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Etiqueta: Luis Paulino Vargas

Microempresas en Costa Rica: sobreviviendo al límite

Luis Paulino Vargas Solís

Según la encuesta del INEC sobre microempresas (año 2022), en Costa Rica hay cerca de 411 mil empresitas de este tipo. Son emprendimientos minúsculos: en el 75,5% de los casos, solo hay una persona laborando; en un 12,5% adicional, hay dos personas. O sea: el 88% de estas microempresas emplean solamente una o dos personas (incluyendo a la persona dueña).

En total, proveen empleo a poco más de 647 mil personas, lo que nos da un promedio de 1,57 empleos por cada microempresa. Representan aproximadamente el 30% del empleo total en Costa Rica. Eso significa que aportan 5,4 veces el número de empleos que proveen las zonas francas.

Estas últimas, como sabemos, gozan de toda clase de privilegios. Las microempresas, en cambio, deben bregar con condiciones extremadamente adversas y limitantes.

Cierto que cuentan a su favor con una retórica de lo más florida y corronga. Políticos, cámaras empresariales, prensa. Nadie desea contener su exuberancia verbal, si de las microempresas se trata. Pero, en la práctica, su pan de cada día es el abandono y el olvido. Incluso la banca de desarrollo, es, para ellas, solo un cuento de hadas.

Puede que algunas sean exportadoras. Pero, con toda seguridad, la enorme, enorme mayoría, están orientadas hacia el mercado interno. Y ese mercado interno se les vuelve cada día más hostil. Primero, porque está sometido a fuertes presiones restrictivas: el sector público bajo el amarre asfixiante de la regla fiscal, y los salarios que, por todo lado, van en caída libre. Súmele que las importaciones entran cada vez más baratas y gozan de toda clase de graciosas concesiones.

Son, con gran diferencia, empresitas informales (el 98,3% no están inscritas; el 80,5% ni siquiera llevan registros contables; el 99,0% no tienen un salario fijo asignado). Los ricos de Costa Rica dicen que, por ser informales, son “evasoras” de impuestos. Bonita manera de criminalizar a quien lucha cotidianamente para no morirse de hambre. Bonita manera, asimismo, de encubrir sus indecentes y carísimas “ingenierías financieras”, gracias a las cuales se “ahorran” en forma “legal” el pago de muchísimos miles de millones en impuestos.

En las microempresas trabajan básicamente personas con bajo nivel educativo (43,9% solo tiene primaria; un 86,3% jamás hizo estudios universitarios). Recuérdese que Costa Rica es un país donde, desde hace muchos años, y hasta hoy día, se decidió que las personas que no cumplen con los requisitos que solicitan las transnacionales de zona franca, no tienen derecho a trabajar. Pues, vea usted, esas son las personas que están en las microempresas.

En conclusión: las microempresas son el último hilito de esperanza al que se aferran centenares de miles de personas, para no caer en el desempleo. Ni más ni menos. De otra forma, las tasas de desempleo fácilmente se triplicarían, hasta sobrepasar cómodamente el umbral del 30%.

Todo esto nos confirma dos cosas: el ruidoso fracaso del modelo de desarrollo vigente, y la absoluta falsedad de la retórica hueca de los gobiernos.

¿Es Costa Rica un país muy caro?

Luis Paulino Vargas Solís

Lo de si un país es caro o barato, es, en mucho, un asunto relativo. Pongámoslo así: supóngase un país F donde el kilo de arroz vale el equivalente a ₡1000 y otro país G en el cual vale ₡500. O sea: parece que el arroz es el doble de caro en F. Supóngase, además, que el salario promedio mensual en F es ₡100.000, mientras en G es ₡5.000. Así las cosas, el arroz resulta realmente más barato en F que en G, puesto que en el primero una persona que gane el salario promedio podrá adquirir hasta 100 kilos de arroz, mientras en el segundo solo 10 kilos.

Decimos habitualmente que Costa Rica es un país caro. Y hay sectores en que posiblemente sí lo es, sobre todo ahí donde predominan estructuras de mercado dominadas por un pequeño grupo de empresas oligopólicas. Sucede seguramente con los medicamentos, y posiblemente también con alimentos tan básicos como el frijol. En ambos casos estamos en manos de un pequeño grupo de empresas importadoras. Gracias a los desatinos de Rodrigo Chaves, probablemente hacia ahí irá también el arroz.

Si uno hace comparaciones con base en parámetros internacionales estandarizados, observaremos que no es cierto que somos un país caro. Hice un pequeño ejercicio de ese tipo con una muestra de 13 países: desde Noruega, con el PIB por habitante más alto, hasta Nicaragua, con el más bajo. Nicaragua y Honduras son primero y segundo entre los más baratos; Costa Rica, el quinto más barato. Noruega el más caro de todos.

