Y después del fútbol, ¿qué?

Óscar Madrigal

Acaba la aventura mundialista de la Selección con dos resultados, el fracaso y la venta de humo a la confiada afición nacional. Una vez más nos engañaron y nos vacilaron.

Ahora de vuelta a la tierra hay que enfrentar los verdaderos y graves problemas por los que atraviesa el país. Recogemos en esta nota solo algunas informaciones de las últimas semanas que no han tenido mayor repercusión nacional:

El 54% de las familias no llega a fin de mes. En palabras sencillas, a la mayoría de la población no les alcanzan sus salarios o ingresos para comer durante todo el mes. O para decirlo más descarnadamente, terminan el mes con hambre.

Respecto al último año, si comparamos el promedio de los ingresos reales de los trabajadores del tercer trimestre del año 2021 con el mismo trimestre del 2022, lo que muestran es que su capacidad de compra cayó 7%. Solo en un año. Como se ve la crisis la siguen pagando los asalariados porque los salarios en vez de crecer, decrecen.

En 2021, el año pasado, el país sobrepasó las cifras más altas de desigualdad social por ingresos, según el Estado de la Nación. Costa Rica tuvo la mayor desigualdad en los últimos 35 años, con lo cual profundizó rezagos sociales y económicos en la última década “y, lo peor”, “los normaliza”, dice el PEN.

La inversión pública, lo que se invierte en carreteras, escuelas, puentes, etc., es la más baja de los últimos 30 años según el PEN.

La conmoción provocada por los acontecimientos o, mejor llamarla tortura, cometidas contra las trabajadoras de la tienda SYR fue de repudio total y generalizado, aunque no así las declaraciones de Tomoya Obokata relator especial de la ONU, cuando manifestó que el “caso de SYR es la punta del iceberg de esclavitud moderna en Costa Rica”. Al decir del señor Obokata esos abusos y explotaciones son comunes y corrientes en Costa Rica en diferentes lugares como “fábricas, plantaciones y casas de habitación con trabajadoras domésticas”. ¡Qué vergüenza, verdad! Dice La Nación que “El jurista encontró indicios de trabajos forzados como “jornadas de trabajo muy largas sin pausas para comer o ir al baño, salarios bajos, ambientes de trabajo insanos, hostigamiento y acoso sexuales” en sectores como agricultura, trabajo doméstico, servicios, transporte y construcción”. Llama la atención que la reacción ante tan graves hechos de nuestra clase política dominante haya sido el silencio absoluto. ¿Será que hemos normalizado la esclavitud moderna? ¡Y algunos proponen jornadas de 12 horas diarias!

El relator de la ONU se refiere a un hecho que todos conocíamos pero del cual nadie habla: la corrupción vergonzosa de la Oficina de Inspección Laboral del Ministerio de Trabajo. Desde siempre se ha sabido que es una de las oficinas más corruptas de la Administración y ahora el señor Obokata lo pone de manifiesto. Dice La Nación: “Obokata aseguró que, durante su visita a diferentes organizaciones, empresas y comunidades, encontró que más del 95% de las partes interesadas le expuso que las inspecciones laborales son inefectivas, burocráticas o carecen de transparencia. Las partes interesadas, incluyendo trabajadores, alegaron la EXISTENCIA DE COLUSION ENTRE EMPLEADORES Y AUTORIDADES”. Esta es la razón por la cual los empresarios se oponen rotundamente a una transformación y fortalecimiento de esa Oficina. Veremos si el gobierno actual que se dice comprometido en la lucha contra la corrupción, empieza por limpiarla.

Esta es una muestra del panorama nacional.

El Gobierno del Presidente Chaves presentó su plan para ejecutar en los próximos 4 años. En él, desde luego, no hay ninguna referencia a la solución de este panorama y mucho menos de cómo solucionarlo. Las conclusiones que se pueden sacar, en primera instancia, es que ese plan es una réplica de las medidas económicas y financieras del anterior gobierno de Carlos Alvarado; son la misma medicina. Que la deuda pública no cederá, sino que a lo mejor aumentará, lo cual significa que los salarios de los empleados públicos permanecerán congelados por los próximos cuatro años. Que la improvisación sigue siendo la política del actual gobierno: solo 4 horas después de su proclamación ya se estaban desdiciendo de las propuestas formuladas con toda la pompa gubernamental.

Los planes del gobierno a lo largo de la historia solo han servido para los archivos. A ninguno se le da seguimiento y menos cumplimiento. No vemos por ningún lado las soluciones urgentes que el país necesita.

Nos siguen vendiendo humo.