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Etiqueta: Miguel Sobrado

América Latina: o supera los resabios del siglo pasado y aprende de las mejores prácticas o será presa del narco

Miguel Sobrado y Juan José Rojas , Catedrático Universidad Autónoma de Chapingo

Nuestra América, en este momento de cambios acelerados en el panorama mundial, está viviendo intensos procesos de transformación que, en algunos casos resultan difusos y hasta regresivos y, en otros, se trata de experiencias alentadoras de autogestión social y de fortalecimiento institucional que es preciso complementar. En cualquier caso, es imprescindible abordar tales fenómenos como expresiones de un todo continental, y saber aprender de ellos liberándonos de valoraciones y esquemas del siglo XX que han mutado en nuestra época, adquiriendo por su aplicación práctica una connotación muy alejada de su significado inicial.

Empecemos por analizar en lo profundo el caso de Milei en la Argentina donde la mayoría de los votantes, más que otorgarles un respaldo a sus propuestas, votaron con desesperación contra un sistema clientelista manejado por “punteros” que, en vez de crear ciudadanía, negociaban los votos de los “rebaños locales” ante los políticos depredadores. Así, un país de los más ricos del continente, que llegó a perfilarse incluso como potencia regional, pasó a un estado de postración con una tasa de pobreza que rebasaba el 40% y una inflación superior al 100%.  Bajo este contexto, tanto tirios como troyanos, responsables del desastre, no ofrecían una alternativa creíble para los electores.

De tal forma que cuando apareció el espectáculo de Milei con una sierra ofreciendo acabar de raíz con estos males cerrando instituciones y dolarizando la economía, la mayoría electoral desesperada se cobijó en sus brazos sin analizar las consecuencias que tendría para ellos mismos la aplicación de su programa económico.

Dicho en otras palabras, votaron contra el clientelismo y los privilegios de grupos enquistados en el gobierno para servirse de su posición y no para servir a la población que es el verdadero y único cliente que financia sus salarios. Partidos que, en nombre de las necesidades reales de los trabajadores, al llegar al poder, a menudo, les daban la espalda con grandes negociados para sus dirigentes y hasta los maltratan en las ventanillas y en la calidad del servicio. Por eso, por su práctica oportunista, los eslóganes populistas perdieron credibilidad y terminaron siendo rechazados como palabras gastadas.

Por otra parte, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, al margen de los canales del viejo sistema clientelista instaurado por el PRI desde el siglo pasado y pese a la existencia de conflictos serios de violencia en algunos estados y municipios, ha sabido cumplir con las expectativas de la población trasladando los recursos que antes eran saqueados por los presidentes y ministros y la red de funcionarios que se servían en cascada de sus privilegios, a los ancianos con pensiones débiles o carentes de pensión, así como a estudiantes de escasos recursos económicos para que no abandonen sus estudios. Con estos recursos, sin recurrir a nuevos endeudamientos, ha recuperado las empresas petroleras y energéticas y ha impulsado la construcción de grandes obras de infraestructura que contribuyen a la ampliación del mercado nacional. Todo ello, le ha permitido conseguir logros políticos importantes que han acrecentado su autoridad y prestigio. Con sus locuciones mañaneras ha logrado un gran éxito, como ejemplo continental, al neutralizar a los medios tradicionales al servicio de la oligarquía. El prestigio de su gobierno es tal que, a unos meses de cumplirse el sexenio, su partido Morena tiene una posición privilegiada frente a las nuevas elecciones.

No obstante, algunos de sus proyectos estratégicos, como el tren maya y el corredor interoceánico, han provocado afectaciones graves al medio ambiente; la inseguridad pública persiste y se torna incontrolable en diversos puntos del territorio nacional; pero, quizás, su déficit principal se manifiesta en el escaso fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, las cuales han sido desplazadas de la agenda pública por un estatismo asfixiante. El balance global arroja así un panorama de claro-oscuros que amerita ser reforzado en sus aspectos positivos mediante un ejercicio autocrítico y un replanteamiento de los ejes centrales en los que debe basarse el proceso de transformación.

Bukele, en El Salvador, ha logrado con energía, frente al terror de las maras, restituir la autoridad del Estado y la seguridad de la ciudadanía. Un primer paso muy importante, que debe complementarse con una política educativa y de capacitación empresarial que les abra nuevos horizontes a los jóvenes. De igual forma, debe insistirse en que el restablecimiento del orden público no debe implicar el sacrificio de los derechos humanos y mucho menos convertirse en una justificación para alentar la concentración del poder en pocas manos y la legitimación de prácticas autoritarias que pongan en entredicho el régimen democrático.

Lula en Brasil, ha retomado con firmeza las riendas del Estado, deterioradas severamente por la administración de Bolsonaro y, apartándose de las prácticas clientelares, está incorporando a los excluidos, a través de los poderes locales, en la formulación e implementación de políticas sociales redistributivas e integradoras. Junto con ello, las inversiones públicas en los sectores industriales y agrarios, bajo una perspectiva de largo alcance, están modificando el perfil de la economía brasileña y desatando su potencialidad a fin de desempeñar un papel cada vez más protagónico en el nuevo mundo multipolar.

Petro en Colombia se ha enfrascado en la paz total, en un contexto donde sus iniciativas son saboteadas, tanto en el parlamento y en el ámbito del poder judicial, como por las acciones bélicas impulsadas por los grupos de interés enemigos de la paz. Sin duda, está avanzando, aunque lentamente, en otras reformas que le pueden dar dividendos políticos que fortalezcan su autoridad, como la reforma educativa, la de salud y la de pensiones.

