Los sectores de la extrema derecha latinoamericana y global se mueven de manera diligente, como siempre lo han hecho, para tratar de darle a las fuerzas fascistas de la extrema derecha venezolana algún nivel de protagonismo político ante la Juramentación Presidencial de Nicolás Maduro Moros el próximo 10 de enero 2025 en Caracas, Venezuela.
En tal sentido, el gobierno de derecha costarricense, servil a esas fuerzas, enviará a su canciller, Arnoldo André, para reunirse con sus homólogos y con Edmundo González candidato perdedor en las elecciones realizadas en julio de 2024 con el fin de levantar su imagen de este último. Lo mismo hace la expresidenta costarricense Laura Chinchilla que en conjunto con expresidentes derechistas y golpistas de América Latina articulados en IDEA se juntarán también en Panamá, con el propósito claro de articular una provocación contra el legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
Hoy el escenario político regional es muy distinto al 2017 cuando los sectores conservadores crearon el Grupo de Lima para agredir a la Revolución Bolivariana. Para este próximo 10 de enero, ya han anunciado su presencia en Caracas, importantes gobiernos como el de Brasil y México, que se suman a muchos otros más, junto a decenas de representantes de movimientos sociales y partidos políticos de distintos países.
Es en ese marco de nuevas realidades que la situación económica mejora en Venezuela, la CEPAL anunció que es el país de mayor crecimiento económico de América Latina en el 2024, con control de la inflación y del tipo de cambio del dólar. La situación política interna es de absoluta normalidad, la oposición política que hace vida dentro del país llama a defender la institucionalidad venezolana, distanciándose cada vez más del golpismo y las corrientes fascistas internas y externas.
Sin embargo, el peligro de agresión e intervención imperialista persisten. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano han sido bastiones de la derecha golpista venezolana y de la nueva administración Trump, que en su momento fue en extremo agresiva (apoyo al Grupo de Lima y acciones de desestabilización) y no se podría esperar otra cosa que las políticas de intervención y agresión. De hecho, ya lo están anunciando.
Desde la Comisión Nacional de Enlace de Costa Rica, saludamos la juramentación del presidente Nicolás Maduro Moros y condenamos categóricamente las acciones injerencistas del gobierno de Costa Rica y de algunos de nuestros expresidentes. La CNE hace un llamado al conjunto del movimiento popular y social costarricense a redoblar los esfuerzos de solidaridad y acompañamiento a la Revolución Bolivariana Venezolana y su dirección política.
El globalismo neoliberal y libertario (liberticida, Rogelio Cedeño) han enriquecido a un puñado de personas, el 1%, mientras han precarizado a los sectores medios y empobrecido a las mayorías, quienes pagan los platos rotos de sus extravagancias. Ninguna novedad, para quienes consideran que el mundo es de los audaces, y salados los que carecen de esa cualidad; sobrevivan o muéranse.
Son estos sectores mayoritarios, los cabreados (molestos, enojados, indignados…), quienes en su desesperación se han convertido en la clientela electoral de una “nueva” clase política que les ofrece salir de su condición de marginalidad y precariedad a cambio de su adhesión incondicional. De esta manera, ha sabido aprovechar y capitalizar su enojo, desesperación y resentimiento, utilizando un discurso grandilocuente cimentado en una promesa de futuro próspero en lo económico, socialmente beneficioso y hasta pacífico. Está creando, así, las condiciones para legitimar su autoritarismo antidemocrático -revestido de una falsa democracia-, mostrándose como defensor y garante de derechos económicos y sociales de las mayorías.
Al respecto, cabe destacar, el señalamiento de Benjamín Tijerina sobre la correlación entre los porcentajes de los electores protestantes, tanto en zonas rurales como urbanas, y a través de todas las capas sociales y generacionales, y los triunfos de Hitler. De ahí, se concluye que el Partido Nacional Socialista no era simplemente un partido de las clases medias radicalizadas, sino un partido popular de la protesta (Tijerina, B. 1998). Efectivamente, en la Alemania de posguerra, primera Mundial, el discurso racista y supremacista de Hitler, así como sus acciones genocidas se vieron favorecidos por las condiciones leoninas y precarias a que fue sometida (Tratado de Versalles). En ese contexto, se supo capitalizar el resentimiento social de las mayorías populares, incluidos por supuesto los protestantes que eran la mayoría religiosa. Un sector de la jerarquía católica y uno minoritario protestante: la Iglesia Confesante, mantuvieron oposición al régimen fascista de Hitler; incluso, uno de sus miembros, el destacado teólogo Dietrich Bonhoeffer, fue víctima y mártir de la causa antifascista.
Hay un sustrato religioso popular en el apoyo que recibió Hitler de protestantes y católicos, así como por los rasgos propiamente religiosos que asumió el fascismo. Este fenómeno, con nuevos matices, tiende a replicarse en el neofascismo contemporáneo. Gravita con fuerza el factor religioso en su versión tanto secular como confesional. La economía se convierte en religión neoliberal (de mercado, Franz Hinkelammert) y la religión en economía neoliberal (pseudoteología de la prosperidad). Es el revestimiento religioso de la economía y económico de la religión. Por lo tanto, ahora, religión y política no requieren legitimarse recíprocamente, a la manera del régimen de cristiandad, vía lo ideológico, simbólico y ritual -aunque esta legitimación se continúe dando- sino que, manteniendo su “autonomía”, se ven integradas, haciendo causa común alrededor de un proyecto económico y cultural: el neoliberalismo, que se comporta religiosamente, favoreciendo un neoecumenismo de corte fundamentalista. Este fenómeno explica, en alguna medida, la emergencia de los partidos confesionales evangélicos en alianza, siempre, con aquellos sectores y partidos que impulsan el proyecto neoliberal, pero disputándose un espacio propio para acceder al poder.
De esta manera, el neofascismo ha encontrado asidero político-electoral en esta nutrida clientela de cabreados sociales, que asumen como ideario las nuevas promesas mesiánicas de los “vendedores de prosperidad” (Paul Krugman) de la nueva religión neoliberal. Por lo tanto, no es casual el apoyo, por ejemplo, recibido por Donald Trump en la reciente contienda electoral, tanto por los sectores medios precarizados, también “radicalizados”, y los empobrecidos (contando ahora con un alto porcentaje del voto de afroamericanos y latinos), donde el factor que incidió e inclinó la balanza electoral fue, en buena medida, la promesa de salvación económica. Con un apoyo, desde arriba y desde abajo, avanza peligrosamente, por los derroteros del autoritarismo que induce a nuevos genocidios (hoy, particularmente, de rostro palestino) y ecocidios. El neofascismo neoliberal es intrínsecamente violento; se comporta como un cerco o gueto que está conduciendo al “suicidio colectivo”. A los cabreados se les ofrecerá “pan y circo” (también represión si se portan mal) y, mientras se entretienen, la riqueza seguirá fluyendo hacia arriba.
La prosperidad para todos, al igual que la “paz” que anunciaban los falsos profetas en tiempos de Jeremías, es la gran mentira del neofascismo, que resulta más digerible cuando asume los rasgos de la ficción literaria (la novela como la “mentira bien contada”, con la gran diferencia de que en la literatura esta “mentira” está al servicio de la bondad, la justicia, la belleza…) o se reviste de religiosidad, bajo el carisma de sus agentes (legitimidad carismática, Max Weber) y la fe de unos seguidores, cuyo fanatismo induce al odio y la violencia. El neofascismo se articula, así, desde un discurso de distracción, por lo consolador y lúdico, y socialmente polarizador, por lo confrontativo, apologético y violento.
