Una falsa narrativa de “conflicto interno” en comunidades afro costeras… ¿Para qué sirve?
Bernardo Archer Moore
Cahuita 20/11/2025
No es casualidad que cada vez que alguna persona de pueblos afro-costeros alce su voz, aparece la acusación de que estamos “divididos” o “peleando entre nosotros”.
Esa narrativa tiene propósito:
Por un lado, protege a ciertos líderes locales incompetentes, que no toleran la diversidad de opiniones.
En lugar de promover debates y análisis, llaman “división” a cualquier pensamiento diferente.
Así, disfrazan su propia incompetencia bajo la bandera de una falsa unidad que solo sirve para silenciar a quienes piensan distinto.
Por otro lado, esta misma idea de “conflicto interno” favorece a los grandes intereses económicos detrás de los Planes Reguladores Costeros (PRC) y las concesiones municipales que muchos propietarios locales no pueden pagar.
Cuando la comunidad parece “inestable”, es más fácil justificar la gentrificación del Caribe costarricense y avanzar en la apropiación de tierras afro-costeras sin respetar nuestra voz ni nuestros derechos.
Pero eso no nació ayer:
Veamos su raíz histórica.
Durante siglos, los pueblos africanos fueron tratados como mercancía cruzando el Atlántico, no como personas individuales. Esa lógica sobrevivió incluso después de abolida la esclavitud.
En Costa Rica, durante gran parte del siglo XIX y principios del XX, a los negros se les consideró una “raza indeseada”, sin ciudadanía plena y sin libertad de movimiento.
De ahí nació el prejuicio de que “los negros piensan igual”, que solo existe una voz (Autonombrado u escogida por ellos); y que cualquier diferencia debe verse como “problema”.
Hoy, esa herencia colonial vuelve a usarse en nuestra contra:
Lo que en cualquier comunidad sería un debate normal, en la nuestra lo presentan como conflicto.
La verdad es otra:
La diversidad de opiniones es una señal de madurez, no de división.
La verdadera amenaza no es nuestra pluralidad, sino la estrategia de quienes quieren silenciarla para abrir paso a proyectos que desplazan a quienes siempre hemos vivido aquí.
Es momento de decirlo claramente:
Defender el derecho a pensar distinto es defender nuestro territorio, nuestra historia, nuestro presente y bienestar de futuras generaciones.
Bernardo Archer Moore, Caribe costarricense, comunidades afrodescendientes, defensa del territorio, derechos territoriales, despojo territorial, gentrificación, herencia colonial, Plan Regulador Costero, racismo