En Chile, Gabriel Boric, ha sufrido, en parte por su maximalismo, lo embates de una derecha que ha saboteado la reforma constitucional y que tiene suficiente fuerza en el parlamento para postergar sus iniciativas que podrían enriquecer su autoridad y capacidad de maniobra y avance.

En suma, tal como se puede apreciar en este ligero esbozo, en los diferentes países de América Latina hay material suficiente para aprender de lo que está sucediendo en nuestro continente, pero aún hace falta dejar de lado la visión fragmentada por país y los conceptos que identifican como progresistas a estructuras “populares” clientelistas, manipuladas por intereses corruptos de grupo. En su lugar hay que impulsar una estrategia política acumulativa del cambio que forme ciudadanos educados y capacitados alrededor de organizaciones autónomas, de tipo comunal, asociativo y solidario.

 

Enviado a SURCOS por Miguel Sobrado.

Prisma Latinoamérica y Miguel Sobrado desentrañan los «Orígenes del Estado Latinoamericano y sus Secuelas»

Por José Daniel Gamboa Araya

El programa Prisma Latinoamérica se une al sociólogo Miguel Sobrado para presentar una intrigante producción titulada «Orígenes del Estado Latinoamericano y sus Secuelas». Esta producción ofrece una profunda exploración de las condiciones estructurales que dieron origen a las complejas estructuras sociales en Latinoamérica, analizando sus consecuencias para las sociedades contemporáneas y las relaciones de poder a nivel global.

Desde una perspectiva sociológica y geopolítica, Miguel Sobrado desentraña las raíces históricas que han moldeado la realidad socioeconómica y política de la región. El documental destaca la relevancia de comprender el pasado para contextualizar los desafíos actuales y traza vínculos esenciales entre los orígenes del Estado latinoamericano y su impacto en las dinámicas de poder internacionales.

La colaboración entre Prisma Latinoamérica y el renombrado sociólogo ofrece una valiosa contribución al entendimiento crítico de la evolución de Latinoamérica y su posición en el escenario global. Esta producción promete arrojar luz sobre las complejidades históricas que siguen influyendo en las sociedades latinoamericanas, fomentando el diálogo y la reflexión en busca de un futuro más informado y equitativo.

Fuente: Prisma Latinoamérica

Cuba puede y debe conservar el socialismo. Debe renunciar al fundamentalismo

Miguel Sobrado compartió con SURCOS la siguiente entrevista realizada en 1991 y que a su juicio mantiene actualidad. Se publica tal como se recibe.

Entrevista realizada por el periodista Franklin Herrera a Miguel Sobrado para el semanario ¨Esta Semana¨ en la edición del 20 al 26 de agosto de 1991

Entrevista con el sociólogo Miguel sobrado, catedrático de la Universidad Nacional y presidente del Instituto Costarricense de Estudios Sociales, quien además de la actividad académica, tuvo una activa participación política desde la izquierda. En 1959, con 17 años al calor del triunfo de la revolución cubana, se incorporó a la guerrilla anti somocista que comandaban Indalecio Pastora y Leonel cabezas en la frontera sur de Nicaragua.

Fue miembro del partido Vanguardia Popular hasta 1983, cuando fue expulsado junto con otros miembros del comité central que apoyaron a Manuel Mora Valverde. Secretario de las áreas Ideológica e Internacional del Partido del Pueblo Costarricense hasta su disolución De hecho en 1990.

Usted y Jorge Vargas Cullell publicaron un artículo en el libro ¿sobrevivirá el marxismo? donde sostienen que hay elementos de esa teoría que se mantienen y en la práctica de las Ciencias Sociales; al mismo tiempo se ha retirado de la militancia partidista. ¿No son incongruentes ambas posiciones?

Recalcamos la importancia de no confundir la ciencia social con la visión del mundo o con la tecnología de poder. Una cosa es rescatar los valores científicos del marxismo que se ha incorporado a la sociología mundial -como la teoría del conflicto- y otra es apegarse a una visión del mundo maniquea o a una tecnología de poder y organización social agotadas.

No obstante en la última campaña electoral usted impulsó la formación de la coalición pueblo Unido…

Pensé que podría ser una buena ocasión para iniciar la renovación de los partidos de izquierda.

Pero eso no sucedió…

La inercia mental y la desmoralización pesaron sobre los acuerdos programáticos, alcanzados, más por el aturdimiento de Vanguardia Popular por los logros de la política de paz en Centroamérica, que por convicción. La creatividad quedó fuera de la campaña

¿Se retiró de la vida política?

A pesar de las iniciativas del Dr. Gutiérrez, me retiré de una coalición, estancada por el peso de los comunistas más tradicionales. No de la política ni del ideal socialista de justicia. Estamos ante el surgimiento de muchos retos para la vida, la justicia y la inteligencia.  Surgen nuevas corrientes que hay que impulsar para que converjan y se transformen en una nueva fuerza política.

¿La podrían nuclear los sindicatos y las organizaciones populares?

En el corto plazo, por los vacíos de la transición, todo es posible, pero no parece probable que haya capacidad, sobre todo en el movimiento sindical.

¿Por qué?

En ese movimiento no hay capacidad política, orgánica ni técnica. Prevalecen las rivalidades personales. Además de los síntomas de descomposición y corrupción que se evidenciaron cuando, en plena crisis centroamericana, permitieron el desmantelamiento de los sindicatos bananeros.

¿Podría ser explícito?

Reagan quería involucrar a Costa Rica en la guerra con Nicaragua.

Los sindicatos bananeros eran un obstáculo, porque él pensaba desplazar sus tropas ¨para ayudar a Costa Rica¨. Necesitaba que no hubiera acciones en su contra ni en la carretera Panamericana sur ni en la región atlántica norte. Con políticas fundamentalistas, se destrozan los sindicatos del sur, con una mezcla de errores, ineptitud y corrupción, se deja languidecer ser a los sindicatos del Atlántico ante el atropello patronal-solidarista.

