Elecciones presidenciales en Colombia

José Luis Pacheco

Colombia vivió el domingo pasado su primer proceso electoral para escoger los futuros candidatos a la presidencia de ese país. Lo más destacable, aparte del resultado, es que fue un proceso que se vivió en “paz” y culminó sin tener que lamentar graves incidentes. Eso es de admirar, pues en Colombia hace algunos años estos procesos estaban bañados de sangre. Es un logro que ha costado mucho y un proceso que continúa hasta consolidar esa paz. Eligieron los representantes al Congreso y los candidatos a la presidencia que salieron de tres coaliciones. Ellos disputarán la presidencia próximamente. 

Ya otros países han vivido esos procesos, como Perú, Chile, Nicaragua, Honduras, y quedan algunos por concluir esa elección, incluida Costa Rica.

Si bien es cierto, no en todos ha imperado la transparencia y la libertad de participación, en la mayoría se ha logrado el propósito.

Lo que sí es lamentable son las cifras de abstencionismo, las que han sido muy elevadas, incluso la del domingo pasado en Colombia que llegó al 52% diez puntos más que en Costa Rica. Y es lamentable porque con esos márgenes de abstencionismo lo que sucede es que la legalidad del gobierno queda muy debilitada y su gestión puede verse opacada por la oposición malintencionada. 

Es muy importante la participación de la ciudadanía para que fortalezca la institucionalidad del país, a través de un gobierno fuerte y representativo. Además, el abstencionismo es el inicio de la despreocupación y el abrirle la puerta a cualquiera que quiera, por el populismo, dominar para luego hacer lo que no queremos y que lleguemos a lamentar.

La consigna debe ser la participación y evitar que el país sufra una debacle y lo podamos perder, como ha sucedido en otros países, cuyos ciudadanos en gran cantidad tenemos con nosotros, sufriendo y extrañando su país natal.

Dios quiera que nunca lleguemos a eso y que todos nuestros países puedan fortalecer la democracia o volver a ella.