Y, sin embargo, Noruega es, con mucho, el país que tiene el más alto nivel de vida en ese grupo de 13 países. Es el más caro, y, sin embargo, y paradójicamente, es también el más barato, en el sentido de que su población tiene posibilidades de mayor confort material.

El tema es, a fin de cuentas, un asunto de mayor productividad de la economía, con base en lo cual lograr mayores niveles de ingreso y un nivel de vida más elevado. Pero, si queremos meter el bisturí más a fondo, también es un asunto de equidad distributiva, ya que, como ocurre con algunos países petroleros, poco se gana con un alto PIB, si todo queda en manos de una monarquía de jeques. Y también en ese particular, Noruega tiene una gran ventaja, puesto que es uno de los países más igualitarios del mundo.

¿Por qué sentimos que somos un país caro? Dicho de forma muy simplificada, la razón es la siguiente: no es tanto que los precios sean altos, sino que los ingresos de la población son bajos. O sea: es un caso como el del país G que mencioné en el primer párrafo. Y siendo que Noruega tiene un nivel de precios bastante más alto que el de Costa Rica, también tiene un nivel de vida muy superior. Y eso es posible, porque su productividad promedio es mucho más alta.

Por cierto, nada de esto se resuelve con “apps” para comparar precios.

Los silencios de “La Sele”

Luis Paulino Vargas Solís

Recientemente hubo un atentado a balazos, en un bar LGBTIQ en Colorado Springs, una ciudad, en el centro-este de Colorado, Estados Unidos. Murieron cinco personas muy jóvenes, y otras 17 fueron heridas. Pudieron morir 20, 30 o más. Era un bar, un sitio cerrado donde el asesino pudo haber provocado una carnicería similar a la ocurrida en Pulse, la disco LGBTIQ situada en Orlando (Florida), cuando, en junio 2016, murieron 49 personas y 53 fueron heridas. Si en esta ocasión “solo” murieron cinco, es porque había un veterano de guerra que, seguramente familiarizado con situaciones extremas, desarmó al tipo y, con la colaboración de una Drag que formaba parte del show de esa noche, terminaron de someterlo.

Cuando el padre del asesino fue comunicado de la situación, su reacción fue de perplejidad y disgusto: “¿Cómo? ¿Mi hijo es gay? ¡No puede ser! ¡No puede ser!”. Cuando le aclararon que su hijo llegó a ese sitio dispuesto a matar a quienes se le pusieran por delante, el hombre respiro tranquilo “¡Qué salvada!”. Si no lo dijo, fue lo que pensó. O sea: este “padre” prefiere tener un hijo que sea asesino en masa, antes que homosexual.

Entretanto, en Rusia, Putin hace pasar legislación que endurece aún más la represiva normativa aprobada en 2013. En la Duma, o cámara baja, ya fue aprobada con 397 votos a favor y ninguno en contra. La prohibición es total: absolutamente nada que pueda sugerir ningún rasgo positivo sobre las personas y colectivos sexualmente diversos está permitido. Y ello vale para el sistema educativo, la publicidad, la prensa, las redes en Internet, cualquier bien o servicio en venta, las calles y parques. Lo que sea. Equiparado a promover la violencia religiosa o racial, es penalizado con igual severidad.

Según el periódico inglés The Guardian, desde que, en 2010, la FIFA concedió a Qatar la sede de la Copa Mundial 2022, han muerto al menos 6.500 trabajadores migrantes, provenientes principalmente de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka. Recopilada de fuentes oficiales, The Guardian estima que seguramente la cifra real es mayor. Pero, además, en Qatar a las mujeres se les niegan todos sus derechos, y la homosexualidad está legalmente proscrita. Para un chico gay musulmán, ser lo que es, puede significar hasta 7 años de cárcel, lo que no es tanto, si recordamos que, en otros países del entorno qatarí, sería enviado a la horca.

Eso es Qatar 2022 ¿Qué han dicho la dirigencia deportiva tica, los muchachos de “la sele”, el técnico, la prensa deportiva costarricense sobre eso? Nada. Rige un vergonzoso y cobarde pacto de silencio.

Colochos mentales en Zapote

Luis Paulino Vargas Solís
Economista / Investigador CICDE-UNED

Al presidente Chaves no le gustó lo que Douglas Soto, gerente general del BCR, dijo ante la comisión legislativa que estudia el proyecto de ley que propone privatizar ese banco. Y como no le gustó, su primerísima y más ruidosa reacción, fue atacarlo personalmente. Es la característico de este gobierno: arrinconar a patadas a quien se atreva a disentir.

Aparte esa chabacanería, el único argumento del presidente consistió en afirmar que el BCR, podría pagar más impuestos, puesto que los bancos privados son “más rentables” que los públicos.

Evidentemente, el presidente tiene un colocho mental, y está gravemente confundido.

