“Muerte a la inteligencia, muerte a la intelectualidad”

Dra. Yamileth González G.
Exrectora de la UCR.

Hace 88 años, la voz del fascismo le gritó, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, al rector Miguel de Unamuno, “muera la inteligencia, muera la intelectualidad”; y ese exabrupto, que parecía perdido en un ayer lejano, hoy ha vuelto a resonar con fuerza en Costa Rica, con el irrespeto y el desprecio, con que el actual gobierno, trata a las universidades públicas, y ante la forma en que conduce la discusión de un presupuesto que les permita a estas instituciones incidir apropiadamente en el desarrollo. Un comportamiento a todas luces inadmisible.

Nunca imaginé vivir en mi país con un gobierno con ínfulas autoritarias, que no respeta ni la Constitución, ni la legislación existente. Jamás pensé́ que podría ver en Costa Rica, un ataque sistemático hacia la educación superior, como el que hacen, en forma cotidiana, tanto el presidente de la República, como su ministra de Educación.

Entre el decir y el hacer existe una gran diferencia y las actuales autoridades del país dicen una cosa y hacen otra; dicen creer en la educación, pero la atacan y tratan de debilitarla, y un país que no invierte en educación está destinado a la pobreza y a la desigualdad.

Costa Rica ha brillado por su capacidad negociadora, y aunque se entiende que el presidente y su ministra de educación sean casi “extranjeros” no se justifica que desconozcan su historia, dados los cargos que ostentan.

Ante las profundas y constantes amenazas que vive hoy en día la educación superior, por parte del gobierno de la República, se impone una defensa sistemática e incluso la movilización en las calles. Es un imperativo, como decía Rodrigo Facio, “cuando el país está en calma, el estudiantado en las aulas, pero cuando hay crisis, en las calles” defendiendo la educación como un derecho humano. Por eso es necesaria nuestra presencia los días 28 y 29 de agosto en las movilizaciones convocadas por un Pacto Nacional por la Educación Pública, para decirle al gobierno que el pueblo de Costa Rica quiere mantener la educación como el motor del progreso y de la movilidad social.

De nosotros depende que esta no sea una etapa que empobrezca y divida más a Costa Rica.