Skip to main content

Etiqueta: evolución

Svante Pääbo: premio Princesa de Asturias de Investigación

Los estudios en Paleogenética están tomando fuerza, esta es una disciplina científica que se encarga de analizar los fragmentos de ADN, que se puedan recuperar de fósiles humanos antiguos, incluyendo especies extintas cómo los neandertales.

Svante Pääbo, biólogo sueco y especialista en genética evolutiva, fue el ganador del premio “Princesa de Asturias de Investigación” en 2018. Con una trayectoria impresionante, Pääbo es uno de los pioneros en este campo de investigación, personas que han trabajado sin descanso para recuperar fragmentos de ADN antiguo y de cuyas técnicas de investigación y descubrimientos se beneficia la comunidad científica.

A este científico lo caracteriza su trabajo honrado e incansable, ejemplo de ello es que no habla de sus logros de manera individual, sino que agradece y reconoce en sus grupos de investigación, un pilar para alcanzar este tipo de reconocimientos. 

Actualmente, se encuentra trabajando con un grupo de investigadores (as), del cual es parte el biólogo costarricense Felipe Mora Bermúdez, en un proyecto para esclarecer las razones genéticas por las que los Sapiens lograron adaptarse y sobrevivir, y los neandertales, no. 

De momento, han logrado descubrir que, en el cerebro del ser humano moderno, las células madre se dividen más lentamente, y así logran cometer menos fallos de herencia cromosómica.

Son muchos los retos que estos científicos y científicas han encontrado, al innovar en un campo que hasta hace 30 años no había sido tan explorado:

«Hace ya mucho tiempo, cuando nos planteamos por primera vez estudiar neandertales -recuerda el investigador- tuvimos que negociar dos años enteros antes de que nos cedieran las primeras muestras».

Una resistencia más que comprensible, ya que el estudio genético requiere de la destrucción de una pequeña parte del fósil que se pretende investigar, y eso era algo a lo que la mayor parte de los paleontólogos se resistía con uñas y dientes. (José Manuel Nieves, 2018).

Pero sus esfuerzos han valido la pena y hoy son reconocidos por la comunidad científica y el mundo entero.

Investigación señala diferencias entre el cerebro del ser humano moderno y el de los neandertales

La extinción de los neandertales (Homo neanderthalensis), ha sido un gran tema de estudio para la Biología, la Antropología, la Historia, la Genética, entre muchas otras disciplinas. El “hombre neandertal” es una especie, ya extinta, del género Homo y que durante milenios ocuparon Europa, Asia y Oriente Medio. Los sapiens, por su parte, a pesar de ser menos robustos y no estar tan adaptados al frío, llegaron a Europa desde África y allí, lograron imponerse.

En este caso, toma relevancia una investigación llevada a cabo en el Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética (Alemania) y en la que participa Felipe Mora Bermúdez, biólogo costarricense, galardonado con el Premio Nacional de Ciencia Clodomiro Picado Twight 2007. Este es el primer estudio que apunta a una diferencia en el comportamiento de las células cerebrales que generan las neuronas entre los Sapiens y los Neanderthalensis.

En otras ocasiones se ha señalado a los cambios climáticos, la endogamia y la presión de los humanos modernos como parte de las razones para explicar su extinción. Sin embargo, en este estudio, las personas investigadoras sugieren que “el cerebro del ser humano moderno crece más lentamente que el del neandertal y, en ese proceso, comete menos fallos de herencia cromosómica”

Para sustentar su hipótesis, estos científicos (as) realizan tres experimentos: En el primero, introdujeron variantes humanas modernas en ratones transgénicos, idénticos a los neandertales en esas seis posiciones de aminoácidos. En segundo lugar, introdujeron la variante neandertal en ‘minicerebros’ cultivados en laboratorio a partir de células madre humanas. Y por último, la tercera prueba utilizó células de chimpancé

Este trabajo investigativo representa un gran aporte para robustecer teorías de la evolución, además de que abre camino para futuras investigaciones en temas de información y evolución genética y molecular. Además, es de gran renombre que un costarricense sea parte de los principales autores de este estudio.

