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Etiqueta: Óscar Madrigal

Se entrega la soberanía

Óscar Madrigal

Óscar Madrigal

La foto recuerda al presidente Chaves fuertemente custodiado por guardaespaldas con armas de grueso calibre, una foto indigna para nuestro país. Ante la crítica, el presidente Chaves contestó que se debía a que estaba tocando los grandes intereses del narcotráfico: “vean estamos poniendo escáner tocando los grandes intereses de los carteles, que impedirá que un solo gramo de droga salga de nuestros puertos, ¿cómo no debo cuidarme?”.

Independientemente de valorar que el escáner no sirvió de mucho, unos días atrás el ministro Nogui informó al país que no había plata para la instalación de los otros dos escáneres y que su manteniendo costaba mucho dinero (esta noticia se lee el 22 marzo en La Nación). El presidente Chaves renunciaba a tocar los poderosos intereses del narco, para usar sus palabras.

Sin embargo, la generala Laura Richardson jefa del Comando Sur del Ejército de los EEUU ya había ofrecido que su país y su ejército otorgarían 4 escáneres al país, los cuales regalaría junto con su instalación y mantenimiento. En otras palabras, que el control directo de la exportación e importación de cocaína estaría en manos del Army. El país solo pondría y tal vez, la electricidad. Todo quedaría en manos del ejército gringo con la contribución de la DEA.

La generala Richardson como buena militar imperial no se anda con pelos en la lengua; su interés -dice- es asegurar los intereses de EEUU en la América Latina, especialmente en dos campos: los recursos naturales y la eliminación de la influencia china. Por supuesto, todo en beneficio de los intereses económicos y geopolíticos de Estados Unidos.

El contexto de esta política es la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, combatir la inseguridad. Ya en el pasado la lucha contra el narco y la inseguridad, como ahora, sirve para militarizar a los países y afianzar los intereses de la potencia norteamericana. En este ambiente las políticas que limitan y anulan la soberanía nacional, son bienvenidas por la ciudadanía sin que noten cuáles son los verdaderos intereses de fondo.

En la Asamblea Legislativa además de los proyectos para aumentar penas y disminuir derechos de los ciudadanos, también se proponen facilitar y ampliar todo lo referente a escuchas telefónicas, geoubicación, visualización de mensajes y cosas tan graves como el intercambio de información de este tipo entre policías de diferentes países. Ya sabemos que actualmente la Embajada de Estados Unidos tiene datos en tiempo real de toda la información y el monitoreo que hace el Centro dedicado a esta actividad en el OIJ. En otras palabras, sin que un juez lo ordene y sin que el cuerpo policial extranjero lo solicite. Y ¿cuál es la razón de ello? En primer lugar, la complicidad de los jueces y funcionarios encargados del Centro, así como de las autoridades judiciales. En segundo lugar, la amenaza de las policías estadounidenses de retirar el software de escuchas que regaló o prestó los EEUU a Costa Rica.

Un proyecto de ley en la AL quiere legalizar esta entrega.

En México el presidente López Obrador continuó la colaboración con la DEA y otras policías, pero no de manera como ocurría en el pasado que disponían por la libre de todo, sino ordenando y poniendo bajo la soberanía del país la información que se les entrega. Así debería ser en nuestro país.

Sin embargo, la generala Laura Richardson y demás autoridades estadounidenses se han encontrado con un presidente, Rodrigo Chaves, absolutamente convencido de entregar este país no solo a los bancos internacionales y al capital financiero, sino que también la soberanía política y judicial a otras instituciones y cuerpos del extranjero.

Estamos en presencia de un presidente, Rodrigo Chaves, tal vez el más entreguista de los últimos años.

El negocio de las drogas

Óscar Madrigal

Óscar Madrigal

Decía ayer el director del OIJ en un noticiario que un búnker que habían desmantelado en un barrio del sur de San José “producía” 15 millones de colones al día y subrayaba que era al día. Imagínense, decía, lo que puede producir al mes.

