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Etiqueta: gastroenterologia

UCR: Joven médica analiza una terapia poco común para enfrentar la enfermedad inflamatoria intestinal

Ante una enfermedad en aumento en Costa Rica, una médica de la UCR analiza por primera vez en el país moléculas ‘‘vivas’’ para mejorar la vida de los pacientes

El tratamiento biológico anti-TNF-α disminuye la cantidad de esteroides necesarios para tener la enfermedad controlada y reduce los efectos adversos de los esteroides. No obstante, los especialistas suelen utilizarlos en momentos de crisis para bajar la inflamación. Foto: Karla Richmond.

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), comprendida por la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerativa crónica idiopática (CUCI), es un trastorno crónico que altera la capacidad del organismo para digerir los alimentos y absorber sus nutrientes. A la vez, tiene una respuesta inflamatoria inapropiada en la que se liberan diferentes moleculas como el factor de necrosis tumoral-α.

En el país se aplican distintos tratamientos para estos padecimientos. Sin embargo, la Dra. Irene Vargas decidió investigar los antifactores de necrosis tumoral-α (anti-TNF-α) para su tesis de especialidad médica en gastroenterología de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Los anti-TNF-α son medicamentos biológicos que han demostrado ser efectivos en la inducción de respuesta clínica y remisión libre de esteroides en pacientes portadores de EII. Los tratamientos biológicos se caracterizan por ser creados a través de técnicas de biología molecular, y que se parecen a proteínas humanas, sobre todo a las inmunoglobulinas o a los anticuerpos ―una proteína que defiende al organismo―.

De acuerdo con la Dra. Vargas, la incidencia de la EII ha ido en aumento en Costa Rica y es un padecimiento intestinal que afecta particularmente la calidad de vida del paciente debido a su complejidad patológica.

“Este tratamiento no se ha estudiado en el país y no tenemos datos reales de la población costarricense. Aplicamos el anti-TNF-α porque sabemos que a nivel mundial funciona, pero no tenemos datos de su efectividad a nivel nacional, ni sabemos si se comporta similar a otros lugares”, señaló la Dra. Vargas.

El objetivo de la investigación fue determinar la respuesta clínica de los pacientes con EII tratados con terapia anti-TNF-α a la semana 24 en control en Gastroenterología del Hospital México entre enero 2013 y julio 2018.

“Se ha visto en estudios internacionales que alrededor de la semana 24 (seis meses) del tratamiento es el periodo en hacer efecto. Entonces también para poder compararlos, ver qué resultados tenemos nosotros en relación con los de otros países”, mencionó.

De igual manera, la Dra. Vargas también tuvo entre sus objetivos investigar sobre las características epidemiológicas de los pacientes. Entre estos resultados, encontró que la mayoría de los afectados de EII son hombres, y que la edad promedio de diagnóstico son los 37 años en la población estudiada.

Algunos de los síntomas más comunes tanto de la enfermedad de Crohn como de la colitis ulcerativa crónica idiopática (CUCI) son: diarrea, sangre en las heces, cansancio, dolor abdominal, pérdida de apetito y peso.

¿Por qué investigar un tratamiento biológico?

Otros tratamientos no biológicos, que normalmente se aplican a pacientes con EII, actúan para que su capacidad de respuesta inmune disminuya. Esto permite que no haya una reacción contra el mismo intestino; algo que suele ocurrir en esta patología.

“A grandes rasgos, estos tratamientos suelen bajar las defensas. Por ejemplo, están los que son inmunomoduladores, los de esteroides y los antiinflamatorios a nivel tópico que actúan donde está la lesión, ya sea en el intestino grueso o delgado”, comentó la Dra. Vargas.

La terapia con tratamientos biológicos como el anti-TNF-α es eficaz en disminuir el requerimiento de esteroides de los pacientes. En el estudio que realizó la Dra. Vargas se logró reducir de 62 % a 10 % el uso de tres o más ciclos de esteroides posterior al tratamiento biológico.

“Los esteroides son medicamentos con efectos positivos en los pacientes. Sin embargo, no están exentos de efectos adversos, por lo que la utilización de tratamientos biológicos es la indicada en pacientes dependientes de esteroides. La población en estudio demostró presentar una respuesta favorable al tratamiento biológico”.

Dra. Irene Vargas, especialista de gastroenterología de la UCR.

La efectividad de los esteroides ha sido ampliamente estudiada en el mundo. Sin embargo, estos tienen efectos adversos como la aparición de lesiones en la piel, diabetes, aumento de peso, entre otros. Además, una vez iniciado el tratamiento es muy difícil bajar la dosis porque los pacientes se van volviendo dependientes a su aplicación, según indicó la Dra.Vargas.