«A pesar de que el cerebro de los ratones es más pequeño que el nuestro, también tiene muchas similitudes y puede ser muy informativo, lo que nos permite, en cierto modo, rastrear y recrear lo que hizo la evolución» (Felipe Mora Bermúdez, 2022).

Usted puede acceder a la investigación completa por medio del siguiente enlace:

https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abn7702

Un futuro optimista: nuestro compromiso profesional en la construcción y desarrollo de la sociedad costarricense*

Mario Devandas Brenes 1

Universidad Estatal a Distancia, Tutor jubilado, Costa Rica

Buenas tardes.

Agradezco a las autoridades universitarias y de manera particular a la profesora Julia Li la invitación para dirigirles unas palabras en este importante acto de graduación.

Culminar un programa de posgrado es un motivo de júbilo y de fiesta, por lo cual, en primer lugar, debo felicitarles, tanto a cada graduando como a sus familias. Es un paso que nos permite ver con optimismo el futuro y nos obliga a meditar sobre él. Permítanme entonces unas reflexiones al respecto. Suele decirse que el conocimiento comienza por la pregunta y también la rebeldía. Hagámonos pues algunas preguntas.

Se dice en el Génesis que Adán y Eva tomaron una fruta del árbol prohibido, del árbol del conocimiento, del árbol del bien y del mal. Ese pasaje se inició con la pregunta de la serpiente, esa pregunta según la tradición judío-cristiana nos tiene aquí.

En el corazón del hombre habita el bien y el mal, considera Erick Fromm2. Ni este criterio ni la relación bíblica, debemos tomarlas como una condena, menos como3 una excusa para justificar nuestros actos.

La capacidad de discernir es una condición de los seres humanos, eso llamado libre albedrío nos obliga calificar nuestras conductas y esta capacidad humana implica, para quienes hemos alcanzado niveles superiores de formación académica, una muy alta responsabilidad, indisociable de la comprensión de que el éxito alcanzado no es solo producto del esfuerzo individual y familiar, sin duda fundamental, sino, además, del esfuerzo social. En su conjunto la sociedad aporta al desarrollo de la educación y configura el contexto en que nos desarrollamos. Por eso emerge la pregunta: ¿cuál debe ser nuestro compromiso en la construcción y desarrollo de esa sociedad tan prolija con nosotros?

Ante esa pregunta vuelve a surgir el dilema del bien y del mal, desde luego todos nos inclinamos a escoger el bien, sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Escuché recientemente a un experto en derechos humanos de Naciones Unidas explicando que había entrevistado a varias personas con altos cargos en el régimen nazi y ninguno de ellos consideró haber actuado mal.

Estoy seguro de que la misma respuesta se hubiese obtenido en una entrevista a Stalin, a Pol Pot, a Pinochet, a George Bush, o a Trump.

La lección derivada de esa experiencia es la siguiente: todos actuamos conforme a nuestras ideas, ellas nos conducen a decidir lo mejor para nosotros, para nuestros hijos y para toda la sociedad.

Llegamos de esta manera al centro de nuestro esfuerzo académico. Durante los diversos programas de estudio recibimos ideas, maneras de entender e interpretar el mundo y con esas ideas y otras impresas en la cultura, forjamos nuestra cosmovisión, una visión integral acerca de nuestras relaciones personales y también de las consideraciones políticas, económicas, religiosas y artísticas.

La característica medular de los humanos es que tenemos ideas y con esas ideas construimos el mundo.

En 1936, Keynes escribió: “Las ideas de los economistas y de los filósofos de la política, tanto cuando son correctas como cuando son erróneas, son más poderosas de lo que comúnmente se entiende. De hecho, el mundo está dominado por ellas. Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto”4. También podemos estar sujetos a ideas en el campo de la ciencia y sentirnos seguros con ellas. Pero recordemos, la teoría de la generación espontánea se mantuvo durante más de 20 siglos y no fue superada hasta 1860, la idea del geocentrismo estuvo vigente durante catorce siglos y con esas ideas se construyó la cosmovisión bajo la cual se vivió durante todos esos siglos.

Pero el conocimiento no se detiene y ante sus avances empieza a resquebrajarse, a tambalearse, toda la estructura de las ideas sobre las que nos sentimos seguros.