Ese búnker le genera a los narcotraficantes alrededor de 450 millones, al mes, 5.400 millones de colones al año. ¿Cuántos búnkeres existirán en todo el país? Podríamos calcular que pueden existir unos mil, siendo conservadores. La cifra generada por la venta de narcóticos, en el mercado interno, en Costa Rica, es astronómica: 5.400.000 de millones (casi 5 y medio billones) de colones al año. Como sucede con estas cifras tan enormes (igual pasa con la cantidad de millones que poseen los Gates y compañía), el cerebro humano no está en capacidad de imaginar semejantes sumas.

De esta revelación se deducen varias interrogantes: ¿Qué se hace con toda esa enorme cantidad de dinero? ¿A dónde va a parar? ¿Cómo y dónde se lava? ¿Cuánto representa ese monto de dinero en kilos de coca? ¿Cómo no se decomisa?

El país está escandalizado por el aumento de la inseguridad, ligada sobre todo al comercio de las drogas y los llamados “especialistas” solo proponen medidas para encarcelar a los pequeños traficantes, pero ¿por qué no seguirle la pista al dinero? Porque lavar 5 y medio billones de colones no debe ser tarea fácil. ¿O por qué no fortalecer las policías encargadas de evitar la entrada de las drogas?

Históricamente, Costa Rica se convirtió en santuario de los narcotraficantes y mercado de la cocaína desde 1983 en el gobierno de Luis Alberto Monge, cuando la CIA y la DEA intercambian armas por coca en el Norte del país para ayudar a la contra. Desde ese tiempo -que ahora nadie recuerda o se hacen los tontos- se montó la estructura narco nacional, con la complicidad de las autoridades nacionales y la embajada estadounidense.

Está totalmente comprobado que el negocio de la cocaína y demás drogas fue montado, tolerado y promovido por la CIA y el gobierno de EEUU.

Ahora nuestros países están soportando las consecuencias de esos actos y, como es evidente, poniendo los muertos, la desgracia y la inseguridad ciudadana.

Al final se termina pensando si realmente hay un interés del Gobierno, de los altos mandos policiales y de las agencias internacionales como la DEA y la CIA, por querer poner fin al contrabando y comercio de las drogas.

¿Qué fantasma recorre el país?

Óscar Madrigal

Óscar Madrigal

Evidentemente no es el fantasma del comunismo.

Es el fantasma de la derecha extrema, de la incertidumbre y de la fragmentación.

Esa es en mi opinión es la perspectiva política que se abre para Costa Rica en los próximos años y para las próximas elecciones presidenciales, después del resultado de las elecciones municipales.

La derecha extrema, agrupada en el PUSC, Liberal, Nueva República, Unidos Podemos y otros partidos afines, lograron ocupar la mayoría de los gobiernos locales. La extrema derecha pretende impulsar en los próximos años un neoliberalismo más radical, desmantelando la democracia, las instituciones sociales más importantes, la venta de activos, aumentando la desigualdad y el entreguismo al capital extranjero.

La incertidumbre también navega no solo porque la izquierda y las fuerzas progresistas no encuentran una clara plataforma programática y política, sino porque el mundo está muy complejo y enredado. Aunque las elecciones municipales son algo distintas a las presidenciales, parece existir una tendencia hacia la derecha, aupadas por la conducta y posiciones del presidente Chaves. La participación de Chaves y sus seguidores en la próxima campaña electoral es un misterio, dada su ausencia en esas municipales, aunque tuvo poca presencia en cantones, su votación no es desdeñable.

La fragmentación es evidente por la existencia de gobiernos locales dirigidos por partidos cantonales o minoritarios. No es cierto que la sociedad costarricense esté polarizada; al contrario, lo que se deduce de estas elecciones es una multiplicación de partidos, que pueden indicar cierto hartazgo con los grandes partidos.

