¿Dónde se quedó el centro?

Óscar Madrigal

Hace un tiempo leí una afirmación que me pareció interesante. Decía: “Desde hace muchos años en Latinoamérica EL CENTRO NO GANA ELECCIONES”, refiriéndose lógicamente al llamado centro político.

Las elecciones brasileñas de ayer confirman lo dicho. Lula ha vencido al fascismo en Brasil, en Perú, Castillo derrota a la ultraderecha de Fujimori, en Chile se triunfa sobre un simpatizante de los nazis al igual que en Colombia ante un candidato que decía admirar a Hitler, en Argentina, Méjico se derrota a las fuerzas ultraderechistas. Es la izquierda en toda América Latina que pone la cara a las derechas más derechas.

Los partidos que se llaman del centro político se han difuminado hasta prácticamente desaparecer, en unos casos por ser servidores del neoliberalismo y del proyecto político de la austeridad como nuestro PLN, y en otros casos por no enfrentar con fortaleza esas políticas.

El triunfo de Lula es recibido con los brazos abiertos por toda la izquierda latinoamericana.

Los dos gigantes de nuestra América, Brasil y Méjico, caminarán en un mismo sentido, junto con Argentina, Perú, Chile y Colombia, para hacer de nuestro Continente un bloque fuerte que defienda los intereses latinoamericanos y enfrente las arremetidas de los otros bloques políticos y económicos que se están configurando en el mundo. América Latina puede dejar de ser el continente solo y sin importancia para darse a respetar como unidad ante las grandes potencias.

En Brasil se logró conformar en la segunda vuelta, un amplio movimiento con partidos de centro aglutinados y dirigidos por el Partido de los Trabajadores y por un político de izquierda. El centro político parece entender que solo tendrá futuro al lado de los partidos y movimientos populares porque la derecha latinoamericana está muy enraizada con las fuerzas más retrógradas del mundo.

Hoy se ha abierto para nuestra América un nuevo futuro, que es contrario al neoliberalismo, al neoconservadurismo y a las fuerzas de la derecha facha o fascistas.

Como en muy pocos momentos de la historia contemporánea estamos ante la posibilidad de la Unidad Latinoamericana para la reivindicación y defensa de nuestros sufridos pueblos.