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Etiqueta: esclavos

Acumulación capitalista, del imperio español a la globalización

Gabe Abrahams

Las rutas comerciales eran caminos para transportar diversos tipos de mercancías. Un ejemplo de ruta comercial fue la Ruta de la Seda, nacida en el siglo I ANE. Unía Oriente con Occidente, Asia con Europa. Tal y como su nombre indica, el material transportado en esa ruta era la seda, aunque también se incluía el transporte de metales y piedras preciosas, telas de lana o de lino, ámbar, marfil, especias, coral, entre otros productos.

La ruta comercial América-España fue muy posterior a la Ruta de la Seda. Tomó forma después de la llegada de Cristóbal Colón a América y tuvo como principal actividad trasladar a España grandes cantidades de oro, plata y piedras preciosas. Centrada en los puertos de Cádiz, La Habana, Veracruz, Cartagena y Porto Bello, la ruta comercial América-España, ruta en buena parte nutrida con las riquezas de América, supuso una de las primeras grandes acumulaciones de capital en pocas manos y un momento cumbre de la época mercantilista de la economía.

Tras la llegada de Cristóbal Colón a América, además de la ruta comercial América-España, se potenciaron las rutas esclavistas, rutas y prácticas que durante la Edad Media se habían casi eliminado en el mundo cristiano, aunque pervivían en el musulmán.

Las rutas esclavistas optaron por el comercio de esclavos africanos, sufriendo un incremento de la actividad hacia el siglo XVII. Negreros españoles, portugueses, británicos, franceses… nutrieron entonces de esclavos africanos los mercados de Europa y América y se enriquecieron a costa del comercio esclavista.

Desde la captura en África, los esclavos negros se convertían en una vulgar mercancía que enriquecía a los negreros.

Según el historiador británico Eric Hobsbawm, la cifra de esclavos africanos transportados a América sería de un millón en el siglo XVI, tres millones en el XVII y siete millones en el siglo siguiente. Esas cifras dan una idea del beneficio y de la acumulación capitalista que generó el comercio de esclavos africanos.

En las rutas comerciales como la España-América y en las rutas esclavistas, se encuentran las dos primeras grandes acumulaciones de capital. Los dos primeros grandes casos de una enorme acumulación capitalista.

La etapa basada en las rutas comerciales y esclavistas, un auténtico amanecer del capitalismo, duró hasta comienzos del siglo XIX, cuando por vía de la Revolución Industrial pasó a dominar la escena económica el capitalismo industrial.

Extendido por Gran Bretaña, Francia o Alemania, entre otros países, esa forma de capitalismo pudo desarrollarse gracias a la mejora tecnológica y a la explotación de los obreros. Las condiciones de trabajo inhumanas que caracterizaron el capitalismo industrial provocaron el surgimiento de numerosos críticos del capitalismo.

Poco a poco, tal como se adentró el siglo XX, el capitalismo industrial incrementó, además, la tendencia hacia la concentración, pasando de los clanes familiares a los holdings, y buscó aún con más fuerza la rentabilidad y la acumulación capitalista.

El paradigma de la situación descrita fue Estados Unidos, país que se convirtió durante el siglo XX en el gran gendarme del Capital. Los presidentes de los Estados Unidos gobernaron a caballo de los citados holdings, adaptando tanto sus políticas nacionales como internacionales a los intereses de los mismos.

Avram Noam Chomsky, reconocido lingüista y activista estadounidense, en una entrevista de 2020 concedida a Amy Goodman de Democracy News!, comentó acertadamente al respecto: “Estados Unidos está dirigido por el sector empresarial para sus propios beneficios… El país, básicamente, durante mucho tiempo, ha sido un estado de partido único: el partido empresarial”.

Los primeros años del siglo XXI trajeron la globalización, con la cual el Capital y sus holdings se extendieron e impusieron a nivel global, pudiendo aumentar aún más la acumulación capitalista alcanzada en el siglo anterior.

La globalización permitió al Capital y los holdings reducir gastos a base de deslocalizar empresas y pagar míseros sueldos a los obreros o trabajadores y mejorar beneficios por ese menor gasto y por ampliar los mercados.

