Desesperanza en las elecciones por la carencia de una visión sistémica

Miguel Sobrado

Entramos en la recta final de la primera ronda electoral en un clima de incertidumbre y desesperanza, especialmente dentro del destacamento de jóvenes que engrosa el 45% de indecisos. Una parte de ellos siente que el futuro depende de ellos, pero no encuentran en los candidatos y planteamientos, alternativas que hablen de cambio creíbles.

Los esfuerzos realizados por el proyecto “voto inteligente” del Proyecto Estado de la Nación, para incorporar criterios comparativos de los programas de los candidatos que orienten la toma de decisiones, si bien ha contribuido a estimular el pensamiento y ha obligado a los políticos a entrar al redil de las metas de desarrollo, ha carecido, por una parte, de tiempo para ser asimilado y por otra de un enfoque orientado crear esperanzas con la ruptura de los círculos viciosos que mantienen y reproducen nuestro sistema político.

Viendo el video de la joven Paula Monge Espinoza que tiene 64000 seguidores en la Redes Sociales y que logró 700000 vistas en solo dos días, en un país pequeño como el nuestro se puede apreciar: por una parte la asimilación y uso de la información el informe del Estado de la Nación y por otra, la versatilidad y capacidad de comunicación de esta joven de apenas 22 años.

No obstante estos encomiables logros alcanzados en tan poco tiempo por el Estado de la Nación, hace falta ir más allá de la congruencia de los programas con las metas del desarrollo. Tampoco contraste desarrollado por Paula entre lo que los políticos dicen con lo que han hecho cuando han estado en el poder. Se requiere de una visión que explique porque la corrupción se reproducirá mientras no se modifique sustancialmente el sistema. Modificación que no se puede hacer con la receta maximalista de “de una vez por todas”, pero si de manera progresiva rompiendo progresivamente círculos viciosos y demostrando que otra forma de gestión es posible. Demostrar en la práctica no solo abre caminos de esperanza, sino que permite a los dirigentes acumular prestigio y autoridad para lograr los cambios. (En la región Bukele llegó a la presidencia de El Salvador en 2019 después de ser un alcalde muy exitoso tanto el municipio de Nuevo Cuscatlán 2012 como de San Salvador 2015).

Los cambios sistémicos implican un cambio de visión, que no siempre es fácil de asimilar y choca con los intereses de las redes de poder, pero que una vez demostrada su eficacia en la práctica, cambia total o parcialmente los enfoques prevalecientes.

Prisma Latinoamérica ha iniciado la producción de una serie de videos que inducen a una visión nueva que considera los problemas del sistema sobre viejos problemas que descargan todo en el cambio de personas corruptas por inmaculadas.

Uno de los ejemplos que PRISMA ha introducido contribuir a la educación sistémica en nuestro país es El Hospital sin Paredes. Experiencia que evidencia como cuando dejamos de ver solo la enfermedad como el problema sobre el cual debe actuar la medicina y la ubicamos dentro del contexto de la salud y el bienestar, la perspectiva cambia radicalmente. Ya no se trata de solo de la curación, sino de la prevención lo cual implica conocer el medio físico, económico y político en que se incuba y se difunde la enfermedad. Ahí descubrimos que el profesional médico, que sabe curar tiene limitaciones serias si actúa solo, para prevenir más allá de las vacunas. Aquí es donde vista la salud como bienestar, es vital la incorporación del sistema institucional y sobre todo de las comunidades organizadas que son las que pueden y deben actuar en las soluciones, tanto directamente como presionando a los poderes locales y las instituciones en la búsqueda y aplicación de soluciones.

Por ejemplo el Hospital sin Paredes en los años 70s logró traerse abajo las tasas de mortalidad materno infantil, entre otros, con la introducción de sistemas de agua potable y la instalación masiva de letrinas en las comunidades. Se estimuló el mejoramiento y construcción de caminos para facilitar la salida de los productos agropecuarios y la organización cooperativa para la comercialización.

Esto y muchísimo más fue posible hacerlo gracias a una simbiosis entre el equipo médico y l6l comunidades organizadas que obtuvieron, por sus logros varios premios de la Organización Mundial de la Salud, incidieron en las políticas de salud mundiales en Alma Ata 1978 y transformaron la ley costarricense, dando origen a un sistema institucional desconcentrado conocido como los Ebais. Sistema que si bien no tiene todas las ventajas del Hospital sin Paredes, cambió radicalmente el enfoque de la salud en nuestro país. Este tipo de realizaciones son las que abren senderos, reorientan la visión y transforman la desesperanza en búsqueda y acción creativas.

Continuar por este camino, con más ejemplos que se dan en la página de Prisma: www.prismalat.com cuando el clima de desesperanza contribuye a abrir las entendederas es un camino al que todos, desde diversas posiciones y ángulos podemos contribuir.