A 200 años del Patronazgo de La Virgencita de los Ángeles, la Asamblea Legislativa debería ratificarlo nuevamente

Vladimir de la Cruz

Si hay algo que destaca la religiosidad costarricense, alrededor de la cual, la inmensa mayoría del pueblo se une, le rinde culto y veneración es la Virgen de los Ángeles, la Negrita, como cariñosamente se le dice.

Hallada su imagen, la pequeña estatua con su figura, el 2 de agosto de 1635, hace 389 años, por la joven mulata Juana Pereira, originó la leyenda de su imagen, de su existencia y de su culto popular.

En su momento contribuyó a borrar la división social entre los grupos dominantes españoles de los grupos sometidos a su dominación y opresión colonial, facilitando la integración racial o social, la fusión de sangres y haciendo surgir al ser costarricense.

Cuatro años después de su hallazgo se empezó a construir la ermita de Los Ángeles, dando origen, primero a un culto de carácter regional y más tarde al nacional.

Se dice que las romerías para visitarla empezaron en 1649. Desde entonces se realizan con gran fervor. Hoy alcanza ciudadanos de Centroamérica que también se desplazan en devoción a su Santuario en Cartago.

En 1652 se creó la Cofradía o Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago, y un año después se le consideraba milagrosa. Su condición de milagrosa hace que la Iglesia de los Ángeles hoy tenga en, vitrinas, enorme cantidad de manifestaciones de fe, exvotos como se llaman, en urnas, donde miles de religiosos, agradecidos por las peticiones solicitadas y los favores recibidos, manifiestan su devoción y culto. Esas manifestaciones de exvotos se expresan en figuritas, de diversos tamaños, colores y formas, muchas de ellas en forma de miembros del cuerpo humano, cabeza, piernas, brazos, manos, trofeos y títulos de graduación, entre muchos.

Ante eventos de la naturaleza, temblores, terremotos, erupciones del Volcán Irazú se ha sacado en procesión a la Virgen de los Ángeles, implorándole su cuidado y protección. Justo fue, con motivo de los temblores de San Buenaventura, el 14 de julio de 1782, que se reconoció oficialmente la tradición de su celebración, cuando en procesión solemne se le juró «recibir, venerar y tener por Abogada» a la Virgen de los Ángeles, «para mejor asegurar su incontrastable defensa y pedirle socorro en cualquier tribulación», lo que también produjo que las autoridades de Cartago, eclesiásticas y civiles, como el pueblo, la declararon como su Patrona y Reina.

Cuando llegó el Acta de Independencia de Guatemala, el 13 de octubre de 1821, comunicándonos la decisión de la ruptura con el orden colonial, e invitándonos a decidir por cuenta propia si tomábamos el camino de la Independencia o continuábamos bajo el dominio español, el Ayuntamiento de Cartago, en la Sesión de ese día acordó que «que se suplicase… a la Patrona General de esta Ciudad… nos favorezca con los auxilios de su santísima gracia para nuestras determinaciones en la época tan lamentable…». Por los resultados de los días siguientes, hasta el 29 de octubre de 1821, cuando en Cartago de afirmó la Independencia de Costa Rica, podríamos señalar que la Virgen de los Ángeles colaboró en esa decisión.

El 9 de setiembre de 1824, el Congreso Constituyente del Estado de Costa Rica, declaró que “La Virgen de los Ángeles, Madre de Dios y Señora nuestra, es y será en lo sucesivo La Patrona del Estado de Costa Rica”.

Un día después, como hoy, 24 de setiembre, hace 190 años, el Jefe Supremo del Estado de Costa Rica, el primer Jefe de Estado, Juan Mora Fernández, ordenó que se guarde, se cumpla y se ejecute dicho Decreto en todos sus extremos. Con este acto se confirmó lo que la tradición había venido estableciendo desde 1635, en que según la Leyenda de la Virgen de los Ángeles apareció en la Puebla de Cartago, generando el culto de amor y de pasión que se le rinde por el pueblo costarricense. Desde entonces tiene ese reconocimiento nacional.

Cuando se produjo la Guerra de la Liga, entre setiembre y octubre de 1835, que se produjo por la derogatoria de la Ley de la Ambulancia, que hacía rotar la capital en las ciudades de Alajuela, Cartago, Heredia y San José, contra la pretensión de San José de quedarse con la capital, de manera permanente, los cartagineses se movilizaron con la Virgen de los Ángeles acompañando sus tropas. El 14 de octubre con la llegada de tropas josefinas a Cartago, dejaron abandonada la Virgen, la que de inmediato tomaron los josefinos, quedando en custodia en la Iglesia de la Merced por siete años. En el mes de julio de 1842, por disposición de Morazán, regresó a Cartago. Monseñor Víctor Manuel Sanabria ha sostenido que la imagen en mención no era la verdadera, sino una copia llamada “la Peregrina”.

En 1852, el 4 de setiembre, el Obispo Anselmo Llorente consagró a la Iglesia de los Ángeles. En 1856, en la guerra contra los filibusteros fue invocada la Virgen de los Ángeles, para acompañar al Ejército Nacional Libertador. Así la Virgen de los Ángeles, de esa manera, acompañó a los soldados y combatientes costarricenses en esta lucha gloriosa.