Las elecciones municipales dejaron de manifiesto a un decadente Partido Liberación Nacional que en las pasadas municipales no alcanzó el 25% de los votos, sea que de cada 5 electores solo 1 votó por ellos, lo cual debe ser motivo de preocupación sobre la deriva ideológica y política que tiene ese partido.

Rodrigo Chaves ha sido para la izquierda el foco principal en estos dos últimos años, como debía ser por todo lo que representa y hace.

Los próximos dos años deben centrarse en lo que vendrá y, especialmente, en lo que ofrecerá la izquierda en las próximas elecciones. El gran reto será algo muy difícil como es conformar un frente electoral que logre disputar el gobierno y las diputaciones.

Para ello es fundamental elaborar una propuesta programática y un audaz plan de alianzas políticas.

El Frente Amplio logró el apoyo del Partido de los Trabajadores, uno de los partidos trotskistas, lo cual fue bueno. Miró a la izquierda, pero ahora deberá mirar a su derecha.

La izquierda está en buena medida desarmada en cuanto a ofrecer una propuesta de cambio, de transformación económica, social y cultural realista; un programa que ilusione y entusiasme al pueblo.

Esa es la responsabilidad de todos, formar un bloque político e ideológico que aleje los fantasmas que recorren el país.

Castigo y más castigo

Óscar Madrigal

Así puede definirse la política penal que marca el país. Efectivamente el país, porque todo mundo está de acuerdo en combatir la delincuencia a base de más punición, castigo y represión.

La Asamblea Legislativa tramita a golpe de tambor leyes que aumenten penas y limiten garantías. Aplican la doctrina Bukele en su esencia: represión y castigo.

Por supuesto que la política criminal, aprobada por los diputados y el poder ejecutivo, con el aplauso generalizado está principalmente dirigida hacia los sectores más pobres y marginados de la sociedad.

Cuando se castiga a la gente mediante reformas penales hay que tener presente que también se les está castigando cuando se reducen las partidas presupuestarias para educación, salud, Cen-Cinai, apoyo a la infancia y reducción de presupuesto universitario. Unas son represivas pero las otras reducen y limitan la prevención. En otras palabras, se privilegia el castigo sobre la prevención.

Un Estado que actúe de esta manera está condenando a los pobres, a los marginados, al círculo de la violencia. Y en esta tesitura está prácticamente toda la sociedad, hasta nuestros llamados “expertos” penalistas y criminólogos. ¿Cómo ir a contracorriente?

Un clásico ejemplo de una política penal o punitiva del Estado costarricense es la reforma que se pretende para aumentar los periodos de tiempo o de vigencia en que los delitos aparecerán en la llamada Hoja de Delincuencia. Si en estos momentos un delito que alguien cometa aparecerá en esa Hoja en un determinado plazo, ahora con la reforma se pretende que aparezca en un tanto de años más. ¿Es esta una política correcta? Las personas que han delinquido y solicitan posteriormente trabajo es porque quieren reconciliarse con la sociedad, pretenden reinsertarse, como dicen. Pero el Estado se las pone más difícil por mayor tiempo. ¿Y quiénes buscan trabajo? Por supuesto no son los hijos de las clases medias altas o clases altas, sino los hijos de los sectores pobres, los más necesitados. Están creando un verdadero círculo vicioso, contra los que más los necesitan.

Aunque no lo digamos, pensamos como Bukele, que las cárceles son la solución a la delincuencia y el narcotráfico.

Nos distraen, mientras tanto…

Oscar Madrigal

Los señores de la foto están sonrientes, muy contentos. No se podía esperar nada menos. Son los representantes de una de las Cámaras Patronales que ayer celebraron que la Asamblea Legislativa les regalara más de 30 mil millones de colones y muchísimo más en el futuro. ¡Quién no estaría feliz con semejante obsequio!

Algunas veces pienso que los bandos que gobiernan el país, Chaves y Liberación Nacional, nos llevan de escándalo en escándalo mientras nos hacen transitar por la senda del mayor entreguismo y por la etapa más brutal del neoliberalismo.

