprevenidos, el narco ya se ha instalado en nuestro país en las zonas costeras y fronterizas aprovechando la exclusión y falta de oportunidades de la población local. Los sicarios actúan cada vez con mayor impunidad luchando por el control de territorios mientras el narco penetra progresivamente la institucionalidad de nuestro país y avanza hacia el centro del país. Al que encuentra con un aparato institucional del siglo XX entrabado e incapaz de hacer frente a los retos emergentes.

Hay que cambiar el rumbo institucional, pero ha hecho falta, ante todo una visión que ajuste la nueva institucionalidad articulándola de acuerdo los procesos de cambio mundiales y a nuestras necesidades actuales. Especialmente sacando provecho de nuestra posición geopolítica que es nuestra fortaleza y al mismo tiempo generadora de conflictos. Procurando siempre mantener buenas relaciones con todas las potencias desde una política de neutralidad y respeto al ordenamiento internacional sin ceder a presiones indebidas como de las que fue objeto la zona económica especial china. En este sentido tomar conciencia que la multipolaridad va a exigir cambios de los Estados Unidos para atraer el apoyo de América Latina y verse así menos afectados por las migraciones masivas. En este sentido, no puede mantener, a contrapelo del derecho internacional la política de sanciones unilaterales que promueven la emigración masiva y deberá asociarse con los países de la región para proteger el medio ambiente y centrar el control y combate de las drogas en los consumidores y no tanto en los productores.

Hacia lo interno retomar nuestra historia para ver los orígenes de nuestras fortalezas regionales y actualizar nuestro conocimiento sobre nuestro potencial como nación, aprendiendo de las mejores prácticas.

El tema de lo geopolítico, que ha sido vital en la historia toda la región centroamericana y Caribe por su posición estratégica, lo he tocado en otros artículos en este diario, pero además ha sido destacado don Armando Vargas Araya y por la Academia Morista; e incluso le ha mereció el premio Nobel al expresidente Arias por sus intervenciones por la paz durante el siglo pasado.

Mientras que el tema de las regiones del país: conocer sus fortalezas, posibilidades y debilidades no ha tenido el estudio ni el aprendizaje que se merece. Sin embargo, su análisis es clave para poder configurar así no solo las reformas institucionales que se requieren sino las políticas públicas que puedan dinamizar el potencial y la participación activa de las comunidades en las diversas regiones del país. Conocer sus logros, así como sus limitaciones, es fundamental para aprovechar su experiencia en la configuración de modelos y senderos de desarrollo que nos permitan ajustar las políticas públicas con firmeza.

En un próximo articulo dirigiremos la atención hacia las regiones históricas del país sus fortalezas, limitaciones y enseñanzas perfilando las enseñanzas para el país de una sociología regional.