El 2 de marzo de 1862 se le concedió el título de Basílica, al Santuario de los Ángeles, título renovado el 22 de abril de 1877 y luego en 1892, por otros quince años. En esta misma fecha, el entonces Papa Pío IX concedió a perpetuidad indulgencia plenaria a quien visitare el Santuario de los Ángeles. Diez años más tarde, el mismo Papa Pío IX «concedió a perpetuidad, con las condiciones acostumbradas, la Indulgencia Plenaria, y remisión de todos los pecados, a todos cuantos visitaren devotamente, verdaderamente arrepentidos, confesados y comulgados, la Iglesia de la Virgen de los Ángeles, desde las primeras vísperas hasta la caída del sol del 2 de agosto de cada año».

El 7 de setiembre de 1912 se colocó la primera piedra de la basílica de la Virgen de los Ángeles.

En 1924, al cumplirse en Centenario del Patronazgo de la Virgen de los Ángeles, el Congreso de la República, lo ratificó de nuevo.

En 1932, y luego en 1975, el Congreso declaró feriado el 2 de agosto de cada año.

El 26 de julio de 1935 se le dio al Santuario el título perpetuo de Basílica Menor, agregada a la Patriarcal de San Juan de Letrán, de Roma, y en 1944 el Arzobispo Sanabria elevó el antiguo Santuario a Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles.

En 1950- el 12 de mayo, se produjo el robo y asalto de la imagen de la Virgen de los Ángeles. Fue acusado de sacrilegio José León Sánchez. A finales del siglo XX la Sala III de la Corte Suprema de Justicia, en revisión del caso, declaró inocente de dicho delito a José León Sánchez

El 2 de diciembre de 1956, se realizó la Segunda Coronación como Reina del Trabajador a la Virgen de los Ángeles, con motivo de la celebración del Segundo Congreso Nacional de la Juventud Obrera Católica.

En el 2002, al iniciarse el tercer milenio, la Asamblea Legislativa, además de ratificar el patronato concedido a la Virgen de los Ángeles en 1824, en su artículo segundo, declaró: “Que el Estado costarricense estará bajo el amparo y protección del Inmaculado Corazón de la Virgen María, Reina de los Ángeles”.

En el 2005 una imagen suya se llevó al Vaticano y recientemente el Papa Benedicto XVI la bendijo y la colocó en la Basílica Santa María de la Luz.

En los meses de julio y agosto del 2009, por motivo de la pandemia de gripe A (H1N1), que nos afectó durante dos años, el Gobierno de la República, suspendió la romería por primera vez en 227 años.

El 31 de julio del 2013 la Virgen de los Ángeles fue investida como Comandante General de la Sección Aérea del Ministerio de Seguridad de Costa Rica, y el 20 de marzo del 2020, La Negrita de los Ángeles, la llevaron a sobrevolar Costa Rica como protección ante la pandemia del COVID-19. Este año, nuevamente fue suspendida la romería y se invitó a los feligreses a realizar una Romería Virtual.

En la campaña electoral del 2018 el Partido Restauración Nacional, con su candidato presidencial, Fabricio Alvarado Muñoz, con uno de sus pastores religiosos más importantes, Rony Chaves, hicieron ataques y burlas a la Virgen de los Ángeles, que provocaron gran tensión nacional y marchas ciudadanas de feligreses católicos contra los ataques que le hicieron a la Virgen de los Ángeles, y consecuentemente contra la Iglesia Católica nacional.

Este año se cumplen 387 años de leyenda, tradición histórica y popular; de herencia cultural; apariciones y hallazgos, milagros, devoción, culto y fe religiosa. Pero, también se cumplen 200 años, el próximo 9 de setiembre, de haber declarado Patrona Nacional a la Virgen de los Ángeles.

Religiosos o no religiosos reconocen a la Virgen de los Ángeles como factor de innegable virtud para el desarrollo de nuestra personalidad religiosa, católica y cristiana, que ha contribuido de igual manera y no en escasa medida, al robustecimiento de nuestra personalidad política, social y también étnica

La representación divina y humana de la Virgen de los Ángeles nos recuerda, la realidad histórica de su origen, su identificación socio cultural con nuestro pueblo; con la mujer, la madre y el hijo; con los valores de feminidad y maternidad en la vida social.

Cualidades de fortaleza, sabiduría, virginidad y doncellez, discreción y silencio; triunfadora, benefactora y salvadora; capacidad de mediación y unión; dones de sencillez, humildad, sensibilidad, nobleza, pobreza y solidaridad, destacan en su culto.

También se le asocia a la formación de la conciencia y sentido nacional, a la idea de patria y a la defensa, incluso territorial, frente a alguna agresión o amenaza extraña.

El culto a Nuestra Señora de los Ángeles es originario de España, en Getafe, cerca de Madrid, y fue traído a América por los conquistadores españoles.

La Virgen de los Ángeles fue declarada patrona de Costa Rica y protectora de las Américas por el Papa Juan Pablo II.

Al cumplirse el centenario de su Patronazgo el Congreso afirmó dicho Patronazgo. El cumplirse el Bicentenario del Patronazgo, este año, este mes, la Asamblea Legislativa debería reafirmar una vez más, por segunda vez, el Patronazgo de la Negrita de los Ángeles.

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