Cuando se organiza la defensa, el CPT no moviliza fuerzas ni aporta, fuera del nombre, recursos.

¿Y en mediano plazo?

El sindicalismo clasista surgió como respuesta a las pésimas condiciones de vida y de trabajo. La huelga de 1934, por ejemplo, se realizó para obtener medicinas. El solidarismo nace cuando hay mejores condiciones, logradas por los sindicatos y por el incremento de la producción. Se basa, por ello, en el consenso y fue apoyado por los patrones para enfrentar al sindicalismo, que ha puesto énfasis en el conflicto. Pero en el mundo actual conflicto y consenso no son excluyentes. De hecho, algunos sindicatos y asociaciones solidaritas han empezado a integrar ambos aspectos. Son los intereses comunes y no los principios abstractos la base para resolver los conflictos y alcanzar el consenso. De estas organizaciones nacerá otro tipo de ente, para responder a las necesidades de sus afiliados y de la sociedad.

Usted defendió la revolución cubana fue miembro de la sociedad de amigos de esa revolución ¿Qué opina hoy del régimen cubano?

Hay que distinguir en esa revolución dos componentes: el nacional, latinoamericanista y el sistema económico de planificación central con ordenamiento administrativo. La revolución surge cuando América Latina está plagada de dictadores estimulados por las agencias de seguridad norteamericanas. Fidel lucha junto con Figueres y otras fuerzas, por eliminar esas satrapías y por mejores condiciones de intercambio comercial con las naciones desarrolladas. La revolución fue un triunfo de esa lucha.

Pero Cuba terminó en una dictadura…

El carácter nacional y latinoamericanista fue un acontecimiento refrescante para nuestros países, acostumbrados a las intervenciones militares norteamericanas y golpes de estado. La política de EE.UU. hacia Cuba, aun cuando ese país no se había declarado marxista, fue de intolerancia. El bloqueo económico es una manifestación de esa prepotencia. Hoy, cuando cubano goza de las simpatías soviéticas, el bloqueo se mantiene como expresión de dominio.

¿A qué atribuye esa actitud?

Es un artículo a raíz de la guerra del Golfo, el profesor norteamericano Noam Chomsky citó las normas de la política norteamericana en sus confrontaciones con países pequeños. Una de las líneas es provocar la derrota más contundente posible del enemigo, para actuar preventivamente, desalentando a otros disidentes. Mantienen el bloqueo -a pesar de que internamente consolida a la revolución- para ¨mantener a América Latina en su lugar¨.

¿Qué opina del componente económico?

Cuba desarrolló un sistema similar al soviético, con planificación central y ordenamiento administrativo, que no ha sido monopolio comunista: lo utilizaron Alemania nazi y, durante la Segunda Guerra, Inglaterra y EE.UU. Ese sistema permitió, en las condiciones de la época, logros económicos, militares y sociales. Cuba alcanzó metas en salud y educación que no han podido equiparar otros países latinoamericanos. Pero ese ordenamiento tiene límites históricos y se convierte en obstáculo para el desarrollo. Cuba sufre rigidez de ese sistema, lo que se manifiesta en baja productividad del trabajo y en escasez de productos, no solo atribuible al bloqueo.

Pero el Gobierno cubano está dispuesto a mantener ese sistema.

Así parece. Es un problema de los fundamentalismos: confunden los medios con los fines e impiden que estos últimos se alcancen. Basados en un moralismo y en un voluntarismo sin fundamento, destrozan las iniciativas y los estímulos al trabajo y minan los logros sociales y políticos. Molestos porque algunos campesinos hicieron alarde de riqueza cuando existían los mercados libres, los cerraron, aunque afectarán el abastecimiento. Pretendiendo mantener el entusiasmo inicial por la revolución, promueven los estímulos Morales y dejan de lado los materiales. El resultado es que, así el estado simula pagar, la gente simula trabajar. Es decir, se impide que se produzca, deformando la disciplina laboral, menoscabando la autoimagen del trabajador y la sociedad.

¿Piensa que Cuba debería hacer cambios como los de Europa del este?

En esos países hay procesos diferentes y también fundamentalismos. Como antes se guiaban por los manuales de economía del socialismo, hoy se guían por los textos de los Chicago-Boys. Alguien decía que están pasando del socialismo real al capitalismo utópico.

¿Entonces cuáles son los cambios indispensables?

Socializar no es estatizar. Para atender la Seguridad Social y preservar el planeta para las generaciones del futuro, debe haber producción y riqueza. La empresa estatal no está siempre en condiciones de generar esa riqueza. La tecnología limita el tamaño de las empresas y demanda formas de gestión que no alcanzan con los reglamentos ministeriales. La discusión empresa estatal vs privada permanece al pasado. Hay empresas estatales muy eficientes, como el ICE; pero cuando son corruptas y cada funcionario es ¨dueño¨ de un pedazo, son públicas solo formalmente. Cuando operan así, el servicio es pésimo y los ciudadanos sufren el maltrato y la estafa de sus impuestos. Las empresas privadas monopólicas son también ineficientes y abusan del consumidor. Lo sabemos quiénes sufrimos los malos servicios eléctricos y de teléfonos, antes de que se creara el ICE. Una condición para la eficiencia es permitir monopolios públicos en áreas calificadas y con mecanismos de control social eficientes.

¿Se puede derivar de eso que aboga por la economía del mercado?

