Oscar Madrigal
Los señores de la foto están sonrientes, muy contentos. No se podía esperar nada menos. Son los representantes de una de las Cámaras Patronales que ayer celebraron que la Asamblea Legislativa les regalara más de 30 mil millones de colones y muchísimo más en el futuro. ¡Quién no estaría feliz con semejante obsequio!
Algunas veces pienso que los bandos que gobiernan el país, Chaves y Liberación Nacional, nos llevan de escándalo en escándalo mientras nos hacen transitar por la senda del mayor entreguismo y por la etapa más brutal del neoliberalismo.
Mientras las redes sociales y los grupos discutían y hacían mofa del sistema solar de la ministra de Educación, los diputados discutían y aprobaban una reforma al impuesto de renta que beneficia a las grandes empresas nacionales y extranjeras.
Mientras se embarca al país en una discusión sobre traiciones, en un recinto acostumbrado a ellas, pasamos por alto y no exigimos responsabilidad al Partido Liberación Nacional por su continuado entreguismo al gran capital.
Mientras hacemos un escándalo de la vestimenta de la ministra de Educación, sobre si la Ruta de la Educación existe o no existe y de un informe con un error ortográfico adrede, las propuestas serias y necesarias para reformar profundamente a la educación son inexistentes.
Mientras nos escandalizamos con los financiamientos ilegales a los partidos políticos, Rodrigo Arias Sánchez intenta desde la Asamblea Legislativa nombrar magistrados, una también forma de mediatizar la separación de poderes.
Como que nos vamos acostumbrando a vivir de show en show, de escándalo en escándalo.
Mientras se hace otro alrededor de la fiesta en un yate de un diputado puntarenense amigo de un cuestionado actor de cine indio, el país se desangra en homicidios ya de escándalo, sin ninguna solución.
Mientras un periódico mejicano publica un posible acuerdo de autoridades del gobierno con los carteles mejicanos de la droga, asunto que puede ser muy discutible, la realidad es que somos el primer exportador de cocaína del mundo y la embajada gringa interviene cada vez más abiertamente en la discusión de este problema.
La política como que se ha convertido en una charanga, por lo demás bastante jocosa. Y nadie, es lo más grave, parece abstraerse de ello.
Sin embargo, el país no va al despeñadero. No.
Mientras vivimos de escándalo en escándalo, la política neoliberal se abre paso destruyendo instituciones, empobreciendo a los trabajadores y acabando con el Estado de Bienestar. Y, tal vez, con nuestra participación, aunque sea indirecta.
Cámaras aplauden el resello para salir de la lista gris en la UE…
Tras la acción legislativa.