- Documento es producto de un proceso de consultas a la comunidad académica
Tras un arduo proceso participativo de consultas a la comunidad académica, el pasado 14 de agosto del año en curso el Consejo Universitario (CU) de la Universidad de Costa Rica (UCR) aprobó un nuevo Reglamento del Trabajo Comunal Universitario (TCU) con el fin de actualizar la normativa a la luz de los cambios institucionales y solventar algunos vacíos en el anterior reglamento.
Con esta aprobación, se reformó integralmente el que regía desde el 13 de diciembre de 1981. Para lograr esta nueva reglamentación, el CU abrió un periodo de consultas en marzo pasado que fueron analizadas por la Comisión de Investigación y Acción Social del CU y el equipo especializado de asesores y asesoras de Trabajo Comunal de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS).
Finalmente, el articulado presentado al CU incluyó una actualización de los objetivos del TCU, define con claridad las responsabilidades de las partes vinculadas, los derechos y deberes estudiantiles, el financiamiento de proyectos con vínculo externo, así como los requisitos mínimos para inscribir una propuesta, entre otros aspectos.
“Este reglamento es resultado de un amplio proceso de consulta con la comunidad universitaria. En su fase de borrador se realizaron grupos focales tanto con docentes como con estudiantes. Paralelamente se remitió el borrador a consulta a las Comisiones de Acción Social, de lo cual también surgieron muchas recomendaciones que fueron incorporadas para posteriormente presentarlo como ponencia ante el VII Congreso Universitario”, acotó la Dra. Adilia Solís Reyes, coordinadora de Trabajo en Comunidad de la VAS.
Además, dijo Solís, el reglamento genera nuevas reglas en cuanto a las funciones y competencias y define el TCU como un proceso pedagógico cuyos resultados deben garantizar la sostenibilidad y autonomía en las comunidades y sectores donde se actúa.
Cambios sustantivos
Entre los objetivos del TCU, el nuevo reglamento destaca que los proyectos inscritos deben fortalecer el quehacer universitario mediante el intercambio y diálogo de conocimientos entre las personas de las comunidades y la universidad.
En esa misma línea, estos se conciben como iniciativas que contribuyen “con las transformaciones que la sociedad necesita para el buen vivir, potenciando las capacidades de los grupos con los que se trabaja e incidiendo en la solución de problemas”.
Estos proyectos pueden ser propuestos por unidades de investigación, de docencia y estudiantiles, así como de iniciativas presentadas por las comunidades y los grupos o instituciones del país. Estas podrán presentarse tanto individualmente o en conjunto.
Como mínimo, los proyectos de TCU deben tener una vigencia de tres años y una persona docente nombrada por un cuarto de tiempo durante el periodo de vigencia del proyecto, a la cual se le debe brindar con continuidad en su nombramiento. Esta persona coordinará un equipo de al menos ocho estudiantes llegando a un máximo de 25 con ese nombramiento.
Además, cuando intervengan varias unidades académicas en la formulación y gestión del TCU, las involucradas definirán la unidad base y la persona que asumirá la coordinación y las responsabilidades establecidas en el nuevo articulado.
“Para clarificar y ahondar en los detalles del reglamento, la VAS ya está realizando actividades de capacitación con las CAS y coordinadores de proyectos de TCU”, agregó Solís.
Para conocer las fechas sobre estos talleres puede seguir este enlace con detalle de las fechas aún disponibles.
El nuevo reglamento también incluye cambios en las funciones de la VAS, al determinar que su labor es de articulación académica, sin abandonar la generación de lineamientos académicos y administrativos. Asimismo, se establecen más claramente las funciones de la Unidades Académicas, de las Comisiones de Acción Social (CAS) y se actualizan las funciones de las y los docentes.
Deberes estudiantiles
El capítulo IV reglamentó la relación de la comunidad estudiantil con la universidad y las comunidades.
En este apartado se determina, entre otros puntos, cuando el estudiantado puede realizar cambios, pasantías entre proyectos, traslados, retiros, interrupciones y prórrogas.
Igualmente, enfatiza que además de presentar propuestas al equipo y cumplir con los planes de trabajo, debe “visibilizar la participación de organizaciones y comunidades en los productos elaborados en el marco del proyecto”.
Otro de los aspectos que regula es la participación de estudiantes en condición de colaboradores. Según la normativa podrán serlo aquellas personas que no están matriculados en algún TCU, pero que participan activamente en la ejecución de un proyecto vigente.
También, quienes luego de aprobar su TCU deseen seguir siendo parte del equipo bajo esta modalidad o estudiantes de intercambio amparados bajo convenios establecidos por la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa (OAICE).
El reglamento establece un debido proceso en caso de incumplimiento de los compromisos estudiantiles y señala puntualmente cómo se contabilizan las horas necesarias para la aprobación de TCU.
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Periodo de transición
El nuevo reglamento concluye con dos artículos transitorios que establecen un periodo de un año para elaborar un documento con las normas éticas para el trabajo en las comunidades desde un enfoque desde los derechos humanos, en coordinación con la Escuela de Estudios Generales. Estos temas serán parte del curso de Seminario de Realidad Nacional I.
Finalmente, en un periodo similar la VAS se enfocará en el protocolo para determinar “los procesos, metodologías y acciones necesarias para compartir saberes entre proyectos de TCU, mediante la ejecución de las pasantías”.
El texto completo del nuevo Reglamento de Trabajo Comunal Universitario está disponible en este enlace.
Eduardo Muñoz Sequeira
Periodista Vicerrectoría de Acción Social
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/
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