¿Por qué no detienen a los capos gringos?

Oscar Madrigal

Este es un reclamo del gobierno mejicano. La prensa solo da cuenta de la detención, existencia y forma de vida de los capos mejicanos, colombianos y, general, latinoamericanos. Pero nunca se informa, por ejemplo, de la captura de un capo estadounidense.

En EEUU es sabido que la mafia o el crimen organizado, controla el juego, la prostitución, el contrabando y mil cosas más; sin embargo, parece que el negocio de las drogas se maneja de forma diferente. También es sabido -porque se lo he escuchado al Presidente Petro- que los carteles colombianos vienen siendo sustituidos por los carteles mejicanos que pretenden controlar todo el proceso de la droga, desde su producción hasta su comercialización.

El tema de los capos gringos puede ser interesante. En un libro llamado “Los narcos gringos”, el periodista Jesús Esquivel explica el modo de operar del narcotráfico en USA. Según él, en EEUU no existen carteles de la droga, sino que los carteles mejicanos que introducen la droga al país actúan a través de brokers, intermediarios o comisionistas que les compran la droga a los mejicanos y ellos las distribuyen a su vez a miles de vendedores al menudeo. De tal manera que en EEUU el mercado del narcotráfico está compuesto por centenares de miles de brokers encargados de la comercialización de la droga.

Creo que este sistema de operación gringo es muy parecido a lo que estamos viendo en Costa Rica, con una particularidad: existen dos mercados el interno y el de exportación.

Costa Rica, según se lee en informes publicados, es el principal exportador de droga del mundo o uno de los primeros. Este comercio de exportación es manejado por los carteles mejicanos y colombianos con cómplices costarricenses. Para este control se sugieren escáneres y otras medidas.

El comercio interno de drogas es el que más daño está causando al país no solo por la pérdida de las vidas de miles de jóvenes, sino por el control que de amplios territorios hacen las pandillas nacionales. Este comercio es el que genera más inseguridad a la población y mayor miedo e incertidumbre.

El comercio de drogas interno, para nadie es un secreto, se maneja por medio de pandillas jefeadas por un “broker” (como lo llaman en USA) o intermediario que le compra a los mejicanos y colombianos y la vende y distribuye en el territorio que controlan. Este funcionamiento hace muy difícil el trabajo policial y es una guerra -como ya se reconoce- prácticamente perdida. No hay forma de eliminar ese tráfico, ya que ni siquiera la policía de Estados Unidos ha podido controlarlo, ya sea por corrupción, interés o incapacidad.

Nuestros jóvenes se están matando, mientras se cree que el problema de la inseguridad se va a resolver con más policías, patrullas o cárcel. Nada de eso resuelve el problema; en EEUU las cárceles están llenas y el problema se agudiza, ahora con nuevas drogas como las sintéticas y el fentanilo.

Es espeluznante, por un lado, pero indignante por el otro, que el Gobierno de Chaves esté promoviendo un presupuesto extraordinario que le quita fondos a la educación para dárselos o trasladárselos a seguridad pública.

Esta postura se asemeja a aquello que planteaba un presidente latinoamericano: “compatriotas, estamos al borde al abismo, pero daremos un paso al frente”.