Según reconoció el periodista Will Hutton, en sus conversaciones con el sociólogo Anthony Giddens (En el límite: la vida en el capitalismo global. Tusquets Editores, 2001), “el capitalismo global se está volviendo más duro y feroz. En un mundo globalizado se considera correcto y adecuado que los ganadores amasen una enorme fortuna, mientras que los perdedores viven en la miseria. Puesto que el sistema económico mundial está basado en los beneficios, la desigualdad es algo normal, natural y deseable. El 70% de la actividad económica mundial es mera especulación y en los búnkeres donde se amasan enormes fortunas no se produce nada”.

Nada excepto riqueza para los privilegiados, cabría añadir.

La acumulación capitalista ha estado presente a lo largo de los últimos siglos en las rutas comerciales y esclavistas, en el capitalismo industrial, en los holdings, en la globalización… Su presencia ha sido continua en la historia del capitalismo, porque la esencia de éste está ligada a la misma. Sin acumulación capitalista, no hay capitalismo. Es más, se podría afirmar que sin acumulación el capitalismo no tiene razón de ser.

Más sobre el racismo. ¿Qué fue de la lucha contra la esclavitud que impulsó la propia lucha por la independencia?

Vladimir de la Cruz

Montesquieu señala en su libro clásico “El espíritu de las Leyes” el problema de la esclavitud de los negros, indicando que era imposible suponer “que esas criaturas son seres humanos, porque si concedemos que lo son, en seguida sospecharíamos que nosotros mismos estamos lejos de ser cristianos” sobre la base, de lo que se consideraba en aquellos años, que los negros correspondían a una especie de subhumanos, o que siendo de la raza humana lo eran de una capa inferior. Igualmente se daba por hecho que los negros habían nacido para ser esclavos, que la propia naturaleza los había hecho así, y por supuesto, que en esa condición estaban acostumbrados y lo disfrutaban.

James Otis, en 1764, señaló en su libro “Derechos en las colonias británicas”, que el derecho a la Libertad por el que se luchaba, alcanzaba inevitablemente a los negros, que la Libertad les era inalienable. Del mismo modo señalaba que el derecho a la Libertad de las colonias era igualmente el derecho de los negros a la suya, o en su lugar el derecho de los negros a la rebelión contra sus amos, y que esta rebelión no podía considerarse un crimen o un delito.

En 1772 el Reverendo Isacc Skilman, en “La oración sobre las bellezas de la Libertad”, exigía la abolición de la esclavitud, considerando además que el derecho a la rebelión contra la esclavitud era un derecho acorde con las Leyes de la Naturaleza.

Benjamín Franklin, uno de los grandes Padres Fundadores, como se le considera, de los Estados Unidos, por su participación en la lucha emancipadora, por lo demás gran científico, uno de los redactores del Acta de Independencia y de la Constitución de los Estados Unidos, fue un gran abolicionista, llegando a ser Presidente de la Sociedad para Promover la Abolición de la Esclavitud.

A la lucha de Benjamín Franklin se unió Benjamín Rush, de tradición presbiteriana, médico de esos años, también vinculado intensamente al proceso independentista de las colonias, quien llegó a ser Presidente de la primera Sociedad Antiesclavista que se fundó en los Estados Unidos, quien atacaba en sus intervenciones y escritos la trata de esclavos y la esclavitud como sistema.

También se le unió a Benjamín Franklin y a Benjamín, Rush, el educador Anthony Benezet, quien también en Pensilvania había impulsado sociedades abolicionistas, entre ellas la Sociedad de Pensilvania para la Abolición de la Esclavitud.

La esposa de John Adams, también redactor del Acta de Independencia, Abigail, manifestó que si era válido luchar por la Independencia igualmente era válido luchar por la libertad de los negros, que gozaban del mismo derecho a la libertad.