Mientras las redes sociales y los grupos discutían y hacían mofa del sistema solar de la ministra de Educación, los diputados discutían y aprobaban una reforma al impuesto de renta que beneficia a las grandes empresas nacionales y extranjeras.

Mientras se embarca al país en una discusión sobre traiciones, en un recinto acostumbrado a ellas, pasamos por alto y no exigimos responsabilidad al Partido Liberación Nacional por su continuado entreguismo al gran capital.

Mientras hacemos un escándalo de la vestimenta de la ministra de Educación, sobre si la Ruta de la Educación existe o no existe y de un informe con un error ortográfico adrede, las propuestas serias y necesarias para reformar profundamente a la educación son inexistentes.

Mientras nos escandalizamos con los financiamientos ilegales a los partidos políticos, Rodrigo Arias Sánchez intenta desde la Asamblea Legislativa nombrar magistrados, una también forma de mediatizar la separación de poderes.

Como que nos vamos acostumbrando a vivir de show en show, de escándalo en escándalo.

Mientras se hace otro alrededor de la fiesta en un yate de un diputado puntarenense amigo de un cuestionado actor de cine indio, el país se desangra en homicidios ya de escándalo, sin ninguna solución.

Mientras un periódico mejicano publica un posible acuerdo de autoridades del gobierno con los carteles mejicanos de la droga, asunto que puede ser muy discutible, la realidad es que somos el primer exportador de cocaína del mundo y la embajada gringa interviene cada vez más abiertamente en la discusión de este problema.

La política como que se ha convertido en una charanga, por lo demás bastante jocosa. Y nadie, es lo más grave, parece abstraerse de ello.

Sin embargo, el país no va al despeñadero. No.

Mientras vivimos de escándalo en escándalo, la política neoliberal se abre paso destruyendo instituciones, empobreciendo a los trabajadores y acabando con el Estado de Bienestar. Y, tal vez, con nuestra participación, aunque sea indirecta.

Cámaras aplauden el resello para salir de la lista gris en la UE…

Tras la acción legislativa.

Nueva era económica (II). El nuevo consenso de Washington

Óscar Madrigal

El 27 de abril pasado, el Asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, quien es el asesor más influyente de Biden, realizó un discurso en el Instituto Brooking sobre las nuevas orientaciones económicas de la Administración Biden y anunció al mundo una nueva estrategia geoeconómica.

Lo primero que llama la atención es que haya sido un asesor en esta materia el que se refiera a las perspectivas económicas que se plantea USA para las próximas dos décadas. Sin embargo, vale la pena reseñarlo, algo que ya hizo el economista José Luis Arce en La Nación el pasado 5 de mayo.

Lo primero que se deduce es que el Consenso de WASHINGTON no dio los resultados esperados en cuanto al fortalecimiento de algunos países como el propio EEUU y mucho menos en los llamados países en desarrollo. Esas políticas ya son anacrónicas y se quedaron para los años 80s y son insuficientes para el momento actual, una guía para los años 20 y 30 del presente siglo. La globalización y los TLC, se dice, se quedaron solo en asunto de aranceles sin comprender otros aspectos importantes.

La globalización o el neoliberalismo del Consenso de Whashington lo que produjo fue una enorme concentración de la riqueza, un sistema tributario regresivo, disminución radical de los derechos de los trabajadores con el consecuente aumento de la desigualdad y la pobreza. Este Consenso no se preocupó por problemas como el cambio climático, las inversiones sociales o la renovación energética. Debe quedar claro que esto no lo dice ningún izquierdista sino el gobierno de Estados Undios.

Así lo menciona el asesor estadounidense:

“Ahora, los impulsores de la desigualdad económica, como muchos de ustedes saben incluso mejor que yo, son complejos, e incluyen desafíos estructurales como la revolución digital. Pero la clave entre estos impulsores son décadas de políticas económicas de goteo: políticas como recortes de impuestos regresivos, recortes profundos a la inversión pública, concentración corporativa sin control y medidas activas para socavar el movimiento obrero que inicialmente construyó la clase media estadounidense”.