El mercado no es una institución sagrada con patente de corso sobre la sociedad y el ambiente, pero es un mecanismo eficiente para la organización de la economía. Sirve de contrapeso a las fallas del Estado o de la sociedad civil. Eso no significa que el Estado debe desaparecer o renunciar a la orientación de la economía, pues sirve de contrapeso frente a las fallas del mercado. En la experiencia de los países asiáticos desarrollados destaca el papel del Estado, orientado la apertura selectiva hacia el mercado externo, estimulando la inversión interna, no la venta de la riqueza nacional a los extranjeros. En EE.UU., por razones ecológicas, se restringe el acceso al mercado atunero de países que afectan los delfines. El mercado no tolera camisas de fuerza burocráticas, pero puede ser ubicado en parámetros sociales y ecológicos deseables.

¿Cómo ve usted el futuro de Cuba?

Con mucha preocupación. Cuba no debe transformarse en un Sagunto latinoamericano. No solo porque los segundos no están de moda, sino porque un pueblo que ha contribuido a fortalecer la soberanía latinoamericana y que, en el campo de la salud y la educación, es un ejemplo para el continente, no se lo merece. Cuba puede y debe conservar y desarrollar el socialismo basándose no en actos de fe, sino en realidades, en el consenso de su pueblo. Pero dentro de las condiciones de bloqueo, si empiezan por una amplia democratización que permita que se expresen sus ciudadanos y el poder del dólar, el régimen podría ser fácilmente desestabilizado.

Es decir, tanto EE.UU. como Cuba cometen errores que favorecen a la parte contraria.

Si. EE.UU. con el bloqueo provoca cohesión interna en la isla y cierto apoyo y simpatía desde Latinoamérica. Aunque no sea deseable, en el exterior es comprensible que en esas condiciones Cuba mantenga un Gobierno con participación restringida. Por otra parte, el fundamentalismo casi religioso de la dirigencia aísla al país y somete a la población a un sufrimiento innecesario de consecuencias impredecibles. ¿cómo se les ocurre prohibir los mercados campesinos si la población requiere alimentos? Eso es increíble en dirigentes que han demostrado imaginación y creatividad: pareciera la crónica de un suicidio anunciado. Ojalá no ocurra en Latinoamérica con Cuba lo que les pasó a los palestinos con Sadam Husein cuando habló de dar ¨la madre de todas las batallas¨. Su voluntarismo colocó a EE.UU. en la cumbre del poder militar y dejó a los árabes aturdidos y debilitados.

A partir de Pablo Escobar el narcotráfico se convirtió en opción de poder en América Latina

Por Miguel Sobrado

El libro América Latina, publicado en 2003 y reimpreso en 2004 y 2006 en México y Costa Rica, previo al desastre del presente, propuso soluciones.

El poder excluyente, que sobre de las mayorías indígenas y afrodescendientes ejercieron las oligarquías latinoamericanas desde la independencia, apoyadas en el centralismo clientelista, se ha resquebrajado y se ha venido derrumbando progresivamente, desde que apareció la industria del narcotráfico.

Para tener espacios de participación en la economía desde un gobierno, heredado de la colonia, era preciso que los oligarcas participaran de la “corte” donde se definían y ratificaban los privilegios y monopolios que permitían el enriquecimiento y el control político.

La aparición del narcotráfico como industria de desarrollo con recursos superiores a los del sistema patrimonialista, rompió los esquemas tradicionales y abrió nuevos espacios para incorporar, con ventaja a los excluidos, tomando primero los poderes locales y comprando, desde ahí, posteriormente influencias en el aparato institucional.

Los acontecimientos en varios estados de México virtualmente tomados hoy por el terror de los narcos y el reciente auge de violencia armada en Ecuador, donde estos se han lanzado a la lucha por el poder, confirman el poder de esta amenaza para la institucionalidad latinoamericana. Con necesidades insatisfechas, debido a la falta de acceso a las oportunidades que tienen los excluidos, frente a la demanda del conocimiento y la tecnología. Al mismo tiempo que los narcos disponen de recursos cada vez más abundantes para competir con el clientelismo, para instalarse cada vez en más comunidades y estados de la región.

Las políticas asumidas por Bukele en El Salvador para controlar la expansión de las maras asociadas al narcotráfico y recuperar, así, el poder y el orden público, se han basado en medidas represivas extremas, que han dado resultados en lo inmediato frente al caos y derrumbe de la institucionalidad en ese país. Está por ver si logra la misma eficiencia con las medidas de prevención necesarias para erradicar el mal en el mediano plazo.

El libro América Latina: crisis del Estado clientelista y la construcción de repúblicas ciudadanas, de Juan José Rojas y el autor de este artículo, mencionado en este artículo, y que se encuentra libre en Internet, no solo anunció el peligro que significaba el narcotráfico para la institucionalidad, sino que propuso soluciones probadas, sobre las causas.

Ahora, que cunde el pánico en el continente por las posiciones que ha tomado el narco en las comunidades y su ofensiva en algunos casos sobre el poder, es preciso retomar, no solo el diagnóstico, sino las soluciones probadas preventivas propuestas por los autores en consulta con las comunidades y aprendiendo de sus experiencias.

La violencia no se soluciona solo con la represión, sino que es preciso actuar sobre las causas que dejan a los excluidos sin opciones ni esperanza y los arrojan en manos del narcotráfico. Una educación actualizada y de calidad, con amplia cobertura, es un factor clave en el mediano plazo, pero la capacitación organizacional y técnica es estratégica en el corto plazo y mediano plazo para articular las comunidades activamente alrededor de las transformaciones requeridas por el sistema.

