La ruta para el segundo año de Chaves

Juan Carlos Durán Castro
Dirigente sindical, sector salud -Costa Rica

La ruta escogida por Chaves Robles para su segundo año es autoritaria- persecutoria -intimidatoria, los despidos en Zapote, en Ministerio de Cultura o el manejo abiertamente machista con la Presidenta del PANI (estilo distinto al manejo con los hombres), ante la prensa y otras actitudes visibles, reflejan actos y prácticas típicamente fascistas.

Igualmente se está revelando un mecanismo de una alta dosis de concentración de poder en los ministros y ministras para manejar los presupuestos públicos a su antojo, lo cual deviene en una práctica posiblemente dictatorial, que no dudamos es peligrosa para el conjunto de la sociedad costarricense que no se percata del fenómeno riesgoso por el cual atraviesa el país.

Aspira también Don Rodrigo Chaves Robles, a mantener un perfil mediático y de redes populista con una narrativa de barrio que le ayude a sostener su popularidad, aunque en lo estructural no cambie nada, solo la fachada confrontativa para sacar unos y poner otros en los cargos donde se jugará el partido para la disputa, nacimiento o continuación de todas o de algunas nuevas oligarquías y burguesías nacionales o foráneas.

Pero de cara a la gente en su vida cotidiana todo seguirá igual, los hogares continuarán endeudando su futuro, se reduce aún más el tiempo para pensar y reflexionar ante la pretensión de avanzar hacia trabajos esclavos y precarios (jornadas 4×3), se avizora una reducción del acceso a la cultura y en definitiva se conduce a la gente a vivir en una burbuja de consumo que tarde o temprano explotara en razón de políticas regresivas y premeditadas que generarán el colapso de lo que queda de las garantías sociales del Estado Social de Derecho.

Proceso supra mencionado, que pareciera contar con la venia de la gran mayoría de las bancadas representadas en la Asamblea Legislativa, queda claro entonces que la ola de inseguridad no se detendrá de forma efectiva , pues es está un resultado de la descomposición social en desarrollo, lo cual nos inclina a trabajar en la recomposición de fuerzas para generar un contrapeso social organizado que obligue a un NUEVO PACTO SOCIAL que vaya en la dirección opuesta a la que ha demostrado hasta hoy un rotundo fracaso.