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Etiqueta: ciencia y tecnología

Desarrollo, aporte científico y tecnológico en el siglo XXI y universidades

Alberto Salom Echeverría

Me atrevo a afirmar que no ha habido en la historia de la humanidad, un crecimiento exponencial o continuo que se haya producido de una forma tan vertiginosa, como el que han experimentado la ciencia y la tecnología entre la segunda mitad del siglo XX y las dos décadas y un poco más que llevamos del XXI.

De hecho, la evolución de la ciencia y la tecnología se constituyó en la variable independiente que explica el salto cualitativo dado por el desarrollo económico social de la humanidad; solo que, aplicado esencialmente a los países de renta alta, los llamados “países desarrollados”.

En efecto, esos países como Estados Unidos, el occidente europeo prácticamente en su integralidad, y, un poco después Japón, Australia y Nueva Zelanda, fueron capaces de saltar de la fase de desarrollo industrial, que la mayoría de ellos la empezaron a recorrer desde mediados del siglo XIX, para luego, escalar una cúspide a fines del siglo XX, hasta el momento en el que aflora en su plenitud, la era de la sociedad del conocimiento; o sea un mundo, en particular un segmento de éste, sólidamente interconectado por la informática, la robótica, es decir por la ciencia y la tecnología en la posmodernidad.

Pero, en cambio, hay mucho que decir acerca del tipo de desarrollo que se produce tomando en cuenta el mundo en su globalidad. No se puede afirmar que, en todas partes del orbe, la ciencia y la tecnología hubiesen irradiado el mismo impacto que el que se produjo en los países con un alto grado de desarrollo, a partir de la última década del siglo XX, hasta esta tercera década de la actual centuria que hemos comenzado a recorrer. Esta circunstancia hay que tenerla muy en cuenta, y ser muy precavidos, cuando nos proponemos medir el influjo de la ciencia y la tecnología en el desarrollo de naciones rezagadas, ya que, en la mayoría de ellas, ni siquiera la industria ha penetrado completamente en la formación económica y social, tal como ocurre en la gran mayoría de los países denominados por la CEPAL, “en vías de desarrollo”. Los mejor establecidos entre ellos son los países de renta media como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Ahora se habla de México. Pero, como veremos, todos ellos adolecen de los mismos defectos cualitativos, solo que en una escala menor que el resto de los países más atrasados.

Características sobresalientes del desarrollo y del progreso científico-tecnológico en el siglo XXI.

Lo que más resalta al observar el mundo en el siglo XX, es la abismal bifurcación tanto en el ritmo del desarrollo socio económico, como en el avance de la ciencia y la tecnología entre dos mundos: el que está conformado por los países desarrollados de renta alta, y el resto del orbe subdesarrollado. Es posible que, agudizando más la lente, podemos visualizar el mundo dividido no solo en dos mitades, sino en más fragmentaciones; pues, para citar un ejemplo, los países que acabamos de mencionar conocidos por el acrónimo de “BRICS”, han logrado hacer que, una parte de su sociedad se parezca a las de los países desarrollados, mientras la otra se asimila a los subdesarrollados.

El desarrollo económico social del concierto de las naciones más avanzadas del mundo en el siglo XXI, así como el progreso científico y tecnológico que induce y acompaña dicho desarrollo, tienen una primera característica en común residente en que promueven un mundo en constante cambio, con saltos evolutivos como nunca se habían conocido en país alguno. El progreso científico tecnológico y el desarrollo capitalista de esta época tienen entre sí una relación biunívoca (de mutua correspondencia), ya que mientras el primero acicatea, propicia o induce la globalización, también experimenta un generoso aliciente proveniente de este mismo capitalismo, porque lo requiere para completar su misión y destino globalizante. Pero, de nuevo, esta característica es atinente solamente a la parte más privilegiada del globo terrestre. En el otro mundo, los cambios son excepcionalmente lentos y solo se dan en segmentos privilegiados y, por eso mismo, minoritarios de la sociedad. En muchos casos se puede hablar inclusive de involución, tomando en cuenta, por contraposición que, la parte mayoritaria de esas sociedades se empobrece cada día más, se torna más iletrada y con menos acceso a la salud pública y a la cultura.