Sus efectos son más prevalentes que los del anti-TNF-α, pues el riesgo de que se presenten neoplasias e infecciones (efectos secundarios más comunes del anti-TNF-α) son muy bajos.

“En los últimos años ha habido un mejor entendimiento de la naturaleza progresiva de la enfermedad. El desarrollo de nuevas terapias ha desplazado el control de síntomas como objetivo principal con el fin de lograr una meta a largo plazo y de prevención de la discapacidad relacionada a la EII y así maximizar la calidad de vida del paciente”, señaló.

No obstante, el anti-TNF-α no es para todos.

Un perfil específico

Elegir un tratamiento para la EII depende de la severidad de la misma, la ubicación de la enfermedad, la presencia de manifestaciones extrainestinales, la respuesta clínica y los efectos secundarios a algún tratamiento previo.

La mayoría de pacientes responde, pero no todos. Hay pacientes que han pasado por aumento de dosis o un tipo diferente que actúe en otro lugar de la célula que el que se suministró anteriormente y así obtener una respuesta. Solo un 10 % de la población en dicha investigación no obtuvo una respuesta primaria o secundaria (aumento de dosis).

De acuerdo con la Dra. Vargas, no todos los pacientes van a responder igual pues, al ser un tratamiento con moléculas vivas, el cuerpo puede reaccionar contra esos anticuerpos “ajenos”. Entonces puede que la persona responda, y luego que disminuya la respuesta, o que no responda del todo y haya que cambiar de tratamiento.

“Lo usual es que primero se utilicen otros tratamientos y en caso de que la persona no responda a ellos se aplica el anti-TNF-α, ya que tiene más riesgo por ejemplo en pacientes que han tenido o tienen cáncer. En algunos pacientes sucede que altera la respuesta inmune y puede afectar los efectos de otros tratamientos a los que también se está sometiendo el paciente”, indicó.

Como resultado de esta investigación, el 75% de los pacientes con EII logró alcanzar la respuesta clínica esperada a las 24 semanas, con porcentajes similares tanto en el grupo de CUCI como en el de EC.

Existen diferencias clínicas y patológicas entre las ambos padecimientos. Por ejemplo, la zona de afectación. La colitis ulcerosa se caracteriza por lesiones inflamatorias crónicas en la pared del intestino grueso (colon), mientras que la enfermedad de Crohn puede aparecer en cualquier parte del aparato digestivo.

La causa por la que surgen estas enfermedades aún no se ha logrado identificar, pero se ha ligado con factores genéticos, así como con el fumado y con cambios en la microbiota intestinal.

Sin embargo, la investigación de la Dra. Irene Vargas llega a definir predictores de respuesta al tratamiento anti-TNF-α, lo cual lo convierte en una herramienta útil en el manejo crónico de estos pacientes y en un referente para los distintos centros médicos del país.

 

Valeria García Bravo

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Ultrasonido endoscópico podría detectar cáncer gástrico temprano y evitar cirugías

  • Estudiante de la UCR exploró la aplicación de métodos no invasivos que podrían determinar el estado del cáncer gástrico

Evitar la intervención quirúrgica y encontrar alternativas para descifrar el estado del cáncer gástrico. Estas fueron las razones por la cual el Dr. Jorge Sandoval inició una ardua investigación como parte de su tesis de especialidad médica en gastroenterología en la Universidad de Costa Rica (UCR).

El cáncer gástrico es la segunda causa de muerte por cáncer en el mundo. En Costa Rica, está en segundo lugar, en cada sexo. A pesar de que su incidencia y mortalidad han disminuido progresivamente desde el siglo XX, esta enfermedad sigue cobrando vidas globalmente de manera muy frecuente.

Realizar un diagnóstico temprano de esta patología es complejo debido a que que su morfología puede llegar a ser muy similar a la de una lesión avanzada. Si un médico observa una lesión durante una gastroscopía, no siempre es evidente de que se trata de cáncer gástrico o no. Usualmente, se necesita un apoyo o un estudio adicional para descartar otra enfermedad.

“La detección del cáncer gástrico temprano es muy importante debido a que permite brindar al paciente un manejo diferente a las cirugías convencionales. Si la lesión está en estado inicial, se podrían realizar tratamientos endoscópicos -técnica que consiste en la introducción de una cámara dentro de un tubo a través de un orificio natural- con alto potencial curativo y una baja tasa de complicaciones”, comentó Sandoval.

Una alternativa para evaluar el cáncer gástrico es el ultrasonido endoscópico, el cual consiste en un tipo de endoscopio modificado con capacidad de realizar ultrasonido dentro de la cámara gástrica. En el mundo hay poca información sobre cuál es valor predictivo del ultrasonido endoscópico para determinar si un cáncer gástrico es temprano o está en un estado muy avanzado.