Víctor Hugo, en su obra sobre Shakespeare, afirma sobre la ciencia: “Todo en ella muda y cambia, todo se niega, todo se destruye, se crea y se reemplaza. Lo que se aceptaba ayer, se rechaza hoy. La máquina colosal de la ciencia no descansa nunca, jamás se da por satisfecha y busca siempre lo mejor, porque no conoce lo absoluto”.

Hoy a la luz de la ciencia podemos afirmar que la única ley absoluta es la ley del cambio.

Cualquier programa de estudio solo puede considerarse exitoso si desarrolla en el estudiante un pensamiento crítico. Desde luego debemos poner atención a las lecturas establecidas en los programas y a los profesores, pero no podemos ser pasivos. No existen ideas neutras, todas están sujetas a una determinada visión del mundo. El reino de la libertad nos exige ser iconoclastas.

En la actualidad vivimos una época difícil, complicada, por todas partes observamos gran efervescencia social en protesta por la creciente desigualdad, enfrentamos también la grave amenaza del calentamiento global.

¿Qué pasa?, ¿hacia dónde vamos? Son las preguntas de muchos intelectuales prominentes alrededor del mundo y entre los grupos que emergen de las protestas sociales.

Hay quienes ven la situación desde una óptica pesimista y hasta niegan la noción del progreso. Yo me sumo a una visión optimista y frente a los problemas planteados percibo la oportunidad de dar un gran salto hacia el progreso.

Observo una relación esencial entre la evolución biológica y la trayectoria histórica de la humanidad.

Darwin enunció que en la evolución sobrevivía el más fuerte, pero de manera reciente Margulis, en su hermoso libro Qué es la Vida, demostró como en el camino de la evolución las alianzas bacterianas eran fundamentales. Interpreto que esas alianzas modificaron las estructuras del poder. Una bacteria podría ser muy poderosa, pero sí las más débiles se aliaban, modificaban la correlación de fuerzas e iban construyendo organismos más complejos. ¡Somos una construcción de las bacterias!

La pregunta es: ¿qué motiva la evolución biológica? a mi juicio, la evolución es la manera como la vida se defiende, se promueve y se desarrolla. La evolución es el camino de la solución permanente de problemas. Es una hermosa manifestación de la ley del cambio. Cuando pensamos en el surgimiento y desarrollo de lo humano no podemos dejar de vincularlo con la evolución biológica. Podemos considerar que la vida nos construyó para pensar en sí misma. Si nos detenemos a considerar el pensamiento de los filósofos, de los místicos, de los científicos y la obra de los artistas, encontramos un factor común: su preocupación es tratar de explicar la vida y defenderla.

Al discutir el tema del progreso podemos afirmar que la historia de la construcción de la humanidad es una historia del progreso. Cuando converso con amigos sobre estos temas, amigos con los cuales comparto una visión crítica de las situación económica y política, me gusta mortificarles preguntándoles: ¿si pudieran viajar en el tiempo, les gustaría trasladarse a vivir a la antigüedad o a la edad media? De manera invariable la respuesta es: “no, preferimos vivir en nuestra época”.

El capitalismo ha significado una extraordinaria revolución en todos los órdenes, no hace falta detenerse en ello, sin embargo, hemos llegado a un punto de cuestionamiento.

La revolución francesa se realizó bajo la consigna “libertad, igualdad, fraternidad”. Nació la democracia moderna, los derechos civiles, sociales y políticos empezaron a abrirse campo a través de las permanentes luchas sociales. De Europa heredamos el concepto del estado social de derecho. Se trataba de destruir el poder de los reyes y de la nobleza, permisiva solo con el desarrollo individual de esa clase social, para empezar a abrir campo al desarrollo de la libertad individual de todas las personas, pero ese proceso ha estado lleno de contradicciones y desde luego está inacabado. Europa desde entonces ha sido una zona muy conflictiva, dos guerras mundiales, poder colonial. Aliada con gobiernos de los EE. UU., ha sido un factor importante, aunque no el único, en la inestable situación del medio oriente.

Debemos defender la libertad individual, pero no debemos llevar el individualismo a un dogma capaz de negar y renegar de lo social, por una sencilla razón, no podemos ser sin los otros. Tampoco podemos olvidar que la vida, toda la vida, es un complejo entramado del cual dependemos todas las especies. En la actualidad, la libertad individual ha sido deformada y convertida en individualismo patológico cuya principal manifestación es el consumismo, una de las causas principales de la contaminación.