El tercer rasgo distintivo, muy sobresaliente y sobremanera alambicado, es la desigualdad en el desarrollo y en el acceso a la tecnología y al conocimiento científico. En realidad, la situación se ha tornado extremadamente compleja, porque la desigualdad a la vez que cada día es más honda entre los países más desarrollados y los menos, está presente también al interior de los primeros, entre las grandes corporaciones y el resto de la sociedad; hasta el extremo de que, en ellas ha aparecido una pobreza tan abyecta como la que impera, solo que, en mayor cuantía, en el orbe subdesarrollado y paupérrimo. Por otro lado, en los países del llamado primer mundo el desarrollo científico y tecnológico es tan refinado y costoso, que ha resultado bastante exclusivo. Son pocos los países pobres, que tienen acceso a las innovaciones más novedosas y útiles para catapultar la sociedad del conocimiento, coadyuvando con el crecimiento del producto interno bruto o PIB y la competitividad, como acaece en los países de renta alta, donde las innovaciones se originan.

Asociado a lo anterior, otra característica es que las innovaciones son cada día más sofisticadas. Así ocurre por ejemplo con los semiconductores para la industria electrónica, cuya invención data de la década de los sesenta del pasado siglo, pero estos semiconductores se han comenzado a implementar con mayor éxito en la presente centuria, en la ingeniería eléctrica. Ello es así por el descubrimiento de los materiales no metálicos, como el silicio, útil como conductor de la electricidad. No obstante, es preciso advertir que, para el uso industrial, tanto el silicio como el germanio no suelen utilizarse en estado puro (conocidos como semiconductores intrínsecos), sino que se echa mano de los semiconductores llamados extrínsecos, son los naturales, pero con impurezas, los cuales se obtienen por medio de un procedimiento denominado de “dopaje”. Como quiera que fuere, gracias a ello aparece la innovación de los circuitos minúsculos integrados en un pequeño chip de silicio, lo que hizo posible a su vez, la invención de los modernos ordenadores miniatura, nuestras computadoras personales que han revolucionado hasta la forma de vivir y trabajar. Se está en la ruta de otra invención, a partir de allí, que consiste en los superconductores electrónicos que se fabrican a temperaturas muy altas, que harán posible la creación de trenes de levitación magnética. Por otra parte, ya están en uso las computadoras ultrarrápidas, los teléfonos inteligentes o “smartphones”, y los coches eléctricos, amén de los modernos sistemas de armamento y la tecnología aeroespacial. O sea que las innovaciones se están aplicando también en la industria de la ingeniería mecánica, como la citada tecnología aeroespacial, merced a los materiales ligeros y a la vez resistentes, como los no metálicos (además del silicio, el germanio, y otros menos frecuentes en su uso como el azufre, el boro o el cadmio), los cuales han venido a reemplazar las aleaciones de aluminio y otros materiales metálicos que se emplean en la construcción de los fuselajes de los aviones; parte del cuerpo de los aviones donde van los pasajeros y las mercancías. (Cfr. Gómez, José Luis. “¿Qué son los semiconductores y para qué se utilizan?”. http:/diariomotor.com @jgomez1995).

La reorganización de la ciencia y las universidades.

En el ámbito propiamente científico se ha debido producir una reorganización de la ciencia, debido al hecho de que el espacio del conocimiento se ha hecho tan vasto, que es imposible comprender el mundo de hoy, tanto en lo socio económico como en el ámbito natural, con base en la dinámica de desarrollo de la ciencia del siglo XX. Me he referido a este tema, que es de mi incumbencia como universitario, en otros ensayos anteriores. La ciencia del siglo XX en su mayor parte fue un conocimiento que, conforme fue creciendo, debió tomar un curso hacia la especialización y super especialización. Todos los profesionales académicos e intelectuales en la segunda mitad del siglo XX, en todo el mundo, o al menos en el hemisferio occidental, estudiamos alguna especialidad y sobre ella, los que pudimos, hicimos un posgrado, ya fuera maestría o doctorado.

