Octubre del 2023: La lección del mes para toda la vida

MSC. Jiddu Rojas Jiménez

Se puede presenciar en vivo y a todo color, tanto un Genocidio (Gaza), como la indiferencia alienada de miles, y por otra parte, soportar la impotencia de otros tantos.

Paradójicamente tal y como pasó, con el Holocausto Judío cometido por la Alemania Nazi, y sus colaboradores Fascistas europeos, y como pasó con el Colonialismo inicial del Sionismo para con la primera Nakba en Palestina en 1948. (Les recuerdo: Trágico acontecimiento original histórico, donde fueron expulsados militarmente cientos de miles de Palestinos de su Tierra ancestral, por los Colonos armados de Israel, irrespetando las disposiciones sobre Palestina de la ONU de crear dos Estados independientes).

Volviendo a mi presente inmediato, me queda muy claro: Hablar de Gaza no es «tendencia», ya «molesta» más bien, y no es prioridad política, geopolítica o ética de nadie, o de casi nadie, al menos en mi Patria, Costa Rica. Hablar de este Genocidio «cansa» a algunos y algunas. Son pocas las nobles excepciones, incluidos ciudadanos y ciudadanas costarricenses de ascendencia judía. (Para ellas y ellos mi respeto y admiración.) Sé además de gente decente, buena, humanista, solidaria, sensible, con empatía, informada, que sufre y llora en silencio, presenciando estos irracionales Crímenes de Lesa Humanidad y nuestra común impotencia; para ellos y ellas también escribo.

¿Por qué cerrar los ojos frente a tanta crueldad? ¿Es acaso un mecanismo de defensa estimulado del «Inconsciente Colectivo»? ¿Mera ignorancia general, o puro temor a hacer confrontados con la realidad? ¿Acaso temor al poderoso Lobby político, financiero y económico Sionista a nivel nacional e internacional? ¿O simplemente «maldad» y «egoísmo» colectivos? ¿El Tánatos se desató para Halloween?

Sobra evidencia objetiva de toda esta atrocidad contra un Pueblo Palestino; información ya existe de sobra, más allá del cerco mediático conocido. Facebook censuró este mismo escrito ampliado, por una hora (sic) y posiblemente acaso por tiempo indefinido. (Por esa misma razón la convierto en artículo de difusión). Pero las cifras de miles niños y niñas y civiles palestinos asesinados, son datos reales. ¿Combate esta acción criminal de Israel, realmente al “Terrorismo”? ¿O más bien tanta brutalidad contra los Civiles Palestinos, lo siembra y lo provoca? ¿Hasta dónde escalará internacionalmente esta violencia?

No hay excusas entonces, sobre todo para las personas, con algún grado académico.

Pero las diferentes lecturas e interpretaciones posibles, aunque válidas, tienen un techo en la brutal realidad documentada. Cualquier Relativismo o Perspectivismo, se transforman en vulgar Cinismo, frente a las fotos de cadáveres infantiles.

Y no salgan con la blasfemia, repetida por algunos fanáticos, de los «escudos humanos», en un Ghetto donde viven apiñados más de 2.2 millones de personas en apenas 360 km2, y donde Israel atacó recientemente un falso «corredor humanitario» al Sur de la Franja, supuestamente diseñado, para que salieran civiles de Gaza. En este último bombardeo de Israel, incluso hubo, varias bajas del personal de la ONU. No lo digo yo, lo dice textualmente, el mismo Secretario General de las Naciones Unidas. ¿Hasta cuándo la impunidad del Gobierno de Israel? Gaza es desde hace décadas un campo de concentración a «cielo abierto».

No hay derecho en la Modernidad (Incompleta al decir del filósofo Habermaso no) a escondernos en la ignorancia y la indiferencia ciega, acerca de esta tragedia humana. Al menos hay que intentar conocer racional y científicamente, más allá de cualquier propaganda, las raíces históricas colonialistas y racistas, del moderno Estado de Israel.

Denunciar el Racismo y el Colonialismo del Sionismo (oficialmente Sionismo Revisionista) no significa ser Antisemita, ni ser pro-Hamas. Los y las Palestinos/as (sean Musulmanes, Cristianos, Drusos y Judíos Orientales) son «Semitas» también, y no colonos europeos Jázaros de religión judía. En todo caso son seres humanos y punto (ambas nacionalidades, por cierto). Y la población civil en Gaza, evidentemente, no puede ser castigada colectivamente por las acciones armadas de Hamas, como tampoco Palestina es responsable del Genocidio Nazi o de los anteriores “Progroms” racistas de los Europeos “cristianos” contra la población Judía.

Parece a todas luces, que la verdadera agenda política de la Extrema Derecha Sionista (laica y religiosa) liderada por Netanyahu, es terminar la limpieza étnica de Gaza. Mientras se salva el Gobierno de Netanyahu, de la propia crisis interna de Legitimidad.

Son públicas las matonerías del discurso de Netanyahu, –el actual Primer Ministro de Israel recientemente acusado de corrupción y Autoritarismo al interno de su país–, y parecen sacadas de la vieja propaganda Nazi. O sea, su discurso es abiertamente racista, defiende una lógica fascista, y hace apología del Genocidio del Otro.

El Gobierno de Netanyahu dice textualmente, que el «Cese al Fuego» contra Civiles indefensos es «rendirse frente al Terrorismo», y el mismo defiende su carnicería humana literalmente, como la metafísica «lucha del Bien contra el Mal» (Sic).

Esto último es una asquerosa «Inversión Axiológica» (Franz Hinkelammert) digna de Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda de Hitler. Así, las Víctimas se convierten discursivamente en Victimarios, una vez más. Justo como hacían los Nazis Alemanes y Austriacos con sus conciudadanos/as judíos/as.

¡Por todo esto debemos informarnos más y mejor! No saber no es un “pecado”, pero no tener al menos, la empatía mínima para querer saber e intentar preguntarse por cuáles son los orígenes reales de toda esta brutalidad y violencia, no es moralmente aceptable. La voluntad de saber, parodiando a Foucault, debe generarse.

Queda una especie casi que, de «imperativo categórico» ciudadano, de deber moral a cumplir, o sea, de tratar de informar y explicar racional e históricamente qué realmente pasó, y pasa en Palestina.

Queda pedir a gritos, un inmediato «Cese al Fuego» en Gaza, la liberación humanitaria de prisioneros de ambas partes, la sanción internacional de los Crímenes de Guerra, y el soñar con una Paz con Justicia para Palestina.

Sin embargo, el daño psicológico y espiritual ya está hecho, y es profundo: Acostumbrarse al Bombardeo de Civiles en Gaza, –sobre todo de niños y niñas indefensos/as–, y a escuchar su vulgar apología racista y colonialista en medios y Gobiernos cipayos, sólo nos hace menos humanos.

Mientras, la «fiesta» (del “sacrificio” acaso) sigue…

Algunas y algunos seguiremos soñando y luchando desde diferentes lugares sociales, por una sociedad más humana, por un Mundo menos injusto, y por un Planeta más viable.

Y como posteó una querida amiga cineasta: ¡No paremos de hablar de Palestina!