Un análisis del régimen posfascista de Jair Bolsonaro en Brasil, señala, siguiendo los planteamientos de Antonio Negri, por un lado, que el posfascismo corresponde a una “fase dura” del neoliberalismo, propia de un período donde este se muestra incompetente para generar modelos de equilibrio político, atender las demandas sociales y enfrentar la fuerte resistencia social. Por otro lado, se trata de una transformación autoritaria del Estado para el salvataje del programa neoliberal; un período en el cual se da una “fuerte recuperación de soberanismo”, donde la multitud ocupa el centro de la lucha de clases como protagonista de los procesos históricos; una implosión de esta multitud “en términos de inseguridad económica o ambiental y de miedo al futuro” y de un repliegue sobre la “defensa de la identidad” (Diego Sztulwarkhttps://www.revistaanfibia.com/lula-bolsonaro-neofascismo/)
Sí, estamos ante el avance político de un neofascismo o posfascismo de rasgos decididamente autoritarios y violentos, cimentado, en buena medida, en una religiosidad secular y confesional, que hace causa común alrededor de una promesa de salvación económica (el reino de Dios en este mundo) y de la seguridad que ofrece el retorno de los valores tradicionales para encarar las incertidumbres; desde ahí, utiliza y manipula la desesperación y el desencanto de las mayorías. La rebelión de los cabreados al servicio de sus victimarios.
Sin embargo, ahí donde está su fortaleza también está su talón de Aquiles. Como bien señala Paul Krugman en un reciente artículo, donde el resentimiento está conduciendo al poder a gente mala, este poder no se sostiene a largo plazo, pues cuando despotrican contra las élites la gente comprende que ellos también son elites; asimismo les cobrarán sus promesas incumplidas, y buscarán a quienes procuren decir la verdad. (https://www.nytimes.com/es/2024/12/10/espanol/opinion/elites-multimillonarios-tecnologia-gobierno.html).
El gran desafío para enfrentar la creciente ola neofascista es continuar develando sus contradicciones, la inconsistencia de su discurso grandilocuente, cínico, demagógico y propiciador del odio y la violencia. “La verdad nos hace libres”.
Las redes sociales lejos, muy lejos de ser espacios seguros de intercambio respetuoso de ideas, de fomento del debate político e ideológico, de buscar crecimiento a través de la crítica honesta, transparente y empática, de discrepar sin menosprecio al que piensa diferente, se han convertido en abultados y saturados tanques de mentiras, odios viscerales y pugnas absurdas que conducen cada vez más a la polarización de quienes comparten dificultades comunes y que deberían redoblar esfuerzos por encontrar puntos de concordia m, esos en los que puedan realizar consensos que permitan luchar para que lo que experimentamos cada día sea vida y no un proceso permanente de supervivencia.
Para generar cambio debemos ser conscientes de que los astutos dueños del capital nos tienen muchísimo más estudiados de lo que realmente estamos dispuestos a aceptar. Ellos a través de múltiples estudios y recopilación de nuestros comportamientos históricos, tienen incluso una amplia variedad de posibles escenarios ante las decisiones que quieren tomar m, empujando al mundo a seguir en el tortuoso camino de la concentración de la riqueza.
Aún recuerdo que fue hace 20 años que escuché que menos del 5% de la población mundial concentra el 80% de la riqueza de todo el mundo y eso hoy en día no se ha dirigido a que ni siquiera un 1% se mueva a favor de la distribución de tan holgados recursos, lejos de ello se sigue en la ruta de una aberrante e ingrata concentración de los bienes comunes.
Es por ello que a quienes participan saturada y permanente del manjar, les conviene que el veneno fascista sea inoculado sistemáticamente en las mentes de las personas que cada vez más opinan como las élites lo indican, perdiendo lentamente la criticidad y peor aún aquello a lo que en mi pueblo llamamos malicia indígena.
Las élites dominantes y dueños de las redes saben que con ello distraen en lo que no es verdaderamente importante y ponen en el centro de las permanentes discusiones a través de maniobras de neuromarketing, lo superfluo, lo inútil, lo estéril, lo superficial.
Como olvidar parafraseando la célebre frase del fascista nazi Goebbels, miente, miente, miente que algo queda , repite una mentira mil veces y harás que la crean como verdad.
Esta táctica engañosa nos muestra claramente cómo actúa el fascismo, por eso no es extraño encontrar que a través de la IA y los troles con perfiles falsos plagados de odios irracionales en su gran mayoría pagados con fondos públicos, y con objetivos nada loables y muy torcidos, se quieran generar discusiones colocando como base una mentira, una verdad a medias (también mentira) o un prejuicio infundado, entre otros.
Es obvio que iniciar un proceso de intercambio de ideas con una base como esa, lo que genera es un sinfín de comentarios sesgados, infértiles, de muy bajo nivel intelectual y ínfimamente provechosas.
Es por ello que no podemos seguir cayendo en indiferencia para recuperar los espacios seguros mediante el diálogo inteligente, la discusión sensata , el debate honesto y transparente, en donde priven los principios, la educación, el respeto y la tolerancia.
Ser indiferente a esta urgente necesidad, nos conducirá cada vez más a una oscuridad en la que no queremos estar y de la que nos va a ser muy dificultoso salir sin dolor y sin sufrimiento.
La historia nos muestra que hay dos fuerzas en constante pugna: una que empodera a los individuos, promoviendo el pensamiento crítico y la libertad, y otra que los somete, utilizando el miedo y la ignorancia como herramientas de control. Esta dicotomía —entre educación y fascismo— no solo define los principios de una sociedad, sino que también determina su futuro. Hoy más que nunca, enfrentamos el desafío de decidir hacia cuál de estas fuerzas nos inclinaremos.
La Educación como Base de la Libertad
La educación ha sido siempre la clave para la emancipación humana. A lo largo de la historia, el acceso al conocimiento ha permitido a las personas liberar su pensamiento y cuestionar las estructuras de poder que las oprimen. Desde la antigua Grecia hasta los movimientos de liberación del siglo XX, la educación ha sido el arma de los oprimidos. Erik Fromm, en su libro El Miedo a la Libertad, señala que la libertad requiere de un acto consciente y que la ignorancia, alimentada por el miedo, es el obstáculo principal para alcanzar esa libertad (Fromm, 1941).
Una educación que promueva el pensamiento crítico no solo forma individuos con capacidad de reflexión y análisis, sino también ciudadanos activos que cuestionan el status quo y luchan por una sociedad más justa. Sin embargo, no basta con cualquier educación. Debe ser una educación crítica, que enseñe a pensar y no a obedecer ciegamente.
Ejemplos históricos como el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos, liderado por figuras como Martin Luther King Jr., muestran cómo el acceso al conocimiento y la educación empoderó a millones para resistir la opresión sistémica (King, 1963). De igual manera, en América Latina, las dictaduras militares de los años 70 fueron desafiadas por movimientos estudiantiles que usaron la educación como un espacio para organizarse y luchar por la democracia.
El Fascismo: El Cultivo del Miedo y la Ignorancia
El fascismo, en contraste, se alimenta de la ignorancia. No necesita ciudadanos que piensen; necesita súbditos que obedezcan. La manipulación del miedo es su arma más poderosa. Desde los regímenes fascistas de Hitler y Mussolini, hasta las dictaduras modernas, el miedo ha sido utilizado para controlar, censurar y reprimir a las masas. El fascismo se sustenta en una estructura verticalista, donde el poder se concentra en unas pocas manos, y cualquier disidencia es castigada violentamente (Mudde & Kaltwasser, 2017).