Veamos algunos datos significativos de los problemas sociales actuales según datos de organismos especializados:

  • El hambre en el mundo afecta a 821 millones de personas.
  • Unicef denuncia que 19.000 niños mueren al día por causas evitables.
  • La desnutrición es una de las principales causas de mortalidad infantil, más de 6.400 niños fallecen por día debido a este motivo.
  • “La carencia de alimentos es causa directa o indirecta de una de cada tres muertes infantiles”, dice el informe publicado por Unicef. Esto significa que a escala global 180 millones de niños son víctimas de desnutrición crónica y la padecen con severidad otros 20 millones.
  • Después de varios años de marcadas reducciones en la pobreza, el número de personas pobres aumentó de 166 millones a 175 millones entre 2013 y 2015, aumentando de 28,1% a 29,2% de la población, nos advierte la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
  • Según esos organismos especializados más de cuarenta millones de latinoamericanos padecen de hambre crónica.
  • En nuestro país, la pobreza casi ronda a la cuarta parte de la población.

Mientras esos datos se nos agolpan inmisericordes, la riqueza se acumula de manera acelerada en pocas manos. Estudios pormenorizados de Stiglitz y de Piketty demuestran como la mayoría de la riqueza mundial es controlada por el uno por ciento de la población.

A la luz de las consideraciones anteriores cabe la pregunta: ¿serán las ideas imperantes en economía y en política las más adecuadas para construir más humanidad?

Formulemos otra pregunta medular: ¿qué entregamos en nuestro trabajo todos los días? Si nos percatamos cómo en el trabajo de todos los días entregamos la vida, vale preguntarse: ¿por qué lo hacemos? Podríamos dar respuestas superficiales pensando en la retribución recibida por esa entrega, pero la respuesta esencial es otra: entregamos la vida para hacer posible la vida, somos parte de la evolución.

Si la forma en que está organizado el trabajo en la actualidad no está promoviendo la vida, y además no está garantizando la vida con dignidad a las personas, a todas las personas, deberíamos aceptar que las cosas no se están haciendo bien y deben cambiar.

La creciente falta de legitimidad de los partidos políticos y de muchas instituciones, la lucha por la defensa del ambiente, la lucha por los derechos de las mujeres, las luchas por el respeto a las diferencias sexuales, la lucha por los derechos de las personas con discapacidad y el cuestionamiento a las ideas dominantes en el campo de la economía anuncian el nacimiento de una nueva cosmovisión. En otras palabras, la cosmovisión imperante continúa resquebrajándose.

Sin duda serán cambios difíciles, todavía no tienen un rumbo claro, la nueva utopía apenas empieza a dibujarse.

La pregunta que surge aquí es: frente a la magnitud de esos problemas ¿qué podemos hacer nosotros?

La respuesta a mi criterio es: debemos trascender. Si nos quedamos presos en nuestra vida cotidiana, seremos simples víctimas espectadores, si procuramos la trascendencia, nos convertiremos en actores.

En nuestro país podemos hacer y debemos hacerlo para reducir la inequidad y para lograrlo primero debemos conocerla. Me gustan mucho las palabras del papa Francisco cuando nos advirtió: “hablamos mucho de los pobres, pero no hablamos con los pobres”.

La última reforma de la Constitución Política es muy importante. La llamo el nuevo nueve.

El artículo nueve decía en su primer párrafo: El gobierno de la República es representativo y lo constituye el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, etc. Es decir, se trataba de una democracia episódica, nos presentábamos cada periodo a las urnas, elegíamos a nuestros representantes y punto. Ahora dice: el Gobierno de la República es participativo, representativo y lo constituye… etcétera.

Se trata entonces de construir una democracia permanente, no episódica. Es un reto muy importante y nos marca una ruta mediante la cual podemos contribuir a la solución de los graves problemas actuales. Para lograr esa democracia participativa, es fundamental elevar el nivel de comprensión, por parte de los sectores populares, de las causas de los problemas que les afectan, y es aquí donde se abre un importante espacio a quienes tenemos el privilegio de haber logrado estudios superiores, es el camino mediante el cual podemos trascender.

