A diez años del asesinato de Jairo Mora Sandoval ¿Dónde está su huella?

“A diez años del asesinato de Jairo Mora Sandoval ¿Dónde está su huella?”

Palabras de su madre Fernanda Sandoval en este aniversario:

Muy buenas tardes, gracias a la Universidad de Costa Rica por regalarme este espacio hoy 31 de mayo. Para mí y toda Costa Rica es un día muy triste y especial, en que recordamos la pérdida de Jairo. Soy Fernanda Sandoval, madre del ambientalista Jairo Mora, que en las playas de Moín a este joven le quitaron su sueño de proteger a sus queridas baulas y demás especies marinas. Esta protección nació desde que él era un niño, cuando él tenía la oportunidad de ir a la playa a proteger, para entender y tener mucho conocimiento. Esa era la gran pasión de él, proteger las playas de nuestra querida Costa Rica.

Familia costarricense sigamos su ejemplo, porque esto es algo de admirar en muchos países del mundo quisieran tener estos lindos animalitos que no le hacen daño a nadie, solo se encargan de embellecer nuestros mares y playas. Protejamos todas las faunas.

Cuando él era un niño, tenía que caminar 4 kilómetros de montaña y potrero para ir a la escuela. En este momento él se encargaba de observar a los animales del bosque y aves, y así fue pasando el tiempo. Cuando él empezó a descubrir que le fascinaban las tortugas marinas él se dedicó tiempo completo a ellas. Desde que empezó a ir al colegio siempre decía «las protegeré hasta que yo deje de vivir». Lo digo por este párrafo que él me regaló cuando era un jovencito de 12 años:

«Corría por lo largo de mi linda playa, y todo por correr y jugar siendo un niño inocente me encontré con unos pequeños animalitos cuando construía castillos de arena, y hacía huecos y decía que eran el pozo de la libertad. Estos pequeños animalitos corrían por la larga arena caliente igual que yo, en busca del inmenso mar. Yo les decía «Corran rápido que se las van a comer los animales hambrientos». Así pasó el tiempo, y yo crecí un poco más. Un buen día, mi mamá me llevó a conocer esos animalitos grandes, eran las baulas, ellas me dieron el gran valor de hoy. De ahí nació mi gran pasión por ellas, porque ellas no conocen el miedo para salir a nuestras playas, por eso me dije «yo tengo que protegerlas». Por su gran valentía, por eso la playa es mi segundo hogar y por ellas doy la vida«. Escrito el 20 de abril de 1999.