Los nombres para ABYA YALA: ¿Qué encierran, que dicen?

Trino Barrantes Araya
Email: camilosantamaria775@gmail.com

A propósito de un pequeño vídeo

Aclaro y con el mayor sentido crítico. No busco aquí establecer ningún tipo de polémica, máxime que ahora debemos ocuparnos de la vida, obra y pensamiento del Libertador de América. Escribo esto, solo por el prurito de aclararme a mí mismo, de uno de los pequeños errores que se han hecho un lugar común en nuestro discurso historiográfico.

Decir ya de por sí “América”, es reproducir un sema que denota la visión de los vencedores. No es un nombre ancestral, racial ni tribal; no pertenece a nuestros territorios y pueblos ancestrales. Con Tzvetan Todorov es pues, la visión impuesta a los vencidos.

Antonio Nebrija (1492) en su gramática castellana sentenció de que, lo que no le había sido posible a la espada y el evangelio, la corona española lo alcanzaría a través de la palabra. Por esa razón Novo Hispana, Nuevo Mundo, Hispanoamérica, Iberoamérica, Latinoamérica, Indoamérica y América, no nos representan.

Miguel Rojas Mix, en su excelente texto: Los 100 nombres de América, nos lleva a una aproximación muy interesante sobre el tema en cuestión.

Es a partir de 1942, en donde los pueblos originarios comienzan a apropiarse de su propia memoria, a construir como elemento esencial y como derecho humano fundamental la “resistencia histórica”. Mucho más tardíamente, en mayo de 1989, la participación de los representantes de los pueblos ancestrales en el proyecto de mejora al Convenio 107 y 169 de la OIT, comienzan a afirmar su propia identidad, el reclamo de su autonomía e incorporan la “resistencia histórica”, como un derecho legítimo de estos territorios.

Los nombres citados en los párrafos iniciales fueron sujetos de crítica cuando se conmemoró en nuestros pueblos ancestrales y en sus territorios la recuperación de la memoria de estos pueblos y territorios y en el marco de los 500 años del genocidio perpetrado por España, acusaron el carácter colonialista de dichos conceptos.

Por qué también es un equívoco el concepto: LATINOAMÉRICA. Una brevísima aproximación. El LACIO, LAZIO O LATIUM, es solo una parte de lo que corresponde a Italia. Viterbo, Riete, Roma, Frosinone y Latina, constituyen ese territorio en el cual se asentó la lengua “latina”. Pero ésta, era solamente una más de las 60 lenguas que formaban el abanico de la península Itálica.

MAPA REGIÓN DEL LACIO-LAZIO o LATINA

Pero existe otro aspecto esencial. Lo que señalo es absolutamente de mi responsabilidad, no tengo tiempo para corroborarlo bibliográficamente. Los alfabetos griego y latino, son uno mismo, tienen un tronco común heredados de los fenicios.

Aunque el “latino” es, sin lugar a dudas, la piedra angular del idioma “castellano”. El mismo tenía tres manifestaciones como vehículo de comunicación. A saber: Serno Nobilis, Baja Latinidad y el Serno Vulgares. El primero destinado a los literatos; el segundo de uso más frecuente en los comerciantes y el serno vulgaris, era la lengua que el vulgo hablaba.

Pero el problema no termina ahí. Más bien inicia. Los iberos, de los primeros pueblos que habitan lo que es hoy Portugal y España, no se saben de dónde llegaron. Algunos consideran que eran descendientes de los pelayos. Pero con ellos también arribaron a esta gran península los etruscos (Italia), dorios (griegos) y los iberos (España), godos, visigodos, árabes y judíos, entre muchos otros pueblos.

Curiosamente, los lingüistas, han encontrado en los dialectos (idiomas) de nuestros pueblos ancestrales, parentescos con los idiomas del viejo mundo. En su análisis estructural sobre los orígenes monogenistas y poligenistas, que anteceden a cada lengua primitiva, el parecido en ciertas estructuras es muy grande. Las antiguas lenguas itálicas, las lenguas neolatinas o romanas (greco-latinas), no pueden olvidarse en la genealogía de los términos que el vídeo nos ofrece. Los cuales, en principio y acorde con la memoria y la resistencia histórica no deberíamos aceptar.

Tal vez en el muy corto plazo, bajo el influjo del PODER MORAL que soñó nuestro Libertador y desde la perspectiva de una educación para la libertad, podamos introducir en nuestras mayas curriculares los nombres de Abya Yala, Cuzco, Iriria, para sentirnos más acordes con nuestra propia historia.

 

Imagen ilustrativa: https://www.elconfidencial.com/