Es obvio que el presidente habla de rentabilidad privada, en cuyo caso habría que aclararle un detalle muy básico: no se supone que los bancos públicos deban ser rentables, como son los privados. Claramente el presidente no entiende lo que es propio de una entidad pública. Igual uno podría decir que los servicios privados de salud y educación son más “rentables” que sus contrapartes públicas. Pero es que, sin duda, los servicios públicos de salud y educación no deben ser rentables desde el punto de vista de la rentabilidad privada.

En tales casos, mejor fuera hablar de “rentabilidad social”. Pero parece que ni en Ohio ni en el Banco Mundial le enseñaron al Dr. Chaves lo que eso podría significar.

Además, en algún momento, el presidente habló de “números contundentes”, aunque, a decir verdad, no aportó muchos números que digamos. Ni contundentes ni de los otros.

Pero ¿qué tal si repasamos algunos numeritos para ayudarnos a entender por qué los bancos privados son más “rentables” que los públicos? Los datos que doy a continuación, incluyen al Banco Popular dentro de la categoría de bancos públicos, y en lo que a los bancos privados se refiere, incluye los 8 grupos financieros principales:

1) Número total de agencias y sucursales: bancos públicos 513; bancos privados 123.

2) Porcentaje de sucursales en el área metropolitana de San José: 32,2% los públicos; 47,2%, los privados.

3) Porcentaje de sucursales fuera del área central de Costa Rica: 43,5% los públicos, 22,8% los privados.

4) Un detalle llamativo: los bancos privados tienen 14 agencias en Escazú, o sea, ese opulento cantón, sede de corporaciones transnacionales y residencia de la gente más rica de Costa Rica, acapara el 11,4% de las sucursales de esos bancos. En el caso de los bancos públicos, en Escazú se ubican 9 sucursales, un 1,8% del total respectivo.

Al presidente la fascina la “rentabilidad” de los bancos privados. He aquí una de las razones por las que son más “rentables”: no solo tienen mucho menos sucursales, sino que el 77% de éstas, están en el área central del país, estratégicamente posicionadas en lugares donde mayor riqueza se concentra, como el cantón de Escazú.

¿Quiénes tienen sucursales en Upala, Guatuso, la Cruz, Río Frío, la Virgen de Sarapiquí, Batán, Guácimo, Palmar Norte o Puerto Jiménez? Ningún banco privado. Solo bancos públicos. Por eso los privados son más “rentables”.

La catástrofe del sistema de pensiones complementarias en Costa Rica

Por Dr. Luis Paulino Vargas Solís Economista / Investigador CICDE-UNED

Las pérdidas acumuladas durante este año en los regímenes de pensiones complementarias, tienen las dimensiones propias de una verdadera catástrofe. Pero no es una catástrofe que haya ocurrido por mero azar, o de forma imprevisible o incontrolable. Todo lo contrario, más bien: debía saberse que podía ocurrir, porque se tomaron las decisiones incorrectas, y se crearon las condiciones, que posibilitaban que pudiese ocurrir. Y, al cabo, lo lograron: efectivamente acaeció. Esto tiene responsables, que deben ser señalados y sancionados como tales, pero, sobre todo, debe quedar claro que, si las cosas se hicieron de esa forma tan desafortunadas, es porque hay un orden institucional y normativo que lo posibilita y lo fomenta. En breve: hay corrupción, torpeza y negligencia en lo que se ha hecho, como las hay también en el orden normativo e institucional que lo cohonesta y promueve. Por lo tanto, no basta con llamar a cuentas a quienes propiciaron esta hecatombe. Sobre todo, debe reconocerse que se necesitan múltiples e importantes cambios.

¿Qué ha ocurrido?

La idea de promover que los fondos de pensiones inviertan fuera de Costa Rica no es nueva, Viene circulando, persistentemente, desde hace años. Usualmente se la justificaba, apelando a las limitadas opciones de inversión disponibles en Costa Rica, según se evidenciaba en el peso de las colocaciones que se hacían en bonos de la deuda pública. Y, sin embargo, nada de eso impidió mantener niveles de rentabilidad generalmente estables y satisfactorios, cuando, por otra parte, es sintomático que nunca se hiciese nada por diversificar esas posibilidades, a través, por ejemplo, del financiamiento de obra pública. El sistema financiero, inveteradamente preocupado por diversificar servicios orientados al consumo, que, por lo general, son de inmediata y fácil rentabilidad, en cambio no mostró interés ni capacidad innovadora, para ese otro tipo de cuestiones, que, al cabo, siendo ciertamente mucho más complejas y demandantes, también son mucho más importantes para promover el desarrollo y la equidad.