El miedo, para los fascistas, no es una consecuencia indeseada, sino un objetivo buscado. Durante la pandemia de COVID-19, vimos cómo el miedo fue utilizado para incrementar las ganancias de empresas transnacionales y farmacéuticas, mientras la vida de millones quedaba relegada a un segundo plano (Baker et al., 2020). En este contexto, la ignorancia y la desinformación se volvieron herramientas clave. La manipulación mediática y la difusión de teorías de conspiración generaron un ambiente de confusión y polarización que favorecía a quienes buscaban el control total.
La Manipulación de la Educación por el Fascismo
Un aspecto clave del fascismo es su capacidad para controlar y manipular la educación. Regímenes autoritarios han transformado los sistemas educativos en herramientas de adoctrinamiento, eliminando cualquier posibilidad de pensamiento crítico y distorsionando la historia. La censura de libros y el revisionismo histórico son comunes en estos contextos, donde solo se permite una visión única, la del régimen (Zerubavel, 1996).
En la actualidad, vemos casos donde la educación sigue siendo un campo de batalla ideológico, en el que se decide quién tiene derecho a la verdad. En algunos países, se distorsiona la historia en los currículos escolares para promover visiones autoritarias, y se eliminan discusiones sobre derechos humanos y justicia social, elementos fundamentales para una educación integral.
El Rol de los Medios y las Redes Sociales
La educación ya no se limita a las aulas. Los medios de comunicación y las redes sociales juegan un papel crucial en la forma en que las personas acceden a la información y desarrollan su percepción del mundo. Sin embargo, estas plataformas han sido fácilmente manipuladas por quienes buscan promover el miedo y la desinformación. Las fake news y las teorías de conspiración se han convertido en armas poderosas, que permiten a los regímenes autoritarios manipular la opinión pública y sembrar confusión (Allcott & Gentzkow, 2017).
Es crucial que la alfabetización mediática sea parte integral de la educación moderna. Las personas deben aprender a discernir entre información veraz y manipulada, a cuestionar las fuentes y a desarrollar un pensamiento crítico frente a lo que consumen. La lucha por la verdad es, hoy en día, una batalla que se libra en las redes sociales, donde la información falsa se propaga con mayor rapidez que la verdad.
La Resistencia a Través del Conocimiento
A pesar de los esfuerzos del fascismo por dominar la educación y controlar la información, siempre ha habido resistencia. Movimientos sociales, intelectuales y ciudadanos han utilizado el conocimiento como una forma de combatir la opresión. Durante las dictaduras en América Latina, profesores y estudiantes arriesgaron sus vidas para mantener espacios de pensamiento libre y crítico. En la Alemania nazi, muchos intelectuales y académicos se negaron a plegarse al régimen, a pesar de la persecución (Mosse, 1966).
El conocimiento, el acceso a la información y la educación son las armas más poderosas que tenemos para resistir al fascismo. No se trata solo de enseñar hechos y cifras, sino de enseñar a pensar, a cuestionar, a resistir.
Conclusión: Un Futuro en Juego
Hoy, más que nunca, nos enfrentamos a una decisión crucial: elegir entre una sociedad educada y crítica, o una sociedad sometida por el miedo y la ignorancia. El fascismo prospera cuando dejamos de cuestionar, cuando permitimos que el miedo controle nuestras vidas. La educación es la única vía para garantizar una ciudadanía libre, empoderada y capaz de defender sus derechos.
Como sociedad, debemos exigir una educación pública y de calidad, accesible para todos, que fomente el pensamiento crítico y no la obediencia ciega. Solo entonces podremos aspirar a un futuro donde el fascismo no tenga lugar, y la libertad sea un derecho y no un privilegio.
Allcott, H., & Gentzkow, M. (2017). Social Media and Fake News in the 2016 Election. Journal of Economic Perspectives, 31(2), 211-236.
Baker, R., et al. (2020). COVID-19: Impact on Business and Economic Activity. National Bureau of Economic Research.
Fromm, E. (1941). El Miedo a la Libertad. Nueva York: Farrar & Rinehart.
King, M. L. (1963). I Have a Dream. Speech delivered during the March on Washington for Jobs and Freedom.
Mudde, C., & Kaltwasser, C. R. (2017). Populism: A Very Short Introduction. Oxford University Press.
Mosse, G. L. (1966). Toward the Final Solution: A History of European Racism. Howard Fertig.
Zerubavel, E. (1996). Social Mindscapes: An Invitation to Cognitive Sociology. Harvard University Press.
Nota sobre la autoría: Este texto es una revisión de mis ideas sobre el papel de la educación y el fascismo, y ha sido elaborado a partir de una síntesis de diferentes fuentes y referencias. No es un trabajo original, sino una recopilación y análisis de conceptos existentes en la literatura sobre el tema. Juan Arguedas Chaverri.
Durante su intervención en el Congreso Mundial Antifascista, Delcy Rodríguez señaló que recientemente en América han aparecido 17 y en Europa 21 movimientos fascistas o protofascistas. Nada extraño: el fascismo surge de las crisis capitalistas, y las agrava.
Con Franz von Neumann, pensamos que el fascismo es el capital actuando en la más absoluta complicidad con el Estado. Recordemos la denuncia de Foxham según la cual sólo un 1% de la población posee casi el 50% de la propiedad global, y sólo un 10% acapara más del 80% de toda la propiedad del planeta. Las crisis económicas de 2008 y de 2019, esta última camouflada por las extremas medidas contra la pandemia, aceleraron exponencialmente esta hiperconcentración.
El fascismo no es más que uno de los disfraces del capital ante las situaciones socioeconómicas difíciles que podrían posibilitan la Revolución. Mientras ésta no triunfe, seguirá el capital reconcentrándose, hasta que una docena de megaempresas acaparen la casi totalidad de la propiedad mundial.
Hoy en día vemos una cuasi acumulación titánica del poder económico privado tanto entre los bloques del mundo unipolar como en los del multipolar: el Mercosur, el BRICS, el ASEAN, los No Alineados. En la medida en que el capitalismo avance en la tarea de eliminar a sus adversarios, bajo las más diversas máscaras y disfraces tendremos un cada vez más unitario bloque fascista de hiperconcentración política y económica golpeando con todas las tácticas y estrategias imaginables a la humanidad.
El fascismo es o intenta ser imperialista. Desde los comienzos de la Época Moderna este monstruo ha sobrevivido mediante el control planetario de los recursos naturales y humanos que posibilitan el modo de producción industrial. Pero el informe sobre los Límites del Desarrollo del Club de Roma ya en 1972 advirtió que los recursos naturales son limitados, y que no es posible una expansión industrial y demográfica infinitas en un planeta con recursos finitos.
En el último siglo la rebatiña se concentra sobre la energía fósil. Según la Agencia Internacional de Energía, British Petroleum, la OPEP y otros organismos competentes en la materia, las reservas de hidrocarburos al ritmo de consumo actual podrían durar sólo cuatro o cinco décadas más. El combustible fósil suple más del 80% del consumo energético global: su control es la clave del dominio planetario durante el venidero medio siglo.
Históricamente, los movimientos fascistas o protofascistas han adoptado una ideología elitista, racista y xenófoba: la propia clase, “raza”, nación, religión o cultura han sido elegidas por Dios, la selección natural o la competencia económica para dominar, explotar y exterminar a las restantes. La misma ciencia que permitió el desarrollo industrial avanzado proporciona ahora los medios para fabricar elites objetivamente superiores.
Así, las técnicas de edición de genes facultan a quienes puedan costearlas para predeterminar el grado de salud, longevidad, inmunidad contra infecciones y quizá hasta la inteligencia potencial de sus descendencias. A la oligarquía del capital o de la formación académica se podría superponer una oligarquía eugenésica que, como las anteriores, utilizaría sus capacidades para explotar y exterminar a quienes no formen parte de ella.