El gran revolucionario Thomas Paine, el 8 de marzo de 1775, escribió en un periódico de Filadelfia, el artículo “La Esclavitud africana en América”, exigiendo la abolición de la esclavitud, pidiendo que se les concedieran tierras ya en condición de libertos, para que “pudieran ganarse la vida”.

A estos personajes se sumaron, durante los años de resistencia y de guerra independentistas, grupos de religiosos bautistas, metodistas y de manera sobre saliente los cuáqueros, opinando y actuando de manera antiesclavista. Los cuáqueros hacia 1785 habían eliminado la esclavitud en sus hogares y familias, llegando a plantear en el propio Congreso de la Unión que se legislara en ese sentido, y hacia 1783 se solicitó se declarara ilegal la esclavitud, con el apoyo de la Sociedad Amigos de Pensilvania y New Jersey.

En los gobiernos de cada una de las colonias se presentaron solicitudes y acciones en igual sentido. En Rhode Island, por influencia cuáquera, se llegó a aprobar una declaración, en 1774, en la cual se afirmaba que cualquier negro que se introdujera como esclavo sería o quedaría libre. Para ellos era un problema esencial, la lucha por la libertad de los blancos era a la vez una lucha de todas las personas, y la libertad de los blancos debía extenderse a todas las personas. Esta disposición no liberó a los negros, hasta que, cuando se incorporaron al Ejército, para luchar contra Inglaterra, se emancipó a los que participaron militarmente de esa lucha.

La patriotas y revolucionarios, principalmente, eran abolicionistas. Muchos gobernadores blancos no lo eran defendiendo el negocio que significaba el tráfico de negros. En Baltimore, en 1774, se logró acordar abstenerse del comercio de esclavos y sabotear a los comerciantes de esclavos. En 1776 en Massachusetts se declaró ilegal la trata de esclavos. Así se estableció, también, en 1776, en la Constitución de Delaware. En 1776, en New York, se avanzó con una ley, en el Congreso Provincial del Estado, que establecía una emancipación gradual, lo que no se aprobó ese año, sino hasta 1798.

En 1777 en la Constitución de Vermont se prohibió la esclavitud de cualquier persona, nacido o no en los Estados Unidos. En 1780 en Pensilvania se aceptó una ley contra la esclavitud, redactada por Thomas Paine y George Bryan. Este mismo año en Connecticut se impulsó una ley similar que se terminó de aprobar hasta 1784, año en que también Rhode Island aprobó una ley de abolición gradual, año en que la Constitución de New Hampshire la abolió.

En 1781, la Suprema Corte de los Estados Unidos, en el caso Commonwealth vs. Jenninson, condenó a un blanco por haber azotado a un negro diciendo que “era su esclavo”, multándolo, sobre la base de que la Constitución estatal señala que todos los hombres nacen libres e iguales, y de que todas las personas tienen derecho a la libertad, destacando que la esclavitud no armoniza con la Constitución.

En 1804 el Estado de New Jersey abolió la esclavitud, por influencia de los cuáqueros.

En 1782, en Virginia, se establecieron, por un breve plazo, mecanismos para la manumisión de esclavos, bajo el impacto de la recién proclamada Independencia en 1776.

Mientras esto se expresaba en los Estados, en el Gobierno Federal no tenía igual eco. Las leyes que se promulgaron en esos años eran más antibritánicas que antiesclavistas. La propuesta de Jefferson, denunciando, en el Borrador del Acta de Independencia, la esclavitud, y su tráfico, “del rey cristiano de Gran Bretaña”, fue eliminada a solicitud de los representantes de Georgia y Carolina del Sur, y de otros Estados todavía esclavistas.

De esta forma está claro que durante los años de la lucha por la Independencia de los Estados Unidos, durante su desarrollo y en los años posteriores hubo importantes movimientos antiesclavistas y emancipadores de los negros en Estados Unidos.

¿Qué pasó con esta lucha contra la esclavitud y el racismo en Estados Unidos que se inició en los mismos días de la lucha por la Independencia? ¿Por qué se mantuvo y acentuó el racismo, la discriminación y se impuso la supremacía blanca, en los valores dominantes de los Estados Unidos, en muchos Estados a mediados del siglo XX, con gran virulencia, que vuelve a resurgir hoy?

