Osvaldo Durán Castro, sociólogo ITCR, ecologista FECON
Que el FA obtuviera más de la mitad de los votos (51,30%) en León Cortés y le sacara 217 de ventaja al PLN, es emblemático y meritorio como derrota de la sólida tradición liberacionista de larga historia y puesta en piedra desde 2002, y que incluso, en el folklore y la lúdica y sabrosa jocosidad propia de la cultura local “pableña”, está ligada a una salerosa y eventual filiación bastarda del alcalde saliente con el apellido Figueres (¡todo un chistorete aldeano!).
Una muestra de esa secuela de control político es que desde el 2002 hasta el 2024 el PLN mandó en la alcaldía al ganar con holgada ventaja: en 2002 obtuvo 1257 votos. 4 años más tarde, 2118. En el año 2010, 1886 personas votaron por el mismo partido y en las 2 últimas administraciones elegidas en 2016 y 2020, el alcalde que en mayo dejará ese puesto, fue elegido con 2854 votos y reelegido con 3256. En febrero de este año, el PLN alcanzó 1810 votos, obviamente menos que en las últimas cuatro elecciones municipales, pero con respecto de las 2 últimas la caída es de mucho más de 1000 votos, lo cual demuestra que la amalgama social opositora, a pesar de su diversidad, fue capaz de sacarlo del férreo control municipal, que para muchas personas ya estaba rayando en una especie de despotismo dado el irrespeto reiterado del alcalde hacia muchísimas personas (también se ha comentado sobre la fusión entre despotismo y senilidad de la persona alcalde).
León Cortés es la excepcionalidad nacional para un FA que fue décimo lugar en el país con 25846 votos, un 2,36%. El abstencionismo en León Cortés fue del 57,50 % frente al 68,07 % nacional. En los otros 2 cantones de Los Santos, empezando por Dota, votó la mitad del padrón generando un 50,48 % de abstención, y de los votos emitidos el PUSC lapidó con 2,270, un 79,48%. En Tarrazú también ganó el PUSC con 2279 (50,14% de los votos) y el abstencionismo fue del 63,44 %. En ambos cantones, el conservador y tradicional bipartidismo PLN-PUSC acaparó 95 de cada 100 votos. En Dota también acabó la prolongada hegemonía desgastada y languideciente del PLN desde al menos los últimos 22 años que estamos revisando; igual que en León Cortés.
Son varias las causas del cambio de rumbo en la votación en León Cortés. Podemos proponer que la derrota del PLN es de alguna manera una sublevación comunal -aunque no estructurada en una organización- por enojo, agotamiento y autodefensa de la gente ante el alcalde y una parte de la administración, que la trataban con desprecio, prepotencia y llegaron al nivel de colusión con externos para cobros indebidos contra contribuyentes. El alcalde y su círculo también enfrentaron la resistencia de la “clase trabajadora” de la Municipalidad, que se organizó y creó un sindicato afiliado a la ANEP. La negociación de una Convención colectiva, aún en proceso, es muestra clara de que esa cúpula municipal desconoció derechos laborales básicos. Pero claro que el enojo de la gente y la violencia laboral, no son la explicación esencial.
En términos estrictos no sería correcto decir que el FA -como entidad partidaria- ganó las elecciones en León Cortés. Lo correcto es decir que el FA tuvo una actuación políticamente madura al permitir y facilitar que con y alrededor de su escasa y frágil estructura se articulara una oposición política de cara las elecciones municipales que, y aquí es donde está la clave: se originó en el movimiento social gestado desde hace más de 10 años, con la lucha contra la construcción de una gasificadora de basura en la zona de Los Santos, en el cerro El Abejonal, en las cercanías de San Pablo de León Cortés. En esta lucha se sumaron personas y organizaciones sociales de 4 cantones: León Cortés, Tarrazú, Dota y Desamparados. A este movimiento social sin el menor atisbo de filiación partidaria, se aunó el descontento citado con la administración municipal y, es de suponer, el voto de quienes no lograron que su partido oficialista lograra inscribirse. Se trata de una, literalmente, “amplia” diversidad. En todo caso, votos contra el PLN de otros partidos, se sabía que se sumarían como protesta desde mucho antes de febrero 2024, cuando nos manifestábamos contra la complicidad del alcalde y su séquito con la gasificadora. Fue una indignación legítima que obviamente no se podía esperar que se canalizara en un único partido político.
El triunfo de la gente con la bandera del FA / “Alianza Comunal por León Cortés”, tampoco permite decir que se ha creado una estructura nueva de relaciones políticas en el cantón. Pero sí es claro que se trata de una respuesta generada en el aprendizaje colectivo que propició la resistencia y organización pensada, técnicamente sustentada por un diverso y sólido grupo de profesionales, la mayoría directamente pertenecientes a las comunidades, desde las cuales se articularon todas las acciones contra la gasificadora en León Cortés. Esto nos permite ver las elecciones desde el suelo y no desde el escritorio. Esa lucha comunitaria no fue contra la gasificadora únicamente. Fue contra la SETENA y contra la administración de la Municipalidad y se libró en y ante muchas instituciones nacionales (puede verse, por ejemplo: MINAE niega agua a gasificadora de residuos en Los Santos surcosdigital.com). Como era de esperar, los otros partidos políticos intentaron captar y convertir el movimiento social en votos propios.