Las universidades públicas y de manera muy particular la UNED puede y debe jugar un papel central en el desarrollo de la democracia participativa, entendiendo de que en la medida que se logre, impulsaremos al tiempo un cambio cualitativo en la democracia representativa, para desarrollar esos programas sería muy provechoso impulsar un vigoroso proceso de voluntariado.

Estoy seguro de que nuestro pueblo sabrá construir esa nueva democracia y darle ejemplo al mundo y de manera especial a nuestros hermanos pueblos latinoamericanos, de cómo se puede hacer avanzar la humanidad hacia una nueva época, preservando lo mejor del pasado y construyendo soluciones a los nuevos problemas.

Ojalá y todos lo comprendamos así, asumamos nuestros compromisos y demos paso al impresionante camino de la evolución en defensa de la vida.

Muchas gracias

* Palabras pronunciadas con ocasión del Solemne Acto de Graduación del Posgrado, realizado el viernes 8 de noviembre de 2019 en la Sala Magna del Paraninfo Daniel Oduber Quirós, sede principal de la UNED.

1 Mario Devandas Brenes es representante de los trabajadores en la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social. Es economista en la Universidad de Costa Rica, con maestría en Política Económica con énfasis en empleo y recursos humanos y doctor en Educación. Se ha desempeñado como docente de la UNED y fue encargado de la Cátedra de Economía y profesor de Finanzas Internacionales en la Escuela de Ciencias de la Administración; también fue director de Extensión, y en su período se concedió a esa dirección el premio nacional por sus aportes a la calidad de vida. Se ha desempeñado como asesor político y sindical, destacándose en el logro de la concreción de una nueva política salarial para el sector privado. En la actualidad se encuentra jubilado, pero mantiene plena actividad al servicio de las luchas populares, viajando por diversas zonas del país informando sobre la situación de la Caja y la necesidad de organizarse en los barrios para defenderla.

2 Fromm, E. (1977). El Corazón del Hombre. Fondo de Cultura Económica.

3 Nietzsche, F. (2010). Más allá del Bien y del Mal. Editorial Gradifco. S.R.L.

4 Keynes, J. M. (2003) La Teoría general del empleo, el interés y el dinero. 4ª edición en español. México: Fondo de Cultura Económica.

Revista Posgrado y Sociedad
ISSN: 2215-2172
Sistema de Estudios de Posgrado
Volumen 17, Número 2, 2019, 61-65
Universidad Estatal a Distancia
RevistaSEP-PyS@uned.ac.cr
Fuente: https://revistas.uned.ac.cr/index.php/posgrado/article/view/2812/3539

“Yo soy la respuesta”

  • Declaración de principios para la evolución consciente de la madre tierra y otorgamiento premio del Planeta Tierra al Dr. Alberto Salom Echeverría – Presidente CONARE y Rector UNA

premio-planeta-rector-gaia2

“Conscientes de que la humanidad es parte fundamental de este planeta y que ha transitado el camino de la subsistencia a la transformación.

Libres de toda atadura con el pasado que pueda impedir o dificultar dicha transformación.

Atentos a los acontecimientos que conducen al renacer de una forma de vida en armonía con los elementos.

Capaces de resolver los problemas que nos ocupan y trascender nuestras limitaciones actuales. Alzamos este anhelo con la esperanza firme de establecer una nueva relación con nuestra Madre Tierra y con todos sus elementos, a fin de participar en su Evolución Consciente”.

premio-planeta-rector-gaia8

Esta declaración fue firmada el martes 29 de noviembre de 2016 por el Presidente del Consejo Nacional de Rectores (CONARE), y como testigos de honor figuran: Chief Greywolf, Presidente Nación Cherokee Tejas, Javier Francisco Ortiz Gutiérrez Presidente Fundación Gaia, Allison Aguirre Mora, Representante Consejo Indígena Madre Tierra, Jorge Calderón Gamboa, autor de la declaración.

premio-planeta-rector-gaia7

En este sentido, el CONARE avala en todos sus extremos la “Declaración de Principios para la Evolución Consciente de la Madre Tierra”, acogida por el Consejo Indígena Madre Tierra y la Fundación Gaia y avalado, además, por la Universidad Nacional, como marco conceptual e instrumento para la reflexión y el compromiso de los estudiantes universitarios, con la creación de una nueva consciencia planetaria, en la cual cada persona sea responsable de vivir una vida en armonía con la naturaleza, su esencia y su comunidad.

