Peligrosa intolerancia de la Municipalidad de Talamanca contra ambientalistas

Acto de xenofobia y ataque contra la libertad de expresión

 

Con un comunicado oficial a través de su página oficial en una red social y por tanto usando recursos públicos, la Municipalidad de Talamanca atacó, intimidó y censuró a ciudadanos del cantón que han presentado denuncias ambientales.

Los activistas viven en el Caribe Sur y han realizado denuncias por daños ambientales ocasionados a los bosques, humedales y vida silvestre de la zona costera del cantón de Talamanca, incluyendo el Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo.

Ante el atropello el abogado ecologista José María Villalta interpuso un recurso de amparo que busca condene al Alcalde de la Municipalidad de Talamanca a reparar e indemnizar por los daños y perjuicios ocasionados, una retractación pública y abstener se incurrir en el futuro en violaciones similares en el fututo. Además de se investigue la posible comisión del delito de abuso de autoridad por parte del Alcalde de la Municipalidad de Talamanca.

Para los ecologistas no se puede tolerar la censura del ejercicio de derechos fundamentales para denunciar daños causados al ambiente y principio de igualdad. Resulta doblemente reprochable que por razón de su nacionalidad o su trabajo de denuncia se encubra el odio y la xenofobia llegando al extremo de «invitarlos» a abandonar el cantón, “y preferiblemente el país” su hogar desde ya hace varios años.

En síntesis, el comunicado oficial de la Municipalidad de Talamanca constituye una amenaza velada y promueve la intolerancia contra quienes presentan denuncias ambientales, abonando a que se comentan actos tan extremos como el asesinato del ambientalista Jairo Mora Sandoval.

 

Muchos casos y antecedentes

La rica y diversa zona del Caribe Sur ha sido escenario de varios casos de amenazas de muerte en el caso de la escritora Ana Cristina Rossi por su trabajo literario y de denuncia de destrucción del refugio Gandoca Manzanillo o el sufrido por activistas locales en la lucha anti-petrolera.

Tampoco es nueva la práctica de amenazar o demandar por parte de extranjeros, como en la lucha contra la contaminación de la empresa productora de tilapias que había saturado las cañerías de aguas negras y contaminaba con malos olores el centro de Cañas como represaría la empresa denunció penalmente a los extranjeros que acompañaron la lucha (2000).

 

Enviado a SURCOS Digital por Fecon.

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