El nuevo Consenso parece replantear la globalización y hasta el mismo neoliberalismo. Piensa en una globalización o libertad de comercio y de mercado limitada, que no vaya más allá de lo que se considera la seguridad nacional estadounidense y un neoliberalismo que regule a las corporaciones y la participación privada, especialmente mediante una gran participación de la inversión pública. También propone controles más allá del uso del mercado como el eje regulador de la economía, para pasar a un sistema tributario sobre las grandes empresas, el combate a la pobreza y la desigualdad o el fortalecimiento de los derechos de organización de los trabajadores y trabajadoras.

El objetivo central del nuevo Consenso es controlar y limitar a China en cuanto al uso de la tecnología de punta, la de seguridad nacional y el dominio que China tiene sobre materias primas como el litio, el cobre o el cobalto y grafito; China procesa el 80% de las materias primas fundamentales y los semiconductores esenciales para la tecnología más desarrollada y la IA.

En estas circunstancias, el gobierno de Biden se propone:

1-. Fortalecer la industria estadounidense con grandes inversiones públicas. Es volver a lo nacional, sin descuidar -dicen- la colaboración internacional.

2-. A nivel internacional se proponen que llamados sus socios, desarrollen su capacidad, resiliencia e inclusión. En otras palabras, dejen de depender de China y se acerquen a USA en un trabajo conjunto.

3-. El tercer paso de la estrategia gringa es pasar de acuerdos solo comerciales a una nueva colaboración, una asociación económica centrada en los desafíos de los EEUU.

4-. El último punto enunciado por el funcionario estadunidense es que EEUU se propone movilizar billones de dólares en inversión en las economías emergentes, lo cual implica un cambio en los modelo de funcionamiento de bancos como el Banco Mundial o el FMI. Ahora se quiere superar en gran medida las políticas de austeridad, la férrea disciplina fiscal, las privatizaciones, las desregulaciones y la liberalización de los mercados financieros o la reducción del gasto social que pregonaba el Consenso de los 80s.

El señor Sullivan manifestó claramente los intereses del nuevo Consenso de Washington:

“El mundo necesita un sistema económico internacional que trabaje para nuestros asalariados, que trabaje para nuestras industrias, que trabaje para nuestro clima, que trabaje para nuestra seguridad nacional y que trabaje para los países más pobres y vulnerables del mundo”.

Países como Costa Rica se aprestan a formar parte de esta política global de los EEUU cuya carácterística principal es trabajar para los intereses nacionales de los Estados Unidos conforme a los dictados que éste le marque. En esta nueva concepción del comercio, de la economía y de la política, el país tendría que adaptarse a ellas, tal vez aprovechando para su provecho algunas de esas políticas, pero a cambio de ser más sometido, sumiso o vasallo de una concepción geoestratégica que tiene como centro trabajar todos por el fortalecimiento de la seguridad de los EEUU.

Como han dicho algunos comentaristas es el viejo imaginario estadounidense conquistador en la que la prosperidad del mundo está ligada a EEUU en una relación de codependencia.

Evidentemente, este tema apenas queda esbozado pero necesitará mayor estudio y un análisis más detallado para extraer las consecuencias que en toda su magnitud se producirán para nuestro país.

Aquí el enlace del discurso: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2023/04/27/remarks-by-national-security-advisor-jake-sullivan-on-renewing-american-economic-leadership-at-the-brookings-institution/?fbclid=IwAR3oxofQe4G9eUraVbBwjo9g_kYNk-ji3rRaK4PUL6viBJLNiajVlbjgVp4

¿Por qué no detienen a los capos gringos?

Oscar Madrigal

Este es un reclamo del gobierno mejicano. La prensa solo da cuenta de la detención, existencia y forma de vida de los capos mejicanos, colombianos y, general, latinoamericanos. Pero nunca se informa, por ejemplo, de la captura de un capo estadounidense.