Considerando el bajo nivel de escolaridad de la población económicamente activa donde incluso en países como Costa Rica más de la mitad no alcanza el nivel de bachillerato. La capacitación organizacional “autónoma” de las comunidades, grupos asociativos y emprendedores adquiere una relevancia estratégica. Es necesario no confundir la organización autónoma con el esquema clientelista de “organizaciones” montadas por políticos diseñado para manipular a los sectores populares. La organización autónoma como se expresa en el libro cimenta la vida social económica y ciudadana.

Conviene empezar a sacar el libro de los anaqueles y de los archivos electrónicos, ya que, a pesar de haber pasado más de 20 años de su primera publicación, mantienen su actualidad. Hay que sacarla del ámbito académico y proyectarla a las organizaciones políticas de comunidades. Donde con su práctica, no solo con la retórica, genere, como lo ha demostrado, ingresos, empleo, pero  ante todo ciudadanía autónoma. Demostrando así el potencial de acabar con la exclusión y la manipulación y crear condiciones para una auténtica vida donde florezca la democracia.

Compartido con SURCOS por el autor.

Zarcero demostró, con creatividad y disciplina, la identidad potencial de la juventud costarricense

Por Miguel Sobrado

Hace unos años, cuando la banda de Zarcero incursionó por primera vez en el Festival de las Rosas en California, se pudo ver la voluntad, la disciplina, el temple y el compromiso de una banda integrada por jóvenes, con una  innovadora dirección, que se abría espacio con fuerza en un festival centenario de Norteamérica.

Desde el principio, aunque copiando el modelo las bandas norteamericanas, se notó esa voluntad de colocar a su pequeño cantón entre las mejores bandas de Norteamérica. Los primeros años lo dedicaron a conocer el medio y desarrollar sus fortalezas. Descubrieron en ese proceso que el participar con éxito no es solo un tema de disciplina y técnica, sino también de identidad. Que ellos no serían nunca unos norteamericanos más, por más que se mimetizaran con los locales. Que su fuerza estaría en innovar con un nuevo sincretismo, destacando sus orígenes, pero no para anclarse al pasado, sino para mostrar una nueva síntesis, donde el pasado y el presente se combinan en lo nuevo. Donde se recuperan, por una parte, entre otros, los símbolos de la cultura indígena de Boruca y por otra, las enaguas coloniales, en un nuevo contexto de apertura que trasluce la belleza y gracia de los bailarines creando una alegría desbordante y contagiosa.

La banda de Zarcero se ha transformado, gracias a la sensibilidad frente a la innovación, con gran disciplina y trabajo arduo en una expresión de cultura costarricense y latinoamericana. Los elogios de la prensa internacional y los premios alcanzados. Así como múltiples invitaciones a participar en otros contextos internacionales.

Pienso que debemos aprender mucho de esta experiencia. En primer lugar, a confiar en el potencial de nuestros jóvenes, que guiados con una buena dirección y disciplina, como lo hizo don Juanito Mora en su momento, pueden abrirse espacio y destacarse en el mundo contemporáneo. En segundo lugar, que debemos aprender a desenvolvernos en un mundo cambiante, eso sí, buscando siempre reforzar la identidad y las fortalezas enraizadas en nuestro medio, que son las que nos pueden catapultar no solo en el arte sino en la economía, la ciencia y el aprovechamiento que nos brinda la posición geopolítica y geocomercial de nuestra región.

Compartido con SURCOS por el autor.

¿Cómo enfrentar con patriotismo el reto del narcotráfico?

Por Miguel Sobrado

El narcotráfico se está convirtiendo en una amenaza muy seria para nuestro país. Avanza a pasos agigantados y se posiciona en los Estados de la región. Internamente toma posiciones con holgura en las comunidades, regiones, poderes locales y sectores económicos porque, además de disponer de un gran poder económico, encuentra condiciones favorables entre los excluidos, la falta de oportunidades para los jóvenes, especialmente en las zonas costeras y fronterizas, así como en la corrupción y debilidad de la organización institucional, que le permite enraizar y florecer. El terror que impone la acción de los gatilleros en la toma de territorios define un nuevo orden social en las comunidades frente a la ineficacia y lentitud institucional.

Hacer frente a este inédito reto demanda una transformación e integración de la política pública. Se requiere, por una parte, en lo inmediato, elevar la calidad y capacidad represiva y, por otra, pero no menos importante ni urgente es desarrollar la capacidad preventiva.

Estas dos acciones requieren coordinación y un clima de consenso institucional donde la corrupción sea severamente reprimida, ya que de otra forma sería como arrojar agua en un canasto.

La acción represiva, además de incorporar modernos equipos y elevar el entrenamiento de las policías, debe ser de gran calidad, basada, no tanto en su número, sino sobre todo en un servicio de inteligencia que involucre a las comunidades organizadas. No se trata de transformar a los miembros de las comunidades en policías, para lo cual no están preparados, sino en informantes calificados que orienten el quehacer del aparato represivo. Es preciso poner a operar la seguridad comunitaria con un nuevo nivel de calidad. El involucramiento y capacitación organizacional de las comunidades es estratégico en esta lucha, sin él la guerra estará perdida.

Por otra parte, no menos importante, sin políticas de prevención que abran oportunidades promisorias a los excluidos y a los jóvenes, que compita con la oferta de los narcos. La mejor política de represión, sin prevención solo llenará cada vez más las cárceles, sin ponerle fin a la penetración y el peligro creciente del poder narco.

La prevención para que sea efectiva debe incluir, aunque sea en el mediano plazo, una reforma al sistema educativo que lo actualice, empezando por los docentes, a la época en que vivimos con sus cambios científicos y tecnológicos. Dándole, por una parte, contenidos que inserten y motiven a los jóvenes en el manejo de sus realidades y, por otra, en formas educativas estimulantes.