Pues al igual que el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, el fascismo se alimenta del saqueo de la naturaleza y de la fuerza de trabajo. O quizá los sobrepasa. Esclavo es quien no obtiene excedente económico, porque su remuneración se limita al mínimo que garantiza la subsistencia. La negación del excedente lleva consigo todas los demás.
El capitalismo y el fascismo avanzan un paso más, al empujar a la fuerza de trabajo por debajo del límite de la subsistencia. Ejemplo de ello, los campos de trabajo forzado en los cuales Albert Speer internó a tres millones de trabajadores para prolongar el esfuerzo armamentista del Tercer Reich, los regidos por otros imperialistas en su fase colonialista.
Quizá es esclava la inmensa mayoría de la humanidad cuyos salarios no igualan o apenas cubren el costo de la canasta básica. Con mayor razón, la condenada a tal situación por deudas contraídas, no por ellos ni sus padres, sino por sus Estados, deudas que en conjunto suman actualmente el 333% del Producto Interno Global Anual.
Por debajo de la subsistencia o del hambre no hay derechos culturales, sociales ni políticos. Ni los deseos ni la opinión ni el voto del pobre son considerados legítimos por los poseedores, quienes sólo tienen para los explotados un destino: el exterminio.
Pues se estima que la Inteligencia Artificial está por desplazar más del 40% de los puestos de trabajo humanos. Ello convierte a una considerable masa, asimismo privada de propiedad, en inútil para la acumulación de dividendos, objetivo final del capitalismo y del fascismo.
Bajo la lógica contable, unos 4.000.000.000 de personas resultarían sobrantes en el reparto de la energía, los alimentos y los recursos naturales bajo la dictadura del interés capitalista. Situación para la cual siempre Capitalismo y Fascismo tienen pronta una Solución Final.
Imposible parecería que se perpetrara semejante cúmulo de horrores. Sin embargo, tanto el capitalismo como su etapa superior, el fascismo, llevan tiempo ejecutándolos, bajo los más diversos disfraces: colonialismo “civilizador”, inversiones “modernizadoras”, privatizaciones “productivas”, entrega de recursos naturales a transnacionales “desarrollistas”, sistemas fiscales que exoneran de impuestos al capital y los gravan sobre el trabajador, abolición de todas las conquistas laborales, sociales y sindicales por regímenes “especiales”.
Todo se ha hecho, se hace y se hará en nombre de los más nobles y atractivos pretextos: libertad, progreso, democracia. El sistema comunicacional capitalista y fascista presenta sistemáticamente cada cosa como su contrario: monopolio como prosperidad, egoísmo como solidaridad, desprotección como oportunidad, miseria como abundancia, saqueo como progreso. Mecanismos de espionaje cibernético detectan, incrementan y anulan la disidencia. La falsificación mediática de la realidad presentaría como redención el exterminio.
El fascismo que describo podría venir, pero sólo si lo consentimos. No más de una décima parte de la humanidad mueve su espantable maquinaria. Los párrafos anteriores no describen una pesadilla, sino un alerta. Arrancar la máscara al fascismo es arrebatarle su fuerza.
»Se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor», dijo el Dr. Salvador Allende aquel tenebroso 11 de setiembre de 1973, instantes antes de morir.
El asesino vitalicio Augusto Pinochet, fiel a los deseos de Richard Nixon y los «aristócratas» chilenos que ante la presencia de «los rotos» veían perder el «señorío» palaciego del Palacio de La Moneda, cobardemente ordenó bombardear con aviones Hawker Hunters el palacio presidencial. Su objetivo: asesinar al Presidente Constitucional de Chile. Dignísimo «compañero» quien rechazó rendirse y refugiarse en una embajada de nación amiga, como la de Costa Rica, a la que don Pepe le instó asilarse.
¡Jamás! podríamos olvidar el momento de las firmes palabras del Presidente, a través de la radio, con interferencias provocadas por los fascistas, en medio del ruido macabro de las armas pesadas, los tanques y camiones por las calles y el vuelo de los aviones a reacción.
Para entonces vivíamos en un apartamento en calle Mac Iver con Huérfanos, a pocas cuadras de La Moneda, desde donde la pesadilla dejaba de ser tal; el anunciado golpe de Estado se estaba ejecutando. Fue el inicio de una larga y sangrienta dictadura militar, donde los asesinatos, la tortura, los desaparecidos y los robos al Estado, eran cotidianos. Ya Víctor Jara no cantaba en el Teatro Municipal, ni se escuchaba la voz grave y lenta de Pablo Neruda, el eterno poeta que murió de pena.
Pero un día la estrella de la bandera chilena volvió a brillar, y por fin, se abrieron de nuevo las grandes alamedas, se condenó a Pinochet y otros criminales uniformados, se expulsó a los que usurpaban el poder político y, por karma del destino, el siniestro Richard Nixon fue expulsado cual vil delincuente de la Casa Blanca…
Hace 88 años, la voz del fascismo le gritó, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, al rector Miguel de Unamuno, “muera la inteligencia, muera la intelectualidad”; y ese exabrupto, que parecía perdido en un ayer lejano, hoy ha vuelto a resonar con fuerza en Costa Rica, con el irrespeto y el desprecio, con que el actual gobierno, trata a las universidades públicas, y ante la forma en que conduce la discusión de un presupuesto que les permita a estas instituciones incidir apropiadamente en el desarrollo. Un comportamiento a todas luces inadmisible.
Nunca imaginé vivir en mi país con un gobierno con ínfulas autoritarias, que no respeta ni la Constitución, ni la legislación existente. Jamás pensé́ que podría ver en Costa Rica, un ataque sistemático hacia la educación superior, como el que hacen, en forma cotidiana, tanto el presidente de la República, como su ministra de Educación.
Entre el decir y el hacer existe una gran diferencia y las actuales autoridades del país dicen una cosa y hacen otra; dicen creer en la educación, pero la atacan y tratan de debilitarla, y un país que no invierte en educación está destinado a la pobreza y a la desigualdad.
Costa Rica ha brillado por su capacidad negociadora, y aunque se entiende que el presidente y su ministra de educación sean casi “extranjeros” no se justifica que desconozcan su historia, dados los cargos que ostentan.
Ante las profundas y constantes amenazas que vive hoy en día la educación superior, por parte del gobierno de la República, se impone una defensa sistemática e incluso la movilización en las calles. Es un imperativo, como decía Rodrigo Facio, “cuando el país está en calma, el estudiantado en las aulas, pero cuando hay crisis, en las calles” defendiendo la educación como un derecho humano. Por eso es necesaria nuestra presencia los días 28 y 29 de agosto en las movilizaciones convocadas por un Pacto Nacional por la Educación Pública, para decirle al gobierno que el pueblo de Costa Rica quiere mantener la educación como el motor del progreso y de la movilidad social.
De nosotros depende que esta no sea una etapa que empobrezca y divida más a Costa Rica.
El excandidato presidencial Edmundo González y María Corina Machado, se distanciaron de los daños ocasionados en la República Bolivariana de Venezuela por sus seguidores, tras desconocer el Consejo Nacional Electoral (CNE) durante una “video llamada” realizada al presidente costarricense Rodrigo Chaves.
El gobernante dijo en conferencia de prensa el miércoles siete de agosto que lo habían llamado “llorando” para pedir apoyo para la causa de ellos.