Cabe mencionar que esta declaración tiene como antecedentes algunos eventos de suma importancias que se llevaron a cabo en el 2016 como fueron: la publicación del decreto ejecutivo (N.° 39659-MINAE-MCJ-MEP del 22 de abril de 2016), que declaró el 22 de abril de cada año como el “Día Nacional de la Madre Tierra” en respuesta a una solicitud que hiciera el Rector de la Universidad Nacional, Dr. Alberto Salom Echeverría, a petición de la Fundación Gaia y del Consejo Indígena Madre Tierra. Este decreto autorizó a las instituciones públicas preparar y conmemorar ese día mediante actividades que contribuyan a crear en los costarricenses, desde los primeros años de vida, una nueva relación con el Planeta, en la cual cada persona sea responsable de vivir una vida en armonía con la naturaleza y se reconozca la necesidad de sumar el sentido de responsabilidad personal a la meta país de convertir Costa Rica en Nación Carbono Neutral.

premio-planeta-rector-gaia5

De esta manera, el 22 de abril pasado, se llevó a cabo un acto oficial en la UNA, (Auditorio Clodomiro Picado) que da inicio a la celebración de dicho día y en el cual el Consejo Indígena Madre Tierra, la Fundación Gaia y la Universidad Nacional, acordaron que el señor Rector de la UNA, solicitaría al Consejo Nacional de Rectores (CONARE) avalar la “Declaración de Principios para la Evolución Consciente de la Madre Tierra”, (acogida por el Consejo Indígena Madre Tierra el 21 de diciembre del 2012), como marco conceptual de la campaña educativa de consciencia planetaria “Yo Soy la Respuesta”.

En respuesta a esta solicitud, el CONARE acuerda (sesión N°. 30-16 el 25 de octubre de 2016) avalar el texto de la Declaración de Principios para la Evolución Consciente de la Madre Tierra y autorizó al señor Presidente del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) para su respectiva firma”.

premio-planeta-rector-gaia

Dentro de las reflexiones expresadas el señor Jorge Calderón Gamboa, resalta el concepto de metamorfosis que atañe a la evolución consciente de cada ser, es decir; la capacidad de sensatez no es exclusiva de los seres humanos. De igual manera, señala que se debe corresponder a la individualidad, para seguidamente cooperar en la colectividad: “Costa Rica, destaca como un lugar idóneo para un nuevo comienzo, que plantee un reconocimiento de paradigmas para todos los seres vivos, que conlleve a una nueva humanidad con un nuevo modelo de reflexión”.

Alison Aguirre Representante del Consejo Indígena Madre Tierra, hizo una petición con 7 puntos que engloban distintos aspectos que instan al país a seguir apoyando esta causa y a la población indígena.

Durante la actividad, se hizo entrega del Premio Planeta Tierra al Presidente de CONARE y Rector de la Universidad Nacional, Dr. Alberto Salom Echeverría; en reconocimiento a todos sus esfuerzos y lucha por la Madre Tierra durante este año desde distintas esferas.

premio-planeta-rector-gaia6

Con gran agradecimiento y honor recibimos este significativo Premio “Planeta Tierra 2016” y nos comprometemos a continuar los esfuerzos por mejorar y salvar al Planeta: “esta calamitosa situación, tiene solución; la lucha es durísima, pero hay afrontar esta realidad siendo optimistas; creo en la fuerza, en la paz, en la cultura de amor, en la convivencia, en el respeto; por lo cual me comprometo a honrar el premio.

Destacamos la oportuna presentación artística a cargo de Marianela Ortiz y su hijo, que presentaron cantos para el alma; que recuerdan la naturaleza de libertad y paz de los seres vivos.

A través del CONARE, fundación GAIA y distintas instituciones, se ha instado a actuar a favor del bienestar del planeta y los seres que en él habitan.

 

Colaboración:

Dayanne Nájera Matarrita

Estudiante RI-UNA

 

Enviado por Msc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/