Las colocaciones realizadas por los fondos de pensiones en el exterior venían gradualmente incrementándose. El movimiento se aceleró pronunciadamente desde mediados de 2020. Según datos del Banco Central[i],  entre el primer trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2022, la “inversión de cartera” originada en Costa Rica y colocada en moneda extranjera, salta de $4.880 millones a $9.332 millones, un incremento del 91% en poco más de dos años. Es seguro que, con mucha diferencia, la mayor parte de ese incremento se originó en las operadoras de pensiones, lo cual puso presión y desestabilizó la tasa nominal de cambio colón-dólar, la cual, como sabemos, rozó los ₡700 en junio pasado, cuando a inicios de 2020 estaba por debajo de ₡560. Todo esto es explícitamente admitido por el propio Banco Central, pero, al mencionarlo, lo hace como si de una inofensiva anécdota se tratara, eludiendo, así, sus responsabilidades sobre tal barbaridad.[ii]

La presión de las operadoras de pensiones fructificó cuando, a inicios de septiembre de 2021, la Superintendencia de Pensiones (SUPEN), las autorizó a sobrepasar el límite fijado por la ley, el cual ponía un techo del 25% a lo que las operadoras podían invertir en el extranjero. Siendo de por sí discutible si ese límite del 25% no podría ser ya suficientemente peligroso como para considerarlo inconveniente, en todo caso la SUGEF, con ánimo permisivo y despreocupado, les dio luz verde, sujeto, tan solo, a un “criterio técnico”, el cual bastaría para justificar el que, eventualmente, pudiesen elevar ese porcentaje hasta un 50% de la cartera total. Según un reportaje de la periodista Natalia Díaz en el Semanario Universidad,[iii] y con base en datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), a mayo de este año, Popular Pensiones ya tenía colocado el 43,3% de su cartera en el extranjero (₡1,6 billones). Le seguían BAC Pensiones (36,0% de su cartera, equivalente a ₡437 miles de millones), y BN Vital (27,9% de su cartera, en total ₡533 mil millones). O sea, estas tres operadoras tendrían colocado en el extranjero una cifra cercana al 6% del PIB. Y, entretanto, y muy paradójicamente, el Gobierno Central si acaso dedica un 1% del PIB por año a financiar inversión pública.

La historia de las pérdidas registradas a lo largo de este año, es bien conocida y, de hecho, se ha visibilizado de forma realmente cruel, en los estados de cuenta que millones de personas trabajadoras han recibido. Son pérdidas que aparecen claramente correlacionadas con las bajas sufridas por las bolsas de valores a nivel mundial. No por casualidad, las pérdidas son más significativas en el caso de las operadoras más internacionalizadas, que, por ello mismo, son las más expuestas a los vaivenes de los mercados globales. Así, y para el ilustrar el punto, el índice SP-500 -posiblemente el más representativo de las bolsas neoyorkinas- ha experimentado cinco episodios de baja a lo largo de este año, lo que, al cabo, significa haber caído desde cerca de 4.800 puntos en los primeros días del año, a menos de 3.600 puntos a finales de septiembre de 2022, o sea, un catastrófico bajón del -25%.

¿Era todo esto inevitable?

No, de ninguna manera. Todo lo contrario, más bien. La naturaleza especulativa, inestable y, en último término, depredadora, de los mercados financieros internacionales, es algo bien conocido y ampliamente estudiado. Va de la mano con la globalización financiera, un universo desterritorializado y apátrida, que se construye, no por mera inercia del avance tecnológico y de la evolución espontánea de los mercados, sino también, y quizá principalmente, gracias a una institucionalidad y una normativa, que fundamentalmente refleja la hegemonía de los intereses de esos capitales especulativos, y la ideología de la cual éstos son portadores y propagandistas. La cuestión tiene diversos antecedentes, y aunque no es rigurosamente correcto decir que empezó ahí, sí es cierto que un hito fundamental, que dio un empujó decisivo al despliegue planetario de la especulación financiera, fue lo acaecido en agosto de 1971, cuando el presidente Nixon suspendió la convertibilidad oro-dólar e instauró la libre fluctuación de las monedas, lo que significó el derrumbe del sistema monetario creado en 1944, con los Acuerdos de Bretton Woods. El libre flujo de capitales -que, en Costa Rica, se ha instaurado con la intransigencia propia de un dogma sagrado- pasó a ser elemento central, dentro de un orden que propicia la opacidad, la ocultación de la riqueza y la irresponsabilidad tributaria, y cuya mayor fortaleza reside en el poder de los capitales itinerantes y globalizados, para presionar a los gobiernos y las clases trabajadoras de los países, dando lugar a una competencia ruinosa, que provoca hundimiento de los sistemas de seguridad social, regresión tributaria y pérdida de los derechos laborales.