No se puede entender y comprender la lucha por la Independencia de los Estados Unidos, sin tener en cuenta el importante papel que los negros jugaron en ella. Para los negros fue una Revolución inconclusa. Para ellos, y para los abolicionistas, la lucha por la Libertad continuó y continúa.

Los negros en la cultura y la sociedad norteamericana han significado un enorme papel, y prestigio, para esa gran Nación en todos los campos. No casualmente hoy así se reconoce en la propia ciudad de Washington, cerca de la Casa Blanca y del Congreso, con el Museo que recoge la herencia y el aporte de los negros a la cultura de los Estados Unidos. Museo construido en la Administración de Barak Obama, primer Presidente negro, con el cual parecía que se había superado este sustrato racista y supremacista blanco.

No fueron suficientes, pero sí importantes, todos los movimientos políticos y de resistencia de los negros de los Estados Unidos, especialmente a partir de la década de 1960. Sus símbolos emblemáticos, entre muchos, de esos años, fueron Rosa Parks, Martin Luther King, a quien por su lucha se le reconoció con el Premio Nobel de 1964, Ella Baker, Casius Clay, los atletas olímpicos Tommie Smith y John Carlos, Angela Davis, Malcon X, Stokely Carmichael, Harry Haywood, Thurgood Marshall, el primer Juez negro de la Corte Suprema de los Estados Unidos, el reverendo Jesse Jackson, el propio Presidente Barak Obama, primer Presidente negro norteamericano, las actuales activistas Alicia Garza, Opal Tometi y Patrisse Cullors creadoras e impulsoras del hashtag, en las redes sociales, #BlackLivesMatter, “Las vidas de los negros importan”.

Los impactos que se están produciendo en Estados Unidos, con la eliminación de algunos monumentos de esclavistas, y militares confederados, y de cambiarle el nombre a instalaciones militares, que exaltan y recuerdan esos esclavistas, son hoy parte de este renacer cultural, de replantear los valores históricos culturales, de esta nueva conciencia social que adquiere fuerza moral, en Estados Unidos, con repercusiones importantes en el mundo, de propugnar por un mundo más humanista, más incluyente, sin discriminaciones y exclusiones de ningún tipo, por una revaloración de los Derechos Humanos.

Artículo compartido con SURCOS por el autor y publicado en https://wsimag.com/es/economia-y-politica/63237-mas-sobre-el-racismo-en-ee-uu

Las raíces del racismo en EEUU. El papel de los negros en la lucha independentista de los Estados Unidos

Vladimir de la Cruz

Desde antes de la Independencia de los Estados Unidos los negros, que representaban casi el 20% de la población de las colonias, cuando se iniciaba el proceso de rebelión independentista, antibritánico, y que llegaban a los 600.000 esclavos, luchaban también por la abolición de la esclavitud, y había quienes, en su nombre también lo hacían, sin lograrlo de manera efectiva, a pesar de que también desempeñaron un papel importante en el proceso independentista norteamericano, sin que esa participación, compromiso y lucha les hubiera significado mayores grados de “Libertad”, “Libertad o Muerte” y “Libertad o Tiranía”, como eran algunas de las consignas de la Independencia. Hubo alrededor de esta lucha de los negros una conciencia norteamericana que también se desarrollaba en su favor.

Los Estados del sur eran los que concentraban la mayor cantidad de negros y mantenían las relaciones de producción, sociales y políticas bajo el signo de la esclavitud. Se ha llegado a afirmar que el valor de los negros, considerándolos “propiedad”, o “bienes”, en ese momento, eran más de un cuarto de un billón de dólares, lo cual, desde el punto de vista esclavista era una gran inversión y negocio.

El trabajo de los esclavos era desde los nueve años hasta que su edad se los permitiera. Niños y mujeres en estos extremos no estaban fuera de este proceso de brutal explotación.