Este es un proceso que debe asentarse en las mejores prácticas desarrolladas por educadores nacionales, que existen y por otra en la hibridación con las mejores experiencias internacionales, enviando destacamentos de jóvenes maestros a países de avanzada en el campo educativo como Finlandia o China, como lo hicimos en su oportunidad en el siglo XX.

Paralelamente, debe iniciarse un proceso de autocapacitación que actualice a más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA), que tiene menos que bachillerato con problemas de desempleo, con el objetivo de obtener ingresos adecuados para las necesidades familiares.

Hacer esta tarea requiere de visión, que deje de lado el considerar a los excluidos como “perdedores” y adecuarse a una articulación del Estado que incluya una política social proactiva basada en la organización de la gente. 

En otras palabras, necesitamos un Estado de reconstrucción nacional que lidere el cambio en la región como lo hicimos en 1856.

Costa Rica, la importancia de la geopolítica… sin perder de vista potencial de sus regiones

Miguel Sobrado

Nuestro país se ha caracterizado por ser relativamente pacífico en una región tradicionalmente convulsa. Esto obedece en gran medida a su historia y capacidades en organización regional, social, económica y política interna que han creado un clima propicio para la democracia.

No obstante, la posición geopolítica del país lo hace vulnerable al entorno regional. De hecho, los grandes conflictos históricos han estado ligadas a los intereses e intervenciones externas. Así fue en el siglo XIX en la guerra contra los filibusteros donde nuestro país tuvo el talento y visión para establecer alianzas con Inglaterra, la potencia dominante entonces que se sentía amenazada por la expansión de los Estados Unidos y con Cornelius Vanderbilt millonario norteamericano propietario de la compañía del Tránsito que trasladaba por el rio San Juan a los colonos que atraídos por la fiebre el oro viajaban a California, cuyos vapores habían sido expropiados por Walker. Amén de la incorporación posterior de las otras naciones centroamericanas a la guerra y la solidaridad financiera latinoamericana de países como Perú, crearon condiciones; que junto con la visión y preparación de nuestro gobierno de entonces para que se diera el triunfo contra los invasores. También en el pasado siglo XX siglo, cuando la guerra en Centro América amenazaba la paz regional, y la estabilidad de nuestro país en las décadas de los 70s y 80s pudimos actuar con el apoyo de alianzas externas, por una parte de los demócratas norteamericanos y social demócratas europeos y por otra con la URSS de Gorbachov para llevar a buen puerto el Plan de Paz centroamericano y hacer callar los cañones de la guerra.

Actualmente con la emergencia de un mundo multipolar y la revolución tecnológica se mueven con fuerza las “placas” políticas y económicas. Por una parte, están los intereses de las potencias emergentes en posicionarse económica y políticamente en la región. Especialmente China que además del estadio, ofreció a nuestro país la construcción de una zona económica especial que abarcaba Limón, Puntarenas y San Carlos que nos hubiera permitido paliar los problemas de estas regiones, si no metemos su propuesta al congelador por presiones externas.  Por otra parte, está la fuerte irrupción del narco tráfico con un poder inédito por su capacidad económica y de terror que utiliza nuestro territorio para consolidar el envío de la droga hacia el norte del continente y Europa.  Ya que tienen cada vez más dificultades para hacerlo por aire o por mar por el control en el aire y el mar de la armada norteamericana.

Esta nueva coyuntura sin embargo, nos ha tomado desprevenidos, el narco ya se ha instalado en nuestro país en las zonas costeras y fronterizas aprovechando la exclusión y falta de oportunidades de la población local. Los sicarios actúan cada vez con mayor impunidad luchando por el control de territorios mientras el narco penetra progresivamente la institucionalidad de nuestro país y avanza hacia el centro del país. Al que encuentra con un aparato institucional del siglo XX entrabado e incapaz de hacer frente a los retos emergentes.

Hay que cambiar el rumbo institucional, pero ha hecho falta, ante todo una visión que ajuste la nueva institucionalidad articulándola de acuerdo los procesos de cambio mundiales y a nuestras necesidades actuales. Especialmente sacando provecho de nuestra posición geopolítica que es nuestra fortaleza y al mismo tiempo generadora de conflictos. Procurando siempre mantener buenas relaciones con todas las potencias desde una política de neutralidad y respeto al ordenamiento internacional sin ceder a presiones indebidas como de las que fue objeto la zona económica especial china. En este sentido tomar conciencia que la multipolaridad va a exigir cambios de los Estados Unidos para atraer el apoyo de América Latina y verse así menos afectados por las migraciones masivas. En este sentido, no puede mantener, a contrapelo del derecho internacional la política de sanciones unilaterales que promueven la emigración masiva y deberá asociarse con los países de la región para proteger el medio ambiente y centrar el control y combate de las drogas en los consumidores y no tanto en los productores.

Hacia lo interno retomar nuestra historia para ver los orígenes de nuestras fortalezas regionales y actualizar nuestro conocimiento sobre nuestro potencial como nación, aprendiendo de las mejores prácticas.

El tema de lo geopolítico, que ha sido vital en la historia toda la región centroamericana y Caribe por su posición estratégica, lo he tocado en otros artículos en este diario, pero además ha sido destacado don Armando Vargas Araya y por la Academia Morista; e incluso le ha mereció el premio Nobel al expresidente Arias por sus intervenciones por la paz durante el siglo pasado.

