Una isla con sed de desarrollo comunitario

Para el presidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Isla Caballo, Joel Rojas García, el proceso comunitario que permitió definir y poner en marcha el plan estratégico diseñado por la comunidad, es la orientación que permite luchar por una vida digna. Destacó un reconocimiento por el acompañamiento del Programa de Desarrollo Integral Comunitario Costero de la Universidad Nacional (UNA) en este esfuerzo.

Joel Rojas García, presidente de la Asociación de Desarrollo de Isla Caballo.

“Nadie se queda en casa cuando tenemos en mente la importancia de lo que estamos haciendo”, dijo el dirigente al dar la bienvenida al “Encuentro en una isla con sed de desarrollo comunitario”. Joel Rojas García señaló que el plan estratégico es una herramienta clave y a partir de ella trabajan. “Depende del esfuerzo de nuestra comunidad, pero agradecemos el apoyo de las instituciones y de manera especial del Programa de Desarrollo Integral Comunitario Costero de la Universidad Nacional”, recalcó.

Este programa “responde a un proceso histórico y su objetivo fundamental es el mejoramiento de la calidad de vida y el empoderamiento de diversas comunidades ubicadas del distrito de Lepanto, Isla Venado, Isla Caballo y Cabuya, todas de la provincia de Puntarenas. Con la metodología del acompañamiento social participativo se logra articular diversas facultades, unidades académicas, institutos, centros, Sede Regional Chorotega, así como instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales, empresa privada, organizaciones de la sociedad civil y otras universidades públicas nacionales e internacionales en procura del cumplimiento participativo de los planes de trabajo comunitario”, se explica en un artículo académico publicado en https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/dialogo/article/view/8447/9546

La población prioritaria de atención definida por este programa es “la más excluida, vulnerable, empobrecida y desprotegida por el Estado y, en ese caso, las comunidades costeras e insulares, especialmente, las mujeres, niños y niñas, jóvenes y pescadores de Isla Caballo, Isla Venado, Lepanto y Cabuya fueron escogidas. Estas poblaciones se encuentran inmersas en una serie de problemáticas que denotan condiciones socioeconómicas de pobreza y exclusión social, y poco acceso a mejores oportunidades de empleo”, se indica en ese texto.

“Esos sectores históricamente excluidos han tenido dificultades en la participación en los espacios de decisión en las comunidades, por ende, estos procesos son analizados y facilitados desde la cultura y el contexto de cada persona, conllevando a su propio desarrollo, empoderamiento, organización, autogestión y autoafirmación como grupos consolidados en las diversas comunidades, tal como en Isla Caballo, Cabuya, Lepanto e Isla Venado”, dice el artículo publicado por la UNA.

El documento recuperado de la página de la Universidad Nacional destaca que “en el caso de las mujeres, al ser las más afectadas –por la problemática del desempleo, la violencia intrafamiliar, el analfabetismo por desuso, las problemáticas ambientales como por ejemplo poco acceso a agua potable–, también fueron partícipes de procesos de capacitación en formación humana, derechos humanos, salud sexual y reproductiva, proyectos productivos y organización comunitaria. Es interesante observar cómo estos procesos se fueron complementando, en la mayoría de los casos, con su actitud al cambio para mejorar sus vidas, su empatía hacia nuevos procesos de aprendizaje y, en muchos casos, su seguridad en cuanto a experimentar nuevos proyectos productivos. Son estas las condiciones que han garantizado, de manera general, la sostenibilidad de los proyectos organizativos como los comunales en general, liderados cada vez más por mujeres. Cabe destacar, por ejemplo, en Isla Caballo, que ellas dieron inicio con los procesos de alfabetización de adultos y organización social”.

Yadira Cerdas, vicerrectora de Extensión de la UNA.

La vicerrectora de Extensión de la UNA, Yadira Cerdas Rivera, al dirigirse a las personas participantes del “Encuentro en una isla con sed de desarrollo comunitario encuentro”, señaló: “Esta labor es una muestra de por qué la UNA es la universidad necesaria. Hace más de 20 años se inició este camino en Venado y hoy seguimos acompañando para cumplir las metas que fijadas por las comunidades”.

Silvia Rojas-Herrera, coordinadora del Programa de Desarrollo Integral Comunitario Costero.

Silvia Rojas-Herrera, coordinadora del Programa de Desarrollo Integral Comunitario Costero dijo por su parte que la desigualdad también se construye con mitos y estereotipos, por ello, es clave el desarrollo de la educación secundaria y la alfabetización de toda la población para que sepan comprender la realidad en la cual viven y encuentren las vías para su desarrollo.

“Lo más importante es crear esperanza en una comunidad que fue violentada por el sistema”, agregó la docente es investigadora de la UNA.

La comunidad y las personas representantes de las instituciones invitadas trabajaron en seis mesas para fijar prioridades en función del plan estratégico. Se analizó las siguientes temáticas: pesca, mujeres, salud, calidad educativa, persona adulta mayor, turismo, y gestión hídrica.

 

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