Desde aquellos años el racismo que se vivía se impuso en la mentalidad de la sociedad norteamericana, la que existía, la que estaba en proceso de nacimiento con la Independencia, y la que surgió con la Independencia, aun cuando hubo luchadores contra esta discriminación, racismo y esclavismo, entre ellos los mismos negros.

La lucha por la Independencia, y por la Libertad, por su naturaleza, por su esencia revolucionaria, se oponía, y atacaba la esclavitud.

Cuando se produjo la ocupación francesa de España, desde 1808 hasta 1814, en España, y en el continente españolizado, se organizaron Juntas, lo que dio origen al movimiento juntista, y pronunciamientos en el continente a favor del Monarca español. En España particularmente la lucha fue por la “Independencia” de Francia y “contra la dominación y opresión francesa”, elementos que simultáneamente se agitaban en paralelo en América, por la Independencia de España y contra la dominación y la opresión española.

Igual sucedía en la lucha por la Independencia de los Estados Unidos. La lucha por romper con Inglaterra, con sus lazos de dominación, implicaba internamente la lucha contra las distintas formas de dominación, entre ellas la lucha por la liberación de los esclavos. La lucha por la Independencia en cierta forma atacó el sistema de esclavitud. No se podía luchar por la Independencia, por la libertad política, económica y social de Inglaterra, arrastrando las cadenas de los miles de negros que habitaban, y trabajaban en las Colonias inglesas, y que colaboraban en la lucha de su Independencia. En algunos Estados era más evidente la presencia de quienes alzaban la lucha contra el esclavismo.

En los Estados del sur era más fuerte el esclavismo. Dentro del proceso de Independencia estos Estados acentuaron los controles sobre los esclavos. Para estos Estados la crisis de la Independencia no favorecía el ambiente de la liberación de esclavos. Incluso se llegó a dar esclavos a quienes se incorporaran a la lucha independentista, y hasta se pagaron salarios con esclavos.

Muchos de los negros que se incorporaron a la lucha anticolonial lo hicieron alentados de lograr la suya. La negación de la libertad los llevó rebeliones, escapadas o huidas, motines, o en condición de fugitivos, como hicieron muchas veces los indígenas en las colonias españolas cuando huían a zonas de refugio, que durante años se mantuvieron impenetrables para los conquistadores y los propios colonizadores y evangelizadores.

Alrededor de los planteamientos que se hacía contra la dominación inglesa también se hacían para la libertad de los negros. Peticiones de este tipo se hicieron en Nueva Inglaterra, Massachusetts, Connecticut, New Hampshire. En algunos de esos planteamientos se nota la influencia masónica cuando en ellos se redacta que “el Gran Padre del Universo ha concedido la libertad con equidad a toda la humanidad, a la que ellos no han renunciado por ningún pacto o convenio”.

En 1780 hubo protestas negras en el Estado de Massachusetts contra la limitación del voto a los blancos que no pagaban impuestos sobre la consideración de que era injusto que se limitara este derecho por el no pago de impuestos.

Los antiesclavistas y abolicionistas de los estados del sur eran una minoría con poca capacidad de influencia política en la toma de decisiones legislativas y Estatales. John Houston y otros consideraban a los negros, en posibilidad de liberarse, más aliados de Inglaterra que de Estados Unidos, si los ingleses les ofrecieran la libertad. Por ello ejercieron más control sobre los negros, aún después de declarada la Independencia, por la presencia todavía inglesa en las tierras norteamericanas, y porque la lucha se mantenía después de 1776.

En pleno proceso de enfrentamientos militares hubo negros que huyeron, aprovechando las circunstancias, hacia el norte, incluso en fugas colectivas.

En Virginia, en noviembre de 1775 se les ofreció la libertad a los negros que se sumaran a los revolucionarios, lo que se aplicaría solo a esclavos adultos y varones, condenando a muerte a los que se fugaran y fueran capturados. Con el Tratado de Paris, de 1783, bastantes negros pudieron ir a Inglaterra como fugitivos, y se calcula que casi 10.000 ya se habían desplazado entre 1782 y 1783. El propio Thomas Jefferson afirmó que Virginia había perdido más de 30.000 esclavos por fugas, en Georgia alrededor de 15.000 y en Carolina del Sur cerca de 25.000 también ya no estaban al terminar la guerra de Independencia. El Estado de Carolina del Norte, por su parte aumentó la traída de esclavos en los siguientes años.