Posteriormente se miran en un video “colgado” en redes sociales, donde ambos venezolanos dialogan con el mandatario, sin que en ningún momento asumieran responsabilidad alguna por la intentona de golpe de estado, los daños materiales y los muertos ocasionados en Venezuela, luego de desconocer el CNE y los datos oficiales emanados de éste en relación con las votaciones del 28 de julio.
Tanto el actual Jefe de Estado, como ocho expresidentes sobrevivientes desde 1986 a la fecha de los partidos Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana, “desaparecieron” toda “oposición” y “profundas “diferencias” ideológicas y económicas, entre sí, cuando se trata de rechazar el proyecto de democracia participativa en Venezuela.
a). – La noche triste: Tras dos días de trifulcas, ella y él salieron para saludar a su público y evaluar “in situ” los resultados de otra “noche negra”, como en ocasiones pasadas, pero esta vez a causa de las elecciones del 28 de julio en la República Bolivariana de Venezuela.
No era para menos. González Urrutia y Machado habían posesionado el libreto escrito en Washington con las frases de “fraude”, “democracia” y “libertad”, replicadas decenas de veces acá y allá por las grandes cadenas de noticias. Solo vasta revisar la CNN, Tevé España, RCN de Colombia, sin faltar nuestros telenoticieros de canal 7 y Repretel.
Para González Urrutia y Machado esta vez las “protestas pacíficas” no dieron la sangre suficiente, como sí ocurrió en otras ocasiones, pues con bastante antelación el gobierno del presidente Nicolas Maduro sabía que estaban frente a un masivo “hackeo” para dañar la credibilidad del CNE, acelerar un “golpe de estado” preparado en Estados Unidos y coordinado internamente por la llamada derecha venezolana, denunció la vicepresidente ejecutiva, Delcy Rodríguez, en conferencia de prensa, el pasado 8 de agosto.
Según diversas fuentes consultadas, como El Tiempo de Colombia, ABC internacional de España, así como datos de la misma “oposición” venezolana, las “protestas pacíficas” nocturnas del pasado 28 de julio, solo tuvieron 24 muertos, en contraste, por ejemplo, con 43 fallecidos ocurridos durante la violencia desencadenada entre el 12 de febrero y el 29 de mayo de 2014.
Sin embargo, sumando datos oficiales y hechos reivindicados por los mismos opositores, hubo12 universidades atacadas en todo el país. 7 escuelas de educación inicial, 21 escuelas de primaria, 34 liceos, 6 centros de diagnóstico integral, un centro de salud de alta tecnología, 30 dispensarios médicos ambulatorios, una farmacia y 6 Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP.)
Además se reportó la destrucción de una radio comunitaria, 11 estaciones del Metro de Caracas, un tren incendiado en la estratégica ciudad de Valencia, al oeste de Caracas, 38 unidades de autobús, principalmente en la capital venezolana, 27 monumentos y estatuas en todo el país, incluyendo las del padre de la independencia de varios países de Suramérica, Simón Bolívar, del líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, el cacique Coromoto, inspirador de la patrona de Venezuela, la virgen de Coromoto.
Intentaron acabar con la estatua del científico y filántropo del siglo XIX, José Gregorio Hernández, atacaron y quemaron en todo el país 10 sedes del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), devastaron un centro de aguas servidas en Nueva Esparta, en el noreste venezolano, destrozaron a bala o bombas molotov 10 sedes gubernamentales, entre puestos policiales, cuarteles y el Ministerio de Vivienda en la ciudad de Chacao, un municipio que pertenece al Área Metropolitana de Caracas.
Asimismo, dañaron 10 sedes del Consejo Nacional Electoral, cuando intentaron un asalto coordinado entre el 28 y el 29 de julio, además 60 de más de 600 veedores (observadores) del proceso electoral provenientes de Europa y Latinoamérica fueron trasladados de urgencia de sus carpas hacia las instalaciones más seguras del CNE. Quemaron las alcaldías en las localidades de Carirubana, al suroeste de la conocida península de Paraguaná, estado Falcón, así como la de la población de Quíbor, considerada la ciudad de la artesanía, en el estado Lara.
Destruyeron la plaza pública de El Valle y la estación del Metro de El Valle, en Caracas, atacaron al zoológico de Maracay, ubicado en la parte central de la república, siguen bajo amenazas 5 mil líderes y lideresas populares o sus familiares, asesinaron a sangre fría a 2 soldados que cumplían la orden de “no caer en provocaciones” e hirieron a 120 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, mientras la nación bolivariana permanecía toda la noche del 28 de julio bajo un ataque cibernético originado desde Macedonia del Norte, según la versión oficial.
b).La doctrina del caos: A solo horas de iniciadas las “protestas pacíficas” en Venezuela los siguientes países consideraban que el “caso venezolano” no es un asunto para resolver internamente por sus autoridades y población, sino es necesaria la intervención de terceras fuerzas. Estos gobiernos fueron: Costa Rica Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana.
Los siete ejecutivos llamaron a una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con base en datos electorales dados a conocer por la Plataforma Unitaria (PU) en una página de la internet creada para esos efectos y ampliamente promocionada en el exterior por las siguientes multinacionales de la noticia: CNN, la VOA, DW, TV española, Francia Internacional, BBC, Univisión, entre otras, sin faltar el aporte criollo de Telenoticias y Repretel.
Los países citados lograron la reunión de dicho Consejo Permanente de la OEA y, desde él pretendieron imponer a un pais que no es miembro del organismo desde el 27 de abril de 2019, la revisión de las actas electorales con “observadores independientes”.
Esta activación de la alicaída OEA -un diplomático regional llegó a calificarla como “departamento de colonias” de Estados Unidos-, buscaba legitimar cualquier tipo de acción encaminada a desalojar del poder a los chavistas, para luego legalizar la intervención mediante un reconocimiento diplomático masivo del nuevo gobierno de Edmundo González Urrutia. ¡Perversión jurídica, pero eso no importa, cuando el fin justifica los medios, diría Maquiavelo!
Sin embargo, la “jugada” diplomática no salió. La política exterior de Costa Rica, Uruguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana deberá conformarse, a lo sumo, con memorizar el nuevo libreto de la segunda versión mejorada de Juan Guaidó, reconociendo el polémico González Urrutia, como presidente electo en Venezuela.
Controvertido, porque según un reporte atribuido al periodista francés, Ignacio Ramonet, publicado en su página de Facebook, compromete a González Urrutia y Leopoldo Castillo, quienes en el pasado estuvieron destacados en la embajada venezolana en El Salvador, con actos violentos en la región a favor de las causas estadounidenses. https://www.redbetances.com/home/1-latest-news/4142-2024-08-03-22-12-36.htm) El excandidato presidencial ha negado cualquier vínculo con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos durante su estadía en San Salvador.
En todo caso, el revés diplomático sufrido por Costa Rica, Uruguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana estuvo muy cerca de rozar en hazmerreir. Un cable de la agencia EFE reproducido, por el periódico “Perspectivas Suizas”, dio cuenta de que la resolución que exigía a las autoridades de Venezuela publicar de inmediato las actas de las elecciones no alcanzó los apoyos necesarios para ser aprobada por el Consejo Permanente de la OEA, luego de que se abstuvieran naciones como Brasil, Colombia y México.
Es al investigador e intelectual francés, Thierry Meyssan (nacido el 18/51957), que atribuyen haber delineado la estrategia del “caos” o el “patear el tablero”, que pretendieron aplicar en cuestión de horas en todo el territorio venezolano, en ocasión de las elecciones pasado 28 de julio.
