Tomando decisiones con números…
A propósito del III Congreso Nacional de Estadística
Caryl Alonso Jiménez
Los días 26 y 27 de septiembre pasado, se realizó el III Congreso Nacional de Estadística, organizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en Guatemala.
El evento no fue solo un encuentro institucional. No, por el contrario, fue el momento donde se revelaron los principales logros, avances, metodologías y perspectivas futuras.
Para quienes estudiamos el modelo de políticas públicas, y siguiendo a Harold Laswell (1902-1978), conocido como el padre de las políticas públicas, quien llamó a la primera fase del ciclo de políticas, inteligencia, que constituye la base de diagnósticos científicos multidisciplinarios (ciencias sociales y ciencias puras) sobre un contexto que brinde todos los aspectos causales y consecuencias basadas en evidencia.
Esas son las bases para poner en marcha un sistema de Inteligencia que implica ordenar información con sentido, que sea capaz de explicar razones causales que detienen o aceleran procesos económicos, sociales y políticos.
En términos estratégicos, políticos y militares, es la capacidad de comprender los movimientos sutiles, abiertos y encubiertos, que pueden crear condiciones que alteren un escenario y puedan generar o inducir colisiones y reacciones indetenibles. La inteligencia es anticipación y tiene como primera reacción, la prevención.
El III Congreso, desde la perspectiva metodológica, contó con el apoyo de expertos internacionales del INEGI de México, consultores del Banco Mundial y expertos nacionales. Entre otros presentó los resultados de la Encuesta de Vivienda y Hogares (2023). Estudio que permite el retrato de la realidad nacional, incluyendo riesgos futuros, que de mantenerse en las condiciones actuales (empleo, pobreza, precios al consumidor). Puede incidir en los indicadores de país, tal como me afirmó Carlos Sobrado, experto del Banco Mundial.
Resulta sorprendente cómo una entidad técnica científica ha sobrevivido como especie de función marginal dentro de la institucionalidad del Estado. Hoy en día es innegable, en los albores de una etapa contemporánea, donde todo se mueve en base a razones y argumentos basados en evidencia, la producción de estudios, mediciones y censos permite mayores certezas en las decisiones.
Al aproximarse a los datos estadísticos, es sorprendente el manejo de datos estratégicos y sus implicaciones para comprender las grandes dinámicas nacionales. ¿Se comprenderá el papel de la estadística en las complejas decisiones de país?
Las contribuciones del INE permiten identificar en tiempo real como se mueven las grandes consecuencias de los efectos de políticas de inversión, sus efectos causales y sus consecuencias, lo que queda confirmado, particularmente, con la ENCOVI (2023).
Ese estudio representa uno de los principales esfuerzos de inversión de los últimos años, en los que se descubre que las decisiones Estatales (públicas y privadas), no fueron en la línea correcta y que el destino de las acciones (mercado) y gubernamentales (gobierno e instituciones públicas), no tienen incidencia estructural que impacte en el ascenso social y tampoco incidirá en los siguientes 20 o 30 años, excepto que tomen decisiones.
Es verdad, a veces las metodologías de análisis, impulsadas por los organismos multilaterales, propicia confusiones y que defienden con argumentos que quedan fuera de la lógica del ciudadano común, en cuyo caso se requiere estrategias de comunicación a todo nivel que permita comprender el dato estadístico y sus implicaciones. Por ejemplo, el desempleo con una simple pregunta que condiciona toda la base explicativa del fracaso del sistema: “¿Estuvo usted ocupado la última semana?”.
¿Ocupado? Seguramente la metodología favorece los riesgos de país y eventualmente al forzar datos para falsas expectativas de aquellas atracciones de inversión que, no tendrían la simpatía para calificar el país; que, finalmente, es la explicación de la derrota laboral, pero explicada por la ocupación, donde no necesariamente retrata la realidad.
Sin embargo, existen otras con mayor capacidad de revelar la realidad, como la desnutrición crónica infantil. Que por supuesto, no se explica por simple ausencia de ingesta alimenticia, sino por condiciones socio económicas.
El estudio de la desnutrición crónica, del INE, es capaz de demostrar que es una falla del sistema economico productivo, que requiere nuevos escenarios de intervención para fortalecer la seguridad alimentaria a nivel rural y urbano. Y que podría incidir de manera efectiva para decisiones de asistencia técnica. Esos estudios y datos son estratégicos.
No cabe duda, falta apropiarse de la cultura de las decisiones con números y ello demanda un mayor esfuerzo para modernizar, invertir y elevar el papel científico del INE que contribuya a los estudios de la realidad e informes sobre políticas que impacten en las decisiones gubernamentales y municipales.
El INE es estratégico, y en condiciones de mayor apoyo gubernamental, puede incidir en definir el horizonte y hasta adelantar nuevos desafíos y retos de país… Decidir con números es evidencia, y eso suma a la construcción de la ruta futura…