Mientras que el tema de las regiones del país: conocer sus fortalezas, posibilidades y debilidades no ha tenido el estudio ni el aprendizaje que se merece. Sin embargo, su análisis es clave para poder configurar así no solo las reformas institucionales que se requieren sino las políticas públicas que puedan dinamizar el potencial y la participación activa de las comunidades en las diversas regiones del país. Conocer sus logros, así como sus limitaciones, es fundamental para aprovechar su experiencia en la configuración de modelos y senderos de desarrollo que nos permitan ajustar las políticas públicas con firmeza.

En un próximo articulo dirigiremos la atención hacia las regiones históricas del país sus fortalezas, limitaciones y enseñanzas perfilando las enseñanzas para el país de una sociología regional.

Una voz interior con ecos que restringen las políticas sociales

Miguel Sobrado

¿Qué es la voz interior para la psicología?

Es la voz con la que dialogamos a todas horas, en ocasiones llamada «la voz de la conciencia», «voz mental» o también «diálogo interno». Aunque, en términos científicos, sería más adecuado referirse a ella como la voz del córtex pre-frontal.

“A modo de definición, se puede decir que es una narración que nace en el interior de todo ser humano y se proyecta, generalmente, hacia el futuro a modo de preparación para los acontecimientos venideros”.

El diálogo interno es un fenómeno complejo y multifacético que tiene un enorme impacto en la estructura de nuestro cerebro y en nuestro comportamiento. Es necesario para ordenar nuestras ideas y planificar nuestras acciones.

La sociedad en la voz interna

Pero ¿Qué sucede cuando este diálogo no nos ayuda, sino que más bien nos boicotea o nos limita? Aquí es donde intervienen la estratificación y las relaciones sociales que se articulan alrededor de la familia, y cimientan los valores de la cultura prevaleciente.

Existen condicionantes sociales que configuran la voz interna y que tienen fuertes implicaciones

El contexto familiar trasmite desde la más temprana edad valores que configuran la posición social de las personas según el medio en que viven. Son muchos los estudios que describen cómo operan los prejuicios en las sociedades racistas y de clase generando minusvalía y dependencia. Debilitando la autoestima y promoviendo “techos mentales” que configuran socialmente las voces interiores de quienes se encuentran en estratos de bajo prestigio social.

Los estudios realizados en los Estados Unidos con niños negros de 3 a 7 años a quienes se les mostraron muñecas blancas y negras preguntándoles cual era buena y bella son muy significativos por sus respuestas. En esas edades tiernas ya habían asimilado a través de su entorno más cercano el prejuicio hacia su propio color, contestando que la blanca era bella y buena. De tal forma en el contexto social se dieron las condiciones configuraron una voz interna que va actuar posteriormente reduciendo sus aspiraciones y autoestima.

Estudios similares que se realizaron en México con niños indígenas, en un país donde la mayoría de la población es de ese origen, revelaron resultados similares de auto desvalorización por su origen étnico. En otras palabras el racismo ha calado tan profundamente en la cultura que se ha internalizado y pienso que en estos grupos y comunidades forma parte de esa voz interior que aconseja que acciones emprender y cuales mejor no.

Fenómenos similares han constatado los movimientos feministas y por eso demandan legislaciones y espacios sociales de igualdad.

La acción organizada y la ruptura de techos sociales que inciden sobre la voz interna

El racismo y el clasismo conllevan por lo general la exclusión social por las disminuidas oportunidades para el estudio, de acceso a los servicios de salud y superación social, de tal forma que las posibilidades de avance social se reducen. Y no solo se reducen, sino que los resultados se comportan en la práctica como las profecías que se auto cumplen. Esto es si la persona fracasa o tiene resultados mediocres es por su origen.

Operación tenazas

La exclusión social no se puede superar si no es con dos palancas fuertemente entrelazadas. Por una parte, la acción organizada de los excluidos o marginados para demandar su espacio y articular y poner en marcha sus propios proyectos y por otra con una política social, no asistencialista, sino proactiva de largo aliento centrada en una educación moderna y de amplia cobertura, que incluya a quienes a quienes perdieron la oportunidad educativa y tienen obligaciones familiares a su cargo. Esto último en procesos de autoorganización realizados en sus comunidades. Esta operación “tenazas” basa en la simbiosis de propósitos de las organizaciones que ajusten los servicios institucionales a sus necesidades. Son los efectos de la actividad organizada o vitamina “O” las que le dan poder efectivo a los excluidos y transforman su visión y perspectivas sociales. En este sentido rompen las voces internas que los inmovilizaban y se pueden transformar. Este proceso no solo cambia los horizontes, sino que posiblemente incida sobre la biología misma de los participantes, como lo sugiere las experiencias de la neurociencia.

El caso de las niñas prostituidas de Camboya citado por la siquiatra española Marian Rojas Estapé, donde se les registraron a las niñas el tamaño de los telómeros, medidores de edad de las células, cuando estaban en el burdel tenían 80 años y posteriormente de sacarlas de ese antro, en un nuevo contexto con capacitaciones ya habían recuperado su edad biológica.

Las transformaciones en gran escala que requiere la eliminación de la exclusión social no se pueden realizar por razones obvias a partir solo del trabajo de los siquiatras, requieren de un contexto favorable para la inclusión organizada y proactiva masiva de los afectados.

Esto nos obliga a trascender los enfoques individuales de autoayuda. No basta ponernos positivos, ni alejarnos de personas y contextos tóxicos. La realidad es social y nosotros estamos dentro de ella. Es preciso crear condiciones y procesos de apoderamiento social a través de las políticas sociales que destapen y promuevan el potencial real de las personas. Transformando el sustento subjetivo a las voces interiores que promueven la pasividad y resignación.

“El gobierno debe impulsar el bienestar”

En una reciente entrevista realizada a Miguel Sobrado para el Canal 13, el tema sobre las responsabilidades del gobierno sobresalió en la agenda, ya que como bien afirma el entrevistado “el artículo 50 de la Constitución de la República dice que el Estado promoverá el bienestar impulsando la producción y la buena repartición de la riqueza armonía”. 