Hace 70 años, decía en la 2ª parte de un artículo aparecido en la Red Voltarie, titulado “El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo” (consúltese https://www.voltairenet.org/article197560.html),que los estrategas estadounidenses sufren una obsesión que no tiene nada que ver con la defensa de su pueblo. Lo que les obsesiona es mantener la superioridad militar sobre el resto del mundo. Durante el decenio transcurrido entre la disolución de la URSS y los atentados del 11 de septiembre de 2001, estuvieron buscando diferentes maneras de intimidar a todo el que se resistía a la dominación estadounidense”, puntualizaba.
Citaba el almirante Arthur K. Cebrowski cuando predicaba que había que reorganizar los ejércitos de Estados Unidos de manera tal que fuese posible procesar y compartir una multitud de datos de forma simultánea. Eso haría posible algún día el uso de robots capaces de indicar instantáneamente las mejores tácticas, añadía.
El asistente del almirante Cebrowski, Thomas P. M. Barnet, afirmaba – según nos dice Meyssan en su artículo, tras hacer mención de los hechos del 11 de setiembre de 2001 – que, para mantener su hegemonía, Estados Unidos tendría que dividir el mundo en dos partes. Quedarían de un lado los Estados estables (los miembros del G8 y sus aliados) y del otro lado estaría el resto del mundo, considerado simplemente como un “tanque” de recursos naturales.
La observación realizada por el articulista de crear una especie de ejes buenos y ejes del mal son los que sustentan la “teoría del caos” y “botar el tablero”. “Barnett se diferenciaba de sus predecesores, nos va a decir el articulista, en un punto fundamental: ya no consideraba que el acceso a esos recursos fuese crucial para Washington, sino que afirmaba que los Estados estables sólo tendrían acceso a esos recursos recurriendo a los ejércitos estadounidenses. Para eso habría que destruir sistemáticamente toda la estructura estatal en los países que serían parte de ese “tanque” de recursos, de manera que nadie pudiese oponerse en ellos a la voluntad de Washington, ni tampoco tratar directamente con los Estados estables. La destrucción de las estructuras estatales equivale a regresar a los tiempos del caos…”, advertía.
De lo que hay pocas dudas, independientemente de los cambios de paradigmas del imperialismo, de si recurre al “caos” o el “terror” como armas de subyugación, es que, tras caer la antigua Unión Soviética, el modelo de producción impuesto globalmente “despertó” y sigue despertando las células dormidas del nazismo y el fascismo, reforzado por el sionismo que arrasa con todo a su paso.
Recientemente el maestro y filósofo costarricense, Arnoldo Mora, en sendos artículos aparecidos en el SemanarioUniversidad y SURCOS digital, consideraba al fascismo como amenaza a tomar en serio. Sostiene que la característica fundamental de los movimientos fascistas actuales, donde quiera que hayan surgido y cualesquiera que hayan sido las circunstancias que los hayan provocado y alimentado, es que consideran las libertades democráticas y las instituciones que las sustentan, como el causante principal de todos los males que se ciernen sobre las masas populares; de ahí, que el demagógico lenguaje que emplean tiene como objetivo conquistarse el apoyo de esas masas gracias al carisma de un líder mesiánico en quien éstas depositan toda su confianza; todo lo cual se da dentro de un contexto de crisis de la democracia formal debido a que la democracia social ha sido socavada, advirtió. (Véase: https://surcosdigital.com/la-amenaza-del-fascismo/;https://semanariouniversidad.com/opinion/la-amenza-del-facismo/).
Por su parte,el investigador e historiador costarricense, Carlos Delgado Rodríguez, nos abría los ojos en cuanto el interés para que los pueblos no alcancen el nivel de masa política organizada.
Al ahondar sobre la situación en Venezuela nos va a recordar que la derrota del campo popular (clases subalternas interesadas en la construcción de un nuevo orden que supere al capitalismo) desde hace décadas, ha sido acompañada por la disolución de las organizaciones políticas que se planteaban las transformaciones revolucionarias dentro del capitalismo; lo que aún queda está disperso y debilitado en cada país y en el campo internacional, afirma.
La dificultades actuales – añade – son agravadas en nuestros países por masas que son precisamente un conglomerado de gente que no adscribe ningún proyecto político específico. Dejan de ser masas cuando suscriben un proyecto revolucionario para ser pueblo político, organizado, clasista, que aspira a una gran transformación social. (Consúltese artículo de 2/8/2024 “Venezuela y la crisis de las elecciones del 2024”, revista SURCOS: https://surcosdigital.com/venezuela-y-la-crisis-de-las-elecciones-del-2024/)
c.-) Los “tiempos difíciles”. A manera de conclusión. Son tiempos difíciles que a muchos nos llenan de optimismo. El horizonte nos emerge allá, en forma amplia, amplísima. Claro, las fuerzas del sionismo, el fascismo y el nazismo se mueven también recicladas, unas veces sin disfraz alguno, como supuestos “magos” de la economía o pentecostales que hablan en lenguas extrañas y tienen teléfono directo con Dios. Otras veces , con discursos paternalistas prestados por las ONGs y la Fundación Soros con tono de “progresismo”, “izquierda vegetariana” o “izquierda carnívora”, para que no haya pueblo articulado, precisamente, porque ambos enemigos saben que los pueblos, al que desde hace tiempo tiraron en un rincón, más temprano que tarde revertirán su despojo a ser dignos en conquista plena de libertad, regresarán al camino de sus orígenes y entenderán, por fin que, utilizarlos por unos pocos cada cierto periodo para recortar a sus viejos las jubilaciones, mal administrar sus dineros, dejar que mueran sus parientes por falta de sanidad y enceguecer más a la justicia tirándole más ácido sobre los ojos, eso no puede llamarse democracia en ninguna parte del planeta.
Odian, aunque bien disimulan, el olor a macana y pala de quienes tienen años de estrangular a lo largo y ancho del continente porque producían lo que nos comíamos, a esas madres que hoy dieron de mamar y mañana no saben si tendrán leche, porque durante el día no tuvieron nada para comer, el pequeño y mediano comerciante y empresario que ve cómo el gobierno de turno lo aconseja que inicie un nuevo emprendedurismo porque quienes tienen la contabilidad en sus países de origen, los dejaron en la calle.
Son tiempos difíciles, nada fáciles, por cierto, pero de victorias también para los pueblos. Desde América, pasando por África y Asia, sobran ejemplos. Un pueblo que conoce su libertad y la dignidad que le arrancaron, no necesita intermediarios ni caros “mesías” porque nunca más será esclavo de nadie, aunque los sionistas, los nazis y fachos llenen de bombas sus territorios o siembren el “caos” para seguir con su política de despojos y desprecios.
Ello me recuerda las palabras de un martiano de tal estatura política, moral y ética, que después de su desaparición física no podrán borrarlo de la memoria de los pueblos. Dijo: “En los tiempos difíciles el número de vacilantes aumenta; en los tiempos difíciles —y eso es una ley de la historia— hay quienes se confunden, hay quienes se desalientan, hay quienes se acobardan, hay quienes se reblandecen, hay quienes traicionan, hay quienes desertan. Eso pasa en todas las épocas y en todas las revoluciones. Pero también en los tiempos difíciles es cuando realmente se prueban los hombres y las mujeres; en los tiempos difíciles es cuando se prueban, realmente, los que valen algo. Los tiempos difíciles son la mejor medida de cada cual, del carácter de cada cual, del coraje y el valor de cada cual, de la conciencia de cada cual, de las virtudes de cada cual y, sobre todo, de las virtudes de un pueblo; y las virtudes patrióticas y revolucionarias no le faltaron ni le faltarán jamás a este pueblo”. (Ver Fidel Castro Ruz en: “La pupila insomne”, 10 /6 / 2020, https://lapupilainsomne.wordpress.com/2020/06/10/en-los-tiempos-dificiles-es-cuando-se-prueban-realmente-los-que-valen-algo-por-fidel-castro/)
Resolución del Partido Vanguardia Popular ante el proceso electoral del 28 de julio 2024.