Ideológicamente predispuestos para ello, los fondos de pensiones de Costa Rica fueron atraídos por el hechizo del largo auge que las bolsas internacionales experimentaron a partir de 2010, una vez se lograron poner bajo relativo control las tormentosas perturbaciones que sacudieron la economía mundial entre 2007 y 2010. Ese auge bursátil encontró su combustible en las políticas monetarias llamadas de “facilitación cuantitativa”, con tasas de interés cero y sobreabundancia de reservas a disposición de los bancos. Poco se logró con ello, si de lo que se trataba era de promover la colocación de créditos y una recuperación económica sólida. Pero, en cambio, esas políticas alimentaron la inflación de las bolsas de valores y un agresivo renacer de los juegos especulativos, después del shock provocado por la crisis financiera y la Gran Recesión.

Es posible que, por ahora, y por varios años más, no volvamos a presenciar las fiebres especulativas que, con algunos altibajos transitorios, dominaron hasta 2021. Las políticas de “facilitación cuantitativa” y bajísimas tasas de interés, han quedado descartadas. De ello se encargó una explosión inflacionaria de alcances prácticamente planetarios, la cual proviene fundamentalmente de cuellos de botella del lado de la oferta, agravados (¡cómo no podía ser de otra forma!) por los juegos especulativos. Y siendo que, claramente, el origen del problema no es monetario ni se origina en un sobrecalentamiento de las economías, la respuesta estándar, que se impone por doquier, implica dar un viraje de 180°, hacia políticas monetarias restrictivas y un alza generalizada de las tasas de interés. Los ríos de liquidez que alimentaron el incendio bursátil, se secaron y, entretanto, las economías ricas entran en una fase de ralentización, eventualmente de recesión. Y aunque ello no significa que necesariamente continúe la caída de los índices bursátiles, en cambio vuelve muy improbable que veamos resurgir los ímpetus alcistas del período anterior.

La cuestión es que, vista retrospectivamente, la aventura especulativa de los fondos de pensiones en los mercados financieros internacionales, llegó tarde y en mal momento. Empezaron a apostar fuerte desde mediados de 2020, cosecharon buenos frutos durante 2021, pero entraron en caída libre en 2022. Y, sin embargo, este escenario siempre debió tenerse presente, es decir, debía ser claro que el auge de los mercados financieros no sería eterno, y que, en el contexto turbulento, y a menudo caótico, de la globalización neoliberal, la “corrección” inevitablemente llegaría y podría ser violenta. Anticipar esa posibilidad, pasaba, necesariamente, por limitar a un cierto máximo, prudente y decididamente acotado, la participación en esos mercados globales.

En conclusión

Hoy, cuando se acumulan pérdidas cuantiosísimas en nuestros fondos de pensiones, la cuales implican un serio retroceso que inevitablemente repercutirá en el monto futuro que las personas reciban, es necesario plantearse algunas cuestiones, todas muy graves y preocupantes:

  1. Las autoridades reguladoras han actuado de forma permisiva y negligente, de forma que no solo han tolerado, sino que, de hecho, han promovido deliberadamente, el aventurismo especulativo de los fondos de pensiones.
  2. Frente a las pérdidas registradas, y no obstante que éstas alcanzan montos realmente catastróficos, esas mismas autoridades se muestran indolentes e insensibles, totalmente desentendidas del grave daño pecuniario infligido a millones de personas. Ello implica, no solo cohonestar la irresponsabilidad e imprudencia de las administraciones de los fondos de pensiones, sino, más aún, hacerse parte de esa misma irresponsabilidad e imprudencia.
  3. Por su parte, es evidente que las operadoras de pensiones han actuado con suma impericia, negligencia e irresponsabilidad.
  4. Para agravar las cosas, y una vez acaecido el desastre, esas mismas operadoras se mantienen parapetadas detrás del secretismo y la opacidad. No han explicado qué fue lo que se hizo ni con base en qué criterios y valoraciones se hizo, tampoco clarifican las razones del desastre acaecido, como asimismo son omisas a la hora de decirnos de qué forman piensan sacar nuestros ahorros del hoyo negro al cual los lanzaron.
  5. De tal modo, resulta que tanto las autoridades reguladoras como las operadoras de pensiones, se niegan a darle la cara a la gente y a rendir cuentas por las atrocidades acaecidas.
  6. Resulta asimismo desconcertante que, ante tan graves anomalías, nadie, absolutamente nadie, reciba ni la más leve sanción. Como en el caso de ALDESA, estamos aquí instalados en el reino de la total impunidad.
  7. Más allá de los comportamientos evidentemente anómalos de algunas personas, subyace una institucionalidad corrupta, que cohonesta y promueve la corrupción, y la cual está permeada a profundidad por una ideología igualmente corrupta, la cual embellece y glorifica la especulación, promueve el aventurerismo irresponsable e incentiva la evasión de responsabilidades, el secretismo y la opacidad.
  8. Es urgente promover reformas legales que clarifiquen ciertas obligaciones ineludibles: las operadoras de pensiones, con toda claridad deben explicarles a las personas ahorrantes las estrategias de inversión que aplican, los criterios que guían esas estrategias y los niveles de riesgo que están siendo asumidos. Igualmente deben dar cuentas detalladas y en profundidad, respecto de los resultados -positivos o negativos- que en cada período específico se registren. Deben asimismo contemplarse sanciones para quienes administran las operadoras de pensiones, como también para quienes tienen el deber de regularlas, cuando se presenten pérdidas excesivas durante un lapso irrazonablemente largo, y esas sanciones deben ser más severas, inclusive a nivel penal, conforme más graves las pérdidas y más largo el período durante el cual esas pérdidas se dieron.