Durante la lucha social fue un logro que se dedicaran varias audiencias de la Comisión de Ambiente de la Asamblea legislativa para discutir el problema y que dada la gravedad del asunto fueran citados el alcalde Denis Mora y el “oscuro” empleado municipal Kenneth Rodríguez. Los interrogatorios a ambos dejaron en evidencia un manejo turbio del asunto con acciones como la del empleado que “engavetó” (léase escondió) en la Municipalidad el expediente del proyecto tramitado en SETENA. Pero, sobre todo, quedó demostrado el accionar en contra de la población que jamás recibió el apoyo del alcalde y menos su voluntad para cumplir la demanda colectiva de liquidar la gasificadora por las abundantes y probadas razones de salud pública, técnico-científicas, ecológicas y legales.
El único regidor que se mantuvo incólume y permanentemente con el grupo que facilitaba la lucha, y con la gente, tanto en la Municipalidad como en las comunidades y sus organizaciones sociales como Asociaciones de desarrollo comunal y ASADAS fue, precisamente, Juan Manuel Quirós Quirós del FA. Toda la querella de este regidor contra el alcalde, regidores y regidoras y la parte de la administración colusionada con la gasificadora, está registrado en las actas de las sesiones del Gobierno local. Juan Manuel argumentó de manera paciente, reiterada y tolerante ante los desplantes, cada una de las razones que durante años fuimos construyendo en defensa de la gente y los ecosistemas de la zona Los Santos. Por ese largo proceso es que podemos decir que el FA giró oportunamente hacia la amplitud presentándose y construyendo desde las comunidades la “Alianza Comunal por León Cortés”. Ahora, con la Alcaldía y 3 regidurías, tiene la misión de administrar un cantón que históricamente ha tenido uno de los índices de desarrollo humano más bajos del país. (La regidora electa Zaira Torres Solano/FA hace una clarísima explicación sobre cómo se gestó el triunfo de la Alianza-FA en las comunidades. Ver en SURCOS: “Llegamos a la Municipalidad de León Cortés desde las comunidades”).
La valija que lleva Juan Manuel Quirós para ser alcalde, básicamente está llena de experiencia y arraigo con las luchas de las comunidades, que son las mismas que nunca fueron escuchadas por el alcalde saliente. Los votos con los que ganó la Alianza, no son, como ya dijimos, votos para el partido político FA en particular. Son votos que, en el mejor sentido político, reconocen la labor de Quirós como regidor de las comunidades del cantón León Cortés. Por eso, este resultado electoral no es una simple casualidad sino el producto de la construcción de un movimiento social de más de una década y que se manifiesta electoralmente de esta manera. En lo puramente electoral, el FA no le ha “robado” votos a nadie, ha recogido una cosecha de confianza y trabajo generada en el hecho de que sus candidaturas recayeron en personas de base social comunitaria comprometidas con diferentes luchas y defensa de derechos.
La derrota de Liberación nacional es la derrota de la tradición conservadora y acrítica, sin el menor sentido creativo e innovador. Como siempre, el partido derrochó dinero y desplegó su maquinaria electoral. Su derrota es la de la política percudida, somayada, de espaldas a la gente, dirigida por el manoseo, el muñequeo, la manipulación, el discurso “gueco”. Una política regida por el contubernio y apegada a cúpulas nacionales que ni por asomo representan las necesidades de la población en las comunidades nacionales. Esta derrota, incluso vista para todo el país, debería ser una oportunidad para que la gente, sobre todo la de nuevas generaciones, posible y sinceramente deseosas de mejorar la vida, superen esas estructuras decrépitas y generen nuevas alternativas asertivas, sensibles, creativas, verdaderamente educativas y propositivas.
Lo que con optimismo podemos esperar es que el nuevo gobierno local abra todos los procesos de investigación, rendición de cuentas y señalamiento de responsabilidades, ante problemas como la gasificadora, los cobros indebidos, los derechos laborales, entre muchos más, que han arruinado al cantón León Cortés.
Hace muchas décadas en Río Grande do Soul, Brasil, se empezó con la práctica de construcción participativa de presupuestos municipales, y aunque según se dice la Municipalidad de León Cortés plata es lo menos que tiene, ese y muchos más ejercicios de planificación y prácticas inclusivas y democráticas se podrían ensayar. Capacidades para escuchar, dialogar, disentir y crear colectivamente, son indispensables en un gobierno local que busque ser una oportunidad para la integración de la gente con ganas de trabajar. Tal vez, por ejemplo, se reactive el Consejo de la Persona Joven de León Cortés, al que el alcalde saliente le extirpó su escaso financiamiento y expulsó del edificio municipal. Ahora, la gente de León Cortés tiene una oportunidad, compleja pero real.