San José, 3 de agosto de 2024
“…En Venezuela, desde que ganó Chávez en el 98, hay una batalla por el poder entre dos doctrinas: la de Bolívar y Chávez o la de la Casa Blanca (doctrina Monroe)…
El continuum golpista
“…La jornada electoral del pasado 28 de julio para la elección presidencial del período 2025-2031 mostró la entusiasta participación cívica y ciudadana del pueblo venezolano, en lo que se advierte y reafirma su decisión de que la democracia se fortalece cuando la comunidad política se pronuncia y autodetermina en la elección de su destino”. (https://www.clacso.org/el-desafio-democratico-de-venezuela/).
La intentona del golpe de Estado en Venezuela y la narrativa de posicionar un discurso mediático de que hubo elecciones fraudulentas, no es nuevo.
Las guarimbas del 2017, los tranques del 2018 en Nicaragua y el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia en el año 2019, forma parte de esta obscura novela de terror de los EE.UU. y sus testaferros locales, en contra de la afirmación de la democracia popular participativa y representativa.
Pero la República Bolivariana de Venezuela no se ha podido librar de estos ataques. Al contrario los operativos de sabotaje y de golpe de Estado contra esta triunfantes Revolución se fragua desde hace muchos años. “Los golpes suaves adquieren legitimación en una gran región que avanza hacia la unidad latinoamericana”.
Este proceso, por supuesto que no llega solo, viene acompañado por la guerra de cuarta generación y por medidas draconianas como las más de 960 sanciones contra Venezuela y el asqueroso bloqueo al cual es sometida la revolución “chavista-madurista”.
Cabe señalar, como lo hace uno de los veedores internacionales que: “La situación en Venezuela no es como la pintan en los medios /…/ Hasta ahora la oposición de ultraderecha no ha tenido la fuerza para para hacer algo de envergadura. Sus acciones son de propaganda, pequeños actos de terror, aislados y violentos, sin grandes manifestaciones. Quema de algunos edificios y ataques a policías y militares que se encuentran aislados. Un militar asesinado y varios policías e integrantes de las fuerzas armadas heridos”.
Conociendo el mundo entero que el sistema electoral venezolano está altamente blindado. Obviamente se ensaya formas sucias de ataque cibernéticos, campañas mediáticas de desinformación y redes sociales mintiendo las 24 horas. Por eso, la narrativa del fraude se les cae a cada momento
El contexto postproceso electoral
Con un nombre muy al estilo del lenguaje de las posverdad, Adam Schak habló de los golpes de Estado suave. Otros más lúdicamente crearon el término de revolución de colores. Pero lo cierto es que, después del triunfo contundente del Presidente Nicolás Maduro Moros, apoyado por el PSUV, la derecha no ha podido asumir la derrota.
Previo al voto popular dos agentes del imperialismo norteamericano, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, habían ensayado una serie de narrativas para justificar su derrota y generar la desconfianza y el caos, en la República Bolivariana de Venezuela.
El calendario de actividades terroristas y de actos de vandalismo; desobediencia civil, enfrentamientos con las fuerzas armadas y la policía, la quema de edificios electorales, ataques de almacenamientos de alimentos, supermercados, quemas de autobuses y terminales de transporte, destrucción de hospitales, estaciones de policía y derribamiento de estatuas de Chávez, forman los ejes de una agenda perversa, alta y previamente financiada por la oligarquía reaccionaria de Venezuela y el imperialismo gringo.
Los actores de esta violenta comedia son muchos. Presidentes y expresidentes lacayos del imperio yanqui, el empresario Elon Musk, pero de igual forma “juegan un papel importante la USAID, OEA, UE el narcotráfico internacional y los dueños de las nuevas tecnologías etc.
Edmundo González Urrutia y María Corina Machado
Dos candidatos prefabricados por los Estados Unidos, pero que no fueron capaces de leer la realidad socio-económica de la Venezuela de hoy. Hoy en Venezuela tienen soberanía y autosuficiencia alimentaria, pero también ha apostado y evolucionado a favor del multipolarismo solicitando la incorporación a los BRICS. Por eso no es de extraña que China, Rusia, Irán y otros países, decididamente aceptan el triunfo de Nicolás Maduro y ofrecen su apoyo. Pero de igual forma Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras, hacen público el reconocimiento a un proceso electoral que legitima la democracia participativa y da representatividad a las grande masas populares. (https://elpais.com/america/2024-07-20/venezuela-experimenta-una-recuperacion-economica-en-tiempos-de-incertidumbre-electoral.html).
Contrario ha sido el papel servil de otros países latinoamericanos, entre ellos Costa Rica. Por eso, compartimos la posición de la Comisión Nacional de Enlace-CNE, cuando argumenta lo siguiente:
“… *La Comisión Nacional de Enlace condena categóricamente la posición de la administración Chaves Robles que considera fraudulento el resultado electoral en Venezuela. Con esa posición Costa Rica manifiesta una vez más su agresión y su intervención en los asuntos internos de Venezuela. Costa Rica se suma a otros serviles del imperio como los gobiernos de Chile y Argentina que igual desconocieron el resultado y que favorecen las políticas intervencionistas del imperialismo”.
En un excelente artículo: “7 cosas básicas para entender porque Venezuela tiene este conflicto”, se demuestra de manera contundente los efectos de la guerra de cuarta generación y el papel de estúpidos serviles que le hacen. El juego como Edmundo González y M.C. Machado.
Se trata del criminal Edmundo González Urrutia, y candidato a la presidencia del principal bando opositor en estas elecciones que fue parte del Plan Cóndor un proyecto contra insurgente del también tenebroso Ronald Reagan contra el pueblo salvadoreño que tenía como fin impedir el avance de las fuerzas revolucionarias provocando y extendiendo la guerra civil con la intervención gringa.
Como lideresa creada bajo los estereotipos de la CIA y el Departamento de Estado, se reclama autoclandestina, toda vez que reconoce que sus propuestas antipatrióticas de llamar al ejército de los Estados Unidos, al Comando Sur y al ejército de Israel para que invadan su país, debe ser juzgada por sedición y traición a su nación. Por eso, como parte de sus facultades en ejercicio, el actual presidente Nicolás Maduro Mora, exige la cárcel para esa “dirigente”. Hoy ha incitado al levantamiento y a la violencia social, pero como parte de la derecha cobarde huye, a fin de no enfrentar los cargos.
RESOLUCIÓN:
Sobre el proceso electoral, pueden existir muchas y encontradas consideraciones y lecturas, nosotros por el contrario, aprobamos como resolución lo siguiente: Algunas consideraciones sobre los resultados electorales en Venezuela:
1.- Bajo la seguridad que brinda el sistema electoral de Venezuela y bajo el criterio emitido por la Comisión Nacional Electoral, decimos a la opinión pública nacional e internacional que no existió ningún fraude. El pueblo decidió entre fascismos y revolución por la paz, la soberanía y la autodeterminación de la República Bolivariana de Venezuela, por tanto, Maduro no tiene que salir a mostrar nada. Su mandato es legítimo.
2.- Al proceso electoral del 28 de julio 2024, le anteceden 31 procesos más. Siempre hemos tenido por parte de la derechas la narrativa del fraude, pero nunca han podido demostrar nada, precisamente por la transparencia y legitimidad del sufragio en Venezuela.
