Svante Pääbo: premio Princesa de Asturias de Investigación

Los estudios en Paleogenética están tomando fuerza, esta es una disciplina científica que se encarga de analizar los fragmentos de ADN, que se puedan recuperar de fósiles humanos antiguos, incluyendo especies extintas cómo los neandertales.

Svante Pääbo, biólogo sueco y especialista en genética evolutiva, fue el ganador del premio “Princesa de Asturias de Investigación” en 2018. Con una trayectoria impresionante, Pääbo es uno de los pioneros en este campo de investigación, personas que han trabajado sin descanso para recuperar fragmentos de ADN antiguo y de cuyas técnicas de investigación y descubrimientos se beneficia la comunidad científica.

A este científico lo caracteriza su trabajo honrado e incansable, ejemplo de ello es que no habla de sus logros de manera individual, sino que agradece y reconoce en sus grupos de investigación, un pilar para alcanzar este tipo de reconocimientos. 

Actualmente, se encuentra trabajando con un grupo de investigadores (as), del cual es parte el biólogo costarricense Felipe Mora Bermúdez, en un proyecto para esclarecer las razones genéticas por las que los Sapiens lograron adaptarse y sobrevivir, y los neandertales, no. 

De momento, han logrado descubrir que, en el cerebro del ser humano moderno, las células madre se dividen más lentamente, y así logran cometer menos fallos de herencia cromosómica.

Son muchos los retos que estos científicos y científicas han encontrado, al innovar en un campo que hasta hace 30 años no había sido tan explorado:

«Hace ya mucho tiempo, cuando nos planteamos por primera vez estudiar neandertales -recuerda el investigador- tuvimos que negociar dos años enteros antes de que nos cedieran las primeras muestras».

Una resistencia más que comprensible, ya que el estudio genético requiere de la destrucción de una pequeña parte del fósil que se pretende investigar, y eso era algo a lo que la mayor parte de los paleontólogos se resistía con uñas y dientes. (José Manuel Nieves, 2018).

Pero sus esfuerzos han valido la pena y hoy son reconocidos por la comunidad científica y el mundo entero.