Para explicar mi punto de vista de una manera coloquial, afirmo que la ciencia, no podía llamarse así en singular, porque en realidad se produjo una especie de eyección de diferentes disciplinas que por lo consiguiente se diversificaron. Por eso es más apropiado, a mi modo de ver, hablar de “las ciencias.” A raíz de esto, volvió a surgir en el mundo una nueva “Torre de Babel”: cada grupo de profesionales adquirió una jerga particular, irreconocible para cualquier otro gremio de profesionales pertenecientes a otros campos del conocimiento. Cada grupo profesional se adueñó de su propio “dialecto”, empleando un glosario de términos científicos o a veces pseudo científicos que, en la mayoría de los casos no eran reconocibles fuera del círculo de especialistas de la respectiva rama adherida al inmenso árbol del conocimiento. Así surgieron, especialmente en las universidades, revistas contentivas de diversas investigaciones que se publicaban y se publican todavía, las cuales no pueden tener demasiados lectores, ya que algunas veces, solamente los académicos del ramo logran descifrar los artículos, plagados de un lenguaje que, para la mayoría resulta esotérico.

Las especialidades en los diferentes campos fueron una necesidad, para lograr que cada sector profesional le prestara atención a un problema concreto que atañía ya fuera a la sociedad en el caso de una política pública, a las comunidades, a las personas individualmente consideradas, o a la propia teoría científica, en el caso de las cuestiones vinculadas con la ciencia pura. No obstante, con el tiempo la “Torre de Babel” comenzó a pasar la factura. El mundo de los especialistas perdió comunicación entre sí y con el resto de la sociedad; la ciencia se fragmentó en “mil” pedazos, con lo que los diferentes gremios de académicos, científicos e intelectuales experimentaron una suerte de “entropía”, un desorden formidable por la incapacidad de atender un mensaje científico de otros especialistas. Cada gremio profesional volcado sobre sí mismo, tendió a convertirse en un grupo autárquico o autosuficiente en sí mismo.

En cambio, la realidad no está segmentada, es un todo que lo intentamos comprender a partir de diversas metodologías, las que deben permitirnos aprehender un fenómeno particular, o varios de estos entrelazados, pero aislándolos de los demás. El mundo de la ciencia avanzó mucho, se conoció mucho, pero se llegó a un punto de estancamiento a partir de un enfoque estrictamente disciplinar, como para poder abordar problemas de alta complejidad, que la misma ciencia nos puso al frente. Ante ellos fue y es cada día más imprescindible abrir múltiples canales de comunicación desde perspectivas multi, inter o transdisciplinarias. Insisto, las disciplinas no desaparecen, pero a partir de cada una de ellas se entrelazan una o varias disciplinas, para interpretar y explicar el mundo impredecible de la realidad compleja; impredecible, sobre todo, desde la óptica de una sola disciplina científica o artística.

Interdisciplina, implica la integración de varios saberes, poniendo en relación varios campos disciplinarios, para lograr un aprendizaje más profundo que aquel que se conseguía a partir de un único saber. Aquí, se pretende lograr un desarrollo para una puesta en práctica de lo que se sabe, pero desde diferentes áreas del conocimiento. (Cfr. Araya Crisóstomo et.al. “Interdisciplinariedad en palabras del profesor de Biología: de la comprensión teórica a la práctica educativa.” Revista mexicana de investigación educativa. Versión impresa ISSN 1405-6666. http:/scielo.org.mx)

Multidisciplinariedad, Es la práctica de investigación basada en la yuxtaposición de modelos teóricos y metodológicos pertenecientes a diferentes disciplinas para abordar una pregunta de investigación específica; en este enfoque, cada especialista trabaja por separado, existiendo poca o ninguna sinergia entre los investigadores de los diferentes campos involucrados. Pero se comparte información. El acercamiento multidisciplinar es el primer tipo de colaboración entre disciplinas (Cfr. “Multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y Transdisciplinariedad.” http:/digital.csic.es)

Transdisciplinariedad, es una práctica de investigación basada en la articulación de varias disciplinas en torno al estudio de una pregunta específica, se llega de esa forma a generar una nueva parcela de conocimiento, la cual surge como resultado de la superación de los límites de algunas o de todas las disciplinas involucradas. (Cfr. Ibidem).