3.- Debe señalarse como lo han reconocido los voceros del PSUV que no lograron superar la abstención. En esta campaña fue del 40 % aproximadamente y el chavismo perdió millones de votos con respecto a la última contienda presidencial.
4.- Solicitamos a la opinión internacional el levantamiento de las sanciones económicas contra Venezuela. Estamos seguros de que una medida de esta naturaleza contribuiría decididamente a derrotar la migración; reconocemos asimismo que este es un hecho innegable, pero de igual forma reconocemos que este flujo migratorio ha sido VOLUNTARIO.
5.- El triunfo de Nicolás Maduro es la continuidad del proyecto que soñó Bolívar y Chávez. Es la afirmación del poder moral, del poder popular, y la afirmación de una consciencia latinoamericana que tiene como bandera el amor, la paz y la autodeterminación de los pueblos.
Finalmente:
Compartimos esta siguiente preocupación, la cual esta reunión asume como suya: “”…Llamamos a los actores políticos, afines al gobierno y a la oposición, a garantizar un clima de paz y convivencia democrática; en ningún caso se justifica el uso de ningún tipo de violencia para zanjar las diferencias sobre los resultados electorales. La paz y la democracia en la región se fortalecen con la amplia participación, el acceso ciudadano oportuno a los registros de votación y la contraloría social…”.
Hacemos nuestra también, la Declaración de los observadores internacionales en el proceso electoral ya descrito en los párrafos precedentes. (Adjuntamos).
Ante el sombrío panorama que actualmente se cierne sobre la humanidad entera, sólo me cabe evocar aquello de que un fantasma recorre el mundo: el fantasma del fascismo. Pero por desgracia, ahora no se trata tan sólo de un fantasma sino de una angustiante realidad, que no se percibe en sueños como una pesadilla, sino como una amenaza real que se vive tanto más agudamente cuanto más despiertos estemos. La amenaza del fascismo no es sólo la que incuba una conflagración que alcanzaría hasta el último rincón del planeta, sino que traería acarreado el fin de la vida en el mismo. En efecto, los conflictos más graves que hoy vivimos como son los de la guerra en Ucrania y en Medio Oriente, involucran como agentes directos a potencias dotadas de un arsenal nuclear capaz de destruir todo vestigio de vida sobre la tierra; en ambos casos, Rusia e Israel, no ocultan el poderío de que disponen; en ambos escenarios bélicos, la confrontación es entre Occidente y las potencias emergentes.
Es dentro de este tétrico contexto, como consecuencia de la crisis estructural en que está sumergida la economía postneoliberal que surgen movimientos fascistoides, tanto en Europa como en nuestro continente americano, sea en el Norte, sea en Nuestra América. La característica fundamental de los movimientos fascistas actuales, donde quiera que hayan surgido y cualesquiera que hayan sido las circunstancias que los hayan provocado y alimentado, es que consideran las libertades democráticas y las instituciones que las sustentan, como el causante principal de todos los males que se ciernen sobre las masas populares; de ahí, que el demagógico lenguaje que emplean tiene como objetivo conquistarse el apoyo de esas masas gracias al carisma de un líder mesiánico en quien éstas depositan toda su confianza; todo lo cual se da dentro de un contexto de crisis de la democracia formal debido a que la democracia social ha sido socavada. Una vez en el poder, estos líderes pseudomesiánicos se convierten en sanguinarios déspotas, que desnaturalizan los partidos políticos y los convierten en sectas fundamentalistas, como ha hecho Trump con el Partido Republicano, recurriendo a actitudes xenófobas, racistas y supremacistas que justifican recurriendo a creencias religiosas; esos líderes se sienten investidos de poderes supernaturales porque creen ser los representantes de su dios en la tierra. Los ejemplos son múltiples, basta con mostrar algunos. En las grandes manifestaciones en Núremberg, Hitler decía a una masa enardecida que él era el hombre que la divina providencia había enviado a salvar al pueblo alemán; en las moneda que mandó a acuñar, la peseta, Franco rodeaba su efigie con un texto que decía: “Caudillo por la gracia de Dios”; el régimen norteamericano ha justificado sus reiteradas y genocidas agresiones imperiales al traspatio del Sur, invocando una doctrina pseudoteológica denominada “El destino manifiesto”; hoy el gobierno de Israel es liderado por movimientos fundamentalistas que recurren a textos bíblicos para justificar las masacres en Gaza; los regímenes de seguridad nacional, impuestos por Kissinger en Nuestra América legitimaban el terrorismo de Estado argumentando que lo hacían para “salvaguardar las civilización cristiana del peligro del comunismo ateo”; un pastor evangélico fue el mayor genocida que ha tenido Guatemala en su historia… Y no sigo, los ejemplos mencionados son prueba suficiente de lo que digo.
La amenaza fascista se ha agravado por el peligro de que cualquier conflicto local degenere en una amenaza de guerra planetaria recurriendo a esas infernales armas nucleares, es real. Por desgracia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no está en capacidad ni siquiera formal – dado que las grandes potencias tienen el derecho al veto – de convertirse en instrumento eficaz de garantizar la paz a esta enloquecida especie que se autocalifica un tanto narcisistamente “sapiens”. Dichosamente los pueblos parecen estar dando muestras de sensatez. Así en Europa, países donde el movimiento fascista ha crecido hasta el punto de que han estado a punto de conquistar el poder, como es el caso de España y más recientemente Francia, los sectores democráticos han logrado mantener el poder. Otro tanto han hecho en Nuestra América Colombia, Chile, Honduras, Guatemala y las grandes potencias de la región, Brasil y México. Pero el peligro sigue latente y amenazante, como lo muestran Bolsonaro y Milei en Sudamérica, el fascismo imperante en Italia y el creciente movimiento Alternativa para Alemania, esas mismas potencias donde nació el nazifascismo en la primera postguerra, y que son las principales responsables de la más sangrienta conflagración que ha tenido la humanidad, como fue la II Guerra Mundial que causó más 50 millones de muertes y, al final, hizo surgir la bomba atómica. Hoy ninguna de esas amenazas ha desaparecido.
Conviene no olvidar que todo este tétrico panorama que hoy aterroriza a la humanidad ha sido provocado por el hombre mismo y no por cataclismos causados por la Naturaleza, como se dio durante los siglos y milenios de la evolución. Por eso, la solución de estos problemas provocados por el hombre está en manos del mismo hombre. Y ésta es radical, como radical es la problemática que la suscita. Se trata de hacer que la humanidad y, sobre todo, sus dirigentes, abandonen de una vez por todas y para siempre la idea de que el poder viene de la violencia y recuerden las enseñanzas de los grandes maestros que dieron origen a la culturas originales: los filósofos de Grecia y los profetas de Israel; el patriarca de los primeros, Sócrates, nos enseñó que la raíz de todos los males está en la ignorancia, por lo que la solución a los desafíos que se plantean a la humanidad radica en cultivar una sabiduría basada en las luces de la razón. En cuanto a la prédica de los profetas bíblicos, Isaías, el mayor de ellos, decía que la paz es obra de la justicia; todo lo cual lo resumió Jesús de Nazaret en el maravilloso Sermón de la Montaña. Figuras como Gandhi, Martin Luther King, Monseñor Romero, quienes con su sangre sellaron la fidelidad a sus principios, nos señalan el camino; en el campo de las ciencias, figuras emblemáticas como Pasteur en ciencias de la salud y Oppenheimer en ciencias físicas, señalan el camino para hacer de la ciencia un instrumento al servicio del bienestar y de la paz, y no para el lucro y la guerra. En política, debemos crear un Estado planetario con poder suficiente como para hacer realidad tan sublime como impostergable utopía. Si no se logra, el s. XXI será el último de la especie sapiens.