“El estudio lo realicé para ver cuál es el rendimiento diagnóstico en nuestro país, y así determinar si el ultrasonido endoscópico permite diferenciar si una lesión todavía está limitada a las capas del estómago, donde uno podría hacer un tratamiento endoscópico, o si es un cáncer avanzado y hay que tratarlo por cirugía”, señaló.

Según el estudio, no fue hasta hace unos cuantos años que la cirugía se consideraba como el tratamiento estándar para remover las lesiones cancerígenas. De manera que se dejaban de lado opciones endoscópicas.

Los avances en la endoscopía -es decir, la gastroscopía- permite alcanzar la cirugía mínimamente invasiva para neoplasias gástricas tempranas, por lo que la intervención endoscópica es cada vez más aceptada como uno de los pilares del tratamiento, en especial en lesiones limitadas a la mucosa y submucosa (capas superficiales del estómago).

El cáncer gástrico temprano se define como la invasión limitada de células malignas a la mucosa y submucosa del estómago, independientemente de la presencia de metástasis -reproducción o extensión de una enfermedad a otra parte del cuerpo- en ganglios linfáticos.

Actualmente, todo paciente con un diagnóstico inicial de cáncer gástrico debe someterse a una evaluación en busca de definir su tratamiento. Esto incluye examen físico, conteo sanguíneo, pruebas de función hepática, pruebas de función renal, endoscopía, tomografía computarizada de tórax y abdomen.

¿A quiénes beneficia el tratamiento endoscópico? Favorece a todos aquellos pacientes con alto riesgo quirúrgico, cuyo principal factor es la edad y especialmente si se es mayor de 80 años.

Existe una gran cantidad de pacientes que presentan lesiones con características morfológicas e histológicas favorables, en quienes el abordaje quirúrgico tradicional puede considerarse como un tratamiento excesivo. Por ejemplo, las personas con expediente cardiaco, desnutrición -consecuencia del padecimiento- y de neumonía.

Además, como todo tratamiento endoscópico, en este caso asegura una recuperación más rápida, reduce la posibilidad de infecciones postoperatorias y su nivel de mortalidad es más bajo que el de los procedimientos quirúrgicos.

“La gastrectomía – intervención quirúrgica que consiste en la remoción parcial o total del estómago- puede tener complicaciones. La ventaja de usar la endoscopía es que es una herramienta que nos puede ofrecer más información cuando queda la duda si una lesión es temprana o no”, indicó Sandoval.

Aún por explorar

El ahora gastroenterólogo, Jorge Sandoval, estudió a una población de 42 personas con quienes se tenía sospecha de cáncer gástrico temprano. Se le dio seguimiento mediante ultrasonidos endoscópicos, para averiguar si efectivamente tenían una lesión cancerígena o el ultrasonido se equivocó.

A partir de los resultados del estudio, se puede considerar que, durante el periodo evaluado, fue altamente efectivo en determinar la ausencia de invasión y puede ser una herramienta de gran utilidad para confirmar el estado de lesiones en las que queda duda respecto al tratamiento óptimo.

Una de las mayores limitaciones para el uso extendido de los diversos métodos de resección endoscópica ha sido la capacidad de predecir invasión espacial del cáncer gástrico. Esto, debido a que la presencia de invasión favorece el uso de un tratamiento quirúrgico para asegurar la curación.

Hay dos maneras para tratar este tipo de cáncer. Uno, es la operación, para retirar las partes con lesiones. Luego, está el tratamiento endoscópico. Este último método tiene el inconveniente de que no se puede evaluar cómo está la zona de los ganglios linfáticos, análisis que sí se puede hacer con la cirugía.

De todas maneras, para este caso en que se desea determinar si hay o no invasión en los ganglios se observa al paciente en un periodo de dos años para determinar la recurrencia de la enfermedad.

“Este estudio es una base para que cada gastroenterólogo compare la endoscopia convencional con el ultrasonido endoscópico y así determinar su propia base de datos para que pueda definir si el ojo de de la gastroscopía es suficiente o si el ultrasonido endoscópico es realmente útil para detectar el cáncer gástrico temprano”, comentó.

Los factores que pueden incidir en la aparición del cáncer gástrico son múltiples, ya sea por predisposición genética, malos hábitos de alimentación y el fumado, aumenta las posibilidades de que una persona, después de los 50 años sea diagnosticada.

Junto con Sandoval, se graduaron tres estudiantes más de la especialidad de gastroenterología en el último periodo del 2019.

 

Valeria García Bravo

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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