Freddy Pacheco León
El impuesto al marchamo o derecho de circulación ha de verse unido al otro derecho de circulación, que se paga bajo el nombre de «impuesto único a los combustibles», ¡más elevado que el del mismo marchamo!, con la gran diferencia que lo cancelamos cada vez que echamos gasolina.
Ambos, desproporcionados, conforman quizá el cobro por un derecho a movilizarse en nuestros vehículos, de los más altos en el mundo. El del «marchamo» se paga según el valor del vehículo, mientras el segundo es cobrado sin valoración particular alguna.
Nuevo o viejo el auto, el impuesto se cancela por igual, encareciendo el valor de la gasolina y el diésel, como un 40%, por cada litro comprado, para poder circular por nuestras fabulosas autopistas.
Ahora bien, si Chaves piensa que el impuesto-marchamo, no es desproporcionado ni injusto, pues tiene razón en oponerse a su rebaja, pues los pagadores no urgirían de esa rebaja. Pero si no es así, habrá de reconocer, que es un despropósito, en infinidad de casos, gastar el aguinaldo en el pago de un impuesto insostenible.