Aunque bien se apela a la cultura costarricense para la recepción y adaptación al cambio, ya que si bien desde la institucionalidad debe haber una actitud hacia la reducción de la exclusión y márgenes de desigualdad, es necesario considerar la reacción de la ciudadanía para así acertar con las estrategias que se pretenden poner en práctica en los espacios de socialización ciudadana e institucional.

 

Compartido con SURCOS por Miguel Sobrado.

¿Somos inmunes a la violencia y el terror?

Miguel Sobrado

Miguel Sobrado Chaves

En Costa Rica hemos sido dados a pensar que la violencia y el terror no pueden afincarse en nuestro medio, ya que somos un pueblo de paz y democracia.  Lamentablemente nos olvidamos de nuestra posición geopolítica y que al igual que en 1856 o en la década de los 80s del siglo pasado, las tormentas de la vecindad terminan azotándonos. Las cosas han cambiado radicalmente en nuestra América desde que brotó el gran negocio de los carteles de la droga en el último cuarto del siglo pasado, cambiando los ejes del poder económico y político. Hasta entonces el poder económico dependía en gran medida del poder político centralizado en estructuras clientelistas. Con la aparición del negocio de la droga, con un poder económico sin precedentes, se resquebrajó la estructura de poder clientelista. Sistema que presentaba, por una parte, serias debilidades que permitían su penetración por la corrupción imperante, y por otra, generaba una masa creciente de excluidos desplazados por la tecnología que buscaban desesperadamente ingresos para atender las necesidades de sus familias.

Colocados geográficamente entre los países productores y procesadores de cocaína en el sur y los traficantes comercializadores y el gran mercado de consumidores en el norte del continente y punto de enlace con Europa, nuestro país es una ruta de paso necesaria para este nefasto negocio. Especialmente el tráfico terrestre, ya que el marítimo y el aéreo son controlados cada vez con más recursos por parte de los Estados Unidos.

Ha coincidido este interés del narcotráfico con las debilidades de nuestro sistema económico y social que deja por fuera especialmente a las regiones fronterizas y costeras, donde el narco se haido posicionando y penetrando los poderes locales e instituciones nacionales con su poder económico. De ahí que la lucha por el control de territorios haya desatado el terror y el crimen en nuestras costas y fronteras donde se ha posicionado y expande su estela de muerte hacia otras regiones del país.

El problema de nuestra debilidad, como país, frente a esta amenaza depende no solo del aparato de legalidad y de seguridad que debe actualizarse y modernizarse a fondo para impedir que siga expandiéndose y tomando fuerza este peligro. Especialmente en su sistema de inteligencia fortaleciendo la seguridad comunitaria de manera sistemática con seguimiento y atención permanente. Pero sobre todo, actuar en la prevención reduciendo la exclusión social. Un país que concentra sus ingresos en el 20% de la población y no abre suficientes oportunidades para incorporarse a la vida moderna a los jóvenes y a quienes perdieron la oportunidad educativa, tiene los pies de barro. La prevención de la violencia depende de la modernización del sistema educativo para adecuarlo a las exigencias de la nueva tecnología del conocimiento y de la regeneración ecológica. Sin olvidar que el aprendizaje y la capacitación constituyen actualmente, por la velocidad de los cambios, un proceso permanente para evitar la exclusión.

Especial atención merece en nuestro caso la actualización de la mano de obra para actuar frente a las necesidades y oportunidades. Recordemos que más del 50 % de la población económicamente activa tiene un nivel inferior al bachillerato y este porcentaje es mayor entre los desocupados. Se trata no solo de una actualización de los centros de trabajo, sino de los procesos y transformaciones que abren oportunidades en sus comunidades y regiones. Procesos que no pueden depender de proyectos elaborados por burócratas, sino que deben responder a la demanda y a la organización de las comunidades. Las instituciones deben, ante todo responder a estas demandas con asistencia técnica y recursos complementarios a los aportados por las comunidades.  Las comunidades, cuando gozan de autonomía, saben quéopciones tienen en las condiciones de su comunidad, para abrirse paso a paso mejorando sus capacidades.

Las ofertas del INA actuales frecuentemente les exigen, no solo requisitos de nivel de estudio que no tienen, sino un horario de asistencia en las sedes del INA que en muchas partes quedan a kilómetros de distancia con problemas de desplazamiento y en horarios de 7 a 2 pm que les impide trabajar para atender las obligaciones familiares.

El proyecto Germinadora de la sede regional Brunca de la UNA, es un ejemplo a seguir con bajo costo y alto rendimiento cualitativo en la promoción de individuales y asociativos integrados con las fuerzas vivas locales, como se puede apreciar en el video realizado por canal 13 “La estación de la esperanza con autonomía”

Caminos exitosos existen, lo que se necesitan son decisiones políticas en el campo educativo y de capacitación para emprender una prevención efectiva. Con la Fuerza Pública pueden mitigarse los daños, pero no evitarlos en el mediano ni largo plazo.

Lo que estamos viviendo con las drogas en el ámbito nacional es solo el principio de una amenaza de ocupación de nuestro territorio por el terror. Por el momento, lo visible es la violencia manifiesta en el control de territorios, pero el verdadero poder está tomando posiciones estratégicas a través del blanqueo de capitales, el cual es tema de otro artículo.

Todavía no estamos en guerra civil como es el caso del El Salvador, y estamos a tiempo, si tomamos conciencia del peligro para tomar medidas efectivas, pero debemos actuar pronto con visión y decisión.