Ateniéndonos a las definiciones recién aportadas, puede verse con claridad, que sobre todo en el caso de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad, se trata de buscar nuevas formas de organizar las disciplinas científicas. Por ende, puede deducirse con facilidad que la forma como está organizada la universidad Napoleónica, desde fines del siglo XVIII, como ocurre en Costa Rica, por facultades y estas a su vez divididas en unidades académicas, no es la mejor disposición para propiciar un acercamiento simbiótico entre diferentes disciplinas, aunque, hemos de reconocer que tampoco lo impide. Nuestras instituciones deben buscar la modalidad que ellas consideren apropiada, para estimular el ineludible acercamiento que la ciencia en su conjunto y el arte contemporáneos requieren. No me propongo sugerir en este momento una forma particular de organizar la vida académica. A las autoridades correspondientes les compete, junto al estudiantado, los académicos y el resto de la comunidad universitaria, encarar ese desafío. Lo que sí resulta ineludible, para estar a la altura del desarrollo científico, artístico y tecnológico en la vida contemporánea, es buscar con denuedo esas diferentes vías de comunicación multi, inter o transdisciplinarias, de una de ellas o incluyéndolas a las tres. De lo contrario, la universidad costarricense corre el riesgo de quedarse rezagada sin poder seguir desempeñando un papel nodal en el área de las universidades públicas centroamericanas, como en alguna medida la ha hecho hasta ahora.

Otra cuestión vital, tiene que ver con la integración también de las tres áreas que componen la academia, a saber, la docencia, la investigación y la extensión o acción social. Este aspecto es igualmente crucial para las universidades; si somos autocríticos habremos de reconocer que nuestros centros de educación superior, en mayor o en menor medida han descuidado este aspecto, a pesar de que teóricamente está clarificado en ellas desde los tiempos del gran intelectual y académico universitario que fue Rodrigo Facio Brenes. Finalmente, otra problemática que debemos analizar, y que forma una tríada con las dos anteriores, es la que se refiere a la presunción de que se debe dar impulso a las llamadas carreras STEM, por encima de las artístico-culturales, de las ciencias sociales y de las letras. Este tema acabo de tocarlo en un artículo anterior, pero reitero ahora, que la presunción de algunos de querer ver las ciencias exactas y naturales, las llamadas carreras tecnológicas, las ingenierías y las matemáticas por encima del resto, está sentada sobre una premisa falsa. Consiste en la errónea creencia de que con las carreras STEM se promueve un desarrollo más intenso en las áreas que el país requiere. Ese planteamiento ignora por completo, que la concepción humanística integral, no excluye, sino que supone las carreras STEM. Es menester por ende, reforzar constantemente la perspectiva central de buscar graduar profesionales, con una visión solidaria respecto del género humano, en especial relacionada con las personas dejadas de lado por el estilo de desarrollo concentrador que hemos tenido; profesionales capaces también de tener siempre en cuenta en las tareas del desarrollo, a los animales y plantas que hay en nuestra Tierra y sus hábitats; profesionales dotados de sólidos valores éticos y morales, de prístina honradez y de un espíritu cívico y civilista, donde la mujer y el hombre sean un dueto para movilizar juntos las tareas del progreso y el bienestar, en lugar de que la mujer sea pisoteada y sometida por el hombre como ocurre tantas veces en nuestra sociedad patriarcal.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

UCR: Mujeres lideran un 63% la participación en ferias científicas

La existencia de referentes de mujeres en la ciencia es una inspiración para las niñas y las jóvenes que desean estudiar carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología y las ingenierías. Foto: Archivo ODI, UCR.

En el Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia

La Feria Nacional de Ciencia y Tecnología es un espacio colegial y escolar organizado cada año por la Facultad de Educación de la UCR y en colaboración con las cuatro universidades públicas y dos ministerios

En Costa Rica se sigue manteniendo una brecha de género con respecto a la participación de la mujer en la ciencia. Mientras que los hombres tienen una participación del 55 % de los espacios en investigación y ciencia, las mujeres alcanzan un 45 %. Así lo demuestran los datos del Informe 2020-2021: Indicadores nacionales de ciencia, tecnología e innovación, elaborado por el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).