[i] Véase aquí: https://gee.bccr.fi.cr/indicadoreseconomicos/Cuadros/frmVerCatCuadro.aspx?idioma=1&CodCuadro=%201537

[ii] Banco Central de Costa Rica, Informe de Política Monetaria, San José: julio de 2022.

[iii] Díaz Zeledón, Natalia, “Fondos dolarizados: Popular Pensiones, BAC y BN Vital dispararon ROP en el extranjero en 2021 bajo el ojo de la SUPEN”, Semanario Universidad, 29 de junio de 2022.

 

Publicado por el Semanario Universidad, compartido con SURCOS por el autor.

La acometida de la ignorancia

Dr. Luis Paulino Vargas

En un video difundido el día de ayer, y dirigido a las universidades públicas, Katharina Müller, ministra de educación, incurre en múltiples falacias, tergiversaciones, contradicciones…y también mentiras.

La señora manipula, para tratar de crear un conflicto artificial: sistema educativo de niveles primario y secundario contra las universidades; estudiantes de primaria y secundaria contra estudiantes de la educación superior; docentes de primaria y secundaria contra docentes del nivel superior.

Por ignorancia, arbitrariedad, o ambas cosas, pero es obvio que Müller no comprende lo que es distintivo de las universidades, no solo en Costa Rica sino en cualquier país del mundo. Pero, en fin, si ni siquiera comprende por qué es importante la enseñanza de las matemáticas, difícilmente podría entender el papel que les toca desempeñar a las universidades. De ahí, las disparatadas comparaciones a las que apela.

Primero, la formación profesional de nivel terciario es mucho más cara que la formación que se brinda en niveles inferiores, por lo que comparar lo uno con lo otro es absurdo. Piénsese los costos que conlleva la formación de una médica, un ingeniero, una informática, un farmacéutico, una geóloga, un químico. Piénsese en el alto costo asociado a los estudios de posgrado (especialidades, maestrías, doctorados), que necesariamente deben aspirar a niveles muy altos de rigor académico y científico.

Segundo, a lo largo de la historia, las universidades son, por excelencia, centros generadores de pensamiento crítico, como, asimismo, fuerzas impulsoras importantes para el cultivo de una sensibilidad superior, en todo lo cual juegan un papel fundamental, las ciencias sociales, la filosofía, el arte y, en general, las humanidades.

Tercero, de las universidades depende, en grado muy significativo, el desarrollo de la investigación científica y tecnológica, la cual es necesariamente cara.

Cuarto, restringir la investigación científica a lo que sea “útil”, o sea, rentable, es, no solo una visión muy estrecha y mezquina, sino, y a decir verdad, una palmaria muestra de ignorancia. Acontece que sin investigación básica no hay desarrollo tecnológico posible. No comprender esto, es lo propio de una mentalidad encadenada al subdesarrollo.

Las universidades públicas, tienen muchos logros como también múltiples defectos. Lo reconozco: han sido remolonas cuando de corregir esos defectos se trata. Y, sin embargo, sigue siendo cierto que cumplen un papel fundamental, que absolutamente nadie más cumplirá en Costa Rica. Destruirlas, como busca hacerlo este gobierno, no es el camino correcto.

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.

Fondos de pensiones: Los entretelones de una pérdida anunciada

Por Dr. Luis Paulino Vargas, Economista / Investigador CICDE-UNED

Las voluminosas pérdidas que los regímenes de pensiones complementarias han registrado en los últimos meses, surgieron, no exclusivamente, pero sí principalmente, de las inversiones realizadas en los casinos de la especulación global, o sea, en las grandes bolsas de valores del mundo. Eso es algo que ha quedado claramente demostrado en los reportajes de la excelente periodista Natalia Díaz, que el Semanario Universidad han venido publicando.

