EL SILENCIO NO ES INOCENTE

León Triba

A Keyla Patricia Martínez R.,
una víctima más ASESINADA, por un sistema que controla un energúmeno
narcotraficante.

A tí, compañera, porque en tu noble
sonrisa, cautivas la música de las mujeres
ultrajadas, violadas, asesinadas.

Serás simiente de nuevo tipo,
en ese suelo fértil que crece
la poesía en forma de yerba permanente
y resiste la piel hasta el cansancio
que tiene la libertad.

Un ejercicio de luz
en la rutina del filo
de un narcoestado,
un Estado Nacional fallido
cercano a las faldas del averno.

Si se camina después
de un falso e injustificado
toque de queda,
harán que sangren los brazos,
se doblen las piernas
y la ternura de una suave piel
se mancille en lo oscuro
de esas sombras terribles
que proyectan los militares.

Los aullidos de los perros
forman esa rutinaria memoria
de los testigos de excepción,
como las esquirlas intimidatorias
para ajustar la palidez de las rocas
en el mudo silencio
de la complicidad abominable.

Cruzaba diariamente
aquellas calles conocidas
buscando, a veces,
el beneficio de las dudas,
o el asomo de una palabra
para iluminar el denso aire
que cuaja tanta lágrima derramada.

Se desdibujaron sus ropas interiores,
su sonrisa, su garganta
y colgaron su propio abrigo
en los límites de su garganta
para silenciarla, violarla, asesinarla.

Tengo hoy una lengua como metralla,
el clamor de las yemas de mis dedos
para maldecir hasta el cansancio
su asesinato,
pero en mis letras
también otorgo mi verdad
para darle al sacrificio
de tus jóvenes manantiales
la solidaridad
que se cultiva en la patria de Honduras.

Sabemos que en las sucias paredes
crece el absurdo de la noticia.
No es posible cubrir de espejos la luna,
cuando la verdad brota
en miles de tintas verdaderas.

Militares asesinos,
embriagados en el éxtasis de la estupidez,
podrán colgar una, cien, mil mentiras
para encallar la suciedad de sus actos,
pero los absurdos de la ignominia
dibujarán una vez más
su rostros monstruosos,
seres inhumanos inservibles,
pero eficaces en el ejercicio de la maldad.

Hoy, la voz de Keyla, es luz
es luz en el mundo,
para seguir construyendo
la marcha de la liberación de tu pueblo.