Cooperativa Agrícola de Piedras Blancas Puntarenas Agricoop R.L reclama derechos sobre instalaciones

Complejo de oficinas del Programa de Cooperación y área administrativa de la Planta Procesadora de Palmito.

Piedras Blancas, Puntarenas – En un grito por la autonomía y el desarrollo comunitario, la Cooperativa Agrícola Agricoop R.L. en Piedras Blancas, Puntarenas, alza la voz para reclamar lo que consideran suyo por derecho. Con más de 20 años de presencia en la zona, las instalaciones que albergan la Planta Procesadora de Palmito y su complejo de oficinas son el epicentro de una lucha que va más allá de los límites físicos de la cooperativa. Así se desprende de una conversación de Tatiana Chaverri Rodríguez con SURCOS.

Además, en una publicación reciente en su página de Facebook, Agricoop R.L. cuestionó la necesidad de solicitar permisos para acceder a sus propias instalaciones, comparando la situación con el concepto de entrar a su propia casa, en una comunidad que ve en estas estructuras el motor de su desarrollo y progreso.

«Nos salimos del juego y la manipulación en la que IDA (hoy Instituto de Desarrollo Rural, Inder) ha sometido por años a la Cooperativa. No se renueva ningún permiso de lo que es nuestro», expresaron en la publicación evidenciando la necesidad de respeto su autonomía y derecho al patrimonio.

Detrás de este enfrentamiento legal y burocrático, se encuentra una historia que se remonta a más de dos décadas atrás. Las instalaciones fueron creadas para el procesamiento de palmito, en un momento crucial para la comunidad tras la salida de la Bananera. En un acto de cooperación con la CEE (organismo de la Unión Europea), se gestó el Programa de Desarrollo Rural (PDR) Osa Golfito, con el propósito de dotar a las organizaciones locales de las herramientas e infraestructuras necesarias para su crecimiento.

Planta procesadora de palmito construida para Industrias Palmitos del Sur SA posteriormente Agricoop Cooperativa Comercializadora Agrícola del Sur RL.

Sin embargo, a pesar de las promesas y acuerdos establecidos, las instalaciones permanecen en un limbo legal, sin que se cumpla el compromiso de entrega por parte del gobierno costarricense. El problema es que este abandono no solo afecta a la cooperativa, sino que tiene un impacto directo en las comunidades circundantes.

Según Tatiana Chaverri Rodríguez, representante de Agricoop R.L., el rezago económico y social en el cantón de Osa, específicamente en Piedras Blancas, es evidente. Con una población de 4530 habitantes y una falta notable de fuentes de empleo e inversión pública, el abandono de estas instalaciones representa un golpe devastador para la región.

«La falta de entrega de estas instalaciones ha tenido un impacto significativo en nuestras comunidades», continuó Chaverri Rodríguez. «Según datos del Inec, el cantón de Osa, y en particular Piedras Blancas, enfrenta un fuerte rezago económico y social. La falta de empleo e inversión pública afecta directamente a nuestros habitantes, quienes se ven privados de oportunidades de desarrollo».

Al abordar la razón detrás del abandono de las instalaciones, Chaverri Rodríguez señaló: «Las abandonaron para evitar entregar los activos a la cooperativa. Agricoop fue sometida a la inseguridad jurídica con la intención de desaparecer o entregar las instalaciones a grupos alineados con ciertos intereses». En el monumento erigido en las instalaciones, el cual agradece el aporte de la Unión Europea al desarrollo local, se encuentra una prueba tangible del derecho de Agricoop R.L. sobre estas tierras, así como la placa que conmemora la fundación de estas instalaciones desde el 5 de enero de 1991.

Sin embargo, Agricoop R.L. no se rinde ante esta adversidad. Con una visión clara de desarrollo regional, han propuesto iniciativas que no solo beneficiarían a la cooperativa, sino que tendrían un impacto positivo en toda la comunidad. Enfatizan su papel como productores de fibra de abacá, un material altamente versátil con más de mil usos en la industria y un mercado prometedor en Europa. De contar con las instalaciones, establecerían un centro de acopio y valor agregado de abacá, lo que no solo generaría múltiples fuentes de empleo, sino también oportunidades comerciales significativas para la región. Adicionalmente, la cooperativa realiza prácticas de reciclaje y compostaje.

Agricoop resalta su participación en el Programa de Descubre de Procomer 2022, otorgándoles una posición privilegiada para impulsar la producción de abacá. Destacan su condición como beneficiarios de una donación de Red de Vinil, destinada a la fabricación de diversos productos como bolsos, delantales, manteles y tapizados, con el fin de generar ingresos para las mujeres de la cooperativa. Además, han firmado un convenio con el MICITT para establecer un Centro Comunitario Inteligente, conscientes de la amplia brecha digital en la zona.

En términos de iniciativas comunitarias, la cooperativa está activamente involucrada en la organización de una feria comunitaria para apoyar a emprendedores y agricultores locales, y cuentan con un área de cocina para formalizar iniciativas gastronómicas; así como en la gestión de capacitaciones en conjunto con el INA para fortalecer las capacidades de la población circundante. Entre otros aspectos, tienen su papel como Punto Seguro Inamu, brindando apoyo a mujeres que sufren acoso callejero, y su alianza con Sula Kaska Agricoop para desarrollar un proyecto de cacao que busca rescatar el valor nutricional, cultural y ecológico del cultivo en la zona.

Todas estas iniciativas, que abarcan aspectos sociales, económicos, ambientales y tecnológicos, podrían estar en pleno funcionamiento si el Inder cumpliera con su obligación. Agricoop R.L. hace un llamado urgente al Instituto de Desarrollo Rural (Inder) y a las autoridades competentes para que cumplan con su compromiso y entreguen los predios e instalaciones que legítimamente les pertenecen. Solo así, afirman representantes de Agricoop, podrán desatar todo el potencial de desarrollo que yace latente en la región.

La lucha de Agricoop R.L. va más allá de la defensa de unas instalaciones. Es la lucha por el derecho a un futuro digno, por la autonomía de una comunidad y por el desarrollo sostenible de una región olvidada.

Compartido con SURCOS por Tatiana Chaverri Rodríguez – Agricoop R.L. y por Renier Canales Medina.