Plásticos se acumulan en playas, también sus sustancias químicas tóxicas

Estudio a escala mundial que incluye a Costa Rica, determina que los desechos plásticos que llegan a las costas contienen algunas sustancias químicas tóxicas que podrían causar daños a los ecosistemas marinos y la salud humana.

Las botellas, envases y contenedores de plástico, viajan y se acumulan en las costas a nivel mundial, y con ellos, algunas sustancias químicas que pueden provocar daños tanto al ambiente como a la salud humana.

Durante el 2020 y el 2021, la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes (IPEN, por sus siglas en inglés), de la cual el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (Iret-UNA) forma parte, realizó una investigación sobre las sustancias químicas tóxicas adheridas e impregnadas en los plásticos y los efectos que tienen durante su producción, uso, reciclado y eliminación.

El estudio se realizó en 22 localidades a nivel mundial, incluyendo sitios en África, Norte y Sudamérica, Asia, Australia, el Caribe y Europa, donde participaron 23 Organizaciones no Gubernamentales. Para Costa Rica se muestreó playa Mantas en el Pacífico Central.

De acuerdo con Fernando Ramírez del Iret-UNA, los aditivos químicos tóxicos analizados fueron estabilizadores ultravioleta y bifenilos policlorados. “A los plásticos se les agregan intencionalmente sustancias estabilizadoras de radiación o luz ultravioleta denominados benzotriazoles (BUV por sus siglas en inglés) para evitar su degradación por la luz solar. En Estados Unidos se han regulado varios BUVs y se promueve que uno de ellos, el UV-128, usado en productos de consumo humano como cosméticos, revestimientos y embalajes de alimentos, se incluya en el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) por su toxicidad”, explicó Ramírez.

Por su parte, los bifenilos policlorados (PCB) se prohibieron bajo el Convenio de Estocolmo desde el 2001 por su alta toxicidad, persistencia en el medio, capacidad de transportarse a largas distancias y propensión a producir cáncer en los humanos; ya Japón y Estados Unidos los habían dejado de producir en 1972 y 1977, respectivamente. Sin embargo, de acuerdo con el investigador, debido al uso generalizado que tuvieron en años anteriores, todavía se encuentran en el ambiente.

Además, en la producción de materiales plásticos, según explica Ramírez, frecuentemente se utilizan sustancias químicas tóxicas, como retardantes de llama que contienen compuestos bromados,  BUVs y bisfenoles. En anteriores estudios, el IPEN  demostró que muchas de estas sustancias químicas pueden perturbar el sistema endocrino y resultar dañinas para la salud humana y ambiental.

“Se sabe que los pellets de plástico, es decir, los materiales resinosos que se utilizan para producir elementos plásticos, se pierden o derraman durante la producción y el transporte, y se llegan a encontrar en las playas de todo el mundo. Las mediciones más recientes realizadas por IPEN a nivel global, revelan que estos pellets contienen PCB, es decir, contaminantes orgánicos persistentes que ya han sido prohibidos, así como BUVs, es decir, aditivos plásticos tóxicos”, detalló Ramírez.

El investigador también indica que, si bien el reciclado disminuye la contaminación por plásticos, el IPEN ya había mostrado que los aditivos tóxicos en los plásticos se mantienen en los nuevos productos.  

Estudio en playas

Los pellets plásticos, de resinas vírgenes o reciclados, son piezas pequeñas en forma de lenteja, que durante su almacenamiento, transporte o producción,  sufren pérdidas  por derrames, que inevitablemente llegan a los mares, lo que explica que se encuentren en todo el planeta.

Se escogieron pellets de color amarillento para su análisis; se tomaron 5 submuestras con 5 pellets cada una. Se prepararon los extractos y se midieron por medio de cromatografía de gases/ espectrometría de masas (GC-MS). Las muestras se analizaron en la Universidad de Química y Tecnología de Praga, en la República Checa.

Los investigadores hallaron que todas las muestras de todas las localidades contenían los diez BUV y los trece PCB incluidos en el estudio. La mitad de las localidades tenían muestras con niveles de PCB altos o extremadamente contaminados.

Asimismo, todas las muestras contenían, por lo menos, un tipo de aditivo químico tóxico y 21 muestras contenían aditivos de cada uno de los tres grupos sometidos a prueba. Solamente una muestra, proveniente de Vietnam, contenía un solo tipo de contaminante. Más de la mitad de las muestras contenían once o más de los 18 aditivos químicos tóxicos analizados.

En playa Mantas en Costa Rica, se encontraron concentraciones de PCBs entre 3,2 y 45,1 ng/g, que coloca a esos pellets plásticos en la categoría entre no contaminados y ligeramente contaminados, “si bien estas concentraciones no son altas, sí son resultados que indican que los residuos plásticos pueden estar trasladando y concentrando contaminación física y química en las playas”.

Los pellets encontrados en el país contenían todos los 10 BUVs analizados, con concentraciones de rango medio (entre 179 y 906 ng/g), comparadas con las de otros países.Esto confirma la contaminación y la toxicidad crónica a que pueden estar sujetos los organismos marinos por sustancias adsorbidas o añadidas a los plásticos.

Ante estos resultados, algunas de las recomendaciones de IPEN se enfocan en asegurar que las industrias establezcan procedimientos que eviten los derrames de pellets plásticos, así como el dejar de añadir sustancias químicas tóxicas a sus productos, incluir los ingredientes de los plásticos, junto con los aditivos, en las etiquetas para poder rastrear los contenidos químicos a lo largo de su vida útil y de las diferentes etapas de los desechos de plástico.

“La conclusión más importante de este estudio es que los gobiernos deben trabajar para reducir la producción de plásticos no esenciales a nivel mundial, pues se encontraron concentraciones de sustancias químicas especialmente altas en países africanos, aún sabiendo que no son los mayores productores de plásticos o químicos. Los acuerdos globales deberán evitar la liberación de plásticos al ambiente y prohibir el uso de sustancias químicas tóxicas en la elaboración de productos plásticos, tanto nuevos como reciclados”, concluyó Ramírez.