En EEUU es sabido que la mafia o el crimen organizado, controla el juego, la prostitución, el contrabando y mil cosas más; sin embargo, parece que el negocio de las drogas se maneja de forma diferente. También es sabido -porque se lo he escuchado al Presidente Petro- que los carteles colombianos vienen siendo sustituidos por los carteles mejicanos que pretenden controlar todo el proceso de la droga, desde su producción hasta su comercialización.

El tema de los capos gringos puede ser interesante. En un libro llamado “Los narcos gringos”, el periodista Jesús Esquivel explica el modo de operar del narcotráfico en USA. Según él, en EEUU no existen carteles de la droga, sino que los carteles mejicanos que introducen la droga al país actúan a través de brokers, intermediarios o comisionistas que les compran la droga a los mejicanos y ellos las distribuyen a su vez a miles de vendedores al menudeo. De tal manera que en EEUU el mercado del narcotráfico está compuesto por centenares de miles de brokers encargados de la comercialización de la droga.

Creo que este sistema de operación gringo es muy parecido a lo que estamos viendo en Costa Rica, con una particularidad: existen dos mercados el interno y el de exportación.

Costa Rica, según se lee en informes publicados, es el principal exportador de droga del mundo o uno de los primeros. Este comercio de exportación es manejado por los carteles mejicanos y colombianos con cómplices costarricenses. Para este control se sugieren escáneres y otras medidas.

El comercio interno de drogas es el que más daño está causando al país no solo por la pérdida de las vidas de miles de jóvenes, sino por el control que de amplios territorios hacen las pandillas nacionales. Este comercio es el que genera más inseguridad a la población y mayor miedo e incertidumbre.

El comercio de drogas interno, para nadie es un secreto, se maneja por medio de pandillas jefeadas por un “broker” (como lo llaman en USA) o intermediario que le compra a los mejicanos y colombianos y la vende y distribuye en el territorio que controlan. Este funcionamiento hace muy difícil el trabajo policial y es una guerra -como ya se reconoce- prácticamente perdida. No hay forma de eliminar ese tráfico, ya que ni siquiera la policía de Estados Unidos ha podido controlarlo, ya sea por corrupción, interés o incapacidad.

Nuestros jóvenes se están matando, mientras se cree que el problema de la inseguridad se va a resolver con más policías, patrullas o cárcel. Nada de eso resuelve el problema; en EEUU las cárceles están llenas y el problema se agudiza, ahora con nuevas drogas como las sintéticas y el fentanilo.

Es espeluznante, por un lado, pero indignante por el otro, que el Gobierno de Chaves esté promoviendo un presupuesto extraordinario que le quita fondos a la educación para dárselos o trasladárselos a seguridad pública.

Esta postura se asemeja a aquello que planteaba un presidente latinoamericano: “compatriotas, estamos al borde al abismo, pero daremos un paso al frente”.

¡Cooperación, SÍ; sometimiento, ¡NO!

Oscar Madrigal

Así proclamó López Obrador ante una multitud antier para enfrentar los intentos de los representantes republicanos de EEUU de intervenir en los asuntos internos de Méjico.

Es la definición moderna del anti-imperialismo: mientras AMLO firma un TLC con Canadá y USA, nacionaliza el litio y la energía. El anti-imperialismo es la defensa de la Soberanía de los Pueblos, como también lo afirmara Sandino.

Es claro y evidente que EEUU es la primera potencia mundial económica y militar del mundo y que su política es la de imponer sus intereses individuales y de seguridad a otros países. Eso, creo, nadie lo discute: se trata de una política esencialmente propia de un Imperio.

Por esa razón la lucha de los pueblos latinoamericanos ha estado marcada históricamente por la defensa nacional ante los intentos de dominación de la Nación del Norte.  

La política latinoamericana actualmente es, junto con otras pretensiones, la Defensa de la Soberanía, lo que significa la defensa de los intereses nacionales, propios del país, ante los intereses ajenos y contrarios a esos intereses nacionales, vengan de donde vengan. Más que política anti-imperialista, hay que hablar de Soberanía Nacional.