A favor de los esclavistas estaba la circunstancia de que Inglaterra no levantaba banderas antiesclavistas o abolicionistas en su lucha. Era a la vez un gran traficante y comerciante de esclavos. La lucha opresora que mantenía hacia las colonias lo era también contra los esclavos negros.

Las luchas de los negros dentro del proceso independentista también se expresaron en las actividades de los llamados “marrons”, que eran esclavos fugitivos, que fue muy extendida, en levantamientos, tumultos y en complots, como sucedió en 1767 en Virginia, y en 1774 en Saint Andrews, en Georgia. Las represalias contra ellos fueron la ejecución, la horca, quemarlos vivos, la decapitación, el azote, las marcas en sus cuerpos, la corta de orejas. Uno de los levantamientos más grandes se dio en los condados de Beaufort, Pitt y Graves, en Carolina del Norte en 1775.

Aun así los negros se incorporaron al Ejército revolucionario independentista, y lo hicieron también en la marina, en todos los puestos de los barcos, hasta el de pilotos, con menos restricciones que en la infantería. También lo hicieron como Tambores del Ejército, recogiéndose sus imágenes en pinturas alusivas a la guerra.

En plena guerra hubo propuestas para que los negros no se les permitiera incorporarse en las filas del Ejército, enfrentando una decisión del Congreso de permitirles a los negros libres hacerlo. Jorge Washington desde el 12 de noviembre de 1775 estuvo de acuerdo con que participaran del Ejército.

Cuando en 1776 New York permitió que los hombres que habían sido reclutados al ejército a la fuerza fueran cambiados por otros, blancos o negros, hubo esclavistas que entregaron negros, a quienes se les concedió la libertad.

Sosteniendo la Revolución los negros se incorporaban al ejército con la condición de que les dieran la Libertad y se les emancipara, derecho que se extendió, en Rhode Island y Massachusetts a los negros que habiendo escapado se enrolaran de nuevo. En Carolina del Norte los negros esclavos podrían obtener la libertad de sus amos al terminar la guerra si habían servido al ejército. Parecido actuaron en Maryland y New York en 1780 y 1781. En New York hubo regimientos completos de esclavos. En Carolina del Sur esto no fue posible lograrlo.

En todos los combates los negros se distinguieron. De ello testimonian las pensiones que les fueron asignadas, la inclusión en las listas de heridos y muertos. En todas las grandes batallas se cuenta la presencia de negros, en Brandywine, 1777, en Boonesborough, 1778, en Fort Griswold, 1781, en Eutaw, 1781, en Cornwallis, 1781, en la marcha de Saratoga a Oswego, 1783, en Concord, en Lexigton, en Bunker Hill, en Ticonderoga, Long Island, Stony Point, Savannah, Trenton, Monmouth, en 1776 acompañaron a Washington cruzando el Delaware, en el ataque de los cuarteles ingleses de Newport, Rhode Island, donde las principales autoridades militares británicas fueron capturadas por el negro Jack Sisson, según se cuenta.

Aparte de estas luchas también los negros lucharon en montañas, desarrollando acciones militares de tipo de guerrillas. Hubo compañías del ejército comandadas por oficiales negros. Algunos negros desarrollaron tareas de espionaje exitosamente. A algunos negros además de su manumisión y libertad les dieron, como recompensa, pensiones anuales y hasta tierras, por los servicios prestados.

En algunos Estados, como Virginia, cuando al terminar la guerra, se quiso someter de nuevo a la esclavitud a los que habían combatido, el Congreso obligó a que se les confirmara la Libertad que se les había ofrecido y se habían bien ganado.

A ello se sumaba el desarrollo económico de la dinámica interna de los Estados Unidos en gestación, el sur agrarista y esclavista, el norte industrial y antiesclavista. El desarrollo de la industria y del capitalismo moderno necesita mano de obra libre y asalariada, no esclavos, “esclavos modernos”, como los llamó Marx, pero hombres libres.

