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El tiburón y las sardinas

Oscar Madrigal

Recuerdo haber leído esta fábula de Juan José Arévalo hace muchos años. Su temática se ubica dentro de los escritos antimperialistas de los años 50s, durante el periodo de la Guerra Fría. Era el tiempo en que el Tiburón, los Estados Unidos, se engullían, dominaban y controlaban directamente o por medio de sus compañías la soberanía de las naciones, las sardinas.

Hoy celebramos el triunfo de su hijo como el nuevo presidente de Guatemala. Aunque las condiciones no son las mismas del periodo más agudo de la Guerra Fría, la poderosa oligarquía guatemalteca maniobrará para impedir la asunción al gobierno de Arévalo.

En nuestros días de militancia activa siempre tuvimos relaciones muy cercanas con intelectuales, estudiantes y obreros guatemaltecos que llegaban al país de paso o a radicarse como exiliados. El movimiento estudiantil y popular siempre fue muy poderoso en Guatemala, realizando jornadas heroicas contra los regímenes dictatoriales y oligárquicos del país.

Guatemala tuvo en su momento el movimiento guerrillero más fuerte y numeroso de América Central, incluso antes del FMLN y el FSLN. Yon Sosa y Turcios Lima, oficiales de las Fuerzas Armadas guatemaltecas se alzaron contra el régimen y luego en 1962 se articuló el primer movimiento guerrillero junto con el PGT, el partido comunista de Guatemala.

Se considera que el movimiento guerrillero llegó a tener en sus filas en 1980 entre 15.000 y 20.000 miembros, que aunque pueda parecer un tanto abultado, también indica la influencia de los movimientos y partidos que conformaban la URNG.

Después de los acuerdos de paz de Esquipulas la unidad guerrillera se incorporó a la vía electoral, pero a diferencia de El Salvador y Nicaragua, no tuvieron el éxito que se logró en esos dos países. Los resultados en Guatemala fueron magros.

Quizás eso se haya debido a que la represión en Guatemala fue genocida, brutal, eliminando a cualquier opositor real o imaginario, arrasando pueblos enteros, desplazándolos de lugar, es decir, una represión tan salvaje que dejó pueblos devastados. Fue una represión generalizada, no selectiva.

Guatemala, nuestra hermana mayor, ha sido devastada también por los poderosos grupos empresariales que tienen al país con indicadores económicos propios de los países más pobres del mundo.

El triunfo de Juan José Arévalo hijo abre una gran esperanza a todos los amigos del país, a su pueblo y a los pueblos progresistas del mundo. A los centroamericanos nos insuflan fuerza de nuevo porvenir; lo que ocurra en Guatemala tendrá una gran influencia en nuestro país.

Las dificultades, riesgos y peligros, también son enormes, incluso para concretar la llegada al gobierno.

Si se abre el país a la democracia, empieza la lucha contra los corruptos de todo linaje, incluyendo en el Poder Judicial, a cambiar las condiciones paupérrimas del pueblo trabajador, campesino e indígena, Guatemala volverá a florecer entre las naciones y ser un nuevo foco de esperanza.

El triunfo electoral de Arévalo en Guatemala es un sueño centroamericano. Nos sentimos alegres también por todos nuestros amigos guatemaltecos.

Estados Unidos, Guatemala, imperialismo, Juan José Arévalo, Oscar Madrigal, progresismo