Al respecto, comparto con ustedes algunas breves consideraciones:

  • El problema tiene facetas diversas e interconectadas: éticas e ideológicos, normativas e institucionales.
  • Lo ético se manifiesta de diversas formas. Por ejemplo, en el grave conflicto de intereses que plantea la “puerta giratoria”: hoy vemos a una persona que es gerente o tiene una importante posición en alguna poderosa empresa financiera, y mañana esa misma persona tiene a su cargo importantes responsabilidades en alguna de las entidades a cargo de la vigilancia y regulación de esas empresas financieras. El claramente el caso de Rocío Aguilar Montoya, quien en el pasado estuvo vinculada al Banco Banex, la Corporación ALDESA y la Asociación Bancaria Costarricense, y hoy preside tanto la Superintendencia de Pensiones (SUPEN) como la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF). También plantea una seria interpelación ética, el que nuestros fondos de pensiones se inviertan en empresas vinculadas a actividades muy cuestionables, como es el caso de la industria bélica y de armamentos.
  • Lo ideológico se hace manifiesto en la ligereza con que se cede al embrujo de la especulación financiera, aparentando sofisticación y modernidad donde solo hay impericia y ligereza. El caso es que estos sistemas de pensiones fueron diseñados bajo el influjo cultural del neoliberalismo, y ello inevitablemente se refleja y reproduce en la forma tan desprolija como se les gestiona. Téngase en cuenta que, en la práctica, son regímenes privados, centrados en cuentas de capitalización individual y extraños a cualquier criterio de solidaridad.
  • La normativa y la institucionalidad vigentes, no solo reflejan muy bien esa laxitud ética y esa torpeza ideológica, sino que las propician y facilitan, e incluso las premian, puesto que ni siquiera contemplan ninguna penalización para casos como los actuales, donde la imprudencia ha traído graves perjuicios. La ligereza con que se ha propiciado que una parte creciente de nuestros ahorros, se destinen a inversiones especulativas fuera de Costa Rica, y la evidente desidia con que las entidades regulatorias miran todo esto, no solo es producto del sesgo ideológico desde el cual actúan y trabajan, sino que es algo que la ley y la institucionalidad activamente promueven.
  • Las pérdidas sufridas no se recuperarán jamás. Usted y yo, debíamos haber tenido durante estos meses una ganancia, así fuera pequeñita, y en su lugar tuvimos grandes pérdidas. Esa diferencia negativa inevitablemente pesará en nuestra futura pensión.
  • Siendo cierto que entre 2010 y 2020 las bolsas de valores del mundo tuvieron un comportamiento expansivo bastante sostenido, y que ello pudo tentar a nuestras operadoras de pensiones y alimentar sus fantasías ideológicas y la ligereza de sus decisiones, también debe entenderse que las condiciones están cambiando: las bajísimas tasas de interés y las políticas monetarias súper expansivas, que alimentaron esos auges bursátiles, se fueron y, al menos por unos años más, no volverán. Estamos entrando en una fase de tasas de interés más altas y políticas monetarias más contenidas, lo que significa que los grandes bancos centrales del mundo dejarán de poner a disposición de los bancos, las enormes reservas excedentarias que alimentaron los auges especulativos de las bolsas de valores.
  • Tengamos claro que este problema sobrepasa por muchos las personas, individualmente consideradas. Podría forzarse que renuncien, en pleno, todas las autoridades que, de una u otra manera, por desinterés, ineptitud o venalidad, han propiciado que ocurra este desastre. Pero ello no evitará que luego venga otra gente que actúe de forma similar. El problema es estructural: está enraizada y circula en la ideología desde la que esto se gestiona, y se cristaliza en normas, instituciones y organizaciones. Solo si estas últimas cambian, podremos lograr que aquella ideología deje de ejercer su dañino influjo, y que otras personas, técnica y profesionalmente solventes, aporten nuevas formas de hacer las cosas, desde valores comprometidos con el bien de la gente y el beneficio de Costa Rica.
  • En conclusión: necesitamos cambios de fondo en la normativa y en la institucionalidad vigentes: hay portillos que deben cerrarse, obligaciones que deben quedar claras y objetivos que hay que replantear. Urge que el sistema financiero se ponga a trabajar en serio para diversificar, sobre bases sólidas y confiables, las posibilidades de inversión. Es absolutamente descabellado que nuestras operadoras de pensiones saquen del país cantidades enormes de capitales, mientras múltiples y urgentes necesidades de inversión pública, que podrían ser inversiones seguras y rentables, permanecen desfinanciadas. Como también es un grosero pleonasmo, aducir que el mercado financiero costarricense es “pequeño”, y que por ello el gobierno debe financiarse con deuda externa ¿Cómo que es “pequeño” mientras los fondos de pensiones lanzan tales correntadas de dinero hacia las ruletas de la especulación global? Hay en todo esto, serias anomalías y múltiples contradicciones y falacias, todo lo cual convoca obligatoriamente a profundas reformas.

En adelante, los intereses nacionales, y, a su lado, los intereses de las personas cotizantes, deben primar sobre los intereses del negocio financiero y lo de las burocracias a cargo de la regulación.

Fuente:

Fondos de pensiones: Los entretelones de una pérdida anunciada

Compartido con SURCOS por el autor.