Los Estados sureños, particularmente, todavía a mediados de la década de 1850-1860, acuerparon las avanzadas esclavistas y anexionistas que quiso realizar William Walker, llegando a Nicaragua, estableciéndose allí, donde declaró de nuevo la esclavitud, en 1855, provocando la llamada Guerra de 1856 y 1857, donde el ejército de Costa Rica, jefeado por el Presidente de la República, Juan Rafael Mora Porras, avanzó sobre el suelo nicaragüense para liberar a Nicaragua, e impedir la anexión de las tierras centroamericanas y que Walker sometiera a la esclavitud a los pueblos centroamericanos. Exitosa fue la guerra desarrollada por Costa Rica, a la que se sumaron, particularmente en la segunda parte de esa guerra, las fuerzas militares de los otros estados centroamericanos, siempre bajo la guía táctica y estratégica del presidente Juan Rafael Mora y su Estado Mayor.

La guerra de Independencia de los Estados Unidos no acabó con la esclavitud en ese gran país, pero dejó sentadas las bases para la guerra civil, que, en la segunda mitad del siglo XIX, 80 años después de la Independencia, de nuevo los Estados Unidos se viera inmerso en otra guerra civil, lo que algunos han llamado la Segunda Revolución Norteamericana, que terminó estableciendo la abolición de la esclavitud, con gran dificultad.

Durante los días de la Guerra Civil norteamericana, hacia 1865, en el mes de diciembre, en el pueblo Pulaski, del condado de Giles, del Estado de Tennessee, va a surgir en los Estados Unidos, una de las organizaciones más tenebrosas y criminales, de carácter racista, que han existido en ese país, el Ku Klux Klan, organización que contribuyó a desarrollar otros pares organizacionales, cuya finalidad inicial era mantener controlados los negros recién liberados, desarrollando su actividad desde Tennessee hasta las Carolinas, más tarde extendido a otros estados.

El Ku Klux Klan es quizá la expresión de la principal organización de extrema derecha en los Estados Unidos, entre las iguales que son. Promueve la supremacía de la raza blanca, el racismo, la xenofobia, la homofobia, el antisemitismo, el anticomunismo y en alguna época también hizo anticatolicismo. Durante la época del desarrollo del fascismo en Europa miembros destacados del Ku Klux Klan, realizaron escándalos apoyando a la Alemania nazi.

La lucha contra la segregación racial a mediados del siglo XX exaltó la presencia del Ku Klux Klan y sus atroces crímenes. El resultado de la lucha por los Derechos Civiles, y los Derechos Humanos, de los negros en Estados Unidos, desde esos años hasta hoy, no ha concluido. Parte de estas luchas se concretaron en el Acta de Derechos Civiles de 1964.

El Ku Klux Klan sigue vigente en Estados Unidos. Su principal inspirador está en la Casa Blanca. La Corte de los Estados Unidos ha señalado que, como grupo, el Ku Klux Klan, puede expresar sus opiniones.

Los sucesos recientemente acaecidos con la muerte brutal, el asesinato de George Floyd, se han puesto en evidencia las fuertes raíces segregacionistas, racistas, galopando de nuevo hoy, con apoyo tácito desde la Casa Blanca, por el propio presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Las justas luchas callejeras, los motines y las protestas sociales, las movilizaciones y marchas que se han producido, no solo en Estados Unidos, a pesar la pandemia, que obliga al “encierro”, personal y familiar, ha puesto de nuevo el dedo en la llaga sobre uno de los problemas más sensibles de nuestro tiempo, el racismo en todas sus manifestaciones y la lucha contra cualquier tipo de discriminación, exclusión, marginación social, económica y política, odio racial, o de carácter xenofóbico que se quiera impulsar.

Ningún país está exento de estas expresiones racistas. Y ningún pueblo está privado de luchar contra ellas en todas las formas que se pueda y se considere necesario.