Una forma en la que la Universidad de Costa Rica (UCR) contribuye a disminuir este desbalance es por medio del proyecto ED-112 Feria Nacional de Ciencia y Tecnología, inscrito en la Vicerrectoría de Acción Social, el cual tiene 35 años de promover el método científico y el acercamiento a las ciencias en todas las escuelas y colegios del territorio nacional.

El programa consiste en una serie de ferias en donde las y los estudiantes investigan y exponen un proyecto científico, usualmente centrado en un problema de la comunidad y el contexto donde viven. La actividad se desarrolla en conjunto con cuatro universidades públicas, el Micitt y el Ministerio de Educación Pública (MEP). Los datos en las Ferias Nacionales de Ciencia y Tecnología reflejan una importante participación femenina: 63,18 % mujeres y 36,82 % hombres en el 2019; 57,53 % mujeres y 42,47 % hombres en el 2021, y 59,08 % mujeres y 40,92 % hombres en el 2022.

Las personas estudiantes son orientadas y acompañadas por docentes de las escuelas y colegios y los proyectos van siendo seleccionados y avanzando en etapas (local, circuital y nacional). “La competencia en realidad es una excusa, lo importante es el aprendizaje y la experiencia” declaró el coordinador del proyecto Jeudy Cambronero Mora.

Para el 2022 se registraron 180 proyectos, participaron más de 600 personas entre estudiantes, docentes y jueces y hubo proyectos de toda Costa Rica incluidas zonas indígenas, rurales, costas y fronteras.

“Vemos como la participación de las jóvenes y niñas es mayor conforme se avanza en las etapas de la feria lo que nos hace pensar que su participación no solo es mayor, sino que sus proyectos aumentan en calidad” concluyó Cambronero.

Experiencias que cambian la vida

Estas ferias ayudan a orientar la escogencia profesional de las estudiantes como es el caso de Heilyn Calvo Vargas, quien luego de participar en varias ferias científicas en secundaria escogió como carrera la Ingeniería Agrónoma en la Universidad Earth. Calvo estudió en el Colegio Técnico Agropecuario de Acosta y sus proyectos de participación en las ferias desde el 2016 al 2018 se centraron en el desarrollo de un protocolo de multiplicación in vitro de variedades de café.

“Las ferias me ayudaron a descubrir que tengo una personalidad muy metódica, habilidades en la estructura y organización, y por otro lado las capacitaciones me ayudaron mucho también en la parte de oratoria para hablar con el público”, indicó la ingeniera.

Lo que falta

Actualmente la matrícula de mujeres en carreras del área científica y tecnológica en la UCR se incrementa en un 48 % pero aún falta camino para que estos datos reflejen en una distribución de género equitativa de profesionales graduados en el área STEAM.

A la luz de la experiencia como estudiante y luego profesional Heilyn analiza que para que más mujeres acepten el reto de estudiar carreras científicas es necesario contar con más ejemplos, modelos a seguir de otras mujeres que han tenido éxito en estos campos de estudio, mucho acompañamiento de parte de profesores y profesoras y finalmente contar con acceso a recursos como instalaciones adecuadas, laboratorios, equipos, y artículos básicos.

La ingeniera destacó el sacrificio que significa trasladarse a recibir las diferentes capacitaciones en materia de tiempo, transporte y alimentación. “He tenido que pelearme en el colegio para que me dieran un cartón de presentación (…) Recuerdo que para una feria internacional viajamos a recibir una capacitación y nos comimos un almuerzo empacado desde la casa en un parque”, finalizó.

Finalmente, Cambronero señala que además de difundir la ciencia y la tecnología, este programa ayuda a desmitificar las ideas socialmente construidas de que la ciencia y tecnología son para un género u otro.

Las Ferias de Ciencia y Tecnología se desarrollan en escuelas de todo el país en todas las modalidades del sistema educativo costarricense. Foto: Laura Rodríguez, UCR.

 

Esteban Umaña
Comunicación, Unidad de Acción Social UCR

Svante Pääbo: premio Princesa de Asturias de Investigación

Los estudios en Paleogenética están tomando fuerza, esta es una disciplina científica que se encarga de analizar los fragmentos de ADN, que se puedan recuperar de fósiles humanos antiguos, incluyendo especies extintas cómo los neandertales.