Por otro lado, nuestros países están en un mundo globalizado donde la Cooperación entre Naciones es imposible de obviar, tanto en cuanto a la inversión de capitales de un país en otro, como la defensa de las materias primas y el desarrollo conjunto de los países.

Que un país como Costa Rica debe colaborar con EEUU en diferentes campos es una realidad imperiosa. Sin embargo, esa colaboración debe hacerse con respeto entre las naciones.

En el PVP definíamos el carácter o contenido de la Revolución (el cambio en las relaciones de poder) como Democrática y anti-imperialista. Ese anti-imperialismo era inmediatamente una declaración contra EEUU, el país imperialista. Desde ese momento tomábamos partido, en ese entonces de bipolaridad, con la Unión Soviética y sobre todo como enemigos -per se- del gobierno estadounidense. Eso estaba consignado así en un programa concebido teóricamente y, probablemente, en términos abstractos. Pero un partido para gobernar, con vocación de poder y gobierno, la posición internacional no puede ser -por definición y de entrada- contra un país. Las relaciones internacionales, en la realidad, más que posturas ideológicas, deben ser conductas realistas en beneficio del propio país. Un partido de gobierno debe tener presente que vive en un mundo determinado y, para nuestro caso, en una región importante para EEUU.

De todas maneras, hay que comprender que América Latina solo será tomada en cuenta si actúa como una sola voz, si se une para lograr algún peso en esta nueva situación internacional de lucha entre potencias, por un lado, EEUU y por otra China-Rusia.

La defensa de nuestros océanos, la prohibición de la exploración y explotación de petróleo o el rechazo a la minería abierta, son posiciones nacionalistas y casi seguro anti-imperialistas

La política internacional de un país como Costa Rica es la defensa de la Soberanía Nacional y en esta tesitura, tal y como lo definió AMLO, se trata de combinar acertadamente la cooperación con todos los países, pero conservando la altivez y dignidad de nuestra soberanía.

Cayó la esperanza de vida

Óscar Madrigal

Informa La Nación que la esperanza de vida promedio de los costarricenses se desplomó abruptamente entre los años 19 y 21 producto de la pandemia. Según las estadísticas tenemos 2,1 años MENOS de probabilidades de vivir que hace 4 años. Este desplome no se veía desde hace décadas y nos ubicamos en este renglón casi a nivel del año 2000.

Las consecuencias de esta noticia son varias, pero solo señalo una importante.

La esperanza de vida es una de las variables principales que utilizan los actuarios para proyectar los regímenes de pensiones a cien años plazo. A mayor esperanza de vida más años se debe pagar la pensión, por lo que basados en ese hecho proponen alargar la edad para pensionarse con tal de darle sostenibilidad al fondo.

Como la esperanza de vida promedio de los ticos cayó, los fondos de pensiones alargan su vida, se hacen más sostenibles en el tiempo y no es necesario tomar medidas que, generalmente, van encaminadas contra las trabajadoras y trabajadores. Aumentar edad o cotizaciones podrán esperar muchos años producto de este acontecimiento.

Hechos inesperados como las pandemias, que ningún estudio actuarial puede prever, ocurren periódicamente para desgracia nuestra, así como los flujos de migrantes que no son tan malos cuando sustituyen las bajas tasas de natalidad, lo cual (aunque suene feo) actúa a favor de los fondos de pensiones. Estos hechos que alarman, por un lado, ayudan a enfrentar el problema de las pensiones.

La Nación y el Presidente Chaves han hecho frente común contra la Caja, ambos afirman contra el criterio de los técnicos de la CCSS, que la Caja está quebrada. Han constituido la Alianza de los Canallas contra la Caja.

Sin embargo, una noticia mala como la de la reducción de la esperanza de vida promedio de los costarricenses, fortalece los fondos o regímenes de pensiones, en especial el de IVM de la CCSS.

Un mentís más a los canallas y sus bajos procederes.