Investigadora alemana impartirá curso sobre esclavitud caribeña

Eduardo Muñoz Sequeira

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Investigadora alemana impartirá curso sobre esclavitud caribeña
En el curso corto del Posgrado de Historia, la Dra. Ulrike Schmieder analizará el periodo postesclavitud caribeña en lo referente a las condiciones de trabajo y la vida en las plantaciones y en la ciudad, la división del trabajo entre hombres y mujeres y las relaciones de género- foto Archivo ODI.

 

Como parte del convenio entre las universidades de Costa Rica y Liebniz de Hannover, en Alemania, el Posgrado en Historia impartirá el curso corto Historia comparada de las sociedades esclavistas y post-esclavistas del Caribe.

Será impartido del 16 al 30 de marzo por la Dra. Ulrike Schmieder, investigadora especializada en dichos temas, e integrante de la Red de Investigación sobre América Latina, que reúne a varias universidades alemanas abocadas a los estudios de la etnicidad, ciudadanía y pertenencia.

El curso está dirigido a estudiantes del posgrado en Historia, pero pueden matricularlo personas empadronadas en otros posgrados, para lo que requieren la autorización de los directores de sus unidades académicas. También, están disponibles diez espacios para estudiantes de pregrado y profesores, quienes asistirían en calidad de oyentes.

Investigadora alemana impartirá curso sobre esclavitud caribeña2
Luego de la revuelta en la colonia francesa de Saint-Domingue en 1791, Haití se proclamó república y abolió la esclavitud (foto http://es.wikipedia.org).

El curso tiene cuatro ejes temáticos: el comercio trasatlántico de esclavos y la revolución azucarera en el Caribe; las luchas de los esclavos haitianos, la abolición de la esclavitud y el estudio del caso costarricense.

Según la Dra. Schmieder, este curso “introduce a los estudiantes al tema de la esclavitud rural-plantacionista y urbana en las islas caribeñas y sus consecuencias a largo plazo, con un excurso sobre la esclavitud en Costa Rica, con una perspectiva comparativa y mirando los entrelazamientos atlánticos de las sociedades esclavistas con Europa y África”.

La revolución azucarera ocurrió entre los siglos XVII y XVIII en las zonas de dominio inglés y francés, y en el XIV en la isla de Cuba. Uno de los objetivos es estudiar las “transformaciones de los sistemas laborales en las islas caribeñas luego de la emancipación, las migraciones después de la abolición, la reorganización de las familias y de las relaciones de género en la época postesclavista y la lucha de los afrodescendientes por participación política y libre ejercicio de sus culturas y religiones”, explicó la profesora.

La inscripción se realizará en el Posgrado de Historia hasta el 13 de marzo próximo, al teléfono 2511-4833. También, se puede solicitar información al correo electrónico PPHIST.SEP@ucr.ac.cr. O bien visitar el perfil de Facebook: Posgrado Historia Universidad de Costa Rica.

 

Intercambio académico

Investigadora alemana impartirá curso sobre esclavitud caribeña3

El convenio vigente con la Universidad Liebniz, en Hannover, Alemania, incluye el intercambio de docentes entre ambas casas de estudio, así como de estudiantes de las escuelas de Historia, Sociología y Literatura, Lingüística y Literatura.

La Dra. Ulrike Schmieder es la primera investigadora que vendrá este año lectivo, y hay otras visitas programadas. Ella es graduada en Estudios de América Latina por la Universidad de Rostock y tiene un doctorado de la Universidad de Leipzig, ambas en Alemania. Hizo sus estudios postdoctorales en la Universidad de Colonia.

Schmeider es investigadora del Departamento de Historia de la Leibniz Universidad, Hannover, Alemania, y coordina el programa interdisciplinario Transformation Studies y la Maestría en Estudios Atlánticos en Historia, Cultura y Sociedad.

Sus publicaciones indagan ampliamente la esclavitud y la posterior emancipación de las sociedades caribeñas y las relaciones género en esas sociedades. Su último libro de 2014 trata sobre las sociedades martinicana y cubana en la época post-esclavista en el Caribe y las Américas.

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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