Svante Pääbo, biólogo sueco y especialista en genética evolutiva, fue el ganador del premio “Princesa de Asturias de Investigación” en 2018. Con una trayectoria impresionante, Pääbo es uno de los pioneros en este campo de investigación, personas que han trabajado sin descanso para recuperar fragmentos de ADN antiguo y de cuyas técnicas de investigación y descubrimientos se beneficia la comunidad científica.

A este científico lo caracteriza su trabajo honrado e incansable, ejemplo de ello es que no habla de sus logros de manera individual, sino que agradece y reconoce en sus grupos de investigación, un pilar para alcanzar este tipo de reconocimientos. 

Actualmente, se encuentra trabajando con un grupo de investigadores (as), del cual es parte el biólogo costarricense Felipe Mora Bermúdez, en un proyecto para esclarecer las razones genéticas por las que los Sapiens lograron adaptarse y sobrevivir, y los neandertales, no. 

De momento, han logrado descubrir que, en el cerebro del ser humano moderno, las células madre se dividen más lentamente, y así logran cometer menos fallos de herencia cromosómica.

Son muchos los retos que estos científicos y científicas han encontrado, al innovar en un campo que hasta hace 30 años no había sido tan explorado:

«Hace ya mucho tiempo, cuando nos planteamos por primera vez estudiar neandertales -recuerda el investigador- tuvimos que negociar dos años enteros antes de que nos cedieran las primeras muestras».

Una resistencia más que comprensible, ya que el estudio genético requiere de la destrucción de una pequeña parte del fósil que se pretende investigar, y eso era algo a lo que la mayor parte de los paleontólogos se resistía con uñas y dientes. (José Manuel Nieves, 2018).

Pero sus esfuerzos han valido la pena y hoy son reconocidos por la comunidad científica y el mundo entero.

Los cambios…

Óscar Madrigal

En el ministerio de Comunicación se nombró a Agustín Jiménez que llegó a Zapote llevado por Rodolfo Piza. Durante la administración de Miguel Ángel Rodríguez fue su jefe de prensa y una persona de su absoluta confianza.

El ministro de Ciencia y Tecnología destituido, Luis Adrián Salazar, es también una persona muy cercana al expresidente Rodríguez.

MAR, salió empatado. Pero con una gran diferencia: el nuevo ministro será una persona que debe trabajar a la par del presidente y le habla al oído.

Las salidas del gabinete no fueron pacíficas, sino que se deben a discrepancias internas.

El ministro de Hacienda saliente, Rodrigo Chaves deja claro que tiene una concepción diferente respecto a cómo se ha manejado la pandemia. No dice en qué. Pero por el contexto se deduce que está en contra del confinamiento y el tiempo que llevan cerrados los establecimientos comerciales y la economía. Probablemente es más partidario de la política de Trump u Ortega que la seguida por las autoridades sanitarias del país. Lo que es público es la discrepancia con el Presidente respecto al levantamiento de la regla fiscal para las municipalidades. El Presidente ejerció su autoridad y le pidió la renuncia por una diferencia, según lo dicho, de estilo.

El ministro de Ciencia, Salazar, discrepó con Hacienda y el Presidente por echar mano al fondo de telecomunicaciones para pagar deuda. El ministro tiene razón, eso significará un atraso de varias décadas en la creación de la infraestructura que acorte la brecha tecnológica.

El nuevo ministro de Hacienda, Eliam Villegas, ya declaró públicamente que no se apartará ni un ápice de la ley fiscal, lo que es decir que será inflexible con la aplicación de la regla fiscal. En otras palabras, seguirá la misma línea de Chaves y Rocío. Tal vez con un mejor estilo, sea no decir nada públicamente. Es el primer ministro de Hacienda que proviene de las filas del PAC y familiar cercano de Ottón Solís.

En síntesis: MAR mejoró su posición en el Gabinete, en Hacienda se seguirá la misma línea de recorte al gasto público y regla fiscal a troche y moche y se perderá un opositor al despropósito de liquidar los fondos para mejorar la infraestructura tecnológica.

Seguimos entre igual o peor.

Publicado en el espacio de Facebook del autor, compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.