Desabastecimiento de antirretrovirales en la C.C.S.S.

La Caja Costarricense del Seguro Social atraviesa una crisis de medicamentos, sin embargo, la institución niega rotundamente este hecho, aunque las evidencias dicen lo contrario. 

Las personas tratadas con antirretrovirales a causa de la enfermedad del VIH no están recibiendo su tratamiento compuesto en una sola tableta debido a la escasez de esta, por contraparte, se brinda los componentes con los principios activos de la cápsula de forma individualizada y de manera temporal.

La Caja asegura que un cargamento del medicamento ya ingreso a la institución y garantiza al menos nueve meses de medicamentos para los pacientes en la demanda actual certificando la continuidad del tratamiento.

Es importante entender que para estos pacientes la falta del medicamento representa un deterioro a la salud y pone en riesgo su vida.

Publicado por Luis Paulino Vargas Solís en su espacio de Facebook.

Puede ver la secuencia completa de la información sobre el tema si sigue este enlace: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid02fU2oeBke4FfhpaXQvnXpamzHT8qsjr6pwf2YJUpgUVMu6Crgu2u3HGgdGf5mXfM5l&id=100064361845388

 

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Desafíos de la crisis fiscal, sus puntos calientes y las amenazas que plantea. Un aporte a la educación ciudadana sobre ese tema fundamental

Especial: «El desafío de la crisis fiscal»

Diálogo con Luis Paulino Vargas Solís

«Ante la urgencia que plantea la situación del déficit fiscal y la deuda política en Costa Rica y ante la imperiosa necesidad de llevar adelante un gran diálogo nacional, abrimos este espacio de reflexión y debate«.

Video publicado por Luis Paulino Vargas Solís.

 

Enviado por Luis Paulino Vargas Solís

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Luis Paulino Vargas Solís: Mi punto de vista sobre lo que ocurre en Nicaragua

Duele profundamente Nicaragua; duele el dolor, las lágrimas y la angustia de su gente, la agresión, la violencia y la represión. Duele, sobre todo, la sangre derramada y las vidas apagadas. Lo lamento en el alma y lo condeno con indignación.

Son claras las responsabilidades que en todo esto caben al gobierno Ortega-Murillo: respondió a la protesta popular con violencia directa y desmedida. Ello inauguró un bucle creciente y autoalimentado de nuevas protestas y violencia descontrolada.

Es fácil recurrir al atajo de la justificación conspirativa, tan del talante de algunas izquierdas latinoamericanas: todo es un montaje del capital y una trama urdida desde Washington, para frenar otro de los bastiones, aún en pie, de los proyectos de izquierda latinoamericanos.

Y, sin embargo, ello resulta difícilmente plausible cuando uno observa la diversidad de los grupos que participan de la protesta y los muchos espacios desde los que se movilizan y manifiestan. Y no me refiero a lo que la prensa tradicional difunde, sino a las cascadas de información que, por medio de videos y audios aficionados, circulan. Se pierden de vista dos cosas esenciales: la tradición insurreccional que a lo largo del tiempo (al menos desde las primeras intrusiones violentas de Estados Unidos hace más de un siglo), se ha consolidado y que, seguramente, fluye en los genes culturales de este pueblo; y, segundo, las posibilidades para la autoconvocatoria que conceden las tecnologías actuales, que son asimismo las que posibilitan tener acceso a información de primera mano que en otros tiempos no habríamos conocido.

Pero no deberían olvidarse los antecedentes puestos por el mismo Ortega, a través de un gobierno de tintes autoritarios, enredado en oscuros pactos con el poder religioso más conservador, políticos corruptos, el gran empresariado y algunos poderosos intereses económicos externos. No es un detalle menor que en su reciente llamado a diálogo convoque solamente a la iglesia católica y al gran empresariado.

Lo mejor que podría decirse del gobierno Ortega-Murillo es que ha puesto en marcha una suerte de “socialismo asistencialista”, caudillista y proclive a la manipulación y la corrupción. Socialismo debería ser garantía institucionalizada de derechos universales, no repartición de dádivas a discreción. Pero, aun así, resulta difícil ocultar sus estrechos ligámenes con grandes intereses económicos.

Si las izquierdas de América Latina aspiran a ser una verdadera fuerza de emancipación, han de serlo desde un opción radical por la democracia y los derechos humanos, y un respeto irrestricto por la verdad. Y ese espíritu emancipador pasa por reconocer que el poder gubernamental no es un objetivo en sí mismo. Ceder el gobierno cuando la voluntad popular así lo decida, puede ser el paso necesario para limpiar vicios y corrupción y superar errores cometidos. Tomar nuevos aires, renovarse y volver a fortalecerse.

 

Imagen tomada del Facebook de Luis Paulino Vargas Solís.

Enviado por el autor.

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